Marcas arquitectónicas: el edificio como valor añadido

Transcripción

1 NFORME 8 Barcelona no olvida su pasado industrial. Las antiguas fábricas se transforman en modernos equipamientos de oficinas, centros comerciales o espacios culturales. Al mismo tiempo, las compañías buscan en la arquitectura un valor añadido construyendo edificios que, por sus características, puedan tener un carácter distintivo y emblemático. Son las marcas arquitectónicas de empresa. Marcas arquitectónicas: el edificio como valor añadido TEXTO Anna Pujol FOTOS Albert Armengol Una marca arquitectónica es aquel edificio, monumento o conjunto arquitectónico que atrae a miles de visitantes. Las ciudades buscan una marca con la que distinguirse las unas de las otras. Inmersos en la sociedad de consumo, la marca ayuda a promocionar la ciudad. En una escala menor, las empresas también buscan su marca arquitectónica, el edificio emblemático que se asocia con la identidad de la compañía. Pese a los esfuerzos por mantener fábricas, naves y edificios industriales ubicados en los centros urbanos, estos son insuficientes debido a las nuevas normativas y las empresas trasladan sus actividades a modernos polígonos industriales del área metropolitana. Las fábricas originales se rehabilitan para funciones diversas como sedes centrales de oficinas, centros culturales, zonas comerciales y lúdicas, hoteles, etc. Barcelona es una ciudad de marcas arquitectónicas de empresa, tanto por su pasado industrial y fabril como por la presencia de compañías de ámbito internacional. Cuando una arquitectura expresa una imagen representativa y detrás de ella encontramos un concepto moral, intelectual, es decir, un sentido diferenciador respecto a los edificios que la rodean, se puede convertir fácilmente en símbolo. La catedral era el gran elemento simbólico de la sociedad medieval. Ya en el siglo XX, los rascacielos que se construyen son el gran símbolo del poder económico, y muchos países suspiran por tener el rascacielos más alto, en una salvaje competencia. El paso de símbolo a marca se produce cuando se intenta comerciar con los símbolos, cuando los símbolos se pueden consumir. Una marca es el distintivo o señal que el fabricante pone a los productos de su industria y cuyo uso le pertenece exclusivamente. La marca surge de la necesidad de diferenciar con un añadido simbólico la producción propia de la de los competidores. Las ciudades también necesitan productos con marca, productos (edificios, monumentos, acontecimientos, etc.) que sean un reclamo para los propios habitantes y para los visitantes. Con el objetivo de promover la ciudad y romper con el tópico de que, actualmente, todas las ciudades son iguales, se crean marcas arquitectónicas que contribuyen a revalorizar una ciudad o una determinada área urbana. RECONOCIMIENTO DEL PASADO INDUSTRIAL Barcelona ha reconocido por fin su pasado industrial. Sin embargo, el reconocimiento de este patrimonio arquitectónico se ha hecho esperar demasiado, lo que ha supuesto que se hayan derribado muchas naves, como en el barrio de Poblenou, que posiblemente hoy serían motivo de admiración. Por el contrario, ciudades europeas como B.MM NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004

