Oficina Internacional del Trabajo Oficina del Director General DISCURSOS 2006 Discurso del Sr. Juan Somavia, Director General de la Oficina Internacional del Trabajo ante la Comisión del Trabajo y de Asuntos Sociales de la Unión Africana (El Cairo, Egipto, 26 de abril de 2006) Señor Primer Ministro, Señora Ministra y estimados Ministros, Señora Comisaria, Representante de la Organización Arabe del Trabajo, Representantes de los trabajadores y los empleadores de Africa: CIOSL/AFRO, Organización de Unidad Sindical Africana (OUSA) y Confederación Panafricana de Empleadores (PEC), Distinguidos invitados, Es un honor para mí regresar a Egipto y reencontrarme con el pueblo y la cultura de esta tierra extraordinaria. Señor Primer Ministro, su presencia entre nosotros demuestra una vez más su compromiso con la convergencia de las políticas económicas y sociales. Bajo la dirección del Presidente Mubarak, ha hecho del empleo la prioridad absoluta y para ello cuentan con nuestro apoyo. No me cabe duda de que la experiencia de Egipto será útil para muchos países. A los miembros de la Comisión del Trabajo y de Asuntos Sociales, deseo agradecerles su labor siempre imaginativa. En mi misión inaugural como Director General a su reunión de Namibia, hicieron ustedes hincapié en la importancia de la lucha contra el VIH/SIDA a través del mundo del trabajo. Hoy se trata de una de las actividades principales de la OIT. A lo largo de los años, sigo volviendo ante ustedes, ya que centran su atención en prioridades urgentes. Ustedes sentaron las bases para Ouagadougou. Están adelantándose a su época y contribuyendo al poder del tripartismo africano para dotar de mayor fuerza a la Unión Africana. Permítame expresarle, señora Comisaria, mi agradecimiento por su implicación. Le ruego transmita mis saludos al Presidente Konaré por su visión y liderazgo. Estimados amigos, Todos ustedes conocen mi confianza en Africa. Se trata de un compromiso que he asumido desde mi juventud. Page 1
Confío en el enorme potencial y el ánimo que corre por las venas de este continente, y en el alma de su pueblo también. Puede que en Africa mucha gente esté desempleada, pero no cabe duda de que no se mantiene desocupada. Las mujeres y los hombres de Africa están trabajando, luchando contra las circunstancias, y muchos de ellos sobreviven cotidianamente con gran dificultad, pero también con una enorme dignidad y energía. El deber que incumbe a todos los que disponen del poder para cambiar las cosas, ya sea con autoridad pública o privada, es responder a su esfuerzo con verdaderas oportunidades. En la OIT, consideramos que incumbe al tripartismo promover políticas que ofrezcan a la gente una oportunidad justa de obtener un empleo decente. Esta es la oportunidad que pide la gente. Y sin embargo, nos reunimos en medio de una crisis global del empleo. Más de mil millones de hombres y mujeres están desempleados, subempleados o son trabajadores pobres. La incertidumbre, la inseguridad, la ansiedad siguen aumentando, incluso en el mundo desarrollado. Aquí, en Africa, han experimentado ustedes el crecimiento económico, pero éste no ha ido acompañado de la creación de empleos suficientes, y sin embargo éste es el meollo de la cuestión. Pero también han sido testigos de que desde 1981 casi se ha duplicado el número de quienes viven con menos de un dólar al día. Africa necesita 10 millones de buenos empleos cada año solamente para absorber el crecimiento de la fuerza laboral. En Ouagadougou, ustedes declararon que para obtener resultados distintos se requerían políticas distintas. Por supuesto, tienen ustedes razón. Permítanme citar un viejo proverbio africano: el madero puede flotar en el agua durante años, pero nunca se convertirá en cocodrilo. Los responsables políticos no pueden seguir haciendo lo mismo y esperar un milagro. La población de Africa no pide milagros, pide oportunidades. La dignidad del trabajo y la dignidad en el trabajo. Pero esta oportunidad no llegará con la mera reiteración de unas políticas desequilibradas. Desde hace demasiado tiempo, el asesoramiento político que ofrecen las instituciones financieras internacionales se ha centrado en las reformas estructurales, sin prestar la atención suficiente a la creación de empleo y esto se ha convertido ahora en la obsesión de muchos gobiernos. Tienen que escuchar la música del malestar en las calles y en las urnas electorales. No tiene por qué ser así si escuchamos la voz de Africa. No cabe duda de que necesitamos crecimiento y estabilidad macroeconómica. Pero para quienes carecen de empleo, esto no significa gran cosa si lo que ven en la práctica es que otros siguen enriqueciéndose mientras ellos siguen sin obtener un trabajo que merezca la pena. El crecimiento sin empleo no sólo es una mala política social, también es un error en términos económicos. Desemboca en menor consumo, mayor migración, más incidencia del trabajo infantil, menor demanda agregada y, por ende, menos inversiones, menos financiación Page 2
