ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE 1. Lectura activa Realiza una lectura atenta del contenido de este cuadernillo. Elabora un mapa conceptual o mental donde puedas visualizar los contenidos. 2. Descubre Cómo la Arquidiócesis ha abordado el tema de la formación a través de las Orientaciones Pastorales (Anexo). Anota una reflexión al respecto. 3. Desarrolla Cómo puedes aplicar las líneas principales del proyecto misionero en tu práctica como facilitador? Escribe cinco ideas. 4. Recapitula Cuál fue tu aprendizaje más importante del tema? 5. Investiga Consulta la página de Internet donde se encuentra el Decreto General, lee un punto que te llame la atención y anota tu reflexión. Líneas principales del proyecto misionero de la Arquidiócesis BIBLIOGRAFÍA: Decreto General en, http://www.vicariadepastoral.org.mx/doc_ecucim/evang elizacion_culturas_mexico.pdf
Introducción En el fascículo anterior (Saber-5) abordamos el tema del Magisterio Latinoamericano, como fuente de la formación, al hablar de las Conferencias de Episcopado Latinoamericano (Puebla, Santo Domingo y Aparecida). Ahora nos centraremos en el Magisterio Local, es decir, el que proviene de nuestra Iglesia Particular o Diócesis. En el Manual del Facilitador (cf. temas 3 y 6), ya tuvimos un acercamiento al Proyecto pastoral de nuestra Iglesia Particular y citamos algunos documentos que han sido emitidos por nuestro Arzobispo. Ahora intentaremos abordar el tema del proyecto misionero de nuestra Iglesia Local, de manera un poco más extensa. También reflexionaremos la progresión de las Orientaciones Pastorales de 1996 a la fecha, específicamente en aquellos temas que tienen que ver con la formación (cf. Anexo). Intenciones: Profundizar en las líneas fundamentales del proyecto misionero de nuestra Arquidiócesis. Identificar el papel que ocupa la formación en nuestra Iglesia Local. Contenidos 1. El proyecto misionero. 2. El ambiente: la Ciudad de México. 3. Los destinatarios. 4. Características de la acción pastoral. 5. Líneas generales de acción. 6. Perfil de los Agentes. 7. La formación. 2 Afrontar con mayor eficacia las necesidades pastorales. Implantar una formación según los destinatarios y ambientes. 6. Desde una pastoral que Evangeliza con el testimonio: Predicar a Cristo en sus diversos ambientes. Desarrollar una espiritualidad en la que el testimonio personal sea el eje de la acción apostólica y se alimente de la oración, los sacramentos, la Palabra. Hacer de la Palabra de Dios el camino privilegiado para la Nueva Evangelización. 7. Desde una pastoral social que encarne la caridad y sea entendida como núcleo revitalizador de la fe: Incluir experiencias que contribuyan al bien común y la justicia. Conocer la Doctrina Social de la Iglesia. Difundir el conocimiento de los derechos humanos, acrecentar la conciencia ecológica. 8. Desde una pastoral dialogante: Desarrollar la conciencia ecuménica, capacitar para llegar a los no cristianos y comprender los fenómenos de secularización, no creencia y ateísmo. Adaptar el lenguaje de la fe a formas seculares. La formación incluye acciones específicas para las distintas vocaciones. En particular, para los agentes laicos propone: - Acompañar al laico para que se incorpore y comprometa en la acción evangelizadora de la diócesis, sin abandonar sus ambientes, de manera que pueda impregnar el ambiente secular de los valores cristianos. - Propiciar que los movimientos laicales revisen y actualicen su estructura, medios y fines. - Brindar oportunidades reales y accesibles para la formación teológica y pastoral de los dirigentes laicales, así como respaldar la formación de los líderes de la religiosidad popular. 11