2 INFORME 9 Berlín, Manchester o Viena siempre han mostrado una especial sensibilidad hacia el mantenimiento de su patrimonio industrial. Las reivindicaciones vecinales en contra de la demolición de algunas fábricas son un reflejo del sentimiento popular que ha convertido a estos edificios en puntos de referencia de la identidad colectiva y en partes integrantes de la memoria popular, lo que fomenta la sensibilidad con respecto al merecido reconocimiento del patrimonio industrial. Una marca arquitectónica industrial no solamente es importante por su legado histórico; lo es también desde el punto de vista arquitectónico y artístico y por diferentes razones. La primera razón es que la arquitectura fabril tendría que ser estudiada por las múltiples soluciones constructivas y materiales que se aplicaron, avanzadas a su época, como, por ejemplo, las fábricas de indianas, las naves de una sola planta con cubiertas de armaduras de hierro o los edificios con vivienda y taller. Y todo ello con soluciones estéticas de gran valor, gracias a la oportunidad que se dio a los jóvenes arquitectos modernistas de crear edificios para las primeras empresas del país con el mismo rigor creativo que aplicaban en las casas de la burguesía catalana establecida en el Eixample barcelonés. La segunda razón radica en la polivalencia de los espacios, ya que sus dimensiones permiten nuevas distribuciones. En los años setenta las fábricas se quedan obsoletas y muchas empresas se trasladan fuera de los núcleos urbanos para situarse en modernos polígonos industriales, mientras que mantienen el edificio inicial para oficinas y servicios, con la voluntad de conservar su edificio-marca. La tercera razón es el valor arquitectónico y estético. Algunas fábricas modernistas serán transformadas en modernos equipamientos culturales y lúdicos, como museos, tiendas, centros cívicos..., manteniendo la estructura original y respetando la fachada como tributo a sus arquitectos. La suerte de los edificios ha sido muy diferente según los casos, desde la conservación hasta el derribo, pasando por la preservación de elementos representativos como chimeneas, puertas, partes de la fachada, torres de aguas, etc. La Bohèmia siempre ha sido en el imaginario popular el símbolo de la marca Damm. Por eso la empresa conserva su edificio emblemático como sede y centro de oficinas, después de que en 1993 la producción se trasladase a El Prat de Llobregat. La llamada torre Estrella, visible por encima de la fachada, es su símbolo más particular. La fábrica Myrurgia es el ejemplo de edificación industrial racionalista más significativo en la ciudad de Barcelona. Proyectada durante los años por Antoni Puig i Gairalt, esta fábrica de perfumes y productos cosméticos presenta una estética funcionalista con formas simétricas y las ventanas distribuidas en un eje horizontal muy marcado. La entrada y la fachada principales se sitúan en el chaflán, con una estructura más alta que las fachadas laterales. En su interior destaca la escalera de doble tramo presidida por una escultura de Ferran Monegal. La editorial Salvat se simboliza con su edificio-marca de Damm C/ Rosselló, Joan Massoles Fábrica de cerveza Oficinas de la empresa Myrurgia C/ Nàpols, Antoni Puig i Gairalt Fábrica de perfumes Oficinas de la empresa FILOSOFÍA EMPRESARIAL Y ARQUITECTURA El mundo empresarial ha visto en la arquitectura el valor añadido que podía otorgar a sus edificios un carácter distintivo y a la vez claramente representativo de la filosofía de las compañías. Marcas como Damm, Bayer, Myrurgia o Agbar son ejemplo de ello. Por algo mantienen su edificio-marca en el centro de la ciudad. El fundador de la empresa Damm, August K. Damm, se instala en Barcelona y funda la compañía en 1876, para continuar la labor que ejerce en su país: la producción de cerveza. La empresa crece anexionándose otras y constituye la conocida fábrica de La Bohèmia, un edificio majestuoso que ocupa una manzana. NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004 B.MM

3 10 INFORME Editorial Salvat C/ Mallorca, Pau Salvat i Espasa Editorial Editorial Bayer C/ París, Comprada en los años 40 por Bayer Empresas de un grupo alemán Subsede de la Bayer, a punto de ser demolida la calle Mallorca. Construido en 1916, el proyecto arquitectónico lo llevó a cabo Pau Salvat i Espasa, curiosamente arquitecto y propietario de la empresa. Este edificio noucentista, que fue premio del Ayuntamiento de Barcelona al año siguiente de su construcción, sigue siendo el foco principal de la editorial, a pesar del paso del tiempo. Una marca que está a punto de desaparecer es el antiguo edificio de la Bayer de la calle París. Pese a que la sociedad alemana Bayer empezó la comercialización de colorantes químicos en España a finales del XIX, es en los años cuarenta cuando la empresa compra este edificio, que se convierte en su marca. Pero en los años sesenta se traslada la central de oficinas a la calle Pau Claris, y mantiene el edificio de la calle París como subsede. Ahora ya todo el mundo identifica la Bayer con la nueva arquitectura. Actualmente la empresa ha vendido el edificio, que será demolido y destinado a viviendas y locales comerciales aprovechando su emplazamiento en el Eixample. Sería un caso a analizar a fondo para averiguar las causas de la no consecución de la voluntad de marca. La torre Agbar es la gran marca arquitectónica de empresa en la ciudad de Barcelona de principios del siglo XXI. El grupo Aigües de Barcelona construye un rascacielos B.MM NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004