para las pensiones, menos ingresos fiscales, menos recursos para las políticas sociales y, en último término, mayor pobreza acompañada de mayor concentración de los ingresos. Esto les llevó a ustedes a afirmar en el Consenso de Ouagadougou: «Si queremos que Africa se libere de la pobreza, tenemos que ofrecer trabajo decente y una globalización justa». Y su primer informe de la Unión Africana sobre el seguimiento de la Cumbre de Ouagadougou demuestra cómo están ustedes transformando ese consenso en algo real. Refleja las numerosas actividades desarrolladas junto a la OIT. Así que permítanme darles una vez más las gracias por su apoyo a la labor de nuestra Oficina Regional en un momento difícil en que trasladamos su sede a Addis Abeba. Gracias por su comprensión y apoyo, y por respaldar a nuestra Directora Regional, la señora Regina Amadi- Njoku. Seguimiento de Ouagadougou en relación con la agenda global Hoy deseo informarles acerca de las labores de seguimiento que ha desarrollado la OIT en relación con la Cumbre de Ouagadougou, labores que se han desarrollado en el plano global en cuatro ámbitos esenciales. Posteriormente, querría referirme brevemente a los tres desafíos que plantea el futuro. En primer lugar, estamos articulando la agenda internacional del desarrollo en torno al trabajo decente. Durante la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas del año pasado, los dirigentes mundiales colmaron una brecha manifiesta en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Declararon que el empleo pleno y productivo y el trabajo decente constituyen un objetivo global junto a los ODM. Afirmaron que se trataba de un instrumento fundamental para reducir la pobreza, y que debía ser el objetivo central de las políticas de desarrollo. El mensaje de Ouagadougou adquirió una dimensión mundial, y el tripartismo de la OIT ha desempeñado un papel fundamental en el establecimiento de este vínculo indispensable. En segundo lugar, impulsamos las reformas basadas en el protagonismo nacional. El sistema de las organizaciones internacionales y el asesoramiento político que éstas prestan no está respondiendo lo suficiente a la demanda de trabajo decente que expresa la población. Un motivo importante es que, con demasiada frecuencia, el discurso relativo al protagonismo nacional no ha sido más que eso... palabras. Retórica. Entretanto, los condicionamientos siguen expresándose de distintas maneras. En la OIT, estamos promoviendo una reforma del sistema de las Naciones Unidas que desemboque en un verdadero respeto del diálogo social, el tripartismo y las prioridades nacionales. Para ello, las organizaciones multilaterales tienen que colaborar entre sí de una manera mucho más integrada, no solamente en el desarrollo de sus actividades algo que resulta esencial para evitar las duplicaciones y el despilfarro sino con mayor motivo en la convergencia de las políticas destinadas a prestar apoyo a los países en relación con las prioridades que éstos hayan definido. Desde mi punto de vista, esto resulta especialmente necesario en el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC). No cabe duda de que podemos colaborar mucho mejor de lo que lo hacemos hoy en relación con las cuestiones políticas transversales abarcadas en nuestros mandatos respectivos. Creo que esto es lo que desean los países. Page 3
En tercer lugar, movilizar a la comunidad de donantes. Estamos interviniendo ante los organismos de cooperación al desarrollo a fin de que incorporen la creación de empleo y el Programa de Trabajo Decente en su diálogo político y en sus ciclos de programación. Suecia se ha puesto a la cabeza en el seno del Comité de Asistencia para el Desarrollo, y celebró el año pasado una conferencia sobre el vínculo entre los empleos y la pobreza. Y el mes pasado, invité al Comisario Europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, el Sr. Louis Michel, a la reunión del Consejo de Administración de la OIT, donde hizo hincapié en el respaldo a nuestro Programa de Trabajo Decente y en su disposición a colaborar directamente con los gobiernos, los trabajadores y los empleadores africanos. Las responsabilidades de la OIT en materia de cooperación técnica se abordarán durante la próxima reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo del mes de junio, y confío en que nuestra discusión sirva para consolidar este nuevo enfoque de cooperación para el desarrollo. En cuarto lugar, la activación del sistema de las Naciones Unidas. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) está dedicando la primera serie de sesiones ministeriales de alto nivel celebrada desde la Cumbre Mundial a la cuestión de la creación de trabajo decente. Se desarrollará a comienzos de julio en Ginebra, bajo la presidencia de Túnez, que asumirá el Embajador Ali Hachani. Considero que sería muy importante que los ministros de trabajo y los interlocutores sociales participaran activamente en este acto y les invito a estudiar esta posibilidad en el seno de sus gobiernos y organizaciones. Resulta evidente el tremendo impulso que está cobrando en el plano global el Programa de Trabajo Decente de la OIT para lograr una globalización justa. Seguir avanzando Pero no hay atajos. Permítanme señalarles tres ámbitos fundamentales en los que, a solicitud de ustedes, debe centrarse la OIT. En primer lugar, el ámbito regional. Nos comprometemos a seguir reforzando nuestra colaboración con la Unión Africana, que es la que nos señala el camino a seguir y con la que ya hemos colaborado estrechamente. Estamos estableciendo fuertes vínculos con las comunidades económicas regionales. La Comisión