^unzo En la mayoría de las regiunes de España ^es en este mes cuando las flores, que comenzaron el anterior a adornar con sus gétalos multicolores los campos y laderas, ofrecen lo que en términos apícolas llamamos gran mielada. Las afanosas ahejas, en su labor de pecorea, re^tornan a 1a colmena con lel buc^he bien relleno de néctar, para depc,sitarlo, trocado en miel, por el maravilloso proceso de transformación sufrido en presencia de loŝ jugos segregados que convierten la sacarosa en glucosa gracias al elemento activo Ilamado invertina. Rápidamente se llenan las celdillas de los panales, donde ha de terminarse ^el proceso evolutivo de formación de la miel par la evaporación del agua, contenida en gran
- 74 cantidad por el néctar, evap^^ración logr - da tambyén a fuerza de trahajo d'e las obreras, cuyas alas, en continua a^itación, man. tienen la necesaria corriente de aire. C<almenas fuertemente pobladas tien^en en un solo día varios kilos de aumento de peso, y el apicultor debe vigilar atcntamente el crecimiento del depósito de miel en stts panales para aumentar su número a medida d^e las necesidades. Salvo casos de irregularidad en la normal ventilación de la colmena, se rellen^n primeramiente los panales centrales del alza, y, cuando se observe depósito de miel en el último de cada lado, es necesario colocar una nueva alza; pero no superpon"éndola a la anterior, pu^es es muv prefet'ihle interponerta entre ésta y el nid'o de cr^a para ^hacer más fácil la llegada de las iabejas al nuevo almacén., Aunque en ^.lgunas ocasion^^s es ^^reciso pon^er en una colmena muy fuerte y en año de gran cosecha tres alzas, casi siempre es preferible, antes de c_olocar la tercera, retirar la superior, ya complet^^m nre repleta de miel operculada ; con el1o^ se economiza material y tamb^ién se evita el pro-
--75-_. longar con ex ĉesa el volumen de la rol- IIICI1a. En el momenta de la reculección es cualldo más se aprecia la ventaja y superiarída í de las colmenas verticales o de alzas C^>n su +eml}leo, al examinar los panales de re^olección para ver si está ya operculada la miel almacenad^a, no se causa molestia alguna a las abejas ocupantes del nido de cría, pues basta alzar 'un momento la tapa, Ianzar una fuerte bocanada de humo sobr^e los panales de alza y dir'igir una. rápida mirada a éstos, las más de las vecés sin necesidad de remover ninguno de, ellos. En este brleve espacio, el humo lanzado sale al exterior por el continuo movimiento del aire dentro de la colmena, y al reponer la tapa en su puesto queda diáfana la atmósfera de su interior, donde apenas ha p^en^etrado el humo y n,o ^ra alterado en nada su vida de trabajo. _ Para ret'irar los panales libres de abejas basta colocar el tablero, provisto de escape, debajo del alza ya repleta, con lo cual se interrumpe la subida de abejas; esta colocación debe hacerse^en La hora de máxim,a p:- corea, que suele ser el principio de la ma-
ñana o de la tarde; en tal momento s^^n relativamente pocas Ias que se encuentran en su intérior, y éstas no tardan en descubrir el orificio del esc^ape, por el cttal van lentamente desl^izándose una tras o^tra, y los n^uellecitos del ingenioso mecanismo les irnpide netornar. A1 día sigttiente, el alza, con su^ l^anales r,argados de miel, está absolutametlte lil^re de abejas y conserva una. buena tempcratura, favorable a ]a ^extracción. Cuando la colmena tenga sólo un alza es muy recomendable, en lugar de colocar el tablero con escape entre ésta y ei nido de cría, int^erponer debajo del tablero ttna vacía, incluso s'in panal alguno, si ya no se espera nad,^^ de coseeha, para dar un espaci^^ holgado a las abejas que abandonan el alz^^, no obligándolas a apelmazarse en el nido de cría, donde el exc^esivo níunero de ^ellas dificultaría la buena ventilación, siempre necesaria, pero más en días calurosos y cuando aun c^onserva mucha cría. Al día siguiente no qu^eda en el a^za una sola abeja y puede transportarse cómc;damente, sirviéndole ^le cíerre el propio tablero y la tapa interior.