4 INFORME 11 (Página anterior, abajo) Torre Agbar Avda. Diagonal, Jean Nouvel Sede central y oficinas Hidroelèctrica de Catalunya C/ Roger de Flor, Pere Falqués i Urpí Central Catalana d Electricitat Hidroelèctrica de Catalunya destinado a ser objeto de admiración y con voluntad de que se convierta en un símbolo de modernidad. Situado en una confluencia inmejorable, la de la avenida Diagonal con la Plaça de les Glòries, se eligió un arquitecto-marca como responsable del proyecto, el francés Jean Nouvel. Su forma, cilíndrica acabada con un coronamiento semiesférico, está inspirada en las montañas de Montserrat. La estructura de hormigón sirve para sustentar láminas de aluminio de colores, en azul y rojo, que simbolizan el cielo y la tierra y se combinan con los cristales de las ventanas, colocadas asimétricamente. El conjunto forma una capa escamada que cambia de color según la luz del sol. Los 142 metros de altura no dejan indiferente al peatón y hacen que se llegue a ver desde muchos puntos de la ciudad. La torre Agbar ha tenido partidarios y detractores desde sus inicios: críticas por romper con el urbanismo barcelonés, defensas por constituir un ejemplo de edificio vanguardista e innovador. Todo ello hace que se hable de él, lo que lo convierte en objeto de atención permanente de los medios de comunicación. LAS MARCAS DE LA ENERGÍA Las empresas de suministro eléctrico o de gas también tienen sus edificios-marca con los que simbolizan su poder, quizás con un afán de monopolio. Comentamos tres ejemplos: Hidroelèctrica de Catalunya, Catalana de Gas y Fecsa. Catalana de Gas C/ Ginebra s/n (barrio de la Barceloneta) 1906 Josep Domènech i Estapà Catalana de Gas Hoy queda la torre de la fábrica de gas y algún pabellón para oficinas NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004 B.MM

5 12 INFORME El conjunto de Catalana de Gas y Electricidad en el barrio de la Barceloneta era conocido sobre todo por la torre de la fábrica de gas, que es un gran depósito de agua destinada a abastecer a la citada industria. Obra de Josep Domènech i Estapà, la torre presenta una base octogonal y un cuerpo cilíndrico con cubierta cónica, construido con ladrillo visto. En sus inicios era un conjunto de edificaciones con pabellones para la industria del gas. Ya sólo se conserva la torre y algún pabellón. El mismo arquitecto fue el encargado del edificio de oficinas de la avenida Portal de l Àngel, monumental y muy simétrico, donde hoy tiene su sede corporativa Gas Natural. El edificio de las tres chimeneas de Fecsa, construido en 1883, fue la primera central térmica, propiedad de la Sociedad Española de Electricidad. Su emplazamiento en la avenida Paral lel era clave para la producción de corriente eléctrica, que se transmitía a otras subsedes de la ciudad. Posteriormente, con la construcción de grandes complejos eléctricos en los Pirineos, la central perdió peso relativo en el conjunto de la producción energética de manera progresiva. Demolida prácticamente toda la central, el edificio alberga actualmente las oficinas centrales de la empresa eléctrica Fecsa. Se conservan las tres chimeneas con su estructura original, como marca popularmente asociada con la empresa. Fecsa Avda. Paral lel, Empresa constructora: AEG (Allgemeine Elektrizitats Gesellschaft) Sociedad Española de Electricidad Sede y oficinas de Fecsa Hidroelèctrica de Catalunya, más conocida como central Vilanova, en referencia a la calle que la acoge, fue la Central Catalana d Electricitat, proyectada por Pere Falqués en los años Es un edificio de piedra y ladrillo, típicamente industrial, y como otras fábricas tiene el cuerpo central en el chaflán, más alto que las naves laterales. Su gran peculiaridad arquitectónica es el vestíbulo circular. El edificio original se fue ampliando hasta ocupar toda la manzana durante las dos décadas siguientes a su construcción. Actualmente, ya sólo queda el primer edificio original, propiedad de Hidroelèctrica de Catalunya, que da continuidad a la marca arquitectónica de su predecesora en el ámbito de la energía eléctrica. LA CULTURA COMO MARCA Nuestra sociedad incrementa la oferta cultural con nuevos equipamientos y museos, que incluyen superficies destinadas a exposiciones, salas de conferencias, bibliotecas, etc. Los espacios diáfanos de algunas antiguas fábricas admiten una buena redistribución para acoger estas funciones. Dos ejemplos de fábricas transformadas en centros cívicos son la Farinera del Clot y Can Fabra, que ofrecen unos espacios de vocación popular al servicio de los barrios en los que se sitúan. La Farinera del Clot es un edificio de estilo modernista construido en 1908 en ladrillo y hierro. Se trata de una fábrica de cuatro pisos en forma de L y dos partes diferenciadas, una para la fábrica y la otra para almacenes. Durante muchos años constituyó un ejemplo característico del proceso de producción de una fábrica de harina. En 1999 reabre como centro cívico del barrio del Clot manteniendo la estructura original del edificio, tal como reivindicaban los vecinos. Es un punto de encuentro en el barrio y las actividades que se desarrollan en él acostumbran a tener un fuerte vínculo con su entorno. Uno de los aspectos que hacen recomendable una visita a la Farinera es que se conservan algunas máquinas y herramientas de la producción de la harina como molinos, cepilladoras, dosificadores de trigo o básculas de astiles. Lo mismo pasa con el edificio de Can Fabra, reconvertido hoy en centro cívico en el distrito de Sant Andreu. La empresa Filatures Fabra fue la compañía estatal de hilados B.MM NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004

