El acecho de la Fantasia

Transcripción

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2 El acecho de la Fantasia Texto de Juan Cristobal Castro sobre la obra de Ruinas Atmosfericas relizada por Ilian Arvelo y Diego Damas Colombia, 2019 Agradezco a Antonio José García Rico por su colaboración en el suministro del material informativo y algunas referencias claves para este acercamiento.

3 El acecho de la fantasía Sobre ruinas atmosféricas de Diego Damas e Ilian Arvelo Juan Cristóbal Castro El primer paso a la libertad no es cambiar la realidad para que se adapte a nuestros sueños, es cambiar el modo en que soñamos Slavoj Žižek Tres marcos rectangulares dispuestos en serie es lo que uno divisa a primera vista en la obra Ruinas atmosféricas de Diego Damas e Ilian Arvelo. Dentro de ellos, van apareciendo las escenas morbosas de unos símbolos desvanecidos, erigidos sobre unas edificaciones a punto de librarse de la complexión visible de sus fachadas monumentales, como si fuesen unos viejos vestidos, antaño exuberantes y ahora por lo visto inasibles. Apreciamos así lo que pudiera percibirse como viejos andamios fracturados, vigas oscilantes, tubos desperdigados, cabillas indecisas y a punto de caer. El lente fotográfico captura ese frágil equilibrio, ese momento de dudosa inestabilidad, como si se tratase de la mirada de un espía voyerista que sigue a escondidas un striptease secreto. Ilian Arvelo / Diego Damas Desmontaje Torre PEPSI, Caracas / Venezuela

4 Capta el momento a partir del cual el cuerpo de un objeto pierde su consistencia, el momento preciso donde no sólo se deshace de sus ropas y muestra su intemperie, sino que exhibe su propio soporte esqueléticoenformade ruinas. Ilian Arvelo / Diego Damas Torre CADA, Caracas/Venezuela, 2013 Lo que se observa en esta suerte de tríptico Ruinas atmosféricas de los artistas venezolanos es algo más que desconcertante. Es el lugar donde ciertamente se disuelve la atracción por lo prohibido, el velo de Maya, y sobre todo donde se patentiza lo que una vez entendió el psicoanalista Jacques Lacan por lo real : núcleo traumático donde las dimensiones simbólicas e imaginarias de las representaciones de la realidad se suspenden. Lo que se observa no es más que un terreno devastado, en apariencia vaciado de contenido y de imágenes; un terreno desértico en el cual el poder de unas viejas fantasías sociales se han hecho tan evidentes que se resquebrajan, se deshacen, se pierden. Ruinas que se exponen en la imperturbable atmósfera, desechos que sobresalen detrás del cielo mismo, imagen idílica de toda trascendenciareligiosa.

5 Estas fotos intervenidas por la pareja de artistas fueron tomadas entre los años 2010 y 2011, cuando el gobierno de Hugo Chávez ya se había declarado socialista y continuaba su proceso de nacionalización. Lo que aparece entonces no es el simple registro visual de la una des-instalación, sino, desde la intervención digital, lo que se presenta, lo que se hace presente, es la caída de algunas de las figuras del deseo social venezolano. Hablo de tres marcas que representaron esa Venezuela industrial y productiva, ese imaginario capitalista del Estado mágico en su fase liberal y democrática que sedujo a más de un ciudadano gracias al poder libidinal que significó su consumo clientelar, masivo,petrolero, sin distinciones partidistas, en aparienciaabierto paratodos. La primera de ellas es nada más y nada menos que la misma PEPSI, reservorio trasnacional norteamericano cuyos dueños fueron los más ricos empresarios venezolanos de esos tiempos, los Cisneros, la segunda es NESCAFÉ, sello internacional del emporio NESTLE, y la tercera es CADA (Compañía anónima distribuidora de alimentos), una empresa nacional inicialmente de propiedad del Rockefeler, pero luego adquirida por los mismos Cisneros; no por casualidad algunasde estas fueron expropiadas por el gobierno y otrasmás bien se fueron deteriorando con el tiempo. Pero la obra no se queda atrapada en el mero marco de su visibilidad más descriptiva, más convencional. Detrás de esta aparente puesta en escena de un vaciamiento, de un desnudo del deseo social, como si se tratase de un

6 efecto de persistencia retinal esa imagen que queda todavía después de cambiar la mirada- surge la reminiscencia de otro referente cultural, de otra forma del deseo. Lo que pareciera percibirse como las estructuras de los andamios, tubos y cabillas de cada una de las construcciones nos remite a algunos trabajos del constructivismo ruso de Algunos de sus elementos, escenas, materias nos retrotraen a las imágenes del proyecto de Vladimir Tatlin Monumento de la 3era internacional comunista. También se les puede asociar al estudio por una construcción en el espacio de Liubov Popova o al boceto llevado cabo para la portada del folleto estadístico del centro postal telegráfico. No deja de ser curioso que estas referencias se traten de trabajos todavía en estado embrionario, incipientes, sólo materializados como pura pulsión, como mera virtualidad; el mismo Monumento de la 3era internacional comunista nunca llegó a llevarse a cabo. Esas obras como grandes tentativas irrealizables, algunas sólo como deseo inaugural, no dejan de encarnarun tiempo de efervescencia utópica, un período infectado de grandiosidad a partir del cual el proyecto comunista era visto con euforia, alegría,posibilidad.

