4. El respeto y el afecto hacia las personas Los nuevos líderes sienten un sincero respeto y afecto por las personas, a las que consideran de una manera integral, más allá de roles específicos político, empresarial, social, cultural que sólo El respeto y el afecto hacia las personas BALBÍN AGUAYSOL 71 manifiestan aspectos parciales de la personalidad. Por Balbín Amable Aguaysol
72 NUEVOS LÍDERES Balbín nació hace 39 años al naciente de las Cumbres Calchaquíes, en Tucumán. Hijo de padres zafreros, a los siete años de edad, en 1976, fue a vivir a Amaicha del Valle con sus padres, escapando de la guerrilla del Tucumán. Luego de finalizar la escuela, continuó su educación terciaria hasta alcanzar el Profesorado para la Enseñanza Primaria. Su deseo era darles a sus padres la satisfacción de tener un hijo maestro. Con insistencia caminó por los cerros, decidido a encontrarse con los suyos y consigo mismo, a quedarse en su pueblo y a hacer algo por él. Eran tiempos difíciles, de miedo y de mucha pobreza. Le daba vergüenza lo que veía en su pueblo, pero sobre todo, se avergonzaba de un Estado que permanecía ausente. Sentía la necesidad profunda de quedarse y luchar contra el desarraigo que tanto daño les hacía. Renegando del sistema formal educativo, decidió, junto a familiares y amigos, crear la Escuelita Amauta: un teatrillo, un espacio para la danza folclórica y una biblioteca. Un 14 de febrero de 1998 sorprendió a su pueblo con la inauguración de la escuela. Al mismo tiempo, iniciaba su segunda sesión de quimioterapia. Aún así, al año siguiente pudo inaugurar el Eco museo y, más tarde, el centro comunitario digital en alianza con la Fundación Equidad. Fue voluntario del Proyecto UNIR de la Fundación Kellogg. Líder y socio de la Fundación AVINA y de los emprendimientos Arte Aborigen y Etnomuebles. Hace más de diez años que Balbín convive con el cáncer, pero si hay algo que le devolvió la vida, fueron los sueños. Por ellos lucha y sigue dando pelea. Balbín agradece a la vida todo lo que supo darle, por eso cada 1 de agosto venera a su Pachamama, a su Madre Tierra, a la que estará eternamente agradecido por haberle enseñado a ser parte de ella y no su dueño. Siempre piensa que somos tierra y agua ; es decir, barro que camina
Los desafíos del Liderazgo Trataré, de manera simple, de definir los conceptos enunciados más arriba, su importancia y la relación entre ellos. Comenzaré identificando cuáles son los desafíos de los nuevos líderes, y luego trataré de cumplir mi objetivo de pensar en el respeto y el afecto. Creo que todo líder debe estar convencido de lo que quiere alcanzar y de cómo lograrlo. Quizás, un buen camino sea intentarlo a través de la humildad y la amistad, escuchando y comprendiendo a los demás para poder así aprender del otro, sabiendo que no importa de dónde venimos sino hacia dónde queremos ir, cómo y con quiénes queremos llegar; por qué hacemos y para qué hacemos lo que hacemos. Para mí lo más importante es estar siempre predispuesto al aprendizaje y practicar el amor de manera firme y sostenida, que no es otra cosa que saber decir sí, pero también saber decir no, según la ocasión. En este camino, los nuevos líderes deben hacer frente a más de un desafío. El mayor de ellos es utilizar las herramientas adecuadas, con decisión y dedicación, partiendo de la base de que en cada etapa del camino habrá aciertos y errores, enseñanzas y aprendizajes. Siempre habrá asuntos que resolver, imprevistos que no habíamos considerado. Por eso digo: Bienvenidos los problemas, porque los problemas están hechos para ser resueltos y, además, sirven para probar el temple del líder. Cuando el líder sale airoso, se fortalece, aprende del error y sigue caminando. Otro desafío es la capacitación personal. Es muy importante en estos tiempos tener ciertos conocimientos de historia, economía, política pública y administración. También hay que emplear la tecnología y la comunicación. Uno no puede darse el lujo de estar aislado, distante o distraído; al contrario, hay que estar dispuestos a dar allí, en donde a uno lo necesiten. Por eso es importante la capacitación, la búsqueda permanente de conocimientos. El respeto y el afecto hacia las personas BALBÍN AGUAYSOL 73
