RAMSAR Convención Relativa a los Humedales Qué es la Convención? La Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, es un tratado entre varios países, aprobado el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, situada en la costa meridional del Mar Caspio. Por ello, es comúnmente conocida como la "Convención de Ramsar". La UNESCO sirve de depositaria de la Convención, pero su administración ha sido confiada a una secretaría conocida como la "Oficina de Ramsar", alojada en la sede de la UICN - Unión Mundial para la Naturaleza, en Gland, Suiza, bajo la autoridad de los países, es decir la Conferencia de las Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente a través de la Dirección General de Biodiversidad es el punto focal en el país. Cuál es el fin de la Convención? Ramsar insta a los países a la conservación y uso racional de los recursos naturales dentro de los humedales. Inicialmente, se orientaba primordialmente a la conservación de los humedales como sitios esenciales para el mantenimiento de aves acuáticas. Con los años, la Conferencia de las Partes Contratantes (el principal órgano decisorio de la Convención), integrado por delegados de todos los Estados miembros, ha desarrollado e interpretado los principios básicos del texto del tratado y ha conseguido mantener la labor de la Convención a la par con la evolución de las percepciones, prioridades y tendencias del pensamiento ambiental. Como resultado de estas disposiciones, el alcance de la Convención comprende una amplia variedad de tipos de humedales tanto continentales
como marino costeros, entre ellos ríos y lagos, lagunas costeras, manglares, turberas y hasta arrecifes de coral. Por otra parte, existen humedales artificiales, como criaderos de peces y camarones, estanques piscícolas, tierras agrícolas irrigadas, salinas, embalses, graveras, campos de depuración de aguas cloacales y canales. Para los humedales marino costeros se ha definido como límite una profundidad de hasta los seis metros en marea baja, (pudiéndose ampliar este margen en los casos que amerite de acuerdo a la importancia de los ecosistemas presentes) Qué beneficios obtiene nuestro país? Al adherirse Honduras a la Convención en 1993, se obtienen diversos beneficios, entre otros: supone aceptar los principios que la Convención representa, lo que facilita la puesta a punto de políticas y actividades en el plano nacional, inclusive leyes que ayuden a utilizar lo mejor posible sus recursos de humedales en la búsqueda de un desarrollo sostenible; brinda al país la posibilidad de hacer oír su voz en el principal foro intergubernamental sobre la conservación y el uso racional de los humedales; da a conocer mejor e incrementa el prestigio de los humedales designados para la Lista de Humedales de Importancia Internacional y por ende acrecienta las posibilidades de que las medidas de conservación y uso racional sean apoyadas; da acceso a la información y a las opiniones consultivas más recientes sobre la adopción de las normas internacionalmente aceptadas de la Convención, como los criterios para identificar humedales de importancia internacional, las líneas directrices para la aplicación del concepto de uso racional y las líneas directrices para la planificación del manejo de los humedales; da acceso a opiniones consultivas especializadas sobre los problemas de conservación, y manejo de los humedales en el ámbito nacional o de sitios determinados por medio de contactos con funcionarios de la Oficina de Ramsar y consultores, así como de la aplicación del mecanismo de las Misiones Ramsar de Asesoramiento; y alienta la cooperación internacional respecto a las cuestiones concernientes a los humedales y ofrece la posibilidad de conseguir apoyo para proyectos, ya sea con cargo al Fondo de Pequeñas Subvenciones de la propia Convención o gracias a los contactos de la Convención con los organismos de asistencia bilateral o multilateral externos. Qué compromisos tenemos como país? Al adherirse a la Convención de Ramsar, nuestro país se ha sumado al esfuerzo internacional encaminado a garantizar la conservación y el uso racional de los humedales. No obstante, el tratado prevé cuatro compromisos principales.
