Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo 22 de Noviembre, 2015

Transcripción

1 1 Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo 22 de Noviembre, 2015 En el Evangelio de hoy, oímos de la reunión entre Jesús y Poncio Pilato. Los Judios presentaron a Jesús ante Pilato porque Jesús se había hecho a sí mismo igual a Dios - algo que ofendió profundamente las sensibilidades judías. Pilato no tenía ningún interés en sus disputas religiosas. Pero Pilato quería conocer a Jesus, quería ver por sí mismo al hombre del que había oído hablar tanto. Ese es el escenario de que oímos hablar en el Evangelio de hoy, y fue durante esta reunión que Pilato condenó a Jesús de la rebelión política. Ese es el delito por el que Jesús fue castigado. Jesús admite que él es un rey, pero él le dice a Pilato que su reino no es de este mundo. Jesús no vino para gobernar a los pueblos y territorios, sino para liberarnos de la esclavitud del pecado y reconciliar a la gente con Dios. Desde la caída de Adán, nuestro mundo ha sido esclavizado al egoísmo, separado de nuestra paz verdadera y duradera, separado de Dios. A Adán y a Eva se les ofreció todas las cosas por Dios, pero ellos creían que podían alcanzar la felicidad por sí mismos, que no necesitan a Dios. Ellos llegaron a creer que ellos mismos eran dioses, y que no había necesidad de obedecer al único Dios verdadero. Adán y Eva creyeron que esta rebelión les daría la libertad, pero en vez de eso envenenó nuestra raza con el pecado, el sufrimiento y la muerte. Jesús vino a salvarnos, a traer la luz de la verdad a nuestro mundo oscuro, la verdad que nos haría a todos libres. Y qué es la verdad que nos hará libres? Dios es amor. Cuando aceptamos el amor de Dios en nuestras vidas, aceptamos el antídoto para el veneno que llegó a nuestras vidas por el pecado, somos restaurados como ciudadanos del Reino de Dios, donde Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida, es el rey eterno. Pilato luchó con la idea de la verdad, y parece ser algo con lo que los políticos siguen luchando. Que es la verdad? Hay tres maneras de entender la palabra "verdad". La primera manera de entender la verdad es que la verdad se refiere a los hechos, a las cosas como realmente son. Jesús en la cruz da testimonio al hecho de que Dios no es primordialmente poder, ira ni siquiera justicia. Esto puede ser cómo otras religiones entienden a Dios, pero Jesús demostró con su misericordia imparable y su auto-sacrificio total que la identidad principal de Dios es el amor abnegado.

2 2 En segundo lugar, la verdad puede referirse a la moralidad, a la manera correcta de comportarse. En este sentido, Jesús en la cruz da testimonio de la norma real de nuestras decisiones morales - no de comodidad personal, auto-indulgencia o de opinión individual, sino de dedicación total a la voluntad de Dios. La obediencia a la voluntad de Dios, a sus mandamientos, es la fuente de nuestra salud espiritual y la felicidad. Es la forma en que entramos en relación con Dios, es la forma en que permanecemos en relación con Dios. Desobedecer a Dios es autodestructivo, como si un árbol eran para arrancar de raíz en sí con el fin de estar libre de las limitaciones del suelo. En tercer lugar, la verdad se refiere a la fiabilidad, a la honradez. Cuando decimos que un amigo es un amigo de verdad, significa que podemos contar con ese amigo, podemos confiar a ese amigo lo que es más importante para nosotros. Jesús en la cruz demuestra que Dios es digno de confianza, Él es un verdadero amigo. Él es tan fiel a nosotros, Él no nos abandona en nuestro pecado, sino vino a nosotros, como uno de nosotros, para liberarnos y restaurarnos a Su amistad. Dios es amor - es un hecho, una norma moral y una invitación a confiar que Él extiende desde la cruz. Esa es la verdad que nos hará libres, si aceptamos y abrazamos su amor. Jesucristo es nuestro rey, y él nos ofrece la ciudadanía en su reino, un reino de libertad, paz y gozo en el Espíritu que sólo su gracia nos puede dar. Si usted siente que no puede ser parte de ese reino, hay tres cosas que usted puede hacer. En primer lugar, implica aceptar la invitación a ser un ciudadano de su reino todos los días. Cada día nosotros decidimos cómo vamos a vivir, decidimos dónde vamos a vivir. Todos los días tenemos que afirmar nuestra decisión de vivir en su reino. En segundo lugar, tenemos que aceptar el simple hecho de que necesitamos a Dios, no podemos alcanzar la felicidad por nuestra cuenta. Cuando tratamos de encontrar la felicidad por nuestra cuenta, nos deesconectamos de Dios, nos hacemos dioses, creamos el mundo a nuestra imagen. Esta es la tentación a la que nuestros primeros padres se enfrentaron, y es cómo el pecado y la muerte entraron en el mundo. La forma más fácil y directa de admitir que necesitamos a Dios, para que su amor sea una parte de cada uno de nuestros días, es venir con regularidad al sacramento de la reconciliación. No hay mejor manera de reconocer su reinado sobre nuestras vidas y aceptar su ley de amor y misericordia.

