INTRODUCCIÓN LA VEGA DE GRANADA Y EL TABACO
CAPÍTULO I LA VEGA DE GRANADA 3
INTRODUCCIÓN. Capítulo I La Vega de Granada G ranada es el centro rector de una importante comarca agraria, una de las primeras de Andalucía y aún de España. Aunque en principio su distrito agrícola abarca casi toda la provincia, su área de dependencia inmediata son las fértiles y ricas tierras de la depresión granadina y, en especial, las regadas desde muy antiguo por las aguas del Genil, Darro, Monachil y Dílar, a través de un complicado y a la vez sencillo sistema árabe de acequias, conocidas específicamente con el nombre de Vega de Granada. La Vega de Granada es el resultado de la acumulación de materiales postorogénicos del Mioceno inferior, cubiertos con limos terciarios del Cuaternario. Constituía el centro neurálgico de la vida económica de la provincia, con una extensión de 24,000 Has de regadío presenta un variado paisaje. Situada al sudoeste de la capital presentaba un animado paisaje que iba desde Fuente Vaqueros (aunque también hay quien ubica el inicio de la Vega en Láchar) hasta Huetor Vega y Cájar, pasando por un sin fin de poblaciones cada vez más unidas entre sí (Belicena, Ambroz, Cúllar Vega, Churriana, Las Gabias, Chauchina, El Jau...). Pero la ciudad, que absorbe mucho y da poco, ha provocado un cambio desigual entre Granada y sus contornos rurales, malviviendo la Vega entre pistas de aterrizaje, carreteras y complejos residenciales. Rodeados por los olivares, los campos cerealistas y la urbe, aparecen los choperales, las huertas y la vega propiamente dicha, con su intrincado damero de parcelas abiertas, dedicadas sobre todo al cultivo de cereales y plantas industriales. Estas últimas, de una u otra forma, han sido siempre el elemento esencial. Primero, en la época musulmana, la seda, más Fig. 1 La Vega de Granada, 24,000 hectáreas de regadío tarde en los siglos XVIII y XIX, el cáñamo y el lino, más cerca de nosotros, la remolacha azucarera, y hoy, pese a su declive en los últimos años, el tabaco. En los años de tránsito del siglo XIX al XX, el panorama que presentaba la economía granadina no podía ser calificado de brillante, aunque sí de prometedor. La agricultura de la Vega se había mantenido a lo largo del siglo XIX en unos términos tradicionales, en los que la ruina de los cultivos del lino y el cáñamo había provocado un desequilibrio en unos esquemas rudimentarios y aferrados a viejos estilos. 4
Los Secaderos de Tabaco en la Provincia de Granada: Evolución y Reconversión Este cuadro se vería roto por el despegue que supuso el cultivo y la industria de la remolacha durante casi 40 años, hasta que una crisis, en parte nacional y en parte debida a la disminución de la productividad en Vega como consecuencia de la explotación sin abonos, provocó el cierre sucesivo de las innumerables fábricas azucareras que se habían levantado en el fragor del momento. A partir de 1930, la remolacha dejará de ser un cultivo rentable, manteniéndose, casi por inercia a lo largo de unos diez años más. El vacío dejado por la remolacha fue ocupado por cultivos tradicionales, de gran demanda en aquellos momentos de escasez alimenticia: cereales, patatas y, en menor medida, las habas. Junto a ello, una planta industrial venía a ocupar en parte el lugar de primacía: el tabaco. El tabaco fue el cultivo industrial que se mantuvo inmutablemente con un puesto destacado entre las producciones de la comarca. En ciertos aspectos se le puede considerar sucesor de la remolacha y en cierto modo representativo de la fase agrícola que siguió a ésta. El cultivo del tabaco se introdujo oficialmente en la campaña 1923-1924. So ensayos tímidos primero, que producen unos resultados positivos, ya que la nueva planta encaja perfectamente en el sistema de la Vega y en su tipo de explotación. En 1925 se creaba el Sindicato de Cultivadores de Andalucía Oriental, y ese mismo año se ocupaba la antigua azucarera de Nuestra Señora de las Angustias, adaptándola como centro de fermentación. El tabaco termina por convertirse en esa planta industrial que ha sido una constante en la planificación de la Vega, la cual llegaría a alcanzar unos niveles de producción destacados en el panorama nacional (el 60% del total). Los típicos secaderos se convertirían desde entonces en algo consustancial del paisaje; y aunque el tabaco no alcanzó nunca la significación que la remolacha tuvo sí ayudó a remontar la crisis de la época y quizás haya modificado el aspecto de la Vega más que ningún otro cultivo. Fig. 2 La imagen de la Vega no sería la misma sin los tradicionales secaderos de tabaco que la salpican 5
INTRODUCCIÓN. Capítulo I La Vega de Granada Fig. 3 La Vega de Granada es un depresión en la que confluyen la aguas procedentes de las sierras que la rodean, creando un vergel que se extiende desde Láchar hasta las faldas de Sierra Nevada 6