7. La formación La formación de agentes de pastoral es otro de los ejes claves del Sínodo. Ésta ha de tener sentido social, apostólico y misionero. Ha de ser adecuada, permanente e integral. Según las directrices del Decreto, la formación permitirá al agente desarrollar o fortalecer habilidades relacionadas con su acción. 1. Desde el sentido eclesial de misión: Despertar la conciencia de su vocación, identidad y misión. Ser abierta y flexible. No dejarse absorber por servicios intraparroquiales. Ser corresponsable con las diferentes vocaciones. 2. Desde el estilo de la Nueva Evangelización: Capacitado en métodos y nuevas formas. Saber comunicar con acento catecumenal, es decir, un proceso pedagógico y gradual de la fe. 3. Desde la Evangelización de las culturas: Propiciar la comprensión de su cultura y la del destinatario. Enseñar a utilizar nuevas expresiones metodológicas de acuerdo a la diversidad de ambientes. 4. Desde el campo de acción que es la Ciudad: Partir del análisis pastoral de la realidad en la promoción, acompañamiento y discernimiento comunitario. Comprender los valores y problemas de la Ciudad, así como las características de sus culturas. Participar en la reconstrucción del tejido social. Aprender a utilizar los medios de comunicación. Conocer el fenómeno de la religiosidad popular para integrar sus expresiones en el proceso evangelizador. 5. Desde los destinatarios de la evangelización: 10 Desarrollo El II Sínodo de la Arquidiócesis de México tuvo lugar en 1992. En él participaron obispos, presbíteros, religiosos, diáconos y laicos que reflexionaron acerca de la situación de la Arquidiócesis. Esto con la finalidad de encontrar caminos adecuados para un nuevo proyecto evangelizador en la Ciudad de México. El tema fue: La inculturación del Evangelio en la pluralidad de las culturas de nuestra Ciudad de México. De esta reunión surgieron las directrices para el proyecto Pastoral de la Arquidiócesis. Estos lineamientos están contenidos en el documento Decreto general, que constituye una ley que norma la vida pastoral de la Arquidiócesis con fuerza canónica. Lo anterior significa que, toda pastoral que se realice en la Arquidiócesis ha de apegarse a lo que establece el Decreto. El Decreto se estructura en cinco capítulos: 1. La Evangelización de las Culturas en la Ciudad de México. 2. Un nuevo y vigoroso proyecto misionero. 3. La opción prioritaria. 4. Líneas de acción para la opción prioritaria sinodal. 5. Ordenamientos para la opción prioritaria sinodal. 1. El proyecto misionero Por estar edificada en el cimiento de los apóstoles y porque ha recibido la tarea de llevar el Evangelio al mundo, la Iglesia es eminentemente apostólica (cf. DG 36). Por ello, nuestra Iglesia local quiere darle a su acción evangelizadora un sentido misionero (cf. DG 35) y, ser una Iglesia en estado de misión permanente. 3
Fiel al mandato misionero de Jesús nuestra Iglesia Local se declara y reconoce: a) Misionera La Iglesia, Pueblo de Dios, crece paulatinamente para cumplir su misión: anunciar el Reino de Dios, instaurando el germen y principio de este Reino (cf. LG 5; cf. DG 46). Nuestra Iglesia Particular reconoce en Jesús al Misionero del Padre, enviado a proclamar la Buena Noticia del Reino: amor, justicia, paz, libertad, igualdad y fraternidad. El envío es el fundamento de la misión. b) Iglesia que trabaja en la Nueva Evangelización La realidad indica que grupos numerosos de bautizados han perdido el sentido de la fe, incluso ya no se reconocen como miembros de la Iglesia, hace necesaria una Nueva Evangelización o reevangelización (cf. RM 33) con un fuerte sentido misionero (cf. DG 35). Para ello, nuestra Iglesia Local ha de ir en busca de los hombres y las mujeres a quienes ofrecerá la Buena Nueva del Evangelio, incluyendo a los bautizados y a los no cristianos (cf. RM 2). c) Iglesia que busca inculturar el Evangelio Porque la fe se vive en una cultura concreta, es necesario inculturar el Evangelio. La inculturación es una palabra clave en el Sínodo. Por cultura entendemos: Un conjunto de elementos como la lengua, la historia, la religión, las tradiciones, el entorno físico y ambiental, los valores, anti-valores, las instituciones y estructuras