ANDREA IGLESIAS DE LUCAS 6ºA
Hace muchos años, todas las personas estaban fuertes y sanas. Hacían comidas muy variadas, y les encantaban la fruta, las verduras y el pescado; diariamente hacían ejercicio y disfrutaban de lo lindo saltando y jugando. La tierra era el lugar más sano que se podía imaginar, y se notaba en la vida de la gente y de los niños, que estaban llenas de alegría y buen humor. Todo aquello cambió cuando comenzaron a abrir establecimientos, hamburgueserías, pizzerías y otros lugares más donde se vendía comida ya preparada; la gente por su trabajo, por no tener tiempo a penas, y por comodidad empezó a comer cada vez más estos productos, que ahora, son imprescindibles en muchos hogares. Esto y otros factores como la televisión, las videoconsolas, el tener que trabajar demasiado, para tener un nivel de vida que no nos falte de nada etc. nos ha llevado a vivir una vida, que sin darnos cuenta, nos lleva a vivir en constante estrés. Unas veces, somos los niños, que nos quejamos por las comidas que nos ponen, sin darnos cuenta de lo que les cuesta a los padres sacrificarse para que no falte comida en la mesa. Nos enfadamos si nos ponen un plato de verdura y después pescado con fruta, en lugar de una hamburguesa; otras veces son los padres que por no oírnos quejar, por el estrés, por falta de tiempo, por comodidad, preparan algo rápido o salimos a comer por hay. Esta historia nos permite transmitir a los niños que no quieren comer bien y les gusta estar sentados frente al televisor y a los padres enseñarlos a como alimentar a los niños y a ellos mismos; ya que estos, aprenden de nosotros continuamente. Todos tenemos que hacer un esfuerzo de salir a la calle al aire libre a jugar juntos practicar algún deporte, jugar en el parque etc. Hay que frenar un poco este ritmo de vida, que no es el apropiado; ya que los niños reemplazan una buena comida por la comida chatarra, producto del bombardeo televisivo y demás.
La mala alimentación, el no hacer ejercicio y salir a la calle, nos hace estar con sobrepeso, caer enfermos, estar más estresados, agotados, enfadados, y eso no es bueno, ni para nosotros ni para la relación con los demás. Este cuento nos permite ser conscientes de la necesidad de comer sano, mover el cuerpo y fundamentalmente, reconocer el buen humor y la alegría como ingredientes primordiales de una vida sana. Marcos un niño normal con una vida normal, y una familia normal, siempre llegaba a casa enfadado, y no quería comer lo que su madre le preparaba con todo el cariño del mundo. Cada día se pasaba horas en la cocina, preparando comida de la de siempre; Tampoco quería salir a pasear con su familia, quería estar solo. Un día empezó a reprochar a sus padres que la comida que ponían en su casa no era más que basura y basura, cogiendo una pataleta, tiró el plato de comida al suelo y subió a su cuarto llorando y enfadado. Sus padres no entendían lo que le estaba
pasando. Hasta que un día su abuelo le preguntó que por qué se portaba así en su casa, que tenía que comer y alimentarse con todos los alimentos necesarios y eso era lo que hacían sus padres. Este le empezó a contar a su abuelo, que sus amigos llevaban al colegio para media mañana montones de chucherías y que cuando llegaban a casa les preparaban lo que a ellos les apetecía porque no tenían tiempo de cocinar, después se tiraban horas y horas jugando con las videoconsolas o viendo la televisión y comiendo bollos o chucherías y a la hora de la cena cada uno comía también lo que quería. El niño no se encontraba a gusto, porque sus amigos tenían un montón de caprichos, consolas, ordenadores, estaban todo el día solo y jugaban cada día en una casa y él no podía jugar con ellos porque no tenía consola, ni todos los días le compraban chuches y mucho menos le dejaban alimentarse como él quería. El abuelo le empezó a abrir los ojos, cuando le dijo. Y bien tú crees que esos niños, son más felices que tú por todo eso que me estás contando? El niño hizo un gesto afirmándolo.
Y el abuelo siguió tú crees que tus padres por eso te quieren menos? El niño de cayó y empezó a pensar, piensa hijo piensa qué tienen esos niños que no tengas tú, a parte de las máquinas y de tener todo el tiempo para ellos solos y hacer lo que quieran? Tus padres te quieren bien, te alimentan como tiene que ser, están pendientes de ti, salen a jugar contigo, a montar en bici, quieren hacer cosas contigo juntos. Todo eso no lo ves porque es más fácil, hacer lo que hacen otros padres. Pero hay que valorar cada uno lo que tiene. Entonces Marcos empezó a darle vueltas a las cosas y a pensar, que él comía verdura, pescado, fruta y demás alimentos necesarios y estaba ágil y sano, mientras que sus amigos estaban un poco regordetes, no les gustaba hacer deporte, tenían una salud un poco débil y solo les gustaban las hamburguesas, pizzas y comidas, que él solo comía de vez en cuando.
De un salto, bajó del sillón y le dijo a su abuelo, "gracias": Gracias por qué? Le dijo su abuelo. Porque ya sé que lo que estoy haciendo comportándome así, no está bien, mamá solo prepara cosas ricas y papá solo quiere que nos divirtamos haciendo cosas juntos. Entonces cambiaré y seremos muy felices haciendo lo que siempre nos ha gustado. Disfrutar del aire libre y comiendo sano!