Consumo y crecimiento de terneros criados artificialmente con dietas sólidas diferentes.

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Transcripción:

Facultad de Ciencias Veterinarias -UNCPBA- Consumo y crecimiento de terneros criados artificialmente con dietas sólidas diferentes. Pared, Sergio Ignacio; Bergonzelli, Pablo; Bilbao, Gladys. Marzo, 2017 Tandil

Consumo y crecimiento de terneros criados artificialmente con dietas sólidas diferentes.. Tesina de la Orientación Producción Animal, Área de Bovinos de Leche, presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Pared, Sergio Ignacio. Tutor: Med. Vet., Bergonzelli, Pablo Director: Dra., Bilbao, Gladys Evaluador: Med. Vet., M.Sci., Alvarado, Patricia I.

Dedicatoria Este trabajo está dedicado a todas aquellas personas que me acompañaron esta hermosa carrera, Teresita mi madre que sin su apoyo no hubiera podido venir a Tandil, a mi padre Ramón que mas haya que no estuvo físicamente siempre me ha acompañado, a mi hermano Cristian. Los amigos y colegas que me acompañaron durante la carrera, Meli, Santi, Vane y Viqui. A un gran amigo y compañero de vida Walter. A Soca una coequiper que más allá de acompañarme técnicamente durante el trabajo, me acompaño psicoemosianalmente con su experiencia en el campo. A Gladys por acompañarme en mi formación profesional.

Agradecimientos A Facundo Palma Parodi, Nicolás Crespo, Jazmín Molina y Leo Díaz, por su colaboración en el trabajo de campo. A mi tutor Pablo Bergonzelli y a la firma Diesil S.A. por el apoyo brindado durante el ensayo. A mi directora Gladys Bilbao, Sofia Gatius y Roberto Rubio por acompañarme durante este trabajo. A Silvina, Mónica Y Graciela por brindarme el espacio en el laboratorio de nutrición de la facultad. A Julieta por prestarme elementos del laboratorio de calidad de leche.

Resumen El objetivo del trabajo fue evaluar el consumo de materia seca (MS) y energía bruta (EB), la evolución del peso vivo y el índice de conversión alimentaria (ICA) de dos dietas sólidas con 6 L de leche. Se utilizaron cuarenta terneros (20 machos y 20 hembras) cruza Montbeliarde- Holstein distribuidos en dos grupos de 20 terneros (tratamientos N y M). La alimentación durante el ensayo se compuso de leche (6 L/día hasta el día 30 y 4 L/día hasta el 45) y dieta sólida (N: sustituto lácteo hasta el día 20 y, posteriormente, iniciador hasta el 60; M: alimento balanceado iniciador desde el día 1 al 60). Se registró el peso vivo de los terneros al ingresar al sistema de crianza artificial, semanalmente y al finalizar la crianza; y el consumo de alimento sólido diariamente por diferencia entre ofrecido y rechazado hasta el día 45 y, posteriormente, se determinó el consumo acumulado cada cinco días (oferta diaria y rechazo final) hasta el día 60. Al no detectarse diferencias significativas entre tratamientos para ninguna de las variables analizadas, se concluye que las dietas sólidas utilizadas en este trabajo no provocaron diferencias en el consumo de MS y EB, y la evolución del peso de los terneros de ambos tratamientos fue semejante. Además, se observó que: 1) al disminuir de 6 a 4 L/día la oferta de leche, el consumo de MS del alimento sólido se mantuvo constante durante los primeros 8 días y, posteriormente, aumentó en forma sostenida; 2) al desleche, el consumo de MS de alimento iniciador del 76% de los terneros fue 1 kg/día, lo cual demostraría que la dieta con 6 L/día de leche en los primeros 30 días de vida no limitaría el consumo de sólido necesario para asegurar el crecimiento continuo después del desleche. Palabras clave: alimentación terneros, crianza artificial, consumo, evolución del peso vivo, índice de conversión alimenticia.

Índice Página 1. Introducción. 1 2. Objetivos. 1 3. Revisión Bibliográfica. 2 3.1. Ternero lactante a rumiante. 2 3.1.1. Consumo de alimento sólido 2 3.1.2. Efecto de la característica física química del alimento 2 concentrado. 3.1.3. Efecto de la dieta líquida en el consumo de sólidos. 4 3.1.4. Efecto del consumo de agua sobre el consumo de sólido. 6 3.2. Efecto de la temperatura en la crianza. 7 3.3. Crianza. 8 4. Materiales y Métodos. 12 4.1. Sanidad y Manejo. 14 4.2. Registró de datos y determinaciones. 15 4.2.1. Consumo de alimento sólido en materia seca. 15 4.2.2 Consumo de alimento sólido 15 4.2.3 Peso de los terneros 16 4.3. Análisis de datos. 16 5. Resultado. 17 5.1. Consumo. 17 5.2. Ganancia de peso. 23 5.3. Índice de conversión alimenticia. 24 6. Discusión. 25 7. Conclusión. 25 8. Bibliografía. 26