de convivencia social (DG 8, 12). El modo de relacionarse con la naturaleza, entre sus miembros y con Dios. 4 Actitudes Sensibilidad apostólica con un gran amor a la Iglesia diocesana. Capacidad para salir a buscar a los destinatarios prioritarios. Apertura al cambio y actitudes positivas frente a sí mismos y a los demás. Disponibilidad para formarse de manera permanente para ser misionero(a) evangelizador(a). Valentía para afrontar con mayor eficacia su tarea. Sensibilidad ante el sufrimiento y solidaridad. Promover el laicado en los ambientes seculares. Creatividad para transmitir la Buena Nueva. Capacidad de dialogar con otras confesiones cristianas, los creyentes y con los que no son. Espiritualidad Experimentar el encuentro con Jesucristo, ser testigos del Reino de Dios, poner todo su esfuerzo para dar respuesta a las necesidades pastorales de los destinatarios prioritarios. Los agentes laicos El Sínodo destacó la importancia de los agentes laicos (cf. ECUCIM 2469), para que la pastoral se renueve y haya un nuevo florecimiento del laicado (cf. DG 80), al interior de la comunidad eclesial, apostolados y ministerios y, en los ambientes seculares: familia, trabajo, comunicaciones El laico, al vivir profundamente la unidad en la fe y en el amor, es misionero en cuanto miembro de la Iglesia, por lo que es y no por lo que hace (cf. DG 37). Ello dependerá esencialmente de su encuentro con Cristo y de su sintonía de comunión y misión de la Iglesia (cf. LG 38). 9
sea un proceso pedagógico y gradual de la fe, que lleve hacia una reiniciación cristiana. 3. La Evangelización de las culturas. Asumir la pluralidad cultural, para lograr una evangelización encarnada, capaz de revisar métodos, formas y expresiones y, con fuerza de convocatoria. 4. El campo de acción que es la Ciudad. Valorar la religiosidad popular, dinamizar y purificar sus manifestaciones. 5. Los destinatarios de la evangelización. Realizar una pastoral diferenciada que salga al encuentro de los alejados, los pobres, las familias y los jóvenes y, preste mayor atención a los que han debilitado su fe. 6. Una pastoral que Evangeliza con el testimonio. Vivir los valores evangélicos a nivel personal y comunitario. Enriquecer la liturgia con signos testimoniales. 7. Una pastoral social que encarne la caridad y sea entendida como núcleo revitalizador de la fe. Enfatizar la pastoral social; privilegiar la promoción humana; incidir en la problemática actual: derechos humanos, conciencia ecológica, solidaridad, justicia, economía, política 8. Una pastoral dialogante. Promover el diálogo con otras confesiones cristianas, con creyentes y no creyentes. 6. Perfil de los Agentes El Sínodo reconoce como agentes a quienes han de contribuir a la misión de la Iglesia: Obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos. Describe las cualidades que han de poseer: Identidad Clara conciencia de su vocación y misión evangelizadora. Trabajar en comunión de forma corresponsable y fraterna. Llevar una vida espiritual sólida y en constante proceso de conversión. Ser signos y testigos del Reino de Dios. 8 El medio por el cual el ser humano se realiza plenamente, al cultivar los bienes y los valores naturales (cf. GS 53). La cultura responde al llamado de Dios que ha pedido al hombre perfeccionar la creación y con ello, perfeccionarse a sí mismo. Por ello, tiene como finalidad la plena madurez, espiritual y moral del género humano (cf. DG 10). Inculturar el Evangelio va más allá de sólo anunciarlo. Se trata de un proceso a largo plazo, que pretende transformar la cultura desde dentro, mediante un cambio de conducta y modelo de vida para hacerlos cristianos (cf. RM 52). Implica reconocer los valores ya existentes en la cultura y respetarlos. Se trata de descubrir las semillas del verbo (cf. DG 53). 