CURSO BIBLICO. ANTIGUO TESTAMENTO LECCIÓN 18. Una Esperanza Reducida: El Reino de Judá.

Transcripción

1 UNA ESPERANZA REDUCIDA: EN EL REINO DE JUDA La división del Reino era ya un anuncio de lo que iba a suceder. La desgracia de la desunión va a llegar hasta la ruina total. Cuando Samaria cayó en manos de Asiría, en 721 antes de Cristo, el reino de Israel quedó definitivamente borrado del mapa. De esta forma se cumplieron todas las amenazas de los profetas que habían anunciado el día de Yahvé, es decir, al día que visitaría a su pueblo para tratarlo como uno de sus enemigos (Amos 5,18-20). En adelante el porvenir de la fe y de la esperanza quedaba ligado directamente a Judá, ese pequeño y pobre reino del sur. Pero esto ya no debe extrañarnos puesto que Dios, como lo hemos visto, tiene una preferencia marcada por el más débil, el que no tiene importancia según la manera común y corriente de apreciar las cosas y las personas. SEGURIDAD O RESPONSABILIDAD? En contraste con Israel, el trono de Judá fue ocupado siempre por un descendiente de David. Aún cuando algunos de sus diecinueve reyes fueron asesinados, el heredero legítimo subía normalmente al trono; no se deshizo la línea de Jesé. Por qué? Porque así lo había prometido Yahvé a David mediante el profeta Natán: Tu trono estará firme para siempre (2 Samuel 7,16). Esta promesa no fue borrada ni por los pecados de David ni por los de su hijo Salomón, como lo hemos visto en la profecía de Ajías (vuelva a leer 1 Reyes 11,36). Así que no hay otra explicación que la fidelidad de Yahvé: cuando promete, cumple. Que alimento para los cristianos, ya que el Señor nos ha prometido también a nosotros algo muy grande: Estaré con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo (Mateo 28,20) Sin embargo, esta escogencia de Judá podía ser una trampa para él y fomentar una falsa seguridad, como si Yahvé hubiera prometido cerrar los ojos ante las infidelidades de su pueblo. Es falsa la confianza en Dios que no va acompañada de una verdadera obediencia a sus mandamientos (Mateo 3,9). No basta con ser bautizado para estar en armonía con Dios y los hombres. Para proteger a su Pueblo contra las desviaciones y las falsas garantías de la religión, Yahvé le mandó a sus santos profetas. Lo había hecho primero para Israel; lo hizo también para Judá, en cada época de su historia. Los primeros que se destacaron en Jerusalén son Miqueas e Isaías, ambos del siglo 8. LA ESPERANZA DE UN CAMPESINO Miqueas nació en una aldea de la costa, territorio ocupado anteriormente por los filisteos. Ejerció su misión profética durante los reinados de Ajaz y 1

