VOCALÍA de MISIONES en JMV

Transcripción

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2 VOCALÍA de MISIONES en JMV Introducción Juventudes Marianas Vicencianas es una Asociación de jóvenes que tiene como fines los señalados en Estatutos, 5. Esto conlleva: Acompañar a los jóvenes en el crecimiento personal, Ayudarles en el conocimiento de la verdad cristiana e iniciarles en el mundo de los signos, de las celebraciones, de la participación en la vida de comunidad eclesial, Introducirles en el compromiso Apostólico de Evangelizar y servir a los pobres según el Carisma Vicenciano y al ritmo del Proceso CatecumenaI JMV. La Asociación está sustentada sobre cinco Notas: Eclesial, Mariana, Misionera, Vicenciana y Laical (Est. 6) que a su vez definen a la Asociación. De ellas, queremos destacar con la Vocalía de Misiones la Nota Misionera. La Nota Misionera en JMV La Nota Misionera se relaciona en gran medida con la Nota Eclesial y con la Nota Vicenciana. El joven, en JMV, hace un proceso de toma de conciencia de su ser en la Iglesia y en la sociedad, haciendo vida las palabras de Jesús: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio (Mc 16,15). La Iglesia es misionera El ser y la Misión de la Iglesia es la Evangelización: «La Iglesia es, por su naturaleza misionera, puesto que procede de la Misión del Hijo y de la 3

3 Misión del Espíritu Santo, según el designio del Padre» (AG 2). No se puede entender a la Iglesia y a los cristianos sin la Misión para la que fue fundada. Donde vive y actúa la Iglesia ha de estar presente el espíritu y dinamismo misioneros de quien se siente portador de un mensaje de salvación que ha de comunicar (LG 17). La misión de la Iglesia nace y toma su impulso del designio salvador de Dios que «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2,4-5). Esta voluntad del Padre se realiza en el envío misión del Hijo y del Espíritu y se prolonga en la Misión de la Iglesia (AG 3; Col 1,13; Hch 10,38; 2 Co 5,19). Jesús es el Misionero que trae la Buena Nueva (Lc 4,18), es el agente de la Evangelización y, es también, la Buena Nueva (EN 21). La Iglesia está llamada a ser, desde el día de Pentecostés (AG 4), y en medio del mundo, signo y sacramento de esta experiencia de salvación, constituyendo el germen y el principio de este Reino (LG 1,5). La responsabilidad de la Misión corresponde a toda la Iglesia, en la diversidad de sus servicios y ministerios. Todo miembro de la Iglesia, cada uno de los cristianos, tiene sobre sí la responsabilidad de hacer presente el mensaje de salvación en medio de los hombres. Cristo se hace presente y activo en todos los miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia y cada miembro, por pequeño e insignificante que pueda parecer, está llamado a representar a Cristo, llevando su misma vida en medio de los hombres. «He aquí la piedra de toque de la evangelización; es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia» (EN 24). Esta naturaleza Misionera de la Iglesia lleva al convencimiento de que el dinamismo Misionero debe manifestarse no sólo en una zona geográfica o ante unos pueblos no creyentes sino en todas partes y a todos los niveles. También en la Pastoral con los ya bautizados, como nueva evangelización, ya que el «no creyente» puede vivir en Europa y ser civilizado (Obispos Españoles, 85; Proyecto Pastoral 90-93). San Vicente nos motiva para esta Misión Vicente de Paúl leyó el Evangelio desde la llamada Profética a Evangelizar a los pobres (Lc 4,16-23). Esto le lleva a fundar la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles), las Hijas de la Caridad y las Vo- 4