74 NUEVOS LÍDERES El que cree que ya lo sabe todo se estanca. Los que critican al otro porque sienten que ya recorrieron un largo camino, en realidad nunca fueron a ninguna parte Hoy el mundo cambia continuamente, y nosotros debemos adaptarnos a esos cambios, a cada nueva situación o persona que se presentan en nuestro diario vivir porque serán siempre oportunidades para aprender y crecer. Otro desafío que considero fundamental en este camino es la organización. Es crucial aprender a organizarse y lograr, a través del ejemplo, que vayamos aprendiendo a caminar en determinado sentido. Hay que tener presente que dentro de la organización convivimos bajo el mismo techo, bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos o buscamos el mismo horizonte. Uno debe ser muy respetuoso de esto, comprender y ceder en algunos casos, cuando sea necesario. El líder cumple un rol importante no sólo dentro de la organización, sino fuera de ella. Por su exposición permanente, siempre tiende a sumar, no a restar; por eso, el desafío es mayor, porque tiene que buscar el compromiso del resto de la comunidad y lograr que se abran espacios de participación, tanto en el sector privado como en el público. El Respeto El respeto es uno de los valores más importantes. Sólo a través del respeto obtendremos reconocimiento, aceptación, aprecio y valoración. El respeto empieza por casa; es decir, comienza en la propia persona, su estado original está basado en el reconocimiento del propio ser como una entidad única, que con el paso del tiempo toma fuerza vital y se transforma en un ser espiritual de conciencia elevada, porque sabe que éste surge de un espacio auténtico de valor puro. Desde esta perspectiva, nace la fe en el propio ser y se empieza a creer en el otro como un par o como un complemento, con integridad interior. Comprendiendo al propio ser, se camina hacia el verdadero respeto. El respeto hacia cada persona debe ser el eje central de los nuevos líderes dignos. Considero que acá reside la mística para lograr que las personas se comprometan con propósitos más elevados. Sólo de esta manera, además, lograremos crear ambientes cordiales y amables, propio de la caridad y los buenos sentimientos. El trato digno hacia las personas significa interesarse por ellos (sobre todo, por su alma), pues además de respeto, es preciso hacer las cosas con amor, con verdadera
vocación de servicio, deseando activamente el bien común. Todo hombre merece un trato adecuado a su dignidad humana. Este deber básico incluye respetar su vida, sus ideas, su forma de trabajar, su intimidad. El respeto supremo es aquel que les debemos a nuestros padres y abuelos, a los ancianos, los hijos, los niños; los amigos. Muchas veces tenemos conflictos internos; creo que se deben a la falta de reconocimiento de la propia naturaleza original y la del otro. Será por eso que determinadas influencias negativas externas dominan completamente el respeto. Estabilizarse en el estado elevado del propio ser aseguraría un auténtico respeto hacia uno mismo y hacia los demás seres, debido a que se actúa con la conciencia de que todo ser humano tiene un valor innato. Será por eso que todas las debilidades se originan en la ausencia del respeto hacia uno mismo. El desafío de los nuevos lideres es desarrollar este valor en el propio ser y darle una expresión práctica en la vida cotidiana. Claro que aparecerán obstáculos y, con frecuencia, éstos se acrecentarán en los momentos de mayor vulnerabilidad. De ahí la necesidad