2 Ezequías. Campesino como Amós, denunció los mismos abusos: las injusticias sociales, la idolatría, la hipocresía y la ruina del culto celebrado en Jerusalén (2,1-6; 6,9-11; 1,7; etc.) como Amós, anunció el día de Yahvé, ese juicio de Dios que iba a caer primero sobre Samaría, pero también sobre Jerusalén al no convertirse el pueblo de Judá (1,2-9; 3,9-12). En sus palabras francas y a veces duras se descubre, sin embargo, el amor del profeta hacia los pequeños y su gran esperanza: Miqueas no se cansó nunca de anunciar la salvación. De las ovejas cojas Dios hará una nación fuerte: 4,6s; Yahvé se prepara un resto (2,12-13); Dios será pastor de su pueblo y lo introducirá de nuevo en la ciudad santa, en torno a la Casa del Dios de Jacob, para un período de paz, cuando se cambien espadas en arados y lanzas en hoces (4,1-4 y 8-8); Ese reinado, Dios lo ejercerá por medio de su mesías o ungido, es decir, Cristo, descendiente de David, que nacerá en Belén, humilde ciudad de Judá llamada a una vocación tan grande (5,1-5); Entonces Yahvé purificará toda la tierra santa y las demás naciones (5,10-14). Así soñaba Miqueas, ese campesino que vivía en contacto íntimo con Dios y fue, en su mundo; el testigo de una confianza inquebrantable, de una esperanza que no quedó defraudada. ISAIAS, EL PROFETA DE EMMANUEL El caso de la obra del profeta Isaías es un caso muy interesante para adquirir una información más completa sobre el proceso de la conservación de los libros santos a través de los tiempos. En efecto, en este libro de Isaías que nosotros recibimos en una sola obra, se reconocen tres obras distintas, de distinto autor y de diferente tiempo. El primer autor, que muy ciertamente es el personaje histórico que da el nombre a toda la obra, Isaías, cubre los treinta y nueve capítulos primeros, aunque no totalmente. Mientras tanto, Dios llamó a Isaías, un hombre de la capital que tenía acceso a la corte real. La mayor parte de sus oráculos o profecías están en los primeros treinta y nueve capítulos del libro que lleva su nombre; los demás capítulos, es decir, del 40 al 55 y del 56 al 66, son de sus discípulos cercanos o lejanos. Además, los capítulos de la primera parte (1-39) no corresponden siempre al orden según el cual fueron pronunciados; de ahí que su lectura no resulta siempre muy fácil, por ejemplo, el relato de su vocación no está en el primer capítulo, como lo esperaríamos, sino en el sexto. 2

3 Su llamado tuvo lugar en el 740, es decir, unos veinte años antes de la caída de Samaría. Sucedió en el templo de Jerusalén (6,1-13). El hombre tenía entonces alrededor de treinta años, edad mínima para tener derecho a ser escuchado y tomado en cuenta por los israelitas. Dios se le apareció bajo la forma de un rey, Rey universal y santo. La reacción de Isaías fue la de todo hombre recto que tiene la fe: se sintió indigno y pecador en presencia de un Dios tan santo (6,5; compare con Lucas 5,8 y 18,13). En los cuarenta años de su acción a favor de la justicia y de la Fe, Isaías vivió las tres grandes crisis que marcaron esa época: 1) guerra de Israel y Damasco contra Judá; 2) la destrucción de Samaría; 3) la invasión de Judá y el asedio de Jerusalén por Sanaquireb rey de Asiría, hijo de Sargón, el vencedor de Samaria. Isaías en todo y siempre se mostró un consejero seguro porque era fiel a Yahvé y lleno de esperanza. Así, por ejemplo, ante la amenaza de los dos reyes ligados en contra de Judá, animó al rey Ajaz, para que no buscara su apoyo en pactos con las potencias bélicas sino en Yahvé. Para confirmar sus palabras, anunció al rey el cumplimiento de un príncipe, a quien le dio anticipadamente el nombre simbólico de Emmanuel, es decir, Dios con nosotros: Cómo no tener esperanzas si Dios está en medio de su pueblo y con la familia del rey?. El niño que nació, recibió en realidad, el nombre de Exequias, que significa Yahvé es mi fortaleza. La lección siguiente nos mostrará la gran labor de ese hombre piadoso, digno antepasado de Jesús, hijo de la Virgen María, cuyo nacimiento cumpliría a la perfección la profecía de Isaías (Mateo 1,23). Después de la historia contenida en los treinta y nueve capítulos primeros, se tiene el llamado libro de la consolación, que reúne la predicación de un hombre poeta de nombre no conocido, obra pronunciada en el destierro de Babilonia y que cubre los capítulos 40 a 55. Los diez últimos capítulos integran la parte que llamamos el tercer Isaías. EJERCICIO DE AUTOCOMPROBACIÓN 1. Diga, Cómo Amos se imaginaba que iba a ser el día de Yahvé? 2. Por qué todos los príncipes de Judá fueron de la familia de David? 3. Qué anunciaba la profecía más importante de Miquea en cuanto al Mesías? 4. Qué significa la palabra Emmanuel? 3

