Observaciones botánicas durante una excursión al Parque Pichi Mallay En el parque Pichi Mallay, ubicado en la costa de Osorno, se puede apreciar la vegetación original de esta zona de la Cordillera de la Costa, sin grandes intervenciones, desde la parte alta de los cerros que dan al mar, hasta los acantilados y roqueríos del litoral. Esta nota presenta una síntesis de las observaciones de la flora de Pichi Mallay, realizadas durante una visita al lugar. Vista desde uno de los miradores del parque La Cordillera de la Costa de Chile presenta una gran cantidad de endemismos, debido a que actuó como refugio para las especies en tiempos de glaciación (Armesto et al., 1996), conservando la biodiversidad de los bosques desplazados por los hielos desde sectores del interior. Además, la ausencia de volcanismo permitió el desarrollo de bosques antiguos, sin grandes alteraciones, al contrario de lo que ocurrió en los Andes. Esta historia puede verse reflejada en las características de la flora presente en esta zona. Ejemplos de especies únicas de la Cordillera de la Costa son el Ruil (Nothofagus alessandrii) y el Pitao (Pitavia punctata), propias del bosque maulino costero, que se extiende entre la 7ª y 8ª región. Otra especie poco común es Valdivia gayana, cuya distribución es muy reducida, sólo en la Región de los Ríos. También destaca el Queule (Gomortega keule), único sobreviviente de la familia Gomortegaceae. Las particularidades también se aplican a diferencias genéticas significativas entre las poblaciones costeras y las poblaciones andinas de algunas especies, como Estación informativa con un mapa del parque 18 P á g i n a
en el caso de la Araucaria (Araucaria araucana) (Bekessy et al., 2002). El día 28 de agosto de 2010, en el marco de las actividades de difusión del CEBCh y el Museo Interactivo de Osorno, se realizó una excursión al Parque Pichi Mallay, que se ubica un poco al sur de Maicolpue-Rio Sur, en la comuna de San Juan de la Costa, aproximadamente a unos 65 kilómetros de Osorno. El objetivo de este viaje fue observar la flora y fauna nativa del lugar, dentro de bosques remanentes poco alterados. El parque Pichi Mallay se caracteriza por numerosos acantilados ricos en piedra laja que dan al mar y pequeñas vertientes ubicadas al fondo de quebradas abruptas. El viento es fuerte, produciendo crecimiento zigzagueante en árboles y arbustos; además, frente al mar se observa la influencia salina, mas acentuada en el sustrato de los peñascos y acantilados. El parque está dentro de la Región del Bosque Laurifolio (Gajardo, 1994), cubierto en gran parte por bosque de Olivillo Costero. En los matorrales del litoral se aprecia una comunidad arbustiva, que crece en laderas cuya cara da al mar, también en sectores de peñascos, donde el bosque no se ha podido establecer. Este matorral corresponde, en parte, al sotobosque del bosque de olivillo costero. Varias de las especies arbustivas que crecen en esta zona raramente se alejan más de 5 kilómetros de la costa. En roqueríos y sectores de acantilados las comunidades vegetales son herbáceas y bromelias. A continuación, presento detalles de las especies encontradas, de acuerdo a nuestras propias observaciones durante este viaje: Bosques de olivillo: formación monoespecífica de Olivillo (Aextoxicon punctatum) en el estrato arbóreo. Los árboles tienen un crecimiento en bandera, esta característica se refiere a que las ramas crecen hacia un sólo lado por efecto del viento, dándole un aspecto ondulado y flameante al árbol. Foto: E. Briones Barrientos Medallita (Sarmienta repens) Foto: E. Briones 19 P á g i n a
Bosque de Olivillo costero (Aextoxicon punctatus) Estos bosques presentan una gran cantidad de epífitas, entre ellas la bromelia Chupalla (Fascicularia bicolor), Medallita (Sarmienta repens) y los helechos Hymenophyllum sp., Hymenoglossum cruentum y Asplenium trilobum. Hacia la parte alta de los cerros, y en algunas partes del bosque de olivillo del litoral se agregan como especies arbóreas codominantes Canelo (Drimyis winteri), Luma (Amomyrtus luma), Melí (Amomyrtus meli), presentándose raramente Ulmo (Eucryphia cordifolia). En el sotobosque se encuentra Murta Blanca (Ugni candollei), Chauras (Gaultheria sp.), Quila (Chusquea quila) y en las zonas más expuestas al sol Patagua Costera (Griselinia jodinifolia) y Latue (Latua pubiflora), solanácea venenosa de flores moradas tubulares. De las herbáceas, las más relevantes son las orquídeas de flores blancas, Brachystele unilaterales y Gavilea araucana, la Ortiga, Loasa acanthifolia, rastrera cubierta de pelos urticantes en tallos y hojas, con flores anaranjadas muy vistosas; y varias especies de asteráceas. Entre los helechos están Megalastrum spectabile, especie escasa que habita en sectores cercanos a arroyos, Añpe (Lophosoria quadripinnata) que alcanza grandes dimensiones en lugares sombríos, superando los 2 metros con algunas frondas. Alejándose de las cercanías del mar, encontramos el helecho Costilla de Vaca (Blechnum chilense). El bosque de