From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena February, 2007 Un mundo sin capitalismo Guillermo Arosemena Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/2/
UN MUNDO SIN CAPITALISMO? En la última edición de la influyente revista Foreign Policy hay un artículo titulado El continente perdido; comienza mencionando que América Latina es incapaz de competir en el escenario mundial; su importancia internacional va declinando y cuando hace noticias, estas se refieren al populismo que se encuentra plagado en la región. Para el autor, lo que une a los países latinoamericanos son los mediocres y prolongados resultados económicos, y el deterioro de las formas tradicionales de organización política, incluyendo los partidos. En el extenso análisis, el escritor demuestra cómo la región en mención ha venido perdiendo importancia en el mundo, tomando como referencia el período 1970-2005 y para probarlo usa dos variables: las exportaciones con relación al producto interno bruto, disminuyeron de 5% a 3,5%, a pesar de que los precios de los productos primarios se ubicaron en precios históricamente altos; la inversión extranjera en relación a la inversión extranjera en todo el mundo, descendió de 9% a 3%. La falta de capacidad de los gobernantes para hacer crecer las economías y el nivel de vida de nuestra región, no se inició hace 35 años, ha sido la constante desde que las repúblicas se independizaron de España. Al terminar el año 2000, el Banco Interamericano de Desarrollo publicó el libro Progreso, Pobreza y Exclusión, para evaluar los resultados del siglo XX y también fueron desconcertantes; durante ese período, la participación de América Latina en relación a la economía mundial había disminuido en todas las variables: producto interno bruto, exportaciones, inversión extranjera, etc. Si revisamos la extraordinaria investigación de Angus Maddison y retrocedemos a 1820, vemos que la situación de ese año y el de 1900, fueron similares. En el siglo XIX, también perdimos importancia. Si la conducta de la sociedad latinoamericana ha sido la misma en los últimos dos siglos y parece que no cambiará en el actual, es señal de que algo muy malo existe en nuestra cultura y nuestros genes. Esto explica los resultados de las innumerables investigaciones que se han hecho sobre la importancia de la cultura en el crecimiento económico. El fracaso económico crónico durante siglos no es culpa de grandes potencias, ni del capitalismo, en la práctica este nunca ha existido, ni la democracia. El fracaso tiene raíces culturales y de institucionalidad; nuestra región ha sido incapaz de progresar al ritmo de otras regiones. Cambio tiene que ver con innovación, está con investigación y la última con curiosidad. Ninguna de esas características se identifican con el latinoamericano. Ecuador es un ejemplo de país recalcitrante: estamos en contra de todo lo que significa progreso, nos aferramos a teorías obsoletas y criticamos sin fundamento el sistema económico que ha sido el único capaz de probar estar equivocada la afirmación de Malthus de que el mundo
desaparecería debido a la hambruna producida por el exceso de gente y el poco rendimiento de la tierra. Ese hubiera sido el futuro de la humanidad de no haberse creado el capitalismo. Con el feudalismo, mercantilismo, socialismo o comunismo, jamás hubiéramos alcanzado los niveles de productividad que el mundo disfruta actualmente, ni disminuido el número de muertes al nacer, aumentado la esperanza de vida, incrementado el número de ciencias exactas que han hecho posible mejorar el nivel de vida, etc. Durante los años de 1000 a 1800, en que los sistemas económicos feudalismo y mercantilismo se imponían, el ingreso promedio por habitante aumentó apenas 100%, pero a partir de 1800, con el nacimiento del sistema capitalista o libre mercado, hubo una explosión de nuevas ideas en lo político, económico, legal y tecnológico, lo que creó las bases para aumentar el ingreso a niveles sin precedentes, más de 17 veces. Qué hubiera sucedido a la humanidad, si los países hubieran continuado con el feudalismo o mercantilismo, causante de la mayoritaria pobreza en que vivía la gente, o a fines del siglo XIX desaparecido el capitalismo e impuesto el socialismo? En el mundo precapitalista no existía suficiente producción agrícola e industrial, era marginal y la población crecía, a pesar de las plagas que se presentaban periódicamente, matando a decenas de millones de personas. El consumo igualmente era insuficiente, así como la distribución de bienes y servicios. El cambio era esporádico, por no haber incentivo a la creatividad, esencial en el proceso innovador. Para producir se usaba la fuerza humana y animal; la falta de conocimientos impedía el desarrollo tecnológico. Por haber escasez de todo, se afirmaba que la economía era la ciencia del pesimismo. En ese entorno, no había historias de éxito o prosperidad, no podía haber en un mundo de escasez. La visión apocalíptica del mundo comenzó a cambiar a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando economistas ingleses comenzaron a cuestionar el estatus quo y desarrollaron teorías revolucionarias sobre cómo manejar la economía. Una de ellas es la importancia de la especialización, para incrementar la productividad y por ende, la producción. Cuando nació el capitalismo se inició la carrera para alcanzar la prosperidad. Todos los países tuvieron la misma opción, pero no todos la aceptaron. La plétora de inventos afectaron favorablemente la vida de la gente, por primera vez nació la clase media que se volvió altamente consumidora. Pero el capitalismo tuvo sus detractores, con pensamientos apocalípticos de que acumular riqueza no ayuda a los pobres. El mismo Adam Smith los denunció. En 200 años, países que eran pobres, pasaron a ser ricos, pero otros optaron por seguir siendo pobres. En esta última categoría se encuentra