de tener confianza en nosotros mismos para poder seguir caminando con seguridad, con optimismo y esperanzas. Sin dudas, hay situaciones en la que parece que se nos cae el mundo (el mismo que intentamos cambiar) y que todos los brazos de apoyo se desvanecen. Lo que siempre permanece es la confianza en el propio ser interior. El poder de discernir crea un ambiente de respeto, en el que se presta atención a la calidad de las intenciones, palabras y acciones. Siempre y cuando exista el poder de la humildad en el respeto hacia uno mismo y al otro, con discernimiento y sabiduría, podremos ser justos con los demás y tendremos éxito en la forma de valorar la individualidad, apreciar la diversidad y tomar en consideración la tarea, en su totalidad. El equilibrio entre la humildad y el propio respeto hacen del nuevo líder un hombre alentador, con vocación de servicio, carisma y apertura mental. Ese sentido de honor y de valor puede extenderse también a la Naturaleza, que para nosotros es la Pachamama (Madre Tierra). Por eso, trabajar en contra de las leyes de la Tierra ocasiona desequilibrios ecológicos y desastres naturales. El respeto es el reconocimiento del valor inherente de los derechos de los individuos y de la sociedad. Sólo de esta manera, los otros encontrarán su propia luz, que será la que alumbrará el camino del mañana, con eterna alegría de vivir con dignidad. La persona que es tolerante y respetuosa es una persona rica y completa porque entiende y comprende, y brinda su amor, dando siempre lo mejor, desde el corazón. El respeto y el afecto hacia las personas BALBÍN AGUAYSOL 75
76 NUEVOS LÍDERES Porque el amor exige la capacidad de ponernos en el pellejo del otro para así poder comprender su manera de ser y de ver la vida. Por eso tenemos que estar abiertos y atentos a las nuevas ideas, incluso, a aceptar la posibilidad de replantearnos las propias, y a aceptar las diferencias, recordando que cada uno de nosotros tiene derecho a ser quien es. Todos tenemos algún defecto; en mayor o menor medida todos tenemos alguna discapacidad; el hecho de que diga o haga cosas improcedentes no me condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud, o comportamiento. Por eso no hay que rechazar ni discriminar a aquellos que no actúan como nosotros esperamos. Hay que ser más pacientes y comprensivos. Recordar que nadie vale más que otros, sólo somos diferentes. El nuevo líder acepta a los demás con sus defectos, cualidades y virtudes, sin juzgarlos con ligereza. El nuevo líder enseña a través de la pedagogía del ejemplo. Cuando vivimos respetando a los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos, cumplidores y responsables en nuestra vida ciudadana; y cuando nos respetamos a nosotros mismos, podemos establecer límites con seguridad porque confiamos en nuestra capacidad humana. El respeto, como la honestidad y la responsabilidad, son valores fundamentales para hacer posibles las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las personas, ya que son condiciones indispensables para el surgimiento de la confianza en las comunidades sociales. La confianza es un ejercicio cotidiano de construcción colectiva, pues no se puede generar confianza en un grupo donde sus integrantes no la proyectan. La credibilidad es la consecuencia de las dos anteriores y del cumplimiento de los compromisos. Debemos mantenernos firmes, y al final del camino tendremos recompensas a tanto esfuerzo y dedicación. Podríamos seguir pensando en la palabra respeto y en lo que significa: hay mucho por decir, pero prefiero que ustedes lo sigan meditando y saquen, finalmente, sus propias conclusiones. El líder alienta a la gente a aceptar sus ideas y a perseguir sus metas, siempre habla en confianza, es un buen oyente, se expresa libremente y con paciencia, y es responsable de lo que dice, pero, sobre todo, de lo que hace.