1. Introducción. Tradicionalmente, los terneros de establecimientos productores de leche han sido alimentados con leche o sustitutos líquidos de la leche a una cantidad de aproximadamente equivalente al 10% del peso vivo del ternero (PV) por día (Jasper y Weary, 2002). Estos sistemas de alimentación restringida estaban destinados a fomentar al ternero a comer una mayor cantidad de alimento balanceado desde una edad temprana; sin embargo, limitan el crecimiento potencial ya que sólo permiten el 20-30% del crecimiento biológicamente normal (Appleby et al., 2001), siendo perjudicial para la salud y el bienestar de los terneros (SVC, 1995). La investigación en la última década ha llevado a un mayor interés en acelerar la crianza, mejorando la nutrición temprana, o proponiendo programas de alimentación intensiva en el que hay una mayor cantidad de leche o sólidos de sustituto lácteo. Estos programas tienen el potencial de aumentar el costo de crianza y disminuir la edad al primer parto, lo que podría proporcionar un mayor beneficio económico a largo plazo a los productores (Stamey et al., 2012). 2. Objetivo Evaluar la ganancia de peso vivo y el consumo de alimento sólido en terneros durante el período de crianza artificial. Utilizando como dieta láctea leche de transición y leche de rodeo hospital y como dieta sólida sustituto lácteo sólido versus iniciador de 18% de proteína bruta. 1

3. Revisión Bibliográfica. 3.1 Ternero lactante a rumiante. 3.1.1 Consumo de alimento sólido. El consumo temprano de alimento sólido es el factor más importante para que el ternero joven pase de la forma de digestión y metabolismo prerruminal a la del rumiante adulto (Davis y Drackley, 2002). Promover el consumo precoz de alimento sólido es prioritario para estimular al desarrollo del retículo-rumen (Stamey et al., 2012). Los terneros comienzan a rumiar a las 2 o 3 semanas de edad, pasando de lactante a rumiante de acuerdo a la influencia de estímulos que recibe de la dieta (Brody, 1945; Swanson, 1960 citados por Chezzi et al., 2000). Factores tales como, calidad, cantidad y forma física de la dieta, determinan el desarrollo y la diferenciación de los compartimentos del aparato digestivo. El acceso a alimento sólido desde temprana edad estimula el desarrollo del retículo-rumen. La estructura ruminal está compuesta de tejido que se queratiniza sobre la superficie (Gavin y Morril, 1976 citado por Chezzi et a.l, 2000). El tamaño del alimento sólido afecta el desarrollo papilar; la dieta sólida finamente molida favorecería la queratinización de las papilas (Gavin y Morrill,1976; Greenwood et al., 1997 citados por Chezzi et al., 2000). 3.1.2 Efecto de la característica física química del alimento concentrado. El tipo de alimento ofrecido desde el nacimiento afecta la tasa de crecimiento y maduración del tejido intestinal del rumiante joven. El heno largo no es un alimento adecuado para el ternero joven (desde el nacimiento hasta las 6-8 semanas de edad) por la dificultad de aprehensión y digestión que provoca un material tan grosero (Davis y Drackley, 2002). Los forrajes generan concentraciones mucho más bajas de ácidos grasos volátiles (AGV), y con una mayor proporción de ácido acético que butírico y propiónico; en cambio, los concentrados generan mayor proporción de ácido propiónico y butírico que son los factores estimulantes primarios del desarrollo del tejido ruminal (Davis y Drackley, 2002). 2

Brownlee (1956; citado por Davis y Drackley, 2002) arribó a la conclusión de que a mayor cantidad de fibra en la dieta será menor el crecimiento de las papilas; mientras que, los alimentos menos fibrosos dieron lugar a un mayor desarrollo de las papilas. Por lo tanto, lo que determina el grado de desarrollo sería, más probablemente, el valor energético del alimento o la rapidez con la que se desdobla en fracciones absorbibles (Davis y Drackley, 2002). El contenido de fibra en un alimento sólido no debe estar por debajo del 6% de fibra detergente ácida (FDA) o superar el 20% de FDA, siendo el nivel más bajo indicativo de un alimento altamente concentrado que puede ocasionar problemas digestivos como acidosis ruminal; mientras que, una concentración de FDA superior al 20% sugiere que es un alimento con menor contenido energético que lo deseable (Davis y Drackley, 2002). El contenido de fibra detergente neutra (FDN) depende de muchos factores, pero los niveles aceptables, por lo general, se encuentran entre el 15 al 25%. (Davis y Drackley, 2002). El agregado de grasa al iniciador por encima del 5% de materia seca (MS), por lo general, produce una disminución del consumo de alimento sólido, lo que invalida el potencial de mayor densidad energética para aumentar el consumo de energía (Davis y Drackley, 2002). El contenido de proteína bruta (PB) en el alimento sólido del 16 a 18% es adecuado para terneros muy jóvenes, siempre que también reciban leche o un sustituto lácteo hasta las 4-6 semanas de edad. Los terneros destetados antes de las 4 semanas de edad necesitarán un contenido de PB más alto en el alimento sólido debido al limitado consumo de alimento que presentan a esa edad temprana. (Davis y Drackley, 2002). En la Tabla 1, se puede observar la influencia del contenido de PB en la tasa de la ganancia diaria de peso. Un estudio realizado por Nejad et al. (2012) demostró que el tamaño de partícula de los alimentos de la dieta ofrecida puede influir en la ingesta y el crecimiento de los terneros; mientras que, las dietas compuestas por alimentos sólido peleteado o texturizado puede mejorar el rendimiento en terneros neonatos, comparado con aquellos que recibieron una dieta con alimento molido. 3