7 Detrás de la descomposición de los símbolos capitalistasque vemos entonces en el trabajo de los artistas se va erigiendo entonces el cuerpo espectral de una vieja fantasía social como lo fue en su momento el socialismo real liderado por Lenin. Por suerte aparece sólo como gesto fantasmático, alusión indirecta, leve reminiscencia, y no como presencia; no se aprecia un trasvase entre un viejo proyecto ilusorio y uno en apariencia nuevo, renaciendo entre las figuras del despojo, como un Fénix que surge entre las cenizas. Los creadores toman la precaución de distanciarse. No los tienta el anacronismo militante y propagandista; la imagen sugerida, fantasmal, es más bien un residuo que acecha. Situado en un contexto post-utópico donde están reapareciendo las utopías nacionalistas e identitarias, nos advierten del poder de una fantasía que ya nos viene como desecho del pasado comunista. Crean desde la conciencia histórica del terrible fracaso de los socialismos reales que pareciera que no hubiese sido lo suficientemente advertido, asimilado, sopesado por la izquierda latinoamericana que vino junto al proyecto bolivariano. Fantasma ruinoso que se escondía detrás de los populismos de la marea rosa, de la supuesta vía de la democracia directa y participativa. Vladimir Tatlin Monumento a la tercera internacional Petrogrado, 1919

8 Liuv Popova, State Museum of Contemporary Art of Thessaloniki 1920 /1921 Dobledesecho: el de los emporios capitalistasy el de lafantasía soviética. La obra así se vincula al imaginario catastrófico que ha venido recorriendo varias de las manifestaciones culturales venezolanas. Desde la pérdida de objetos y recuerdos familiares en los poemas de Yolanda Pantin, pasando por las fábulas del deterioro que advierte el crítico Miguel Gómez en las obras de literatura nacional,, sin obviar las investigaciones de Celeste Olalquiaga y Lisa Blackmore sobre los despojos del edificio Helicoide, o de Vicente Lecuna sobre Parque Central, o algunos trabajos artísticos de Xiomara Jiménez, Luis Molina Pantín o Alberto Asprino sobreel desecho mismo. Ilian Arvelo / Diego Damas Desmontaje de La Torre Nestle, Caracas / Venezuela 2013

9 A la luz de estas circunstancias, las obras de Ilian y Diego pueden leerse en dos dimensiones, siguiendo de forma libre algunas disquisiciones que hiciera en su momento el renombrado Walter Benjamin. La primera sería de forma alegórica, si nos supeditamos al contexto histórico donde se produjeron, en el que se estaba gestando una transición entre la democracia de Punto Fijo y la mal llamada Quinta República, que a su vez entrañaba otro cambio a nivel global: el de la crisis del consenso de Washington y el auge de un nuevo bloque global con los modelos rusos, chinos, imponiendo un capitalismo sin instituciones republicanas y con desprecio hacia muchos valores liberales. Este espacio temporal de mutación, umbral político y económico, nos conecta con la investigación sobre el barrocoalemán del teóricocultural, quien se concentra en las representaciones cadavéricas y luctuosas del teatro alemán con el propósito de mostrar no solo el cambio de lo que veía como un nuevo tipo de impronta alegórica, distinta a la impuesta en la Edad Media y más vinculada con la modernidad, sino las tensiones de un momento histórico donde el orden monárquico y sus valores metafísicos eran suplantados por unos más seculares, más laicos.

10 La otra lectura posible de la obra, siguiendo al mismo pensador alemán, rescata más bien las alusiones antes mencionadas de los trabajos de la temprana Unión Soviética para ver un cruce de distintas temporalidades en las fotografías intervenidas. Podemos así pensar en una modalidad de imagen dialéctica que invierte sus presupuestos. Ya no se trata de redimir los silencios de la historia oficial, sino de señalar los resabios de una fantasía inconsciente, de un fantasma todavía vivo que nos acecha y nos domina como posibilidad. Ya no se trata de advertir una pulsión utópica para crear las condiciones de un cambio, sino de advertir por el contrario los peligros de la forma de esa misma pulsión, de la forma de su deseo, al hacer visible un patrón onírico de índole social, tal como fue la experiencia del comunismo, que la historia ya nos ha mostrado como fracaso, lección del pasado que todavía muchos no quieren aceptar. De esta manera los espectros nos acechan no sólo en forma de reclamo de justicia -sin negar que también hayan elementos de venganza dispuestos siempre a colarse y usurpar el perdón, el reconocimiento-, sino también como falsa fantasía, como sueño peligroso e imposible.

11 Eso es lo que está detrás de estas tres imágenes en apariencia impasibles, abandonadas. Tres escenas del cambio, de la utopía y de la catástrofe. Por último, cabría hacerse una pregunta incómoda, riesgosa, a estas alturas del camino. Cabria preguntarse en efecto si la coexistencia de estas dos temporalidades históricas (las del tiempo soviético y las del tiempo del decaimiento del capitalismo nacional) no entraña a su vez, en ese lapsus que capta el ojo fotográfico, en ese interregno temporal de transición hacia una nueva revolución por-venir, una complicidad secreta, silenciosa, todavía difícil de digerir por todos los bandos en conflicto. Me refiero a una posibilidad capciosa: qué tal si en ambas sobrevive la misma fantasía industrial? Qué tal si en el fondo todavía quedan, como residuos inconscientes, como materias inasimilables, el poder de una fantasía que nadie quiere reconocer del todo en estos tiempos nacionalistas y tribales? Hablo de ese sueño del progreso de una sociedad industrial que, bien sea por negación absoluta o por fascinación, tendemos todavía a celebrar, presos de su imaginario como las sombras de la cueva platónica. Detrás de la imagen que los artistas captan bajo ese ojo mecánico, digital, también está esa interrogante acechando.

12 Edicion : GlacSystem Art Lab, Miami 2019