La Palma blanca, mucho más que una tradición

Transcripción

1 La Palma blanca, mucho más que una tradición Decenas de familias artesanas siguen viviendo del trabajo de la palma, un oficio que se resiste a la Crisis. En Elche hay muchas tradiciones, pero ninguna tan atemporal como la de la palma blanca. Una tradición que apenas ha evolucionado desde que allá por el siglo XV se empezara a comercializar, como viene escrito en los libros de Cabildo de Siendo Elche el único lugar del mundo en el que la elaboración artesanal de la palma persiste, y por ello, exporta a todo el mundo, mandando palmas a la Casa Real, el Gobierno y al Vaticano. Aunque la crisis ha hecho que el pasado año 2012 se dejara de mandar la palma a los príncipes de Asturias, debido a su elevado coste. El Papa Francisco sí recibió una palma de más de 3 metros de alto el año pasado, aunque, eso sí, sin su escudo papal, debido al poco tiempo entre su elección y el Domingo de Ramos. Todas las palmas que podemos ver en la procesión del Domingo de Ramos o en el Misteri d Elx esconden un trabajo detrás de todo el año, desde el atado de las palmeras, para que éstas no realicen la fotosíntesis y adquieran el color blanco amarillento: el encaperuzado y la recolección y clasificación de la palma hasta la venta al público bien lisa, o bien trabajada y trenzada en diversas formas y tamaños. Es un trabajo muy costoso ya que la única herramienta que usan son las manos y el ingenio. El trenzado es realizado tradicionalmente por las mujeres de la familia, más hábiles con las manos. Foto: Fotografía tomada en la carretera de Pusol /Carlos Simón

2 El Domingo de Ramos es la gran fiesta de la artesanía de la palma blanca, declarada de interés turístico internacional en 1997, desde por la mañana se inicia con la exposición en la basílica de Santa María de los ramos que participarán en la procesión. Luego las palmas son bendecidas en la concentración del paseo de la Estación. A partir de ahí se inicia la procesión con más de personas portando sus palmas conmemorando la entrada de Cristo a Jerusalén. El Domingo de Ramos quien no estrena no tiene manos (dicho popular ilicitano, por el que todos los que participen en la procesión deben estrenar alguna prenda de ropa). 3 meses de trabajo, que merecen la pena Las familias del campo de Elche siempre han convivido con esta tradición, algunas simplemente participando en la procesión del Domingo de Ramos, y otras muchas directamente trabajando en la artesanía de la palma blanca. Una de estas familias se encuentra en Pusol, una pedanía de Elche. Se trata de la propia alcaldesa de la pedanía, Maruja Sabuco, que lleva más de 35 años confeccionando palma blanca junto a su marido y sus dos hijos. Este oficio ha evolucionado muy poco desde que empezaron, aunque sí que reconoce que al principio no existían las cámaras de conservación, el mismo hombre subía a la palmera, la cogía y hacía lo que supiera con ella. Antes de las cámaras se usaban toallas húmedas o trapos para que la palma estuviese tierna el día de la venta. Sobre el negocio de la palma Maruja lamenta que ahora no significa un gran beneficio económico para su familia, ya que no les permite vivir de ello todo el año. Ella y su marido empiezan a trabajar la palma a partir de enero hasta el Domingo de Ramos, y sus hijos les ayudan en la semana previa a ese día, sobre todo en la venta del producto. Hace años sí se ganaba suficiente dinero con esto para vivir, pero ahora lo hacemos más por mantener la tradición artesana de la familia aclaraba la ahora alcaldesa de Pusol. Maruja ha confeccionado palmas de todo tipo y tamaño, pero reconoce que de la que se siente más orgullosa es de la que le hizo a su nieta, una palma de metro y medio, con muchos apliques en la que estuvimos trabajando 3 personas durante 2 días enteros, cuando ella suele tardar una media hora en realizar una palma normal. Aunque su trabajo más reconocido ha sido el ramo de palma que le hizo a su hija para el día de su boda, y que fue expuesto en Francia.