Tabla 1. Influencia del contenido de proteína (PB) en el alimento iniciador y su efecto en la ganancia diaria de peso (GDP) (Van Amburgh y Drackley., 2005 citado por Van Amburgh., 2009) PB GDP Consumo de MS EM PB (% base seca (kg/día) (% de PV) (Mcal/día) (g/d) en la dieta) GDP 0,2 1,05 2,34 94 18,0 0,38 0,4 1,30 2,89 150 22,4 0,63 0,6 1,57 3,49 207 26,6 0,77 0,8 1,84 4,40 253 27,4 0,86 1,0 2,30 4,80 318 28,6 0,87 MS: materia seca; EM: energía metabolizable; PB: proteína bruta. 3.1.3 Efecto de la dieta líquida en el consumo de sólidos. Se sabe que una tasa alta de administración de alimento líquido reduce de manera marcada el consumo de alimento sólido (Davis y Drackley, 2002). Numerosos investigadores han informado que, una alimentación alta con leche o sustituto lácteo líquido reducirá la ganancia de peso diaria (GPD) pos desleche como resultado de una menor ingesta de alimento concentrado (Davis y Drackley, 1998; Hill et al., 2006, 2007; Terre et al., 2007). Hill et al. (2013) concluyen que los terneros alimentados con 0,66 kg MS/día de sustituto lácteo liquido logran una buena GDP en la crianza y el consumo de sólido no se ve afectado pos desleche. Conneely et al. (2014) observaron que los terneros alimentados con leche en cantidades equivalentes al 10% del PV, consumieron casi el doble que aquellos teneros alimentados con cantidades equivalentes al 15% del PV semanas antes del desleche. En la Figura 1, se puede observar el efecto del consumo de MS a partir del alimento líquido sobre el consumo del iniciador en terneros jóvenes de dos estudios. En el experimento 1 (Kert et al., 1979), los terneros fueron 4

alimentados con una cantidad constante de sustituto lácteo (0,45 kg MS/día hasta la semana 3 y 0,23 kg MS/día hasta la semana 4) y fueron destetados el día 28. En el experimento 2 (Tomkins et al., 1995) los terneros recibieron cantidades crecientes de sustituto lácteo hasta la semana 4; luego, recibieron cantidades decreciente hasta la semana 6 y fueron destetados al día 42 (Davis y Drackley, 2002). Figura 1. Efecto del consumo de de alimento iniciador (kg MS/día) a partir del alimento liquido sobre el consumo de iniciador en terneros jóvenes. Adaptado de Kert et al. (1979;----) y Tomkins et al. (1995; - - -) (Citado por Davis y Drackley, 2002). Gleeson et al. (2007) concluyeron que no hay diferencia en la ganancia de peso, conversión alimenticia y morbilidad respecto a la frecuencia de la alimentación liquida (una vez o dos veces al día); pero, esta información se basó en suministrar leche en cantidad equivalente al 10% del PV. En estudios recientes, suministrando leche en cantidad equivalente al 15 % del PV tampoco hubo diferencia en el rendimiento de los terneros o la salud (Conneely et al., 2014). 5

3.1.3.1 Efecto del consumo de agua sobre el consumo de sólido. El consumo de materia seca está directamente relacionado con la ingesta de agua. Si se limita el consumo de agua, se limitará el consumo de materia seca. Los terneros necesitan cuatro veces más agua que el consumo de materia seca; una proporción de 4: 1 (Kertz, 2014), y Hand et al. (1995 citado por Kertz, 2014) recomiendan una ingesta de líquido equivalente al 8 o 10% del peso corporal. Agua limpia y fresca debe estar siempre disponible, ya que mejora el consumo del iniciador (Bogni.,Teknal). Si el agua está sucia, los terneros beben menos agua y comen menos también. Tal vez, el agua está limpia cuando se alimenta a los terneros, pero si no hay una separación física entre los contenedores de agua y el de alimento iniciador, los terneros gotean agua en el alimento y alimento en el agua. Esto hace que el alimento se humedezca y el agua se ensucie, provocando que el ternero disminuya el consumo de ambos (Kertz, 2014). Es verdad, que reciben agua a través del sustituto lácteo o leche, pero esto no es suficiente para facilitar plenamente la ingesta de alimento iniciador. Durante el invierno, es importante suministrar agua a los terneros para que los terneros recuperen el agua corporal que pierden durante la exhalación, y la pérdida de agua en cada respiración será mayor cuanto más húmedo y frío (Kertz, 2014). Otra de las causas por la cual es importante el suministro de agua, es para permitir al ternero empezar a ingerir alimento seco lo más temprano posible con lo que pueden obtener energía adicional, que le permita llevar a cabo los mecanismo de termorregulación (Quigley, 1997). Según Kertz et al. (1984, citado por Quigley, 1997), la ganancia de peso decrece en un 38% (Figura 2) y el consumo de iniciador en un 31% cuando los terneros son privados de tomar agua. 6

Figura 2: Ingesta de agua ad libitum por terneros neonatales y su relación con la ingesta de alimento iniciador, la ganancia de peso vivo (GPV) y el periodo de diarrea. Extraído de Kertz (1984, citado por Quigley, 1997) 3.1.4 Efecto de la temperatura en la crianza. El sustituto de leche más comúnmente utilizado en los EE.UU. contiene 20:20 en porcentaje de grasa y proteína; y, si los terneros consumieran aproximadamente 450 g/día de sólidos de leche, esto sólo sería suficiente para mantenerlos vivos. Un ternero de 50 kg requiere 1,8 Mcal/día para mantenerse en condiciones termo-neutral; siendo entre 15 a 27 C la temperatura confort para terneros de menos de 40 días de edad. El incremento de calor adicional necesario para mantener la temperatura corporal con temperaturas ambiente por debajo de 15 C es, aproximadamente, de 0,023 Mcal / kg 0.75 / C; especialmente para los terneros de menos de 40 días de edad (Van Amburg, 2015). En cada extremo de la temperatura confort (15 a 27 C), es necesario implementar medidas de manejo para generar o disipar el calor, estas medidas pueden ser procurar medios para aislar al ternero del medio ambiente y/o ofertar más alimento para que puedan generar calor y así mantener la tasa de crecimiento. Sobre todo cuando hace frío es necesario proporcionar dos a tres veces los requerimiento de mantenimiento para alcanzar los objetivos de crecimiento razonables (Van Amburgh, 2015). Mientras que, cuando el 7

