Michele Bennardo - Lorenzo Bortolin Benito Cutellè el diácono Quién es? Qué hace? Cómo convertirse en uno? Presentado por el card. Severino Poletto
A Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Severino Poletto, Arzobispo de Torino, en el 50 aniversario de la ordenación presbiteral
Índice Presentación (Card. Severino Poletto) 9 Prefacio 11 Preliminares 15 Introducción 17 Quiénes son los diáconos? 23 Los fundamentos bíblicos 27 Las Cartas paulinas 29 Los Evangelios 35 Los Hechos de los Apóstoles 37 El diaconado en los Padres de la Iglesia 39 La Didajé de los doce apóstoles 39 Clemente de Roma 41 Ignacio de Antioquía 43 Policarpo de Esmirna 45 Hermas 46 Justino 46 La didascalía de los apóstoles 48 La Tradición apostólica 50 Las Constituciones apostólicas 52 El Testamento de nuestro Señor Jesucristo 53
La crisis y la desaparición del diaconado 55 La restauración del diaconado 61 El Concilio de Trento 61 El Concilio Vaticano II (1962-1965) 64 Los documentos papales posconciliares 68 El Código de Derecho Canónico (1983) 71 Los documentos de las Congregaciones Vaticanas para la Educación Católica y para el Clero 77 Normas fundamentales para la formación de los diáconos permanentes 79 Directorio para el ministerio y la vida de los diáconos permanentes 82 Los documentos de la CEI (1971-1993) 83 Qué hacen los diáconos? 95 La diaconía de la liturgia 96 La diaconía de la Palabra 99 La diaconía de la caridad 101 Cómo convertirse en diácono hoy en día? 105 Preliminares 105 El camino de la formación diaconal en la Iglesia católica 105 El rito de admisión entre los candidatos al diaconado 107 El tiempo de la formación 107 El lectorado 109 El acolitado 109 Un ejemplo de camino diaconal: Torino 111 El cardenal Michele Pellegrino (1965-1977) 111
El cardenal Anastacio A. Ballestrero (1977-1989) 113 El cardenal Giovanni Saldarini (1989-1999) 116 El cardenal Severino Poletto 117 Algunos datos estadísticos 123 Conclusiones 127 Apéndice Los diáconos en la historia de la Iglesia 131 San Timón 132 San Felipe 133 San Nicanor 134 Santa Febe 135 San Esteban 135 San Felipe de Palermo 137 San Taciano 137 San Exuperancio y san Marcelo 138 San Flaviano 138 San Ferrucio 139 San Fortunato 140 San Felicísimo y san Agapito 141 San Lorenzo 141 San Tarcicio 142 San Marino 143 San Modesto 143 San Vicente de Zaragoza 144 San Damián de Terracina 145 San Sisinio 146 San Efrén 147 San Marcos y san Marcelino 147
San Ciriaco de Roma 148 San Euplo de Catania 149 San Prócolo 150 San Bonifacio 151 San Abibo de Edesa 151 San Fausto de Alejandría 152 San Benjamín 153 San Anastasio de Jerusalén 154 San Romolo de Atripada 154 San Hilario de Viterbo 155 San Eugenio de Florencia 156 San Terencio de Imola 156 Beato Pedro el Levita 157 San Odgero 159 San Próspero de Casale Monferrato 160 San Walabonso 161 San Bernardo de Mentón 162 San Arialdo de Milán 163 San Cleto de Tivoli 165 San Francisco de Asís 166 Fuentes y bibliografía 169 Fuentes 169 Patrísticas 169 Magisteriales 170 Bibliografía 172 Volúmenes 172 Artículos e intervenciones 175 Actas de Congresos nacionales e internacionales 181 Índice analítico...185
Presentación Me complace presentar a los lectores esta publicación sobre el diaconado permanente, editada por dos diáconos de mi Arquidiócesis de Torino y por un diácono de la Diócesis de Susa. El título del libro El diácono. Quién es? Qué hace? Cómo convertirse en uno? ya adelanta el tipo de reflexiones que los autores les ofrecen a las comunidades eclesiásticas y sobre todo a aquellos que estuvieran interesados en valorar el eventual llamado al diaconado permanente. La restauración del diaconado permanente, establecida por el Concilio Vaticano II, fue un don especial de gracia para toda la Iglesia. En la Arquidiócesis de Torino pude constatar personalmente en qué medida los 133 diáconos permanentes son un gran recurso, ya sea bajo el orden diocesano o el de la comunidad parroquial en las que prestan su servicio de evangelización, de caridad y de culto hacia Dios. En las visitas pastorales que llevo a cabo, tengo la posibilidad de constatar en persona cuán valiosa es la presencia de los diáconos permanentes en nuestras comunidades. No en todas hay un diácono pero, en donde lo hay, éste ayuda a los sacerdotes en diferentes ámbitos importantes de su ministerio pastoral. Por este motivo, felicito a los autores de este texto quienes, después de haber presentado los fundamentos bíblicos y la historia del diaconado, desde los orígenes hasta nuestros 9
Bennardo Bortolini Cutellè días, y de haber ahondado en las normas para la formación dictadas por el Directorio para el ministerio y la vida de los diáconos permanentes, describen la experiencia del diaconado en la Arquidiócesis de Torino, incluyendo después en el apéndice una interesante serie de figuras de diáconos santos que con su testimonio y su santidad enriquecieron la historia de la iglesia. Que esta publicación ayude no sólo a dar a conocer la vocación al diaconado permanente, sino que también suscite respuestas generosas por parte de tantos hombres buenos y preparados, a quienes el Señor les ha entregado el carisma de este llamado. este es mi deseo aunado al sincero reconocimiento del trabajo que los autores llevaron a cabo y que sin lugar a dudas servirá para el bien de la iglesia. Torino, 9 de junio del 2007 San efrén diácono y doctor de la iglesia +Severino Card. Poletto Arzobispo de Torino. 10