Gracias al extractor la miel fluye clara y limpia, llenando los depósitos en pocas horas de trabajo. Fn un rincón se apilan las alzas vacías; cada una de ellas ha dado 3o kilos de miel purísima y sabrosa,
_^_ 78 --- EXTRACCIO^i En el lalx^ratorio d^be procedei-se al de^opercul^ido cle los pan,il^^s y extracción sin demora l^ara quc no pierd<in ^1 calor, pues cuanto más templado; cst^n cnn más facilidad fluirá la miel. Para el tí^esoperculado colocad el 1>anal en posición lateral, si es ^ie colm^na vert'ical; esto es, más ancho que a1to, o Invert.- do si es d^e tipo "I.ayens", y haced en dicho sentido, de arriba abajo, el corte de desopercular, con la ĉuchilla templada 1y limpia, dando ei corte paralelo al eje del panal en un solo plano, porque si es desopercul^do en cortes yrregulares, qu^edará el panal corl gruesos distintos y se romperá mucho más fácilmente ai sufrir el efecto de 1a fuerza centrífuga desarrollada en él extractc,r. Los principiantes pretenden hacer el desoperculado con un corte extraordinariamente superficial, rascando tan sólo los opérculos, y para lograrlo llevan ]a cucklilla muy oblicua, casi p^erpendicular al pla- ^ no del panal, y el resultacl^ es que, a veces, se Ies va la mano y dan verdaderas puñala-
das a éste, la due ocasiona roturas en el extractor. En un colmenar, por p^equeño que sea, cleben estar numeradas toclas las eolnienas ^^ alzas, y, ^.il s^rcar de éstas lo, cuadros p^^ra irlos extrayenclo, deben culocarse en ^^ada una los suyc^s, y luego, al devolverl^,s a las abejas, sc: tiene así la seguriclad de dar a cada colm^ena su misma alza y los mistnos panales que se Ie c^uitaron; este cuidado es sumamente interesante, pues, teniéndo:o, se evita s^eguramente cl pillaje, que, de no proceder así, suele desarrollarse fácilmente en los colmenares después de la castra, ^ y causa grandes estragos entre las poblacion^es. La devolución de alzas con panales vacíos se hará al enlpezar la noche, y, s'i rro se espera más cosecha, se retirarán d^efinitivamente uno o dvs días después y en las últimkas horas de la iarde. ENJAMBRES SECUNDARIOS Todavía salen enjambres en este mes, pero son de muy poco valor por ser secundarios o jabardos, como les llaman los co'_- meneros. Además llevan con mucha f re^
- 80 - - cuencia reina, virgen, que puéde perecer en el vuelo nupcial, acarre<lndo la muerte del enjatnbre, pues carecerá de huevo para forrna,r otra reina. f'or toclo ello conviene reunír ^estus enjambres, si salen varios, uniendo dos o tres para poblar una colm^na. Esta unión es facilísima y no necesita preparación alguna si, por ^haberse cazado casi simultáneamente varios enj<imbres, se los instalara en el mismo in,omento en una colmena; esto es: volcando a la vez los sacos o capaclios utiilizadas para la caza; en tal caso no es neeesario, ni siquiera con- _iente, matar a una de las reínas ; es predejarlas que en su duelo salve la vida fuerte; ello contribuye a la selección. instalado ya un enjambre en su y se caza otro que se Ie quiere renque sólo ihayan pasado al^unas hoés preciso tomar tantas precauciones como si se tratase de reunir colrnenas ; de lo contrario, fácilmente surgirían riñas y desastre. El procedimiento qué da mejor resultado es tapar bien la colmena con un periódico extendido, colocar encima un alza vacía, sin panales n!i marcos, volcar e.n ésta el enjambre núevo v tapar, metiendo antes
_ si -- un pedacito iliuy pec^ueño ^le n^^iftalí^a e^n la colmena y otro en el alza. Los dos ^njarizbres cjuedan-en lri cc ^lmena, e y^z ir^sta,^^e^do ar^t^eriormente, y en el alza;^ c^1^^ nuevamente ^cazado-separados ^^ur cl pap;i del ^^^eriódico ; se j^onen unos palit^^s, comó l^alillos de dientes, entre el cuerpo de la colinena y el alza para ^dar ventilación a ésta, y las abejas, pc^co a poco, en el transcttr^o de algunas horas, agujerean el papel y se unen con toda mansedumbre. El n^eite, de arriba; el 2rino, de enmedio; la miel, de abajo. 6