consumo de alimento seco se ve disminuido debido a la falta de apetito producida por el estrés calórico, Hill et al., en 2013, demostraron que concentrar el sustituto lácteo (diluirlo con menor cantidad de agua que la indicada en el marbete del producto) o aumentar la oferta diaria de leche ayudará a aumentar la ganancia diaria de peso de los terneros vivo. 3.2 Crianza. El ternero pasa por cambios significativos en su desarrollo durante el período de pre-destete, y este desarrollo está directamente vinculado a la productividad de la futura vaca lechera, en la primera y siguientes lactancias. El nivel de producción de leche de una vaca individual se ve afectada tanto por su composición genética (representa el 20-30%), así como su entorno (70-80%), y el ambiente de un ternero contiene una gran cantidad de factores externos que pueden cambiar la forma en que se utiliza su potencial genético. Muchos de estos factores pueden ser controlados para ayudar a la ternera a tener un buen comienzo para una vida productiva (Van Amburgh, 2015). Al nacer, el ternero es un verdadero monogástrico, su sistema digestivo está preparado para digerir hidratos de carbonos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas de la leche materna de vaca. Según indica Lagger (2010), el periodo de lactante obligado tiene una duración aproximada de 21 días y es una de las etapas más críticas de la vida del ternero, donde la caseína le aporta todos los aminoácidos esenciales y la energía la aportan la grasa butirosa, que se comienza a digerir en el estómago por acción de la lipasa salival, y la lactosa, se desdobla a galactosa y glucosa. Tradicionalmente, los terneros de razas lecheras han sido alimentados con leche o sustitutos de la leche a una cantidad diaria equivalente, aproximadamente, al 10% del PV (Jasper y Weary, 2002). Estos sistemas de alimentación restringida estaban destinados a fomentar al ternero a comer una cantidad mayor de alimento concentrado desde una edad temprana; sin embargo, limitan el crecimiento potencial ya que sólo permiten el 20-30% del crecimiento biológicamente normal (Appleby et al., 2001) y son perjudiciales para la salud y el bienestar de los terneros (SVC, 1995). A medida que aumenta la ingesta de sustituto lácteo en los programas alimentación 8

tradicionales, las ganancias de peso aumentan y los índices de ganancia media de peso pueden aproximarse a los de los programas de alimentación intensiva (Figura 3). La alimentación líquida restringida también surgió en un intento de reducir al mínimo los costos de insumos de mayor valor alimenticio. Además, los primeros sustitutos de leche eran de mala calidad y no fueron bien aprovechados por los terneros en tasas de alimentación más altas (Davis y Drackley, 1998). El objetivo de la crianza artificial restringida es acelerar el pasaje de lactante a rumiante, suministrando la menor cantidad posible de leche o sustitutos lácteos. Este sistema convencional consiste en suministrar una cantidad constante de leche equivalente al 8-10 % del peso vivo; por ejemplo, a terneros de 40 kg de peso les corresponde 4 L/día, que se dan en dos tomas. A esta dieta líquida se le agrega un alimento balanceado iniciador, desde los primeros días. Cuando el ternero consume alrededor de 1 kg de alimento balanceado, durante 3 días seguidos, se realiza el desleche que es a las 7 u 8 semanas de vida, aproximadamente. Con este sistema, las ganancias promedio de peso en la raza Holstein son de 450 g/día. (Guzman, 2004). En síntesis, la crianza artificial con alimentación restringida permite sólo cubrir los requerimientos de mantenimiento y de un aumento de peso mínimo en condiciones de termo-neutralidad (NRC, 2001). Los terneros alimentados ad libitum, ya sea mamando de su madre o de otra manera, ingieren por día, aproximadamente, una cantidad equivalente al 20% del PV y alcanzan una ganancia de peso de hasta 1 kg/día (Flower y Weary, 2001). La investigación en la última década ha llevado a un mayor interés en acelerar la crianza, mejorando la nutrición temprana, o programas de alimentación intensiva en el que hay una mayor cantidad de leche o sólidos de sustituto lácteo. Estos programas tienen el potencial de aumentar el costo de la crianza y disminuir la edad al primer parto, lo que podría proporcionar un mayor beneficio económico a largo plazo a los productores (Stamey. et al., 2012). En el programa acelerado o crianza intensiva, se suministra el doble de leche: una cantidad equivalente al 1,5 % del PV de sólidos de leche en la primera semana y el equivalente al 2 % del PV en la segunda semana hasta el desleche. Simultáneamente se suministra el alimento iniciador y se deslecha 9