3 3 En tercer lugar, aceptar la verdad de que Dios es amor significa hacer un esfuerzo todos los días para amar como Dios ama. Eso es lo que Jesús nos mandó - amarnos unos a otros. Cuando no somos capaces de amar a nuestro prójimo, cuando retenemos el perdón cuando no somos capaces de tratar a los demás como nos gustaría que nos traten - nos distanciamos del amor, nos distanciamos de Dios, que es amor. En pocos momentos, vamos a tener la misma oportunidad que Pilato tenía: vamos a ser capaces de sentarnos en el mismo cuarto con este Jesús, de quien hemos oído hablar tanto. Jesús estará realmente presente para nosotros, su cuerpo, su sangre, su alma y divinidad en la Eucaristía, el mismo Jesús que estaba sentado ante Pilato y admitió que él era un rey. Aprendamos de Pilatos, y veamos que Jesús es la Verdad, veamos que él es el rey del universo, y optemos por ser miembros de su reino para siempre. Viva Cristo Rey!! In the Gospel for today, we hear of the meeting between Jesus and Pontus Pilate. The Jews presented Jesus to Pilate because Jesus had made himself equal to God - something which deeply offended the Jewish sensibilities. Pilate had no interest in their religious squabbles. But Pilate did want to meet Jesus, he wanted to see for himself the man about whom he had heard so much. That is the setting we hear about in today s Gospel, and it was during this meeting that Pilate convicted Jesus of political sedition. That is the crime for which Jesus was punished. Jesus admits that he is a king, but he tells Pilate that his kingdom is not of this world. Jesus did not come to rule over peoples and territories, but to set people free from the slavery of sin and to reconcile them with God. Since the fall of Adam, our world has been enslaved to selfishness and cut off from our true and lasting peace, separated from God. Adam and Eve were offered all things by God, but they believed that they could achieve happiness all by themselves, that they did not need God. They came to believe that they were themselves gods, and that there was no need to obey God. Adam and Eve believed that this rebellion would give them freedom, but instead it poisoned our race with sin, suffering and death. Jesus came to save us, to bring the light of truth into our darkened world, the truth that

4 4 would set us all free. And what is the truth that will set us free? God is love. By accepting God s love into our lives, we accept the antidote to the poison that came into our lives through sin, and we are restored as citizens of the Kingdom of God, where Jesus Christ, the Way, the Truth and the Life, is the everlasting king. Pilate struggled with the idea of truth, and it seems to be something that politicians continue to wrestle with. What is truth? Well, there are three ways to understand the word truth. The first way to understand truth is that truth refers to facts, to the way things really are. Jesus on the cross bears witness to the fact that God is not primarily about power, anger or even justice. This may be how other religions understand God, but Jesus showed with his unstoppable mercy and his total self-sacrifice that God s primary identity is self-giving love. Secondly, truth can refer to morality, to the right way of behaving. In this sense, Jesus on the cross bears witness to the real standard of our moral choices - not personal comfort, self-indulgence or individual opinion, but total dedication to the will of God. Obedience to God s will, to His commandments, is the source of our spiritual health and happiness. It is how we enter into relationship with God, it is how we remain in relationship with God. Disobeying God is self-destructive, as if a tree were to uproot itself in order to be free of the constraints the soil places on it. Third, truth refers to dependability, to trustworthiness. When we say that a friend is a true friend, it means that we can depend on that friend, we can trust that friend with what is most important to us. Jesus on the cross proves that God is trustworthy, He is a true friend. He is so faithful to us, He didn t abandon us in our sin, but came to us, as one of us, to free us and restore us to His friendship. God is love - it s a fact, a moral standard and an invitation to trust that He extends to us from the cross. That is the truth that will set us free, if we accept and embrace His love. Jesus Christ is our king, and he offers us citizenship in his kingdom, a kingdom of freedom, peace and joy in the Spirit that only his grace can give us. If you feel like you may not be a part of that kingdom, there are three things that you can do. First, it means accepting the invitation to be a citizen of his kingdom every day. Every day we decide how we will live, we decide where we will live. Every day we have to affirm our decision to live in his kingdom.

5 5 Secondly we have to accept the simple fact that we need God, we cannot achieve happiness on our own. When we try to find happiness on our own, we shut ourselves off from God, we make ourselves gods, we create the world in our own image. This is the temptation that our first parents faced, and it is how sin and death came into the world. The easiest and most direct way to admit that we need God, to allow His love to be a part of our every day, is to come regularly to the Sacrament of Reconciliation. There is no better way to acknowledge his kingship over our lives and to accept his law of love and mercy. Third, accepting the truth that God is love means making an effort every day to love as God loves. That is what Jesus commanded us - to love one another. When we fail to love our neighbor, when we withhold forgiveness, when we fail to treat others as we would have them treat us - we distance ourselves from love, we distance ourselves from God, who is love. In a few moments, we will have the same opportunity that Pilate had: we will be able to sit in the same room with this Jesus, about whom we have heard so much. Jesus will be truly present to us, his body, his blood, his soul and divinity in the Eucharist, the same Jesus that sat before Pilate and admitted that he was a king. Let us learn from Pilate, and see that Jesus is Truth, let us see that he is the king of the universe, and let us choose to be members of his kingdom forever. Long live Christ the King!!