Bienal de Venecia 2011 Pabellón Argentino
Sobre la Bienal Primera edición 1895 Primera bienal del mundo Exposición internacional de arte celebrada cada dos años Promoción de las tendencias de vanguardia Organización por pabellones nacionales Edición número 54 Del 4 de junio al 27 de noviembre de 2011
Presencia argentina en la Bienal Argentina participa desde 1901 Curador Rodrigo Alonso Artista Adrián Villar Rojas La representación argentina de este año se propone como una apuesta al futuro, como una plataforma para entablar un diálogo con el circuito artístico internacional, y al mismo tiempo, generar interés hacia la escena artística argentina. Aunque dicha representación será llevada adelante por un único artista, su elección ha tenido en cuenta la posibilidad de exhibir y señalar, a través de su obra, la calidad de la producción de los creadores que habitan este país. Rodrigo Alonso
La obra La obra que Adrián Villar Rojas presenta en la Bienal de Venecia pertenece a una serie de esculturas monumentales realizadas en arcilla que surgen de historias de ficción y posibilidades científicas. Puede ser considerada como la manifestación material de unos universos alternativos (multiversos), una aparición que cuestiona nuestras nociones cotidianas de la realidad y el mundo. Las figuras poseen una escala sobrecogedora y superficies añosas. Parecen los restos de un Imperio devastado o las ruinas de una cultura antigua que desapareció hace tiempo atrás. Pero su apariencia es engañosa. Estos volúmenes erigidos como monumentos podrían ser también una posible transfiguración de nuestro presente, o incluso una mirada hacia un porvenir potencial. Pasado, presente y futuro se funden en ellas, desarticulando todo sentido de la temporalidad. Villar Rojas toma su inspiración de la teoría de los multiversos. Ésta establece que es posible que existan diversos universos como consecuencia de pequeñas variaciones en los procesos evolutivos del cosmos. En estos mundos paralelos, los humanos y otras criaturas tienen formas, apariencias y propiedades diferentes. Así, las esculturas pueden ser vistas como la materialización de estos seres o como una variación de nosotros mismos. Simultáneamente, se cuenta una historia. Los miembros de una civilización final se juntan en un viejo anfiteatro para representar sus orígenes hasta que mueren. Sus restos son ahora la última obra de arte de su historia, un último acto estético. Construyo monumentos porque no estoy listo para perder nada, asegura Adrián Villar Rojas. Pero igualmente hay una sensación de pérdida aquí. Las esculturas remiten a algo extraordinario y bello que somos incapaces de comprender. Son monumentos a una memoria ignota y metáforas de una resistencia silenciosa. Una última obra de arte de la humanidad.
El asesino de tu herencia 2 meses de trabajo in-situ 10 escultores y constructores 6 asistentes, productores y diseñadores 25 toneladas de materiales consumió la producción de la instalació
Obras anteriores Lo que el fuego me trajo (detalle), 2008. Instalación: Ladrillos, cemento, arena, espejos, arcilla (cruda), madera, rocas, jabones, tanques de agua de fibrocemento, escombros, capot de Ford Escort, caracoles y porcelana fría. 800 x 2400 x 1000 m. Galería Ruth Benzacar (Buenos Aires). Foto Ignacio Iasparra Cortesía del artista y de la Galería Ruth Benzacar
Obras anteriores Mi familia muerta, 2009, Escultura site-specific, Arcilla (cruda), madera, rocas y vidrio 500 x 350 x 2800 cm Bienal del Fin del Mundo. Ushuaia. Argentina. Foto Carla Barbero. Cortesía del artista
Obras anteriores Mi abuelo muerto [Reprise Edition], 2010. Escultura site-specific. Arcilla (cruda), cemento, tela de arpillera y madera, 500 x 2300 x 400 cm. Akademie der Künste, Berlín, Alemania. Foto Adrián Villar Rojas. Cortesía del artista y la Akademie der Künste
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