Tipos de actitud La Actitud erguida, propia de la especie humana, gracias a la angulación sacrovertebral (promontorio) y a la lordosis lumbar, es un estado de equilibrio, incluso con los ojos cerrados, que tiende a desplomar el cuerpo hacia delante pero otras fuerzas obran en sentido opuesto y se encuentran representadas por: - La contractura tónica de los músculos antigravitatorios, como los de la nuca, canales vertebrales, glúteos y los extensores de las extremidades inferiores. - La presencia del cojinete gaseoso abdominal, colocado a manera de un balón entre el diafragma y el suelo de la pelvis, y bien tenso por la contracción de la musculatura abdominal. - La aorta repleta de sangre y adosada como un tallo de apoyo a la columna vertebral. - El freno pasivo de las articulaciones. Actitud de pie, entre las actitudes habituales adoptadas por el individuo en pie, figuran las siguientes: 1. Actitud erguida normal: el plano de la pelvis forma un ángulo de 30º con la horizontal. La línea de gravedad pasa por las articulaciones del hombro, cadera, rodilla y pies. Es una actitud que no necesita esfuerzo, pero es tan inestable que solo puede ser mantenida breves momentos o utilizando una pierna en actitud normal y la otra mas separada, para conservar el equilibrio. Cada individuo tiene, entre ciertos límites, una actitud peculiar consecuencia de varios factores, como, talla, hábito corporal, tono vital, hábito deportivo, etc. Como ejemplo de actitud viciosa en posición erecta debido al abuso del deporte están los nadadores que presentan cifosis total dorsolumbar por hipotonía y relajación muscular. No es bueno estar de pie inútilmente. El abuso de esta postura facilita la aparición de várices y pies planos, y repercute sobre la columna vertebral y diversos órganos, como el estomago y la musculatura lumbar. 2. Actitud erguida cómoda (o de descanso): requiere poco esfuerzo muscular. La pelvis se inclina hacia atrás, de modo que el centro de gravedad se encuentra por detrás del punto de rotación de las caderas. La lordosis lumbar disminuye, la cifosis dorsal se acentúa, y puede llegarse a la fijación pasiva de la columna por tensión de los ligamentos vertebrales y contacto anterior de las vertebras, de
ahí el trabajo caso nulo de la musculatura vertebral. 3. Actitud erguida forzada militar de firmes: presenta fuerte contracción de los músculos espinales, extensores de la cadera y flexores plantares. La contractura del cuádriceps no es necesaria, ya que la línea de gravedad pasa por delante de la rodilla y a unos 10cm de los maléolos. Es una actitud que no puede mantenerse largo tiempo. 4. Posición de Meyer: aprovechando el freno articular, la cadera y la rodilla se colocan en extensión. La línea de gravedad pasa por detrás de la cadera, por delante de la rodilla y a unos 4-10cm por delante de los maléolos. Alteraciones de la posición de pie, consisten en: Incapacidad parcial de mantenerla o adoptarla, es decir, que sólo es posible con ayuda de un apoyo. Incapacidad total, imposibilidad completa de la posición erecta; o si no una modificación de algunas de sus características fundamentales, como una distorsión (por ejemplo, anteroflexión y lateroflexión) o un aumento del polígono de sustentación, balanceo La incapacidad o la distorsión, puede ser de naturaleza fisiológica o patológica: Incapacidad o distorsión fisiológica: por permanencia prolongada en cama, por senectud y las pérdidas de equilibrio por excitación laberíntica, o bien por imágenes visuales desacostumbradas y temor (vértigo de las alturas). Incapacidad o distorsión patológica: se debe a enfermedades del aparato locomotor o del sistema nervioso, incluyendo los síntomas vestibulares, aun los de origen ótico. Las más características son: -dificultad para incorporarse, por obesidad, senectud, dolor en los miembros inferiores, asteria o paresia de uno o ambos miembros inferiores. -imposibilidad para mantenerse de pie, por fracturas y luxaciones de los miembros inferiores, parálisis flácidas. -posición de pie inclinada hacia un lado, en la hemiplejia espástica, por acortamiento congénito o adquirido de un miembro inferior. -estación de pie con el tronco inclinado hacia delante, en ancianas con obesidad y nalgas acentuadas, por cólicos abdominales. Cabeza inclinada hacia adelante, codos y rodillas algo flexionados en enfermedad de Parkinson. -posición erecta (postura de tenor), por distrofias musculares o miopatías. -Estación erecta con los pies separados, en la tabes dorsal y síndrome cerebeloso.