6 INFORME 13 La Farinera del Clot Gran Via, Josep Pericàs i Morros Fábrica de harina Centro cívico Can Fabra C/ Segre, A partir de 1839 Propietario: Ferran Puig i Gibert Textil, hilados Centro cívico Casarramona Avda. Marquès de Comillas, Josep Puig i Cadafalch Fábrica textil, tejidos Centro cultural, CaixaForum NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004 B.MM

7 14 INFORME Editorial Montaner i Simón C/ Aragó, Lluís Domènech i Montaner Editoral Museo de arte, Fundació Tàpies más importante a principios del siglo XIX, con diferentes fábricas anexionadas. La única que se conserva actualmente es la fábrica del Rec, el edificio central, una construcción de tres pisos. Desde su inauguración en 2002, Can Fabra ha impulsado la dinamización cultural del barrio de Sant Andreu y en muy poco tiempo ya es su núcleo principal. La fábrica Casarramona es otro ejemplo de edificio modernista rehabilitado y reconvertido en marca cultural. Proyectada por Josep Puig i Cadafalch entre los años 1911 y 1933, era una fábrica de tejidos donde se llevaba a cabo todo el proceso de producción, desde los telares hasta el blanqueo y la tintura. Como tal fábrica sólo funcionó durante siete años. Posteriormente se convirtió en dependencias de la policía, como garaje de sus vehículos y caballerizas. Aun así, en 1976 fue declarado Monumento Histórico Nacional en su condición de importante ejemplo modernista. Años más tarde, la Fundació La Caixa adquirió el edificio para transformarlo en un centro cultural, CaixaForum. En la nueva rehabilitación, y con la idea de ganar espacio, se le añadió una planta al subterráneo y se modificó su entrada para poder acceder por la parte baja. La transformación de la entrada y el vestíbulo fue dirigida por el arquitecto japonés Arata Isozaki, elegido por la voluntad de los nuevos propietarios de trabajar con un arquitecto-marca. CaixaForum, con unas instalaciones inmejorables para la cultura, es la marca de la entidad, que simboliza su potencial y su afán de tener una presencia destacada en los ámbitos social y cultural, además de conseguir la conjunción entre modernismo y contemporaneidad. Un caso similar es el de la editorial Montaner i Simón, ahora Fundació Tàpies, un claro exponente de edificio modernista que comparte la condición de vivienda y de taller, en concreto una editorial. Está situada justo en la mitad de la calle Aragó y tiene dos plantas coronadas por una lucerna por la que la luz entra verticalmente. La estructura de sostén es de fundición y vigas de acero revestida con ladrillo visto, con elementos decorativos que muestran B.MM NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004