Económica para Africa también está contribuyendo a profundizar en este debate, y nos honró poder contribuir a su informe anual, titulado «Meeting the Challenges of Unemployment and Poverty in Africa». El Banco Africano de Desarrollo y la Nueva Alianza para el Desarrollo de Africa (NEPAD) desempeñan un papel fundamental. El mes que viene, los ministros de finanzas, economía y planificación se reunirán de nuevo en Ouagadougou con los ministros de trabajo reunidos en torno a la cuestión del empleo. El compromiso permanente de todos ellos resulta indispensable para el éxito de las labores de seguimiento de Ouagadougou. En segundo lugar, convertir el trabajo decente en una realidad nacional. Nuestra herramienta específica en la OIT son los «Programas de Trabajo Decente por País» (PTDP). En Page 4
ellos el diálogo social y el tripartismo se vinculan con el desarrollo nacional. Y, atendiendo a las recomendaciones que ustedes han formulado, nos estamos centrando en varios frentes esenciales: El futuro de Africa los niños al colegio, y no en el trabajo. Los jóvenes y el empleo de los mismos. Los cimientos de Africa la mujer y la ampliación de las oportunidades en relación con el espíritu empresarial de la mujer. La energía y creatividad de Africa aumentar la productividad, los ingresos y la seguridad básica en las áreas rurales en las que vive la mayor parte de la población, y en la economía informal en la que trabaja la mayor parte de los africanos. El sistema productivo de Africa promover un entorno propicio para la inversión en especial en las pequeñas y medianas empresas en el plano local con una fuerte labor de capacitación, flexibilidad para adaptarse al cambio y respeto de los derechos de los trabajadores y los empleadores. También tenemos que enfocar el empleo y la protección social en paralelo. Si la economía nacional y global no pueden producir el empleo que la gente necesita para ganarse la vida, tenemos que ampliar la protección social que la gente requiere para poder sobrevivir. Nuestros conocimientos especializados respecto de todas estas cuestiones están a su disposición. Y, por último, tenemos que consolidar el papel de los interlocutores sociales, ya que se trata de algo esencial para la estabilidad nacional y la buena gobernanza. Así pues, se concede con acierto gran importancia a la cuestión de la gobernanza. Pero, a menudo, uno podría pensar que quienes dan consejos en este sentido sólo entienden la gobernanza a su manera. Se trata de una vieja historia que conocemos demasiado bien en el mundo en desarrollo. «Si ustedes quieren mi apoyo, tendrán que hacerlo a mi manera». Por supuesto, esta afirmación resulta hoy más sutil, menos arrogante, y toma más en consideración al país. Pero en último término, sigue ejerciéndose la mano dura. Para crecer y propagarse, la buena gobernanza tiene que tener raíces firmemente asentadas en suelo el suelo de Africa. Tenemos que apoyar y promover la organización de las voces africanas en el plano internacional y en el nacional. No existe ningún sustituto político a la verdadera cooperación africana porque, entre otras cosas, ustedes se enfrentan a graves problemas tanto en el plano nacional como entre los países, que sólo ustedes pueden resolver. Page 5
Liberar el potencial de Africa Señor Primer Ministro, estimados amigos, me felicito por el renovado compromiso global destinado a obtener más recursos para Africa. Es necesario, y hace tiempo que tenía que haberse producido. Pero, en último término, mi convicción y mi confianza en Africa no procede del exterior. Procede de los pueblos y centros urbanos de Africa. Procede de la energía y ambición de su juventud, de la sabiduría y orientación de sus ancianos, del orgullo y la dedicación de sus mujeres. De la seguridad en sí mismos que siempre les acompaña. Se encuentra en esta sala. Una y otra vez he visto en mi vida que, cuando ustedes elevan la voz, Africa se levanta. Y el mundo escucha. Ustedes son el Africa que trabaja, y cuando trabajaron juntos en Ouagadougou, convirtieron lo que era un objetivo necesario para Africa el vínculo entre el empleo de la reducción de la pobreza en lo que acabó por convertirse en un compromiso global asumido por la comunidad internacional. Al orientar nuestras miradas a la próxima Reunión Regional Africana de la OIT, que tendrá lugar el año que viene... el 90.º aniversario de la OIT es en 2009... y al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2015, tenemos ante nosotros un decenio clave para tratar de lograr el trabajo decente. Es el decenio del trabajo decente. Permítanme decirles que creo que debemos prepararnos desde ahora para poner de relieve nuestro 90.º aniversario en Africa. Tenemos que aprovecharlo como punto de referencia para reforzar los programas tanto sociales como laborales y el tripartismo en la región. Les invito a colaborar para lograrlo. Ustedes deben ser ahora quienes encabecen el movimiento para convertir progresivamente estos compromisos tripartitos africanos en políticas nacionales y en una realidad nacional en toda Africa. Están ustedes sentando las bases para lograr un verdadero cambio. Y, en este camino, me encontrarán como un amigo fiel, un socio entusiasta y un creyente apasionado en el poder y el potencial del pueblo de Africa. * * * Traducido del Inglés Page 6