4 luntarias de la Caridad; a organizar la formación de los Sacerdotes y a fomentar en los seglares de las Asociaciones que llevan su espíritu, el impulso Carismático de Evangelizar a los pobres, y de hacerlo, desde la encarnación en los ambientes y con formas muy sencillas al estilo de Jesús de Nazaret. Este «coraje evangelizador» que pide a cuantos viven este carisma no se puede contentar con hacerlo en el lugar donde se está, sino que le llevará a enviar Misioneros a Madagascar y a Polonia, y a confesar que desearía partir él a los confines del mundo porque muchos pobres carecen del conocimiento más esencial del Evangelio. Por otra parte, nuestra Asociación JMV contempla a María, sosteniendo entre sus manos un globo (aparición del a Santa Catalina Labouré). Es la Reina de las Misiones, la Virgen, estrella de la Evangelización, que ofrece el mundo al Padre, mundo redimido por Cristo Jesús y que necesita alegrarse de la Buena Noticia de la salvación. La Animación Misionera en JMV El sentido y la finalidad de la Animación Misionera es que la Iglesia y todas sus actividades estén llenas del Espíritu Misionero (AG 6). Animar a las Comunidades cristianas, en su Misión, quiere decir dar alma a cuanto la Iglesia hace y proclama acerca del mandato de ser testigos de la Buena Noticia; es ser enviado a dar vida, y esto no se puede confundir con la cooperación económica o la ayuda directa a un puesto de misión; es algo mucho más amplio. Por Animación Misionera se entiende la acción de las personas y de las comunidades cristianas. Es una actividad que tiende a crear un clima y un ambiente determinados en los que se viva verdaderamente la dimensión universal y misionera de la Vocación cristiana. Pretende, en definitiva, poner a las personas y a las Comunidades en el camino de una mayor vitalidad cristiana, tanto en la acción Pastoral hacia los ya bautizados como hacia las actividades misioneras de la Iglesia universal. Así lo han reconocido nuestros obispos. «La revitalización de nuestras Iglesias y de todas las instituciones eclesiales pasa necesaria- 5

5 mente por un mayor compromiso de todos en la empresa de la evangelización universal». Criterios a tener en cuenta en esta Animación Misionera La Animación Misionera no se puede separar del conjunto del proceso del joven en JMV. Es parte integrante, como Nota característica. La Animación Misionera no se puede quedar en lo superficial, en los sentimientos, sino que pretende llevar a la persona a la maduración de la Fe y a la necesidad de interrogarse sobre la llamada a ser misionero, testigo del Evangelio allí donde se encuentre. La Animación Misionera, como verdadera obra de evangelización, es de naturaleza comunitaria. Es la comunidad quien se responsabiliza, programa y realiza la Animación Misionera, aun cuando encomiende a alguno de sus miembros esta función concreta. La Animación Misionera de una Iglesia o comunidad local ha de tener en cuenta la diversidad de sus grupos humanos y de los servicios, a través de los cuales llegan a las personas (Liturgia, Catequesis, Educación, Tiempo Libre...). Para esta Animación Misionera se necesitan «buenos animadores de grupo» que: creen clima misionero, informen de las actividades misioneras, aprovechen las oportunidades que le puedan enriquecer y cultivar el sentido misionero, ofrezcan a los grupos materiales de sensibilización, sepan aprovechar el sentido misionero de toda catequesis. La animación misionera dentro del «Proceso Catecumenal» El Proceso Catecumenal ayuda a: 6 Conocer mejor a Cristo y su mensaje, Vivir con intensidad la oración,

6 Vivir la experiencia de la Comunidad Eclesial, Vivir la adhesión a los Valores evangélicos, Intensificar la celebración de los sacramentos, y Vivir el testimonio de la Vida nueva. Este Proceso de Maduración en la Fe despierta, invita e interpela para que se confiese la Fe y se sirva a Cristo en los pobres. Dentro del Proceso Catecumenal es lógico que llegue este momento, fruto de la experiencia de Fe, de sentirse llamado a testimoniar esa fe de palabra y obra, y es la Comunidad, con los escrutinios, quien se responsabiliza, anima y envía al joven a la Misión. Actitudes del Misionero Laico en JMV Una vez que se encuentra en la Misión (en toda Misión) el Laico Misionero debe de tener una serie de actitudes que le ayuden a hacer eficaz su labor: Esfuerzo de inculturación. Respeto y valoración de las personas y de su entorno. Respeto a la labor realizada por los que nos precedieron en la tarea misionera. Aceptar que la Evangelización y la promoción humana son tareas de equipo. Aceptar el proyecto Misionero en el que se va a trabajar. Evitar la tentación de acelerar procesos por la fuerza (todo cambio en las personas y en los pueblos necesita maduración). Mantener diálogo y comunicación permanente tanto con los Responsables como con los «destinatarios» (una parte del diálogo es la capacidad de escucha y el esfuerzo de comprensión). Capacidad de iniciativa, con reflexión previa, contrastado en equipo y con constancia en la ejecución. 7