3 La confección de la palma blanca es un arte que va pasando de padres a hijos y que desde pequeños van aprendiendo mirando y practicando poquito a poco. Maruja lo hizo viendo a su marido y a sus suegros, al principio sólo realizaba pequeños apliques y ahora te hago lo que quieras. Foto: Maruja Sabuco sosteniendo una de sus palmas. Carlos Simón Cuando se acerca la pascua llegan los pedidos, ella y su familia confeccionan unas 2000 palmas de todos los tipos y tamaños cada año, son muchas horas sentados trabajando sin descanso, pero merece la pena. Cuando llega el Domingo de Ramos, es una sensación muy bonita. La familia de Maruja siempre sale en la procesión, con sus cinco mejores palmas. Después de la procesión ponemos las palmas en las ventanas de nuestra casa, para que nos protejan de lo malo que hay fuera, es una vieja superstición que nosotros respetamos. Además, algunos marineros las llevan en sus barcos como símbolo de protección. Respecto a la crisis, Maruja lamenta que el sector artesanal de la palma sí que lo está notando. Si antes llegaba una madre y te pedía dos palmas de solapa para sus dos hijos, ahora te pide

4 una lisa, que es la más barata, que compartirán. Aunque al menos seguimos estando todos los artesanos que estábamos en un principio. Una comida el Domingo de Ramos es el único jornal que reciben sus hijos, es algo que hacen por seguir la tradición. Hemos llegado a estar cinco años sin cobrar de algún Ayuntamiento, la crisis aprieta pero no mata afirma Maruja. Esta tradición está muy viva, viene del pasado, está presente y tiene un buen futuro por delante, la alcaldesa de Pusol valora muy positivamente todas las iniciativas que fomenten el aprendizaje de esta artesanía, como los talleres en el museo del Palmeral, que enseñan cada día a todo el que vaya la técnica del oficio. Además ella va cada cierto tiempo a la Escuela de Pusol a enseñar este arte a los más pequeños. Siempre se está a tiempo de aprenderlo. Conozco gente ya adulta que ha ido a los talleres, ha hecho sus palmas y han ganado concursos, todo el mundo puede hacerlo, aunque algunos tengan más arte que otros. En Elche hay muchas familias que están comiendo de la palma blanca gracias a Dios. El Corazón de Elche Una de esas familias que viven por y para la palma blanca son los Serrano, con una tradición familiar de la palma blanca de más de 30 años. Ahora el hijo mayor de la familia, Francisco regenta un pequeño establecimiento en el centro llamado El Cor d`elx. En esta tienda se venden todo tipo de productos tradicionales ilicitanos como vino de Matola, zumo de granada figuritas de La Dama de Elche, dátiles y, por supuesto, palma blanca. Nosotros la vendemos como un souvenir durante todo el año, cosa que sin la tienda era más difícil apunta Francisco. Con un pequeño taller en la trastienda les vale para fabricar sus palmas, de todos los tipos y tamaños. Algunas de sus palmas han sido premiadas en concursos, aunque dice que se presenta más por colaborar con la tradición que por los premios.

5 Foto: Francisco trabajando en el taller de su tienda. Carlos Simón Con la crisis se vende algo menos, aunque siempre cuando se acerca el domingo de Ramos la gente hace un esfuerzo por mantener la tradición, siempre vienen las madres a por palmas para sus hijos, comenta el dueño del negocio. Las más requeridas son las palmas trabajadas, una pequeña para el niño o algún detalle para la solapa añade Francisco. Sobre si teme por el futuro de esta tradición Paco reconoce que no le gustaría que se perdiera, ya que si se pierde, yo perdería mi trabajo y lo que da de comer a mis hijos. Yo tengo la tienda pero dependo de las ventas de Pascua para aguantar todo el año. Desde pequeño aprendió como otros muchos a confeccionar la palma en su casa, viendo a sus padres y realizando pequeños apliques. Ahora soy yo el que enseña a mis hijos, y eso es lo bonito de esta tradición. Aprendí viendo a mis padres y ahora soy yo el que enseña a mis hijos, y eso es lo bonito de esta tradición El Museo Escolar, parada obligada Aparte, por supuesto del museo del Palmeral, se puede conocer esta tradición ilicitana, entre otras en el Museo Escolar de Pusol. Visitándolo se puede apreciar lo poco que ha cambiado el

6 oficio de palmerero en los últimos tiempos. Antonio Rodenas, el subdirector del museo asegura que sólo ha evolucionado la forma de subir a las palmeras, ya que en épocas pasadas se hacía descalzo, y ahora se usan botas y protecciones para el trabajador. Por el museo pasa mucha gente que desconoce la historia de esta tradición, es algo triste que algunos desconozca esto, pero para eso estamos nosotros, para dar a conocer lo que nos ha dado, nos da y nos dará la palmera a todos los ilicitanos añadía Antonio. El subdirector del museo cree que el sector sigue siendo viable económicamente por sí mismo, pues es un oficio que sigue teniendo demanda y que creo que la tendrá siempre pues cada año se venden miles de palmas en toda España, y eso da bastante dinero. Foto: Exposición sobre la artesanía de la palma en el Museo Escolar de Pusol. Carlos Simón Carlos Simón García T