CONSEJOS PARA FACILITAR EL LENGUAJE DE LOS NIÑOS: Si un niño habla poco, lo más probable es que estimule menos a su entorno y reciba a su vez menos estímulos que otro niño más activo. Por lo tanto, podemos agravar la situación involuntariamente. Es importante que cada niño tenga oportunidad de hablar todo lo que sea posible, de practicar su lenguaje. A hablar se aprende hablando. Debe estar en contacto con otros niños, en situaciones de juego en que tenga que negociar su posición dentro de un grupo. Tiene que superar la frustración de esperar turnos y compartir los juguetes. Hablarle despacio, para que pueda seguir un modelo sin dificultades, pero sin perder la naturalidad. Entonación un poco exagerada. Intensidad un poco más alta, sin gritar. Énfasis en palabras clave. Pausas frecuentes. Y palabras bien pronunciadas. Acompañar el lenguaje oral del lenguaje corporal. Utilizad frases cortas, pero completas. Ver juntos libros de imágenes, cuentos, fotos, revistas, programas de la tele...cosas que le interesen y ayuden a entablar conversación. Son muy útiles las situaciones que se repiten a un horario más o menos estable: baño, comida, irse a la cama... Eso le dará una seguridad, pues ayudan a la orientación temporal. Así podremos introducir verbos de pasado, presente y futuro, ya que son una referencia fija cada día. Cuando habléis con él miradlo siempre a la cara, dejando cualquier actividad. Es la manera de que se centre en la conversación y no se distraiga. El mismo también tendrá que mirar a la cara a la persona con quien esté hablando. En la
medida de lo posible, hay que ponerse a su altura, para no obligarle a forzar el cuello. A medida que se interese por los objetos, los irá nombrando. Seguramente serán producciones aún imperfectas, pero válidas. Es importante no reírle la gracia de hablar mal. Esto a veces resulta difícil porque puede emplear expresiones simpáticas. Devolved la palabra que haya dicho, pero correctamente pronunciada y en varias frases distintas. Mejor que corregir de forma directa, repetir su frase, pero un poco más larga y añadiendo alguna información. No interrumpirle nunca para una corrección. Es más importante lo que tiene que decir que cómo lo dice. Ya habrá tiempo para mejorar. Lo que importa es que quiera decirnos algo. Respetar su iniciativa, adaptándonos a la situación que el niño propone. Hacer buenas preguntas para dar cuerda a la conversación : demostrar interés, dar opciones de respuesta, evitar preguntas que agobian o las que tienen la respuesta incluida en la pregunta. Reforzar socialmente (premiar con sonrisas) cualquier intento del niño por mejorar. Libros ilustrados, cuentos con estructura clara (comienzo, nudo y desenlace), películas de dibujos animados, bailes y canciones infantiles...son recursos que pueden utilizarse mucho. También son útiles los juegos de mesa sencillos, con reglas invariables y cantinelas fijas, que puede ir aprendiendo. El cuento de la noche hay que recuperarlo. Que descubra el mundo de los sonidos. El lenguaje se aprende de oído. Son aconsejables los ejercicios de labios y lengua, presentándolos a manera de juego: bostezo, boca de león, de pez, la casa de la señora lengua...
