Vocación y pane lucrando Escuela Politécnica Superior Campus de Lugo 15 de mayo de 2012 Alfonso De la Vega Ingeniero Agrónomo
Quiero dar las gracias al Decano del COIAG por haberme invitado a participar de forma activa en el acto de celebración del San Isidro de este año, aquí en el campus de Lugo y a todos los presentes por su asistencia. La verdad es que no sabía muy bien qué decir. No me parecía oportuno explicar algún tema académico de mi especial interés como, por ejemplo, la importancia de la energía en la agricultura de los países industrializados, de modo que he preferido, sin que sea inmodestia ni ponerme como ejemplo de nada, hablar de mi propia peripecia profesional a lo largo de los últimos treinta y cinco años.
Sin embargo, mi experiencia profesional creo que puede tener algún interés para los jóvenes colegas para ilustrar posibles actividades en estos tiempos de especial incertidumbre vital. Sobre todo desde una perspectiva estratégica de: Mantener lo satisfactorio, Explotar las oportunidades de futuro, Corregir defectos o lagunas y Afrontar amenazas.
Me he dedicado estos años a diferentes actividades relacionadas con la Energía, el Medio Ambiente, la organización, la valoración y la información. He trabajado en importantes empresas relacionadas con la energía, entre ellas la EXXON, la mayor del mundo, CAMPSA, CLH, ENAGAS, GAS NATURAL. También he sido asesor en el Ministerio de Economía para temas relacionados con el PEN; energía atómica, ecoplanes, sistemas agrarios Sin olvidar la actividad libre como colegiado. Hoy tengo el honor de representar al COIAG como vocal en el Xurado de Expropiación de Galicia Escribo y colaboro en prensa.
Para muchos de los cometidos desarrollados no había tenido una información específica previa durante la carrera. Lo que supone un reto especial que obliga a extremar la prudencia. Pero no todo es doctrina: el entendimiento, la percepción del significado, trasciende a las palabras. Hay un valor o significado que podemos intuir aún cuando no lo sepamos expresar. Nuestra realidad es mental, de modo que nuestro pensamiento también forma parte de la realidad. El otro pilar de nuestra conducta además del pensamiento ha de ser la voluntad.
Dentro de la búsqueda de la aristocracia del mérito, del esfuerzo y el aprendizaje permanente, de la mejora continua, con estos dos instrumentos: saber querer podemos enfrentarnos a las cuestiones.
Desde un punto de vista estratégico, Qué es lo bueno de nuestra profesión que podemos Explotar? Pues creo que es nuestro conocimiento combinado de la Cultura y de la Naturaleza. Del funcionamiento de instituciones científicas, técnicas y sociales, pero también de la Naturaleza. Lo que nos debe permitir adquirir una visión holística, multidisciplinar de las cosas.
En especial, nuestra visión integrada de la actividad agraria como un SISTEMA que conjuga instituciones económicas sociales y ecosistemas naturales más o menos manipulados por el hombre. En los ciclos económicos de actividad real, que tienen que ver con lo que pasa en el sector primario, cabe conjugar dos flujos opuestos: El del dinero y el de los materiales con la energía.
Tal visión holística resulta de especial interés ahora que muchos aspectos de nuestra civilización se encuentran trastocados, subvertidos. Hoy lo financiero domina a lo económico, lo económico a lo político y ello a lo social, y a la Cultura y al Pensamiento junto con el universo de valores metafísicos que hacen posible la civilización. Es decir: el mundo al revés aunque la mohatra institucional pueda negarlo.
Para reconstruir la actividad económica real es preciso que vuelva a fluir el dinero, pero también debemos conocer el verdadero funcionamiento de la otra rueda, la de la naturaleza que se le opone. El dinero mueve la rueda de la actividad social, la energía la de la naturaleza. El arte de comprender y conjugar ambas ruedas es clave. Tal arte debiera ser una de las aportaciones singulares de nuestra profesión y elemento diferencial básico de la misma.