8 INFORME 15 (Página anterior, derecha) Casa Thomas C/ Mallorca, Lluís Domènech i Montaner Editorial, taller y vivienda Tienda de interiorismo BD y viviendas Casa Fuster C/ Gran de Gràcia, Lluís Domènech i Montaner Vivienda y Cafè Vienès Próximamente, un hotel Casa Damians C/ Pelai, Centro comercial Almacenes C&A cierta influencia árabe. El rasgo más emblemático de la fachada actual es la escultura Núvol i cadira, situada sobre la cubierta en una serie de paneles volantes. La enrevesada estructura metálica no deja indiferente al viandante y siempre ha tenido admiradores y detractores. OFERTA COMERCIAL, DE OCIO Y SERVICIOS Los nuevos usos de las fábricas son muy variados, desde hoteles, restaurantes y tiendas hasta, sobre todo, grandes centros que ofrecen muchos servicios concentrados, comerciales y de ocio. Algunos de estos nuevos equipamientos son antiguos espacios industriales, como, por ejemplo, la Casa Thomas, la Casa Fuster, la Casa Damians, La Maquinista y la fábrica de la Hispano-Olivetti. La Casa Thomas era una editorial ubicada en la calle Mallorca que fue encargada a finales del siglo XIX por la familia Thomas, grabadores de fama en la ciudad, para albergar en ella el taller y la vivienda. Inicialmente fue proyectada con dos plantas, obra de Lluís Domènech i Montaner, que realzó la fachada con unas imponentes vidrieras para que entrase la luz. Años más tarde, el edificio se amplía con tres pisos más, que respetan la estructura original. La última rehabilitación tuvo lugar en 1979, cuando los sótanos se habilitaron para acoger a BD, una tienda vanguardista en el campo del mobiliario. La tienda se preocupó también por el mantenimiento del proyecto inicial y es respetuosa con la fachada modernista. En cuanto a la Casa Fuster, fue el último gran proyecto del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, en el inicio de la calle Gran de Gràcia. Era un encargo del abogado Marià Fuster, realizado con la idea de proyectar una casa que provocase admiración. Durante los años cuarenta tuvo gran popularidad el Cafè Vienès, situado en la planta baja, conocido también como el café de las 26 columnas. Posteriormente, en los años sesenta, la casa fue comprada por la empresa Hidroeléctrica del Ribagorzana (Enher) y, pese a que en un principio tenían la voluntad de demolerla para construir un rascacielos, al final optaron por acondicionarla como sede de la compañía. Y así se convirtió en otra marca de empresa, con la planta baja como espacio social para exposiciones. La Casa Fuster se reconvertirá en un hotel de lujo. En la planta baja se volverá a abrir un café, en memoria del Cafè Vienès, con la pertinente restauración de las columnas de acuerdo con el aspecto original. Otra casa que siempre ha tenido un aire comercial es la antigua Casa Damians, en la calle Pelai. Este edificio de 1917, de NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004 B.MM