2. El ambiente: la Ciudad de México El ambiente concreto al que la Arquidiócesis desea llevar el Evangelio es una pluralidad de culturas insertas en la Ciudad de México (cf. DG 9). Ésta constituye el campo de misión (cf. DG 39). La Ciudad posee formas propias de convivencia, de relación, de estilo de vida, de valoración y conocimiento de la realidad (cf. DG 18). Evangelizar la Ciudad supone asumirla con todas sus características positivas y negativas (cf. DG 22). A continuación enumeramos algunos retos que presenta la Ciudad a la Evangelización (cf. OA 11, 12): Reconstruir el tejido social a escala de calle, de barrio o de gran conjunto. Construir la Ciudad como un lugar adecuado de existencia de los hombres y de sus comunidades. Crear nuevos modos de proximidad y de relaciones. Aplicación cristiana de la justicia social. 5
3. Los destinatarios Tenemos claro que los destinatarios del Evangelio somos todos los seres humanos en cuanto llamados a conocer a Dios y a alcanzar la salvación en Jesucristo (cf. DG 63). Con todo, se vio necesario privilegiar a los pobres, los alejados, las familias y los jóvenes (cf. DG 65). Las razones de ellos son (cf. DG 66): Jesús durante su ministerio, sin excluir a nadie, privilegia a los pobres y a los alejados, a aquellos que manifiestan mayor necesidad de las buenas noticias del Reino de Dios. La familia y los jóvenes como sectores fundamentales de la vida humana que, actualmente, manifiestan un preocupante derrumbe de valores humano-cristianos y reclaman con urgencia una Nueva Evangelización. Los pobres. La atención a los pobres y a los alejados es signo inequívoco y exigencia primordial de una auténtica acción evangelizadora (cf. EN 12). Los alejados. El primer anuncio va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús, esto es cada vez más necesario a causa de la descristianización (cf. EN 52). Entre los grupos de alejados están los jóvenes que han adoptado corrientes contrarias a los principios religiosos por considerarlos anticuados. Las familias. Actualmente la Ciudad alberga diversos tipos de familia. Algunos factores que la aquejan son: aislamiento, choque de generaciones, la situación laboral de la mujer, la desintegración familiar, las drogas, el alcohol, la prostitución y otros desórdenes. Los Jóvenes. En nuestra Ciudad la población mayoritaria son jóvenes. Niños y jóvenes con frecuencia son víctimas de una población adulta viciada en muchos aspectos, cuyos impactos 6 negativos lesionan gravemente su integridad física, emocional y moral y, comprometen seriamente su presente y su futuro. 4. Características de la acción pastoral Por las realidades que hemos mencionado, la acción pastoral de la Ciudad posee características concretas. Ha de ser: Encarnada. Buscar insertarse en la vida, inspirada en Jesús que se encarnó entre los hombres (cf. Flp 2,7; cf. DG 42). Testimonial. El anuncio requiere la práctica de los valores evangélicos: caridad, justicia, fraternidad, igualdad, paz, perdón, libertad, responsabilidad, austeridad, servicialidad, gracia y santidad de la vida, concordia y reconciliación (cf. DG 13). Por ello el, testimonio es parte fundamental de la inculturación del Evangelio. La Arquidiócesis de México quiere ser sacramento de Cristo, sobre todo, por su testimonio (cf. DG 58). Como parte de una pastoral de testimonio se encuentra la Pastoral social, ella es encarnación de la caridad y la justicia. Dialogante. El diálogo es indispensable para la inculturación, éste habrá de vivirse en distintos niveles (cf. DG 52-60): Con la cultura, para descubrir en ella las semillas del Verbo. En colaboración con los hombres de buena voluntad, comprometidos con el bienestar de la sociedad. En diálogo con las otras confesiones cristianas. 5. Líneas generales de acción Como resultado de los planteamientos del Sínodo surgieron las siguientes líneas de acción, a partir de: 1. El sentido eclesial de Misión. Estar animados por el espíritu misionero que alienta hacia una pastoral urbana. 2. El estilo de la Nueva Evangelización. Que la acción evangelizadora posea acento catecumenal, es decir, que 7