Lo que, en principio, no podrían hacer igual economistas sin formación científica sobre la Naturaleza, ni biólogos o científicos sin formación en instituciones económicas y sociales. En unos tiempos dominados por la incertidumbre pero también por la especialización, a mi entender excesiva, tal capacidad de coordinar disciplinas bien diferentes muchas de ellas entre sí, supone una de las pocas virtudes específicas que avalarían la continuidad de nuestra profesión en el futuro.
Debemos hacer un esfuerzo intelectual para mejor comprender ambos ciclos económico y natural que tienen su interacción en los sistemas agrarios, en los que como en cualquier otro sistema el Todo es más que la suma de las partes. Desde ese conocimiento real se pueden idear e implantar alternativas y proyectos verdaderamente sostenibles dentro de una Política Agraria coherente dirigida a satisfacer las necesidades reales de la población al menor coste ecológico y económico posible.
En el diagrama energético anterior que es como la radiografía de nuestro sistema agroalimentario, obtenido dentro del ámbito de un proyecto de obtención de biomasas estudiado en el Servicio de Desarrollo de CAMPSA en el que trabajaba entonces, pueden observarse algunas interacciones básicas con su influencia en decisiones de Política agraria y energética. Es importante comprender bien el papel de las importaciones energéticas en forma de alimentos para la ganadería intensiva que tienen que ver con la fotosíntesis asistida por energía fósil. Las razas autóctonas extensivas obvian o disminuyen estas importaciones.
Si la deriva de energía fósil para la alimentación de la ganadería intensiva cortocircuita la producción de alimentos vegetales para el hombre, ahora hay otro factor de alteración más: la producción de biomasas, muchas de ellas de escaso o nulo componente energético neto, en especial si se considera todo el sistema logístico que necesitan para la distribución.
Es muy importante identificar y comprender el papel y funcionamiento integrado de los convertidores energéticos, sean artefactos, plantas o animales. Normalmente otras profesiones se centran en el aspecto económico financiero valorado en unidades monetarias y descuidan o incluso ignoran los relativos a la economía de la Naturaleza, la Termodinámica, que ha de valorarse en unidades de energía. De ahí la falta de comprensión final de muchos de los fenómenos sociales e incluso históricos que acontecen y por tanto su dificultades para abordarlos.
Para mi forma de ver las cosas, el papel más importante de una escuela de ingenieros no es sólo ofrecer doctrinas o técnicas cerradas sino el enseñar a pensar. Es decir, entrenar y motivar a personas cultas y completas capaces de formular preguntas y contemplar los problemas desde muchos ángulos. La creatividad es fundamental Este es el secreto para poder avanzar profesionalmente y vencer dificultades.
En este orden de cosas es muy importante, fundamental, aprender a proyectar. En una visión abstracta general del término pero también en el sentido más común en ingeniería de elaborar documentos técnicos, conformes a los conocimientos científicos y técnicos amén de a las leyes y normativas, que determinen y permitan realizar acciones definidas a otros profesionales. La capacidad de proyectar es una de las señas de identidad del ingeniero frente a otras profesiones.
De mi experiencia en Galicia durante más de doce años revisando proyectos de instalaciones de gas natural tanto en industrias agrarias como en otras actividades, he de confesar que la calidad de muchos de esos proyectos resulta manifiestamente mejorable. Se deduciría que la calidad de los trabajos en el fondo y en la forma se resiente en los últimos tiempos. Bien por falta de preparación de los profesionales. Bien porque el propio concepto de proyecto se ve devaluado. No se aprecia lo suficiente. Es tarea nuestra que el proyecto no sea una mohatra y posea verdadero valor añadido y que clientes, instituciones y sociedad en general, así lo reconozcan.
Un buen proyecto es clave para una buena realización de la obra. Así debe ser reconocido y remunerado. Según mi experiencia de cientos de proyectos, muchos de los fracasos o problemas resultantes en la ejecución proceden de una insuficiente atención o malas decisiones en la fase de proyecto. Parte del problema está también en la dirección de obra.