Prefacio Una imagen idónea para ilustrar la historia del diaconado permanente en la vida de la Iglesia parece ser la del río cárstico, que aparece y desaparece para volver a aparecer. De hecho, el diaconado permanente, presente en las comunidades cristianas paulinas y, de forma incierta y embrionaria, en la de Jerusalén, se afirma en los primeros cuatro siglos con una fuerte presencia que, después progresivamente, a partir del siglo V, se reduce hasta desaparecer en la práctica, mas no por ley, en los últimos siglos del primer milenio. Las razones de su desaparición de facto son muy discutidas por los historiadores. Se asiste a algunas reapariciones factuales esporádicas, como en el diaconado de san Francisco de Asís, o de ley como en el Concilio ecuménico de Trento (1545-1563), que dispuso su restauración junto con otros ministerios, lo que sin embargo no se respetó. Cuatro siglos después, el Concilio Vaticano II (1962-1965), otro concilio ecuménico, fue el encargado de confirmar la decisión tredentina, con su documento más importante, la constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium. Dos aserciones importantes de valor teológico con respecto al diaconado están presentes en los textos conciliares: el diaconado constituye el primer grado de la jerarquía católica y el primer grado del sacramento del Orden, en el que se introdujo con una ordenación sacramental. 11
Bennardo Bortolini Cutellè la autorizada palabra conciliar no fue letra muerta. después de algunas intervenciones de Pablo Vi, en los años 1967-1972, que ponían en práctica las decisiones conciliares, conferencias episcopales individuales a nivel nacional a las que el Concilio había delegado la decisión sobre la restauración del diaconado permanente, legislaron en esta materia. la restauración del diaconado permanente se llevó a cabo de manera gradual pero consistente, sobre todo en los países que no habían sido previstos de manera directa por los Padres conciliares, como en las iglesias de norte América y en algunos países de europa occidental, como italia. la cei (conferencia episcopal italiana) interviene con algunas normas el 8 de diciembre de 1971, dejándoles únicamente a los obispos diocesanos la decisión de llevar a cabo una reforma. la Santa Sede dio un paso importante a nivel legislativo con la promulgación del Código de Derecho Canónico en 1983 por parte de Juan Pablo II, quien acogió, reelaboró y concretó en diversos cánones las orientaciones teológicas y pastorales del magisterio eclesiástico con respecto al diaconado. de gran importancia fueron las intervenciones de 1998, desde entonces imprescindibles, de dos congregaciones romanas, la congregación para la educación católica y la Congregación para el Clero, que produjeron las Normas fundamentales para la formación de los diáconos permanentes (la Ratio Fundamentalis) y el Directorio para el ministerio y la vida de los diáconos permanentes, respectivamente. Todo este camino es ilustrado en el presente volumen editado por tres diáconos permanentes, Michele Bennardo, de la diócesis de Susa, lorenzo Bortolin y Benito cutellè, de la diócesis de Torino. Con el fin de proponer un ejemplo diocesano de camino posconciliar, los autores le dedican el úl- 12
El diácono timo capítulo al camino que se llevó a cabo en la diócesis de Torino a partir de 1972, año en que el arzobispo, el cardenal Michele Pellegrino (1965-1977), firme creyente de la validez del diaconado permanente, lo introdujo en su diócesis. el cardenal Anastasio Ballestrero (1977-1989), quien tenía un gran aprecio por los diáconos, hizo que fueran cuatro los años de su formación y estableció normas a favor de ella. Su sucesor, el cardenal Giovanni Saldarini (1989-1999), estableció a su vez importantes normas y reestructuró orgánicamente el camino de formación, llevándolo a cinco años y articulándolo en un bienio propedéutico y en un trienio teológico. el actual arzobispo, el cardenal Severino Poletto, estableció en cambio normas sobre la retribución económica de los diáconos en ministerio. El apéndice ofrece de manera cronológica perfiles sintéticos de los diáconos santos, desde los orígenes hasta san Francisco de Asís. Este volumen se propone como un útil instrumento de información documentada sobre la historia del diaconado permanente en sus dos fases: la antigua, desde los orígenes hasta el siglo Vi, y la contemporánea, a partir del concilio ecuménico Vaticano ii (1962-1965) y actualmente en pleno desarrollo. Don Giuseppe Tuninetti Delegado Arzobispal para el Diaconado permanente en la Arquidiócesis de Torino 13