4 EL HOMBRE PUDO CONOCER A DIOS CON LA RAZON NATURAL Por medio de las cosas creadas y por medio de dicha revelación, todos los hombres, en la condición presente de la humanidad, pueden conocer con absoluta certeza y sin error las realidades divinas, que en sí no son inaccesibles a la razón humana. (Dei verbum, No.6)... Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre en el mundo entero.... (Dei verbum, No.8) LA RELIGIÓN ES ESENCIALMENTE UN DIALOGO SALVIFICO Entre el Dios vivo y el hombre... La comunión personal con Dios no es posible sino en y por un acercamiento benévolo de Dios a nosotros... Por su revelación, en efecto, Dios se compromete con la humanidad, no sólo en su calidad de creador que conduce la historia en una trascendencia creadora, sino como aquel que participa en el juego cambiante de la historia y que viene a colocarse al lado de los hombres... (E. Schillebeeckz, Cristo, Sacramento del encuentro con Dios, Introducción). Dios se nos comunica en nuestro diario acontecer, de múltiples y variadas maneras: por los acontecimientos, por las experiencias, por las personas que nos rodean y de manera muy peculiar en nuestro interior, de corazón a corazón. Todos experimentamos una y muchas veces, la presencia divina en nuestras vidas. Esa voz interior y esa sensación de presencia superior en el interior de una persona es la fuerza mayor que nos lleva al altar o que nos acerca al hombre para perdonar, para colaborar con él, para amarle como persona y como hermano. Pero, así como entre dos personas no se da una autentica comunicación mientras no exista una respuesta, tampoco en la comunicación divina se da relación personal si no hay una respuesta libre y amorosa de quien es invitado a la comunicación. LA BIBLIA ANTE LOS NIÑOS El educador de la Fe ha de buscar en la Palabra de Dios la luz que ilumine la situación humana actual, la realidad de aquí y de ahora. 4

5 La Biblia ha de ser aún hoy, Buena Nueva para todos los que buscamos la libertad, la realización personal, la salvación. En el contacto diario y paciente con la palabra de Dios descubrimos esa luz que nos hará comprender mejor nuestra propia historia de salvación. DOS OBSERVACIONES QUE NOS PARECEN MUY OPORTUNAS: 1ª. Nunca recurramos a la Biblia como a un simple libro de historia, más o menos interesantes para los niños. Siempre que abramos este libro Sagrado hay que pensar que Dios tiene allí una palabra para nosotros; que tenemos que leer, meditar y dar una respuesta a ese Dios que nos dirige su palabra. 2ª. El Antiguo Testamento sobre todo, pide una interpretación y comprensión para superar las dificultades de estilo y de época en que se escribió. Tengamos muy presente lo dicho sobre: diversidad de autores, idiomas, costumbres, culturas, etc. Todo esto hace que la presentación de esta primera parte de la Biblia pida mayor preparación e información por parte del educador.de otra forma desorientará o convertirá la lectura de este libro sagrado en lectura aburrida e incomprensible. VEA PRIMERO: Las introducciones a cada uno de los libros que componen la Biblia, así como también las notas aclaratorias que acostumbran a traer en la parte inferior de las páginas las diferentes versiones de la Escritura; serán un excelente auxiliar para interpretar acertadamente pasajes difíciles. A este propósito hay que reconocer que la Biblia de Jerusalén es una de las versiones más autorizadas y más reconocidas por la Iglesia. Una recomendación especial merece la versión Latinoamericana de la Biblia por su lenguaje, por la cantidad de notas explicativas, por una serie de páginas especiales en donde aclara puntos de interés y finalmente, por esa cantidad de láminas, con sus respectivas frases explicativas, en donde se nos invita a aplicar a nuestra vida actual lo narrado por la Biblia. 5