olivillo colinda con los arbustos del litoral, pero en algunas partes hay árboles de Olivillo (Aextoxicon punctatum) aislados, casi en el margen de sectores litorales. En el sotobosque, está la mirtácea Myrceugenia parvifolia, arbusto de hojas finas lanceoladas y corteza blanquecina, cuyas bayas, aunque pequeñas, al madurar se tornan de color naranjo fuerte. Esta especie, al parecer, es poco frecuente en la zona; sólo encontré un ejemplar desarrollado, creciendo junto a un remanente de bosque de olivillos y un individuo de no más de 10 cm en la parte alta del parque. Fuera del parque hay pequeñas poblaciones de este arbusto, pero sujetos a una fuerte intervención. Es muy probable que existan más individuos dentro del parque, en lugares más intrincados. Matorral litoreño: arbustos densos expuestos al sol y fuertemente sometidos a los vientos, 20 P á g i n a
que alcanzan escasa altura (a lo mucho 3 metros). Las especies dominantes son Chilcas (Baccharis rhomboidalis, Baccharis elaeoides) que producen abundantes semillas con vilano, Murta Blanca (Ugni candollei), Chauras (Gaultheria sp.), Patagua Costera (Griselinia jodinifolia), Siete Camisas (Escallonia rubra). Ocasionalmente es posible encontrar en esta formación Zarzaparrilla (Ribes trilobum), Espino Negro (Rhaphitamnus spinosus), Pillo-pillo (Ovidia pillo-pillo), Tepú (Tepualia stipularis), Latúe (Latua pubiflora), Murta (Ugni molinae) y árboles, como Avellano (Gevuina avellana), Canelo (Drimyis winteri) y Melí (Amomyrtus meli), pero creciendo como arbustos. De forma más dispersa se encuentra la especie de chaura Gaultheria insana, de hojas grandes y el Palpalén (Acrisione denticulata), que un poco más hacia el interior de la cordillera es bastante común y reconocible a distancia por sus flores amarillas cimosas. En las zonas con mayor humedad, como al borde de las vertientes, se encontraron Chilcos (Fuchsia magellanica) y Nalcas (Gunnera tinctoria). Pillo-pillo (Ovidia pillo-pillo). Flora de roqueríos y peñascos: entre medio de las rocas, en salientes asoleadas, muy expuestas al viento marino crecen Chupallas (Fascicularia bicolor) formando densos cojines dominantes en este hábitat. Estas bromeliáceas se asocian con Calle-calle (Libertia chilensis), hierba monocotiledonea de flores blancas y Tupa (Lobelia tupa), herbácea grande que produce flores rojas. Escasamente se encuentran arbustos de Patagua Costera (Griselinia jodinifolia) y Siete Camisas (Escallonia rubra), pero de forma muy achaparrada. Los helechos Asplenium obtusatum crecen, entre las grietas de las rocas, en los lugares más cer- Latue (Latua pubiflora). 21 P á g i n a
canos al mar y Blechnum blechnoides, creciendo en lugares más húmedos. Otra herbácea bastante frecuente es la Vara de Mármol (Francoa appendiculata), de flores rosadas, puede ser encontrada en áreas más húmedas y sombrías. En los requeríos, a pocos metros del mar crece la suculenta Crassula moschata, pequeña rastrera que posee un color rojizo. Además, entre las piedras laja que bordean el mar crecen juncos enanos, una especie de crucífera, Diente de León (Taraxacum officinale), Llantén (Plantago sp) y una Ranunculácea que no pudimos identificar. Las distintas formaciones florísticas observadas en el parque, nos muestran la gran diversidad presente en los bosques costeros. Muchas de las especies también crecen hacia el interior, pero por la influencia de las condiciones climáticas, suelen presentar diferencias morfológicas importantes, que pueden ser originadas por las condiciones ambientales especiales de esta zona. Bibliografía Armesto, J., J.C. Aravena, C. Villagrán, C. Pérez, G. G. Parker, 1996. Bosques templados de la Cordillera de la Costa, Capítulo 10, Ecología de los Bosques Nativos de Chile. Editorial Universitaria, Santiago, Chile. Bekessy, S., T. Allnutt, A. Premoli, A. Lara, R. Ennos, M. Burgman, M. Cortes & A. Newton, 2002. Genetic variation in the vulnerable and endemic Monkey Puzzle tree, detected using RAPDS. Heredity, 88:243-239. Donoso, C., 2006. Las especies arbóreas de los bosques templados de Chile y Argentina. Autoecología. Marisa Cuneo Ediciones, Valdivia, Chile. Gajardo, R., 1994. La Vegetación Natural de Chile. Clasificación y Distribución Geográfica. Editorial Universitaria, Santiago, Chile. Hoffmann, A., 1997. Flora Silvestre de Chile, Zona Araucana. Cuarta Edición Revisada. Ediciones Fundación Claudio Gay. Reiche, K., 1896. Estudios críticos sobre la flora de Chile. Imprenta Cervantes, Santiago, Chile Diego Penneckamp Furniel Investigador Joven Centro de Estudios en Biodiversidad Comentario del editor: Es importante destacar que el autor de este trabajo acaba de terminar la enseñanza media y posee un admirablemente amplio conocimiento botánico autodidacta (ver fotografía inferior de la página 54). Se integró como Investigador Joven al Centro de Estudios en Biodiversidad el 7 de octubre de 2009 y desde entonces participa activamente, con especial interés en taxonomía vegetal y conservación ex situ de especies nativas. 22 P á g i n a