cuando consumen 1 kg de balanceado durante tres días consecutivos. Este programa mejora nutricionalmente al ternero en las primeras semanas, que son las más críticas de su vida (Lagger, 2010). El consumo de 1 kg de alimento iniciador puede llegar a una edad de 5 a 6 semanas (Davis y Drazckley, 1998). Un plano más alto de la nutrición facilitará tasas de crecimiento fisiológicamente apropiadas (Jasper y Weary, 2002), una mejor función inmune (Drackley, 2005), y una menor incidencia de la enfermedad y la mortalidad (Godden et al., 2005). Un informe sobre el bienestar de los terneros (SVC, 1995) afirma que el bienestar animal es pobre si el crecimiento promedio se reduce sustancialmente, por ejemplo en un 50%. El suministro de un volumen intermedio de leche (aproximadamente una cantidad equivalente al 15% de peso vivo) es suficiente para permitir que los terneros lleguen a más del 50% de su capacidad de crecimiento en condiciones climáticas moderadas (NRC, 2001). Además, esta cantidad de alimento líquido se puede proporcionar en los sistemas, fraccionado en dos veces al día sin exceder la capacidad del abomaso. La elección de la alimentación líquida, por lo general, depende de las preferencias, de la disponibilidad y del productor. La alimentación con leche no comercializable se reconoce como un factor de riesgo para la transmisión de agentes patógenos infecciosos y por lo tanto debe ser pasteurizada (Godden et al., 2005; Selim et al., 1997). Los objetivos mínimos a cumplir durante la crianza de los terneros deberían ser: duplicar el peso al nacer a los 56 días de edad, la mortalidad sea inferior a 5% y la morbilidad menos al 10%. Al cumplir con estos objetivos, y centrarse en retorno de la inversión y el rendimiento de toda la vida de la vaca lechera, en lugar de sólo en el costo de criar terneras, sería posible capturar la eficiencia alimenticia temprano en la vida del ternero. La edad al primer parto potencialmente se puede reducir y el potencial para la producción de leche y la vida puede ser aumentada (Van Amburgh, 2015). Cualquier cosa que disminuya el consumo de alimento y la tasa de crecimiento pre-destete reduciría posteriormente la posibilidad de una mayor producción de leche en la edad adulta. El suministro de nutrientes, energía y 10

proteína es importante y la calidad de la proteína y la digestibilidad son esenciales (Van Amburgh, 2015). Figura 3 Comparación de la crianza artificial de terneros convencional e intensiva. Crianza convencional: sustituto lácteo suministrado a una cantidad equivalente al 1,25% del peso vivo (PV), deslechado a los 35 días. Crianza intensiva: sustituto lácteo suministrado a una cantidad equivalente al 2% del PV en la primer semana y al 2,5% del PV en la segunda semana, deslechados a los 42 días. Extraídos de Pollard y Drackley(2002, citado por Lagger 2010). 11

4. Materiales y Método. El ensayo se realizó en un establecimiento lechero ubicado en el partido de Balcarce sobre la ruta 226 km 101,5. Se llevó a cabo durante el período que abarca desde el 21 de abril al 28 de junio del 2016. Se utilizaron cuarenta terneros (veinte machos y veinte hembras) cruza Montbeliarde-Holstein, nacidos entre el 21 y 28 de abril y fueron distribuidos en dos grupos (tratamiento N y tratamiento M) de veinte terneros al azar, hasta completar en cada grupo diez machos y diez hembras. Los terneros fueron criados bajo la modalidad de sujeción por correderas. Cada uno provisto de rollos para reparo y una estaca con dos baldes para alimentos y agua (Imagen 1). El ingreso de los terneros al sistema de crianza artificial fue a las 24-46 h de nacidos. Imagen 1. Terneros criados bajo la modalidad de sujeción por correderas. Provistos de rollos para reparo y de estaca con baldes para alimentos y agua. Como dieta líquida, los terneros de ambos tratamientos recibieron leche de los rodeos de vaca fresca y de Hospital. Esta leche tuvo una densidad 12

promedio de 1,0291 g/cm 3. Mientras que, como dieta sólida, el tratamiento N fue alimentado con un sustituto lácteo sólido y un alimento balanceado iniciador; y el tratamiento M fue alimentado exclusivamente con alimento balanceado iniciador. La composición centesimal de ambos alimentos sólidos se muestra en la Tabla 2. Los terneros de ambos tratamientos fueron provistos de agua a discreción. En la Tabla 3, se muestra el esquema de alimentación y suministro de agua de ambos tratamientos. Tabla 2. Composición centesimal del sustituto lácteo sólido y alimento balanceado iniciador. Sustituto lácteo sólido Alimento balanceado iniciador Proteína Bruta (%, mín.) 22,5 18 Extracto etéreo (%, mín) 7,35 3,5 Energía Bruta (Mcal / kg MS) 4,40 4,2 Energía Metabolizable 3,60 3,0 (Mcal / kg MS) Fibra cruda (%, max) 4,50 5,0 Minerales totales (% 7,0 6,0 cenizas) Humedad (%, max) 11,5.. Lisina (%) 1,35.. Metionina (%) 0,36.. Lactosa (%, min) 6,0.. 13

Tabla 3. Esquema de alimentación de los terneros por tratamiento, y suministro de agua durante la crianza artificial. Dieta Tratamiento N Tratamiento M Dieta Líquida. Día 1 a 30 6 L en dos tomas Día 1 a 30 6 L en dos tomas Leche Día 31 a 45 4 L en una toma Día 31 a 45 4 L en una sola toma Dieta sólida Día 1 a 20 sustituto lácteo sólido Día 21 a 60 Alimento balanceado iniciador Día 1 a 60 Alimento balanceado iniciador Agua Ad Libitum Ad libitum 4.1 Sanidad y Manejo. Los terneros recibieron tratamientos sanitarios y rutinas de manejo semejantes a las realizadas en el establecimiento en ese momento. Al inicio de signos diarreicos, los terneros fueron tratados con sales rehidratantes (Revital ), acompañado con una aplicación subcutánea de 2,2 mg/kg de Flunixin Meglumina AINE s (Laboratorio Tecnofarm ), durante dos o tres días. A los terneros inapetentes con diarrea sanguinolenta y/o mucosa, se les sumó 2,5 mg/kg de enrofloxacina (Baytril ) por vía subcutanea, durante cinco días. Los casos de timpanismo eran resueltos sondeando a los terneros afectados para facilitar la eliminación del gas; una vez descomprimido el rumen se les aplicaba 0,56 mg/kg de un antiespasmódico (Buscapina ) por vía intravenosa. El 3 de mayo todos los terneros fueron inmunizados con la vacuna para la prevención de la fiebre aftosa. El 9 de mayo, diecinueve terneros de veinte fueron castrados con elastrador. 14