1. Inclusión de sitios en la Lista Uno de los principales compromisos ha sido la designación de al menos un sitio, garantizando su conservación en el largo plazo para beneficio de las actuales y futuras generaciones. Es así como, al 2006, Honduras, ha inscrito 223,320 hectáreas, en la Lista de Humedales de Importancia Internacional, contribuyendo al total mundial de 1,615 sitios con un área de 135 millones de hectáreas. Los seis humedales en Honduras incluidos en la Lista Ramsar son: Refugio de Vida Silvestre Barras de Cuero y Salado, designado el 23 de junio de 1993, bajo el No. 619 con 132.25Km2, establecido como primer sitio Ramsar de Honduras; Parque Nacional Jeannette Kawas, designado el 28 de marzo de 1995, bajo el No. 722 con 781.50 Km ² ; Parque Nacional Punta Izopo, designado el 20 de marzo de 1996, bajo el No. 812 con 112.00 Km ² ; Sistema de Humedales de la Zona Sur, designado el 10 de julio de 1999, bajo el No. 1,000 con 697.11 Km ², por el que obtuvimos especial mención al lograr alcanzar la meta global de mil sitios incluidos en la lista de la convención; Laguna de Bacalar, designado el 3 de febrero de 2003, bajo el No. 1,254 con 73.14 Km ², y el mas reciente; Subcuenca del Lago de Yojoa designado el 5 de junio (día mundial del ambiente) del 2005 con 436.40Km ². Los sitios, pasan a formar parte de una nueva categoría en el plano nacional y la comunidad internacional reconoce que tienen un valor significativo no sólo para el o los países donde se encuentran, sino también para toda la humanidad. 2. Uso racional En virtud de la Convención, el país ha tenido el deber general de incorporar consideraciones relativas a la conservación de los humedales en su planificación nacional del uso de la tierra. De manera que se ha comprometido a formular y llevar a cabo su planificación de forma que promueva, en la medida de lo posible, "el uso racional de los humedales de su territorio". Para ello, se ha promulgado diversos instrumentos de política: Ley General del Ambiente y su Reglamento, Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción. A través de la Ley General del Ambiente, se regula las actividades de manera que no alteren adversamente los ecosistemas de humedales. Por otra parte, la Estrategia Nacional de Biodiversidad, contempla un Plan de Acción a diez años, que de manera coordinada con los principales sectores del país, se plantea el reto de fortalecer el marco legal e institucional para realizar una gestión efectiva para la conservación y manejo de la biodiversidad. Con la colaboración técnica y financiera de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo, el país participó en la formulación de la Política Centroamericana para la Conservación de Humedales, el documento pretende ser una orientación para que los Estados
centroamericanos fortalezcan su acción conjunta y armonizada como región, con miras a conservar y utilizar racionalmente los humedales. 3. Reservas y capacitación Asimismo, existe el compromiso de crear reservas naturales en humedales, figuren o no en la Lista de Ramsar. En ese sentido, cinco de los seis sitios Ramsar en el país, forman parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Honduras. También, se prevé asimismo que promuevan la capacitación en los campos de la investigación, el manejo y la custodia de los humedales. 4. Cooperación internacional Las Partes Contratantes también han acordado consultar a otras Partes Contratantes respecto de la aplicación de la Convención, especialmente en lo que atañe a los humedales transfronterizos, los sistemas hídricos compartidos y las especies compartidas. Por qué debemos conservar los humedales? La riqueza biológica depende del buen funcionamiento ecológico de los humedales; sin embargo, los humedales se encuentran seriamente amenazados. De acuerdo al Perfil Ambiental de Honduras, el recurso agua es el receptor de la problemática ambiental del país, la eliminación de cobertura boscosa por el avance de la frontera agrícola, la explotación excesiva de las especies y el aporte de sedimentos que proviene de la degradación de cuencas altas. A esto se agrega una creciente contaminación química derivada de la lixiviación de fertilizantes y plaguicidas, aguas residuales y desechos sólidos domésticos e industriales. Los humedales figuran entre los ecosistemas más productivos de la tierra y son fuentes de diversidad biológica, pues aportan el agua y la productividad primaria de la que innumerables especies vegetales y animales dependen para su supervivencia. Sustentan elevadas concentraciones de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces y especies invertebradas. Las interacciones de los componentes físicos, biológicos y químicos de un humedal, como los suelos, el agua, las plantas y los animales, hacen posible que el humedal desempeñe muchas funciones vitales, como por ejemplo: almacenamiento de agua; protección contra tormentas y mitigación de inundaciones; estabilización del litoral y control de la erosión; recarga de acuíferos (la bajada de aguas a los acuíferos subterráneos); descarga de acuíferos (la subida de aguas que se convierten en aguas superficiales en un humedal); purificación de las aguas mediante la retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes; y estabilización de las condiciones climáticas locales, particularmente la precipitación y la temperatura.