7 Ser constante en la oración, como comunicación con la comunidad, y con los responsables que nos han enviado. Buscar hacernos innecesarios en el plazo más corto posible. Esto nos lleva a formar a los demás, a confiar en ellos, a dar responsabilidad y aceptar sus errores. La Misión en JMV Nuestra historia es antigua. Hace muchos años, cuando apenas había Misioneros seglares en Misiones, nuestra Asociación se distinguía: por su entrega en las Campañas Misioneras, por su trabajo en las filatelias Misioneras, y por su colaboración en apadrinamientos a nuevos Sacerdotes, Catequistas y Bautizados. En nuestros días, estas cosas se siguen haciendo, pero además, Jóvenes de JMV entregan su vida para estar de manera temporal o permanente en tierra de Misión. Han sido muchos los lugares: Honduras, Santo Domingo, México y Haití. Recientemente, JMV ha tenido tres comunidades misioneras en Sacaba (Bolivia), en Nacala (Mozambique) y en San Pedro Sula (Honduras). El Vocal de Misiones en JMV JMV es un Movimiento Misionero y alimenta su espíritu en las fuentes de su «ser Iglesia» (EN 13-15) y en el Carisma propio, como hemos visto anteriormente. 8 El Vocal de Misiones: es un miembro activo, que ha descubierto el sentido de corresponsabilidad, anima siempre,

8 e ilumina, desde la Vocalía, la formación y la acción de cada uno de los componentes del grupo. Es competencia del Vocal de Misiones: Fomentar el espíritu Misionero del grupo en todo tiempo y lugar; Informarse e informar sobre las Jornadas Misioneras; Impulsar las campañas que favorezcan todo tipo de inquietud misionera: tómbolas, etc...; Introducir el matiz Misionero a todos los temas de reflexión; Crear sensibilidad en el ambiente a través de la información y las Campañas oportunas. Tener en cuenta a los grupos que ayudan a asimilar y vivir el espíritu Misionero. El animador Misionero ha de ser una persona con mirada y corazón misionero, capaz de sensibilizar y coordinar las distintas actividades misioneras, como ayuda para el sostenimiento de los diferentes Proyectos llevados a cabo en la Misión. El Vocal de Misiones en el Grupo Todo grupo, de cualquier edad y Etapa, tiene su Vocal de Misiones. El Vocal de Misiones: Acepta la Vocalía como signo de cooperación y de responsabilidad. Busca informarse, informa y anima al grupo a comprometerse en todo lo que se refiere a Misiones. Asiste a las reuniones de Vocales de Misiones del Centro. Colabora en la organización de las Campañas Misioneras. En la Catequesis semanal aporta su visión Misionera. 9