Es normal criticar la formación recibida en las ETSIAs, yo también lo hacía en mis tiempos. Parte de tal crítica es correcta. Otra no. Un ejemplo de aquí, que tiene que ver con la innovación: No se ha integrado en esa formación básica universitaria el conocimiento de las actividades profesionales relacionadas con el creciente uso del gas natural en Galicia, algo parecido a si no se estudiase electricidad. Y son muchas y variadas. Forman un nicho de empleo. Algunas, como las que tienen que ver con las industrias agrarias, de elevado interés estratégico profesional para no perder oportunidades frente a competidores.
En este asunto el Colegio ha mostrado su sensibilidad a la cabeza de la profesión. En cambio, no tanto así la Escuela.
No debemos infravalorar nuestra propia formación aún cuando pensemos que presenta lagunas o resulte manifiestamente mejorable. No solemos ser especialistas en nada. Y cabe pensar, ni falta que hace. Nuestro punto fuerte es precisamente la visión holística, integrada, renacentista, de muchas y variadas disciplinas. Lo que nos permite adaptarnos y evolucionar de modo ágil según vengan los cambios o existan nuevas necesidades empresariales o sociales.
El futuro se presenta muy incierto. Probablemente la humanidad en general y la sociedad occidental a la que pertenecemos se va a ver abocada a grandes cambios. Debemos buscar la lucidez de entenderlos (Teoría de Sistemas) y la voluntad de hacerlos frente sin perder los mejores valores que informan nuestra civilización.
Explicaba Pitágoras hace ya más de veinticinco siglos que el Universo era una combinación de números e ideas. Los números ahora no nos terminan de salir, es preciso prestar especial atención a las ideas acaso basadas en otros números y siempre en un conocimiento de lo que de verdad ocurre en la realidad.
Es muy posible que muchos de los actuales centros universitarios españoles desaparezcan. Por desgracia, ninguna Universidad española se encuentra entre el centenar y medio de la excelencia mundial. Al cabo, si lo que al final permanezca es mejor, bienvenido sea. Porque ya no hay tiempo ni recursos para alimentar mohatras ni es conveniente que los títulos académicos se devalúen de modo que ya no supongan frente a la sociedad una garantía de preparación y conocimientos.
Por encima de todo debemos renovar nuestro compromiso con la cultura del mérito y del esfuerzo. El saber y el querer ser mejores. La Cultura, la Ciencia, la Civilización, no es solo un problema de recursos materiales, es en lo fundamental resultado de una aristocracia: la del Espíritu. Es preciso entrenar la Voluntad y abrir nuestra mente para abordar los desafíos a los niveles tanto institucionales como personales que correspondan.
Conviene estar asociado con otros compañeros en defensa de nuestras concepciones y también de nuestros intereses. Aquí la labor de los Colegios es y será importantísima. No hay que desanimarse. Tampoco es bueno ser triunfalista porque los problemas son gravísimos. Debemos tratar de cambiar los obstáculos en oportunidades estratégicas de desarrollo y superación.
Los estudios logrados, nuestro entrenamiento intelectual y de la voluntad, nuestro título oficial más o menos apreciado o devaluado, deben constituir una base para construir nuestro futuro. Cada persona, cada profesional, debe encontrar su propio camino y no el de los demás. A los más jóvenes cabe insistir: Mantened la mente abierta y el corazón generoso para tratar de ser útiles a la sociedad!
No sé bien si San Isidro, el santo patrón de nuestra profesión, es un modelo conveniente. Acaso no tengamos ningún ángel bueno que haga nuestro trabajo si nos dejamos llevar por la pereza, el ombliguismo o a la estrechez de miras.
Pero es bueno permanecer abiertos y dejarse inspirar por los valores metafísicos de algún modo representados por el ángel: la Sabiduría, la Justicia, la Belleza, el Amor, el Bien porque estos agentes espirituales nos van a ayudar siempre a realizar nuestro trabajo de modo digno, respetuoso con la Naturaleza y útil a la sociedad.
Qué así sea!