El Afecto Otro deber del nuevo líder es ser sensible ante determinadas situaciones y procesos cambiantes en el ámbito de las vivencias y convivencias de los grupos con los que trabaja. El afecto es un sentimiento que surge de la interacción social entre dos o más personas. Por lo general, se lo suele identificar con la emoción pero, en realidad, son fenómenos muy distintos aunque, sin duda, están relacionados entre sí. Podemos dar y recibir afecto. En cambio las emociones ni se dan ni se quitan, sólo se experimentan. Las emociones describen el estado de bienestar o no en el que nos encontramos. A veces describimos nuestro estado emocional a través de expresiones tales como siento una gran alegría en mi corazón. Me parece que hay una diferencia fundamental entre emoción y afecto; la emoción es algo que se produce dentro de cada uno, mientras que el afecto fluye y se traslada de una persona a otra. Creo que el afecto puede acumularse; no en vano utilizamos, la expresión cargar la batería, justamente para mejorar nuestra predisposición y atender mejor a nuestros amigos, clientes, alumnos. Lo importante de almacenar una mayor capacidad de afecto es que podemos dar lo mejor de nosotros a todos aquellos que lo necesitan. La experiencia nos enseña que dar afecto requiere esfuerzo. A veces, no nos damos cuenta de este esfuerzo, más o menos intenso, que realizamos a diario. Respetar al otro en su libertad, felicitarlo por su propio esfuerzo y alentarlo a seguir, brindarle un regalo o simplemente un abrazo sincero, son acciones que requieren de un estar atentos, y todas ellas son formas distintas de proporcionar afecto. Sin dudas, el afecto está íntimamente ligado a las emociones, será por eso que siempre decimos: me siento muy seguro (emoción) o bien me da mucha seguridad (afecto). Generalmente designamos el afecto recibido por la emoción particular que nos produce. El afecto es esencial para todas las personas, es una necesidad que todos los seres humanos tenemos y que nos diferencia de otras especies. Esta necesidad se acentúa con mayor énfasis en ciertas circunstancias, por ejemplo, en la infancia y en situaciones de enfermedad. Necesitamos no sólo la colaboración sino el afecto de otros, incluso, para sobrevivir. La necesidad de ayuda en lo social es también necesidad de afecto para lograr el bienestar. Dar afecto significa ayudar al otro, procurar su bienestar y su supervivencia. El afecto bien entendido nos ayuda a la retroalimentación y al crecimiento como personas de bien. El respeto y el afecto hacia las personas BALBÍN AGUAYSOL 77
78 NUEVOS LÍDERES La capacidad afectiva de cada persona depende de su capacidad de trabajar en beneficio de los demás (de forma no remunerada), aunque ésta sea limitada, porque depende directamente de la cantidad de recursos a que se tiene acceso y a la capacidad y voluntad para realizar trabajos en beneficios de los otros. Las señales afectivas expresan un amplio repertorio de conductas culturales, cuya función es garantizar la disponibilidad afectiva de quien las emite con respecto al receptor. Por ejemplo la sonrisa, el saludo cordial, son señales de aceptación y sirven para comprometer a quien las emite y constituyen una fuente de afecto potencial para el receptor. Por su parte, los nuevos líderes sociales también necesitan el apoyo y el afecto de los liderados. Sin estas señales, no habrá garantías de un apoyo futuro. De allí, la importancia de las señales afectivas. Quien recibe una sonrisa franca y sincera experimenta una emoción positiva. No obstante, el hecho de emitir señales afectivas no asegura, en todos los casos, una cesión futura de afecto. Esta divergencia entre intención afectiva y capacidad afectiva real causa frecuentes y variados conflictos en las relaciones humanas. Creo que la finalidad del nuevo líder es garantizar la reciprocidad en el intercambio afectivo de los otros, aunque las relaciones sociales humanas sean enormemente complejas. A pesar de los grandes avances de la sociedad moderna, seguimos necesitando afecto para vivir ya que creo que el mundo afectivo es una cuestión esencial en el hombre; tan esencial que no encuentro descripción alguna, seguramente por mis limitaciones y mi poco conocimiento. Hay realidades que nos tocan vivir y uno se siente impotente e incompleto, necesitado de los demás, de su reconocimiento, de su cariño, de su amor y de su manifestación. Una palabra de aliento, una sonrisa, un gesto cariñoso y un abrazo son indispensables para poder seguir adelante. Alcanzar la madurez afectiva es tarea de todos los días. El papel de la afectividad es un elemento fundamental en la formación de nuestra personalidad porque nos integra de una forma especial en nuestra relación con nosotros y con los demás. Creo que el mayor desafío de los nuevos líderes es devolver a los otros la confianza de creer en sí mismos como seres humanos, vivir y expresar lo que se siente verdaderamente, sin miedo a amar y ser amado.