9 Recuerda al grupo la posibilidad que ofrece JMV de hacer Envíos Misioneros y oferta participar en los cursos de Formación Misionera programada a nivel Nacional. El Vocal de Misiones en el Centro El Vocal de Centro es elegido por el Consejo de Centro, de entre los Vocales de los grupos del Centro. A él corresponde: Representar a los grupos en el Consejo Local. Procurar que en todos los grupos exista la Vocalía de Misiones. Informar periódicamente a los Vocales de Misiones de los grupos: de la marcha de la Vocalía, de las Campañas a realizar, y de la forma de hacerlo en los grupos y desde los grupos. Mantener relación y representar al Centro en la Parroquia. Mantener información y relación con la Delegación de Misiones de la Diócesis. Estar atento a las llamadas que se hacen a participar en las Misiones Populares y procurar que se responda con generosidad. Conocer y dar a conocer el Documento de Misiones de JMV. Motivar a la acción misionera: Ad-intra, Ad-extra y Ad-gentes. Del «Vocal de Misiones del Centro» va a depender: gran parte de la vida Misionera del Centro, y la actitud de sus miembros ante el compromiso evangelizador. 10

10 El Vocal de Misiones Diocesano Es elegido por todos los Delegados de Misiones de los Centros por el Consejo Diocesano y representa a los Vocales de Misiones de los Centros en el Consejo Diocesano de JMV. Representa a JMV en el Consejo Diocesano de Misiones y mantiene la relación, en el aspecto misionero, entre Diócesis y JMV. Comunica a la Diócesis: los envíos de Jóvenes Misioneros, tanto los que se envían en verano como los que van a permanecer más tiempo, si los hay; la Celebración de Envío en su Centro y en su Diócesis, y la organiza junto con el Vocal de Liturgia. Está atento a las Campañas que organiza la Diócesis, informa a los Centros de todo ello y asume los objetivos encaminados a: Información Sensibilización Formación Actuación Celebración El Vocal de Misiones Provincial Es conveniente que se nombre el Vocal de Misiones Provincial, escogido de entre los vocales de Misiones Diocesanos por el Consejo Provincial. Tiene como objetivos: Mantener relación con todos los Delegados Diocesanos de Misiones y con la Comisión Nacional de Misiones. 11

11 Hacer llegar a los delegados: la información sobre las Misiones Vicencianas, la información sobre los Comunidades Misioneras Vicencianas, y todo aquello que considere oportuno. Evaluar la acción Misionera de los Vocales Diocesanos. Animar a la Provincia a la sensibilización y solidaridad Misionera. Relacionarse «persona a persona» con los que, de la Provincia, van a ser enviados a Misión, para que: se formen e informen, cumplan los requisitos señalados en el Documento de Misiones, y evalúen su preparación. Representar a la Vocalía de Misiones en el Consejo Provincial. 12

12 Epílogo El Vocal de Misiones ayuda, en los diferentes niveles de la Asociación, a poder vivir y profundizar en la Nota Misionera. Como jóvenes de JMV, la Misión ha de formar parte de nosotros, ya que esta dimensión misionera de nuestra fe, y la espiritualidad que conlleva y que la hace posible es el signo de haber aceptado el mensaje de Jesús (EN, 24). Es decir, es la confesión de fe que testifica lo que somos y lo que nos preocupa (Est. art. 1). Como dice el Documento de la Nota Misionera (1.1): Somos conscientes de que es el Espíritu Santo el que nos impulsa y transforma para que vivamos con autenticidad la vocación misionera porque la fe se transmite o se apaga, ya que el joven de JMV se siente impulsado por Jesús a transmitir su mensaje de palabra y obra, porque hoy, más que nunca, nuestras comunidades cristianas tienen la necesidad de "narrar-testimoniar" la fe, pues se necesitan testigos más que maestros. 13

13 Documentos para no olvidar Estatutos internacionales de Juventud Mariana Vicenciana, Roma Rol y tareas de los asesores en JMV, Madrid Procesos formativos y desembocadura en JMV, Madrid Estatutos de la Asociación JMV de España, Madrid Estilo de Vida y Organización, Madrid Seamos solidarios, Madrid Documento Proceso de maduración en la Fe de JMV, Madrid

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15 Si JMV tiene misioneros abundantes JMV será joven, tendrá ideales caminará en alegría, y responderá a la opción vocacional de muchos JUVENTUDES MARIANAS VICENCIANAS SECRETARIADO NACIONAL JMV C/ José Ábascal, Madrid 16