4.2 Registro de datos y determinaciones. 4.2.1 Consumo de alimento sólido en materia seca. Se determinó el consumo diariamente desde el día 1 al 45, por diferencia entre el alimento ofrecido y el rechazado. Desde el día 46 al 60, se determinó el consumo acumulado cada cinco días (oferta diaria y rechazo final). El peso de alimento ofrecido y rechazado se registró con una balanza electrónica de un rango de peso 0,1 gr a 2 kg, marca OHAUS. Se valoró el contenido de materia seca por diferencia de peso hasta peso constante en estufa a 105 C (AOAC, 2005). 4.2.2 Consumo de alimento liquido. El suministro de leche se administró con jarra medidora y se registraron los casos donde el ternero no consumió la totalidad de la leche, indicando la cantidad remanente. 15

4.2.3 Peso de los terneros Se registró el peso: al ingreso al sistema de crianza artificial, semanalmente y al día sesenta del ensayo. Los pesos se obtuvieron mediante balanza electrónica (Tru Test modelo 703, con un rango de peso entre 10 y 1000 kg) después de la primera toma de leche. A partir del desleche, los terneros se pesaron luego del suministro de agua y alimento. 4.3 Análisis de datos Se utilizó el paquete InfoStat/L (Di Rienzo., et al 2016) y la comparación de medias se realizó mediante el Test T con una diferencia estadísticamente significativa de p<0,05. Las variables consideradas fueron: el consumo de dieta sólida (kg MS/animal/día), la energía bruta (Mcal EB/animal/día) aportada por la dieta. ganancia de peso (kg/animal/día) el índice de conversión alimentaria (kg MS consumida/kg de peso ganando). Estas variables se analizaron por períodos (Tabla 4) sujetos a la cantidad de días del de ensayo. Los periodos se determinaron por acciones que ocurrieron en la alimentación; el primer periodo el tratamiento N fue alimentado con sustituto lácteo sólido hasta el día 20, el segundo periodo finaliza al día 30 con los 6L de leche, el tercer periodo es donde tienen un desleche parcial a 4L en una toma, y el cuarto periodo abarca el desleche. Tabla 4. Periodos en los que se dividió el ensayo para el análisis de las variables consumo de materia seca y energía, ganancia de peso e índice de conversión alimenticia. Período Días de ensayo 1 0-20 2 21-30 3 31-45 4 46-60 16

Para la estimación de la energía bruta de la leche se utilizaron los datos de grasa butirosa (GB), Proteína (Pt) y Lactosa (Lc) que la usina láctea proveyó al establecimiento durante el periodo del ensayo y se los remplazo en la siguiente formula (extraída del AFRC, 1990): EB (MJ/kg MS) = 0,0384 * %GB + 0,0223 * %Pt + 0,0199 * %Lc - 0,108 EB (Mcal/kg MS) = 0,239005736 * EB (MJ/kg MS) La EB de los alimentos sólidos se determinó mediante la fórmula siguiente, utilizando los datos de la composición centesimal de los marbetes (Tabla 3): EB (Mcal/KgMS) = 5,7 * %PB + 9,4 * %EE + 4,7 * %FB + 4,7 * %ELN PB: Proteína bruta. EE: Extracto etéreo. FB: Fibra bruta ELN: Extracto libre de nitrógeno. Se determinó una función polinómica para cada tratamiento, para observar cómo se comporta la evolución del peso vivo a lo largo del ensayo. 5. Resultados. 5.1 Consumo: El consumo promedio de MS total de leche por ternero fue de 30,4 y 30,3 kg para N y M, respectivamente (p>0,05). La mediana del consumo de MS de alimento sólido total por ternero fue 49,55 y 47,43 para N y M, respectivamente. En los periodos evaluados no se mostro diferencia estadísticamente significativa (Tabla 5). En la Figura 4, se observa el consumo de alimento sólido de ambos tratamientos, N y M, durante los primeros veinte días del ensayo. Los primeros 17

diez días ensayo la mediana y el promedio se mantuvieron en valores menores a 60 g de MS/ternero/día para ambos tratamientos. A partir del día 10 hasta el 20, estos valores aumentan hasta un valor aproximado de 220 g de MS/ternero/día. El coeficiente de variación durante este periodo fue de 48,13%. Tabla 5: Consumo acumulado (kg MS/ternero) de alimento sólido de terneros criados con dos rutinas de alimentación (N o M), analizado por período. Dieta Láctea Período (día) Tratamiento N Tratamiento M Mediana Min Max Mediana Min Max p-valor 6 L/día, 2 tomas 4 L/día, 1 toma 0-20 1,31 0,66 2,93 1,19 0,28 3,43 0,5004 21-30 3,77 1,81 6,19 3,30 0,71 9,44 0,4300 31-45 13,13 7,60 20,02 12,26 6,16 22,10 0,3664 Desleche 46-60 30,9 23,19 38,62 30,97 23,03 43,96 0,4744 Total 49,55 35,58 65,65 47,43 47,43 72,35 0,8730 18

Figura 4. Consumo de alimento sólido desde el día 1 al día 20. Los terneros del tratamiento N recibieron sustituto lácteo sólido y los de M recibieron alimento balanceado iniciador. En la Figura 5, se observa que la mediana y el promedio del consumo para el día 21 fue aproximadamente de 247 g de MS/ternero y para el día treinta casi duplica dicho consumo (476 g de MS/ternero). En este periodo, el coeficiente de variación fue del 47,9%. Figura 5. Consumo de alimento sólido desde el día 21 al día 30: Los terneros de ambos tratamientos, N y M, recibieron alimento balanceado iniciador. 19