la mayoría de las naciones latinoamericanas, incluyendo lamentablemente la nuestra. Desde la creación del capitalismo se han dado tres revoluciones: la primera Revolución Industrial, iniciada en el siglo XVIII; la segunda Revolución Industrial, que comenzó en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX y la Revolución de la Información y Comunicaciones, que también se originó en este último país, a partir de los setenta. Todas ellas, revoluciones de ideas, innovación y tecnología, impactaron transformando favorablemente la vida de los seres humanos. Fueron revoluciones de libertades, de permitir que las personas liberen sus mentes al máximo potencial para sacar de ellos la creatividad que ha permitido la producción de innumerables bienes y servicios en beneficio de la humanidad. Sin la invención de la refrigeración, Ecuador no hubiera podio exportar su banano, ni ningún bien perecible. Centenares de miles de personas no hubieran podido trabajar en el campo, sin la invención de la maquinaria y equipos agrícolas; todavía se estaría usando en Ecuador implementos inventados por los romanos, como cuando nos independizamos. Las revoluciones comunistas y socialistas han servido para acallar las libertades y eliminar la iniciativa individual. Millones de personas fueron asesinadas por quienes ejerciendo el poder, trataron de imponer sus ideas a través de las armas y el terror. Entre los hombres más sanguinarios en la historia de la humanidad se encuentran Stalin, Mao Zedong y Castro, quienes fueron responsables de la muerte de mínimo 60 millones de personas. Pero ellos no son los únicos, hay otros, por ejemplo Pol Pot de Cambodia, quien asesinó a no menos de 2 millones de contrarios a su filosofía comunista. Es muy penosa la confusión existente en ciudadanos de Ecuador y otros países, latinoamericanos, quienes por desconocimiento o mala fe repiten información equivocada o la tergiversan. Sostienen que el capitalismo es la causa de la pobreza en el mundo al asociarlo con la gente rica. Como se ha visto en la primera parte de este artículo, el capitalismo cumplió un rol totalmente diferente al que se sostiene, sirvió para disminuir la pobreza y dar oportunidades a la gente para mejorar su nivel de vida. La semana que termina, Edmundo Phelps, recientemente ganador del premio Nóbel en Economía, escribió un artículo para el Wall Street Journal bajo el nombre de Capitalismo Dinámico, para describir la fertilidad de la economía porque ese sistema permanentemente genera ideas innovadoras que son tecnológicamente posibles de convertirse en bienes y servicios y además demuestra el talento humano para producir innovaciones exitosas. El sistema de libre mercado está estructurado de tal forma que facilita y estimula ese dinamismo, que no se da en el socialismo. Es la extraordinaria capacidad de transformar la economía lo que permite niveles tan elevados de productividad, herramienta la más poderosa para mejorar el nivel de vida. Esto explica el estancamiento de países como Francia, Alemania e Italia.
Son abrumadoras las evidencias históricas y actuales de los beneficios de la economía de mercado; sin embargo, el pensamiento de izquierda no admite esa realidad, haber sido y continuar siendo la herramienta más eficaz para disminuir la pobreza. El Banco Mundial hizo un estudio comparando el progreso humano de los últimos 50 años, para lo cual utilizó el Índice de Desarrollo Humano. La media actual es muy superior a la de 1950; en salud, educación e ingresos, el mundo ha mejorado notablemente. Entre el 2000 y 2005, la economía mundial creció 15 billones de dólares (equivalentes a 15 trillones estadounidenses), valor que representa el producto interno bruto de China durante más de 10 años. Nunca antes en la historia de la humanidad han existido tantos países con crecimiento económico sostenido superior a 6% anual, en economías que usan total o parcialmente el sistema capitalista. La gran ironía de la izquierda es que disfruta de los bienes inventados por el capitalismo. En Ecuador, gracias a la inventiva capitalista, la población ha comprado más de 7,000,000 de teléfonos celulares y por primera vez pueden estar permanentemente conectados con sus familiares o relaciones comerciales; anualmente adquieren 80,000 automóviles, que les permiten transportarse más rápido y con mayor seguridad; compran decenas de miles de refrigeradoras, cocinas y unidades de aire acondicionado, para vivir con mayor dignidad, etc. Todos esos beneficios contribuyen a incrementar el nivel de vida de los ecuatorianos. Recientemente Globalsacan, prestigiosa investigadora de mercado internacional, hizo una encuesta en 20 países, preguntando si el sistema de libre mercado y empresa, es el mejor sistema económico para basar el futuro del mundo. Los países asiáticos creen más en el capitalismo que los latinoamericanos, China ocupó el primer lugar con 74%, seguido de Filipinas, 73%; Corea del Sur e India, ambos 70%. En Estados Unidos, 71% respondió favorablemente. En Méjico, 61%; Brasil,57% y Argentina,42%. Muhammad Yunus, quien recientemente ganó el premio Nóbel de la paz, por su labor en el microcrédito, afirmó que a él no le preocupaba que la gente se haga rica, lo que no podía aceptar es que se haga más pobre y que la caridad creaba dependencia, lo que impide usar la energía del ser humano a ser creativos. Lula, quien fue reelecto presidente de Brasil, en su primer discurso después de la victoria, comentó que primero hay que hacer crecer la economía para luego pensar en mejorar la distribución de la renta. En Ecuador, los izquierdistas sueñan con repartir pobreza.