Los mismos órganos que empleamos para comer (lengua, labios, mandíbula...) son los que usamos para hablar. Por lo tanto, tenemos que facilitarle una alimentación adecuada no sólo en los nutrientes sino también en la presentación. Los niños tienen que masticar, mover el bolo alimenticio con la lengua y retenerlo con los labios y tragarlo. Es un ejercicio excelente de preparación de esos órganos para el habla. Hay que evitar obsesión por mejorar el lenguaje del niño. Una insistencia excesiva en su forma de hablar, no ayuda demasiado. Hay que ser padre y madre, no terapeuta. Es importante también la intuición, el sentido común. ACTITUDES NECESARIAS DE LOS PADRES Y PROFESORES ANTE LOS BLOQUEOS DE LOS NIÑOS: 1. No reaccionar mal ante el bloqueo. No manifestar ningún signo (verbal o gestual) de impaciencia o ansiedad. Mantener el contacto ocular durante la conversación. 2. Nunca se le hará repetir una frase o una palabra, si se ha bloqueado en ella. Tampoco se le dirá que hable con tranquilidad. Es mejor estar nosotros tranquilos, para inspirar el sosiego necesario. 3. No reñir ni ridiculizar por los bloqueos. Pero no premiar tampoco los momentos de fluidez, de habla normal. 4. Evitar todo tipo de situaciones de tensión. No hacer observaciones sobre su forma de hablar. Que no tenga apenas contacto con personas que puedan perjudicar en este sentido.
5. Darle tiempo para que termine la frase. No adivinar siempre lo que quiere decir. No interrumpir, excepto si se bloquea de verdad. Si aparecen signos de verdadero esfuerzo, intervenir suavemente para distraer la atención. 6. Dar conversación y animar en situaciones de no-tensión. 7. Comentar programas de televisión, libros, hablar de cosas de su interés, haciéndolo despacio, con pronunciación clara. 8. Procurar que cada noche se acueste en situación relajada y tranquila. Que duerma un número suficiente de horas. 9. Evitar angustia y obsesión por los bloqueos. Se da cuenta y es cuando surge el verdadero problema. 10. Cuando se encuentre en grupo, dos normas fundamentales: Que no hable al mismo tiempo que otro. Que nadie en el grupo interrumpa al que está hablando. CONSEJOS QUE DEBE PROCURAR SEGUIR LA PERSONA QUE TARTAMUDEAN: 1. Hablar más lentamente. 2. Hablar en un volumen moderado. 3. No luchar contra el ambiente (ruido excesivo o constantes interrupciones). 4. Tiempo fuera. Guardar silencio unos segundos cuando se produce el bloqueo. 5. Vocalizar.
6. Hacer pausas frecuentes (los puntos de la lectura). 7. Hablar con aire suficiente. Inspiración profunda. Si la frase es demasiado larga, tener en cuenta las pausas. 8. Evitar la prisa y su entorno: No hablar deprisa. No tener prisa por hablar (respetar los turnos). No hablar cuando se tiene prisa. No hablar con quien tiene prisa CONSEJOS PARA EL CUIDADO DE LA VOZ EN LOS NIÑOS Y ADULTOS: 1. Hablar despacio y con pausas. Si se habla demasiado rápido la respiración será superficial y difícil. 2. Vocalizar: moviendo bien la boca, lo dicho se oye mejor con menos esfuerzo. 3. No hablar gritando: acercarnos si podemos, evitando la distancia. 4. No hablar con la cabeza girada o forzando el cuello: colocar nuestra cabeza a la altura de la del niño. 5. Evitar conversaciones en ambientes ruidosos que obligan a elevar la voz para hacerse oír. No competir con ruidos fuertes. 6. No hablar durante mucho tiempo seguido. Si el niño habla mucho, podemos hacer comentarios a lo que dice, o distraerlo, para que descanse. Turnos de conversación. 7. Beber agua. Mantener la garganta hidratada.
8. No hablar mientras se transporta un objeto pesado o mientras se hace ejercicio físico intenso. 9. Hablar menos cuando se atraviesa una enfermedad que afecte a la garganta. 10. No cantar forzando la voz. 11. Dormir un número de horas suficientes. 12. Usar ropa que no oprima mucho cuello ni vientre. 13. Acostumbrar a respirar por la nariz (por ejemplo, cuando se está callado, escuchando). 14. Evitar olores fuertes de droguería: lejía, colonia fuerte De igual forma, evitar los ambientes polvorientos. 15. Evitar cambios bruscos de temperatura. 16. En invierno hay que abrigarse el cuello y tomar bebidas moderadamente calientes. En verano, no tomar deprisa bebidas demasiado frías.