En el periodo 31-45 de evaluación, donde la dieta láctea se redujo a una toma de 4 L/día, la mediana y el promedio del consumo de MS del alimento balanceado iniciador se mantuvo sin variación marcada entre los primeros ocho días (31 al 38) y luego se incrementó en forma sostenida, disminuyendo la variación en el consumo entre terneros durante los últimos cinco días de ese periodo. El coeficiente de variación de este periodo fue del 27,78% (Figura 6). -Figura 6. Consumo de alimento sólido desde el día 31 al día 45. Los terneros de ambos tratamientos, N y M, recibieron alimento balanceado iniciador El consumo acumulado parcial de alimento balanceado iniciador en el período post desleche (día 46 al 60) mostró una mayor homogeneidad entre los terneros, con un coeficiente de variación de 15,54% (Figura 7). En la Figura 8, se observa el consumo promedio diario de alimento sólido durante el periodo de crianza para ambos tratamientos. 20

-Figura 7. Consumo acumulado de alimento sólido: Los terneros de ambos tratamientos N y M recibieron alimento balanceado iniciador. -Figura 8. Consumo promedio diario de alimento sólido durante el periodo de evaluación para los tratamientos N y M. El consumo total de MS por ternero fue de 79,3 y 78,7 kg de MS/ternero para el tratamiento N y M, respectivamente. Los consumos totales por periodo para cada tratamiento no muestran diferencias significativas (Tabla 7). 21

Tabla 7.Consumo (kg MS/ternero) de alimento sólido y líquido, de terneros durante la crianza artificial, por período o durante todo el período, donde la dieta sólida estuvo compuesta los primeros 20 días por sustituto lácteo sólido y luego por alimento balanceado iniciador (Tratamiento N) o sólo por alimento balanceado iniciador(tratamiento M). Periodo Tratamiento N Tratamiento M p-valor 1-20 16,6 16,4 0,6331 21-30 11,2 10,7 0,4520 31-45 21,2 20,0 0,3357 46-60 30,9 31,00 0,4744 Total 79,3 78,7 0,8481 El consumo de EB (Mcal/ternero) en los diferentes tratamientos y en cada periodo, no mostró diferencias significativas (Tabla 8). Tabla 8. Consumo (Mcal EB/ternero) de alimento sólido y líquido, de terneros durante la crianza artificial, por período, donde la dieta sólida estuvo compuesta los primeros 20 días por sustituto lácteo sólido y luego por alimento balanceado iniciador (Tratamiento N) o sólo por alimento balanceado iniciador(tratamiento M). Periodo Tratamiento N Tratamiento M p valor 0-20 7,77 6,86 0,3534 21-30 16,23 14,51 0,4636 31-45 56,39 52,03 0,3746 46-60 127,7 132,42 0,4761 22

5.2 Ganancia de peso: La mediana de la ganancia de peso vivo fue de 0,725 y 0,692 kg/día para el tratamiento N y M, respectivamente (Tabla 9); y las diferencias no fueron estadísticamente significativas (p=0,477). -Tabla 9. Ganancia de peso (kg/día) de terneros durante la crianza artificial, donde la dieta sólida estuvo compuesta los primeros 20 días por sustituto lácteo sólido y luego por alimento balanceado iniciador (Tratamiento N) o sólo por alimento balanceado iniciador (Tratamiento M). Tratamiento Mediana Mínimo Máximo N 0,725 0,267 0,908 M 0,629 0,467 0,833 La evolución del peso en ambos tratamientos se ajusta a una función polinómica; donde y es igual a peso vivo y x es igual a días. En la Figura 9, se muestran ambas curvas casi superpuestas 23

Figura, 9. Evolución de peso vivo (kg PV/día) de terneros durante la crianza artificial, donde la dieta sólida estuvo compuesta los primeros 20 días por sustituto lácteo sólido y luego por alimento balanceado iniciador (Tratamiento N) o sólo por alimento balanceado iniciador (Tratamiento M). 5.3 Índice de conversión alimenticia (ICA) Los ICA por tratamiento y período se muestran en la Tabla 10; y no fueron significativamente diferentes entre tratamientos. 24

Tabla 10. Índice de conversión alimenticia (kg de MS de alimento/kg de peso vivo ganado) de terneros durante la crianza artificial, donde la dieta sólida estuvo compuesta los primeros 20 días por sustituto lácteo sólido y luego por alimento balanceado iniciador (Tratamiento N) o sólo por alimento balanceado iniciador (Tratamiento M). ICA (consumo de MS/kg ganados). Periodo Tratamiento N Tratamiento M p valor 0-20 2,00 2,18 0,5058 21-30 1,47 1,54 0,7387 31-45 2,02 2,20 0,3815 46-60 1,99 2,20 0,2761 0-60 2,10 2,20 0,5467 6. Discusión Promover el consumo temprano de alimento seco es prioritario en terneros de escasa edad para estimular el desarrollo del retículo-rumen y facilitar la transición al desleche. Los terneros que consumen mayor cantidad de leche o sustituto lácteo tienen mayor ganancia de peso y eficiencia en la conversión de peso, pero el consumo de concentrado se ve disminuido durante el período de lactante (Díaz et al., 2001; Jasper and Weary, 2002). Cuando el consumo de la dieta líquida no supera los 0,66 kg de MS/día, no se afecta el consumo de alimento iniciador pre y post desleche (Hill et al., 2013). En el presente trabajo se planteó suministrar una dieta de 6 L de leche/día, que equivalen a 0,762 kg de MS/día; y, además, los terneros del tratamiento N recibieron durante los primeros 20 días un alimento que aportaría más nutrientes en las primeras tres semanas de vida, cuando el consumo de alimento sólido es insuficiente. Sin embargo no se pudieron observar diferencias estadísticamente significativas en cuanto al consumo de alimento sólido ni en la ganancia de peso en ningún momento del período de crianza. El sustituto lácteo sólido tiene como ventaja tener una alta digestibilidad equivalente a él de las dietas liquidas y muy superior a la de los alimentos 25