Los sectores agrícola, industrial y doméstico, dependen del agua como materia prima! Los humedales sostienen actividades económicas como la camaricultura y pesca. Uno de los rubros más importantes de exportación es el camarón y langosta, que en el 2002, ascendió a 184 millones de dólares estadounidenses. Por otra parte, para el 2005, el 45% de generación de energía fue hidráulica, contribuyendo a que no se importase combustible fósil. Otro dato sobresaliente, es que el 61% de la demanda nacional de agua es utilizada por el sector agrícola siendo este el mayor consumidor de este recurso. Los humedales de la zona Sur, sitio Ramsar 1000, destacan por la diversidad de ecosistemas refugio de especies en peligro de extinción. Se distinguen sus islas, esteros con amplias fajas de rodales de mangle y playas donde es característico el desove de tortugas marinas como la Tortuga Golfina (Lepidochelys olivacea), especie en peligro de extinción principalmente por la sobreexplotación. También, sustenta importantes poblaciones de aves residentes y migratorias, además de reptiles, peces, mamíferos e invertebrados como el curil y casco de burro muy valorado por nuestra cultura. También singulares son los sitios Ramsar, Parque Nacional Jeannette Kawas, Parque Nacional Punta Izopo, Refugio de Vida Silvestre Barras de Cuero y Salado y Laguna de Bacalar, en el Norte del país. Estos proveen hábitat a especies en peligro de extinción como el manatí (Trichechus manatus) y cocodrilo (Crocodylus acutus), y de diversas especies de aves lo que les hace un atractivo turístico para los observadores de aves y visitantes de todo el mundo. además estos importantes ecosistemas son fuente de trabajo y alimento para cientos de pescadores que aprovechan este recurso para poder sobrevivir y dar sustento a sus familias. Cuáles son nuestros retos? Al corto plazo En coordinación con los sectores públicos y privados, impulsar la declaración como Humedales de Importancia Internacional de los Humedales de la Isla de Utila, Laguna de Ibans, Brus, humedales costeros adyacentes en la Biosfera de Río Plátano, y los humedales de la bahia de Omoa. Trabajar conjuntamente con los países de la región para la declaración de sitios Ramsar transfronterizos (Omoa en Honduras y Punta Manabique en Guatemala). Formular planes de manejo como herramienta para la toma de decisiones en los sitios Ramsar, que a corto plazo se destinaran los esfuerzos hacia la Zona Sur,
sitio Ramsar 1000. Propiciar la participación del sector privado y de forma activa e informada de las comunidades locales, grupos étnicos, en la conservación y el uso racional de los humedales. Al mediano y largo plazo Realizar el Inventario nacional de humedales, que sea accesible al público, y que sirva de herramienta para la planificación y toma de decisiones en pro de la conservación y uso sostenible de estos. Establecer un programa de evaluación y monitoreo de la salud del estado de conservación de los humedales. Formular la política Nacional de Humedales de forma integral, participativa, y que dicte las pautas y lineamientos a seguir.