9 16 INFORME Tabacos de Filipinas Rambla dels Estudis, Josep Oriol i Mestres Fábrica de tabacos Asociación de Amigos de la Rambla Eva Guillamet carácter monumental, coronado con una cúpula de vidrio y hierro, fue pionero como centro comercial. Posteriormente acogería a los almacenes El Siglo, un punto de referencia en la memoria popular. Actualmente alberga a los almacenes C&A. La Maquinista es un centro comercial abierto ubicado en el barrio de Sant Andreu, con una amplia oferta de tiendas, servicios y ocio. El espacio era anteriormente la fábrica La Maquinista Terrestre i Marítima, con una historia de 145 años de actividad dedicada a la construcción de arquitecturas de hierro. En este caso se derribó toda la fábrica y sólo se ha mantenido el nombre, un referente de la industria barcelonesa. Y, por último, la fábrica de máquinas de escribir Hispano-Olivetti, situada en la Gran Via, donde se realizaba la producción hacia los años cuarenta, mientras que las oficinas estaban situadas en la Ronda de la Universitat. En 1995 la fábrica se reconvirtió en un centro comercial, Barcelona-Glòries, que conserva la misma estructura del edificio original. Carburos Metálicos C/ Consell de Cent, Fábrica Carburos Metálicos CETIB (Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona) ORGANISMOS, INSTITUCIONES, ASOCIACIONES Para finalizar este repaso a los edificios industriales que se han convertido en marca arquitectónica de empresa, habría que mencionar los edificios adaptados por diferentes organismos para ubicar en ellos su sede, utilizando fábricas como la de Tabacos de Filipinas, Carburos Metálicos y Ca l Arañó. Tabacos de Filipinas era un antiguo seminario que en 1880 se reconvirtió en fábrica gracias al proyecto de Josep Oriol i Mestres. Ha sido un edificio que ha variado mucho de propietario y función, incluyendo la fábrica de tabacos B.MM NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004

10 INFORME 17 Eva Guillamet Ca l Arañó C/ Llacuna c/ Tànger 1878 Fábrica textil Próximamente, Campus de Comunicación de la UPF, dentro de la Ciudad del Audiovisual y las oficinas de la compañía Transmediterránea. Lo más destacado que se ha conservado es el frontispicio monumentalista con esculturas alegóricas de Francesc Pagès. Hoy es la sede de la Asociación de Amigos de la Rambla. La empresa Carburos Metálicos se estableció en Barcelona en la calle Consell de Cent para iniciar una actividad aún poco conocida a finales del siglo XIX, la producción y transformación de gases industriales. La empresa experimentó un crecimiento constante y finalmente se instaló en la Zona Franca. Desde 1997, el edificio acoge el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona (CETIB), institución que agrupa un colectivo cercano a la actividad inicial de Carburos Metálicos. Cuando estaba buscando sede, el Colegio quería escoger un edificio que fuese significativo, que de algún modo ya le aportara un carácter simbólico. Ca l Arañó era una fábrica textil dedicada a la producción de lana, muy representativa del barrio de Poblenou, fundada a finales del siglo XIX por el empresario manresano Claudi Arañó. Después de haber estado un tiempo cerrada, pronto se convertirá en el Campus de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, dentro de la llamada Ciudad del Audiovisual. Las empresas que hoy en día encargan la construcción de un edificio ya piensan en una marca de empresa. Lograr una marca arquitectónica supone invertir en patrimonio, pero, sobre todo, es una buena inversión en imagen. Una vez construido un edificio, la marca vende y el espacio se revaloriza. Junto con ello, las antiguas fábricas industriales tienen la suerte de haber sobrevivido en la memoria popular gracias a un pasado histórico, además de ser espacios polivalentes que permiten nuevas funciones culturales y lúdicas. Por tanto, estamos ante la realidad de una arquitectura que es un producto social y que está dotada de un carácter que va más allá de la propia construcción. Las marcas arquitectónicas son el valor añadido de las ciudades, de las empresas e incluso de los países. Dar con la propuesta que se identifique mejor con cada una de las opciones es algo que corresponde a los arquitectos que proyectan la ciudad futura. Bibliografía básica AAVV: Catalunya, la fàbrica d Espanya: un segle d industrialització catalana Barcelona. Ayuntamiento de Barcelona Catàleg del Patrimoni Arquitectònic Històric-Artístic de la Ciutat de Barcelona. Barcelona. Ayuntamiento de Barcelona Dachevsky, Marcelo: Urban Zapping. Ciudades, productos y marcas. Barcelona. Edicions UPC. Colección Arquitext De Fusco, Renato: Arquitectura como mass-medium. Barcelona. Editorial Anagrama. González, Antoni; Lacuesta, Raquel: Barcelona. Guía de arquitectura Barcelona. Editorial Gustavo Gili Picó, Josep: Cultura y modernidad. Seducciones y desengaños de la cultura moderna. Madrid. Alianza Editorial NÚMERO 64 VERANO-OTOÑO 2004 B.MM