balanceados comunes (Berra y Oscar, 2004; citado por Guzmán 2004); sin embargo, este efecto no se ve reflejado en la evolución de peso ni el consumo por los terneros. Una de las causas podría ser el escaso consumo de sustituto lácteo sólido (1,31 kg MS/ternero) durante los primeros 20 días, comparado al consumo de 3,52 kg de MS/ternero reportado por Guzmán (2004). Esta diferencia de consumo de dieta sólida se puede deber a que en el trabajo de Guzmán (2004) la dieta líquida fue de 4 L de leche/día, a diferencia de los 6 L/día consumidos en el presente trabajo. Esta observación estaría confirmada en lo citado por Davis y Drackley (2002), que a mayor consumo de dieta líquida el consumo de dieta sólida se restringe. El consumo de dieta sólida presenta una mayor variabilidad durante los primeros 40 días de vida, esto coincide con lo observado por Williams y Frost (año; citado por Davis y Drackley, 2002) que, en terneros de 14 a 42 días de vida el coeficiente de variación del consumo de alimento seco es de 37,2 a 44,8%. Posterior a este período y coincidiendo con el desleche, el consumo entre terneros es más homogéneo. El desleche gradual puede aumentar el consumo del iniciador y reducir la pérdida de peso vivo (Khan et al., 2007b). Sweeney et al. (2010) concluyeron que un desleche gradual mejora el consumo del alimento balanceado iniciador, y los terneros alimentados con grandes cantidades de leche y deslechados gradualmente durante 10 días, a las 4 semanas de edad, mejoraron, en general, las ganancias de peso. En el presente trabajo cuando se redujo el consumo de dieta láctea de 6 a 4 L diarios, el consumo de alimento sólido no mostró un aumento gradual, la mediana del consumo presentó una meseta durante 8 días que se continuó con un aumento exponencial. Diversos estudios han demostrado que a mayor cantidad de dieta láctea, mayor es la ganancia de peso vivo durante la crianza (Díaz et al., 2001, Jasper y Weary, 2002; Khan et al., 2007a, b). La ganancia de peso de los terneros de este trabajo fue de 0,63 kg/día tomando 6 y 4 L/día hasta el día 30 y 45, respectivamente, y es mayor que la que observada en otros trabajos con un consumo menor de dieta líquida; como por ejemplo: Guzmán (2004), que obtuvo 0,45 kg/día con 4 L/día de leche durante 52 días; Krugüer (2009), que obtuvo 0,53 kg/día con 5 L/día de leche durante 50 días; o Muñoa (2013), que obtuvo 0,476 kg/día con 4 L/día durante 60 días. 26

Los resultados obtenidos en el presente trabajo son comparables a los observados por Stamey et al. (2012), en el cual el suministro de sustituto lácteo fue de 5 L/día hasta la semana 5 y de 2,5 L/día en la semana 6, y registraron una ganancia diaria de 0,64 kg/día. El índice de conversión alimentaria indica los kilos de materia seca de alimento necesario para aumentar un kilo de peso vivo. Este índice disminuye a medida que los terneros pasan a ser rumiantes: 1,9 para terneros de 0 a 5 semanas y 3,0 para terneros de 5 a 12 semanas (Thickett et al., 1989). Guzmán 2004 registró un índice de conversión alimentaria de 1,75 y 1,38 en 52 y 43 días de crianza, respectivamente; Krugüer (2009) obtuvo un índice de 2,55 en 50 días y, en el presente ensayo, se observo un índice de 2,10 y 2,20 en 60 días de crianza, lo cual es un valor aceptable para el periodo evaluado. Para un desleche tradicional, a los 60 días con un consumo de 4 L de leche diarios, son necesarios 240 L de leche. En este trabajo, se observa que la misma cantidad de dieta distribuida en 6 L de leche/día los primeros 30 días y 4 L de leche/día durante 15 días más, permitiría deslechar a los terneros a los 45 días de vida, con un 76% de terneros que consumen 1 kg/día o más de alimento balanceado iniciador, lo cual asegura que estarán cubiertos los requerimientos diarios de energía. Esta modalidad permite liberar al sistema de crianza de animales que en un sistema tradicional requerirían tiempo y mano de obra extra. 7. Conclusión Los terneros criados durante los primeros 20 días con sustituto lácteo sólido versus alimento balanceado iniciador, no mostraron diferencia en el consumo de materia seca de sólidos y de energía bruta, ni en la ganancia de peso vivo. Al disminuir la leche de 6 a 4 L/día, el consumo de alimento sólido se mantuvo constante durante los primeros 8 días e incrementó posteriormente en forma sostenida, llegando a consumir un 1 kg/día de alimento balanceado iniciador antes del desleche. El 76% de los terneros al desleche consumieron 1kg de materia seca de iniciador por día, lo cual demuestra que la dieta con 6 L de leche diarios en 27

los primeros 30 días de vida no limita el consumo de sólido, necesario para asegurar el crecimiento continuo después del desleche. 28

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