-Estación de pie con los miembros inferiores en genu valgum y los pies rotados hacia fuera o en varo equino, en paraplejias espásticas adquiridas o congénitas. Actitud en decúbito, actitud o manera espontanea de estar acostado. Se debe a la motilidad cinética y estática, volitiva y refleja, salvo por ejemplo en caso de coma o parálisis extensas bilaterales, donde actúa la gravedad, con o sin participación de la motilidad estática refleja o tono muscular. Al igual que la estación de pie, el decúbito dependiente de la motilidad cinética se lo denomina decúbito activo, y al debido fundamentalmente a la acción de la gravedad decúbito pasivo. 1. Decúbito dorsal o supino: el cuerpo descansa sobre el dorso. Es el más antifisiológico. El descanso nocturno en esta posición motiva: Descenso de la mandíbula: por su peso y por la masa de la musculatura lingual que se encuentra relajada. Semiapertura de la boca: en esta posición no se puede deglutir. La flora bacteriana crece con rapidez sobre la seca superficie mucosa de las cavidades bucal y nasal. Presión en dirección dorsal: la laringe se desplaza hacia la columna vertebral, con lo que se consigue un estrecho contacto entre la comisura posterior de la laringe y las paredes de la faringe. Las secreciones que contienen bacterias pueden descender desde el espacio nasofaríngeo y la cavidad bucal, a lo largo de las amígdalas y de la faringe. Desde esta localización, las secreciones son aspiradas hacia la laringe durante la inspiración que produce los ronquidos laringofaringeos. De este modo, las infecciones pueden pasar por faringe, laringe, tráquea y alcanzar y atacar vías aéreas más profundas, condicionando las más diversas afecciones de las vías respiratorias. 2. Decúbito ventral o prono: es la actitud que, filogenéticamente, corresponde para dormir, aunque hay controversia sobre si es la ideal para el descanso de los bebés. La compresión de las vísceras abdominales y del tórax facilita la eliminación de gases y la espiración (muy útil en asmáticos y enfisematosos) así como el trabajo del epitelio ciliar (corriente secretora) de los bronquios y tráquea. 3. Decúbito lateral derecho (u oblicuo derecho): evita el peso del hígado y favorece el sentido de la circulación del contenido gástrico al duodeno. Es el decúbito preferido en los grandes derrames pleurales para facilitar la respiración. 4. Decúbito lateral izquierdo (u oblicuo izquierdo): mal soportado cuando el ventrículo homónimo inicia la descompensación, excepto por los portadores de hernia hiatal por disminuir el ángulo cardioesofágico de His.
5. Decúbitos pasivos (se oponen a los antes descritos activos): Los enfermos adinámicos o comatosos yacen en cama en actitud flácida o laxa, siguiendo las leyes de la gravedad. No son capaces de variarla por si mismos, aunque les resulte incómoda. 6. Decúbitos forzados: en ocasiones, los enfermos adoptan posiciones que, aunque realizadas voluntariamente, no tienen que ver con la postura normal. Su causa es la evitación del dolor o de algún síntoma molesto y que, por tanto, tienen considerable valor clínico, por ejemplo, la genupectoral o en plegaria mahometana en los grandes derrames pericárdicos. En el tétanos y otras enfermedades, existen contracturas tónicas dolorosas que cuando generalizan el paciente puede adquirir posiciones variadas: Opstótonos: el enfermo aparece en forma de arco de concavidad posterior por contractura de los extensores, descansado en la cama sólo por la cabeza y los pies. A veces sólo se afecta el cuello, opistótonos cervical. Pleurostótonos derecho e izquierdo: cuando el cuerpo se flexiona sobre uno u otro lado. Es la variedad mas rara (tétanos lateral de Sauvages). Emprostótonos o tétanos en bola: el enfermo esta incurvado hacia delante, en posición de feto, por contractura de los flexores. Ortóstonos: el enfermo aparece en actitud recta; se puede levantar de una pieza. 7. Decúbito sentado: semisentado o sentado en la cama, es la posición de elección para estar en cama (leer, escribir, conversar, comer) y para dormir, pero solo en ciertas condiciones (costumbre, obesidad, cifosis). Es una postura obligada en procesos del abdomen superior (como hernia diafragmática), en la disnea de origen cardíaco. La actitud que los sujetos sanos adoptan durante la noche (dormir de espaldas, con las piernas encogidas, abrazando la almohada ) es indiferente. Guarda cierta relación con hábitos adquiridos desde la infancia y son valorados como índice de su carácter y personalidad. Los enfermos adoptan una postura fija con el fin de hacer su mal más llevadero. Posición sentada, depende de la motilidad cinética y estática, al igual que la posición de pie y el decúbito, con la intervención de los mismos reflejos de la voluntad. Es la posición natural de descanso, comida, lectura y ciertos trabajos. Característica en los estadios finales de la insuficiencia cardíaca congestiva y a veces en la insuficiencia coronaria.
El reposo prolongado El individuo enfermo, por instinto, siente casi siempre la necesidad imperiosa de acostarse, ya que la posición horizontal ejerce un efecto terapéutico por sí misma. Pero no es recomendable por largo tiempo después de vencer una enfermedad, el reposo y el movimiento o entrenamiento se complementan entre sí. Tan pronto como una enfermedad se convierte en crónica, el reposo prolongado en cama pasa a ser un factor patógeno y comienzan a presentarse efectos perjudiciales. El reposo en cama constituye para los ancianos el principio del fin. Un encamamiento prolongado perjudica diversas estructuras orgánicas como: -El aparato locomotor, la piel, también se producen deformaciones torácicas y abdominales. -los órganos cuya capacidad de acción depende de la actividad física. -Las partes del cuerpo que descansan sobre el lecho, debido a la atrofia por compresión y úlceras de decúbito. -El psiquismo. El reposo prolongado en cama desencadena, como primera reacción, una situación de angustia. Contacto: www.gastromerida.com