Femineidad y trauma: mito y accidente *

Transcripción

1 Femineidad y trauma: mito y accidente * Marta Nidia Hojvat**, Buenos Aires, ARGENTINA * Premio: "PSICOANÁLISIS Y MITOS", ** Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Revista Latino-Americana de Psicanálise - FEPAL, v. 3, n. 1, julho

2 Marta Nidia Hojvat Freud describe el trauma desde los inicios del psicoanálisis cuando devela la escena de seducción en los síntomas de sus pacientes histéricas. (Freud, ). En el funcionamiento de la escena de seducción con la construcción, el desarrollo y el funcionamiento psíquico, el trauma recreado en la fantasía adquiere tal autonomía que Freud se desliza en la creencia que fue necesario su acontecer en el mundo real. Sin embargo, el psiquismo conserva las huellas del pasado traumático individual y de la especie. Hoy ya no podemos negar evidencias históricas y sociales que alcanzan estadísticas, del pasado y del presente traumático, en especial en la mujer. (Rascovsky ). La investigación psicoanalítica evidencia los efectos del trauma, en un principio sobrecarga de energía, y los esfuerzo de ligadura del psiquismo, que así se construye a sí mismo. El trauma implica una acción exterior y una herida, el aparato psíquico lo transforma en un motor interno y crea el conflicto que anclado en lo inconsciente es determinante de los sueños, las producciones psíquicas, los actos, los sufrimientos y esencialmente de las modalidades personales del amor y la identidad. La complejidad traumática de la escena de seducción devine de tres fuentes. Una preedípica, del acontecer en sí, por el avasallamiento del yo por la sexualidad adulto, excesiva para el cuerpo y la miente de la niña, sumada a la vivencia de desamparo por la pérdida del objeto que bruscamente - rasgo esencial del trauma - deja de cumplir su función protectora. El destino del estímulo excesivo y su fijación por la compulsión repetitiva va marcar en la mente y el cuerpo de la niña la modalidad sexual; es decir, el anhelo de un encuentro sexual que repita las formas del trauma y además se integre a las modalidades de las primeras vivencias de dolor y de satisfacción. La integración, difícil y variable, determina también las formas de la patología y de la conducta en general. Otra fuente es la significación a posteriori por el complejo de Edipo y su correlato de identificaciones, duelos y culpa. Se produce una nueva modelación de la sexualidad. Y otra fuente es la herencia arcaica en el ello y la transmisión mítica. La influencia del trauma es evidente en las vicisitudes de la sexualidad femenina; el terror al hombre; la desmentida, la aceptación y el sometimiento a la teoría de la castración; la relación de la mujer con sus identificaciones masculinas; el sometimiento social y los esfuerzos de rebelión y crecimiento. Los caminos de la influencia del trauma son la repetición de las vivencias edípicas y preedípicas de cada mujer y la obediencia a mitos y la repetición de ritos de la prehistoria. Rito y mito surgen como intento de elaboración grupal del trágico origen de la cultura en la violencia y en el filicidio, el parricidio y el incesto. 236 Revista Latino-Americana de Psicanálise- FEPAL, v. 3, n. 1, julho 1999

3 Femineidad y trauma: mito y accidente El desarrollo del psiquismo y de la cultura logró que la repetición de la escena ritual se exprese en niveles simbólicos. Los símbolos recorren una gradación evolutiva desde conductas ritualísticas que siguen modelos arcaicos a la manifestación neurótica en síntomas y fallidos y la expresión verbal, la fantasía y el arte. Una conducta que sigue un modelo arcaico, típica y universal, es el accidente. Ciertos accidentes en mujeres diagraman en la realidad escenas que repiten la violación ritual del pasado. (Hojvat, 1996) Cuando en la vida se enfrentan a un cambio conflictivo, la regresión psíquica, según Granel, (1985), activa la fantasía universal para accidentarse, modelo arcaico que guía al yo inconsciente hacia el acto motor y que llega al límite previo a la desorganización psíquica, en un último intento de ligadura. El accidente intenta ligar aquella violencia que produjo el trauma, una tensión máxima que no tuvo palabras, pero que alcanzó un acto. Las situaciones límites, traumáticas, típicas y necesarias para la producción de un accidente son los desfiladeros del cambio. Granel describe los momentos paradigmáticos de cambio; el nacimiento, la deambulación y el Edipo; los cambios posteriores en la vida quedan referidos a estos modelos. La resolución edípica femenina es compleja precisamente porque la niña debe lograr un cambio muy difícil, el cambio de objeto; abandonar a la madre para amar al padre. Este cambio repite, además, el paso de la humanidad desde el culto de las diosas primitivas al sometimiento a los dioses patriarcales. (Graves, 1958). Antes que el padre de la horda marcara y poseyera a sus hijas, transformándolas por la violencia en mujeres, e imprimiera en el psiquismo la primera escena de seducción, (Freud,1912), se celebran rituales de prostitución, castración y muerte de las niñas en los altares de las diosas. El mito de Psique y Eros registra el paso de la humanidad del matriarcado al patriarcado, la transformación de la niña en mujer, que coincide con el desarrollo del espacio mental y la separación del individuo de la masa. (Rosenthal y Hojvat, 1996). Cuenta el mito que: Psique adolescente es condenada por Afrodita y el oráculo de Apolo a ser poseída y sacrificada por un monstruo. Eros, enamorado de Psique, la esconde en su palacio maravilloso, pero le prohíbe que vea su rostro. Las hermanas de Psique la convencen que su amante de las noches es el monstruo de su destino y que debe matarlo. Cuando Eros duerme, Psique asustada y dolida se le acerca con un puñal en una mano y un candil en la otra. Al verlo descubre la belleza del dios y Revista Latino-Americana de Psicanálise- FEPAL, v. 3, n. 1, julho

4 Marta Nidia Hojvat fascinada cae; culpable, toma una de las flechas de Eros y se hiere la mano; queda así enamorada para siempre de Eros. Inclina sin darse cuenta la lámpara y una gota de aceite quema al dios en el hombro. Eros despierta y se aleja volando Psique, abandonada y desesperada intenta matarse. Sin embargo, recurre a la diosa y Afrodita la somete a cuatro trabajos imposibles. Psique es ahora una heroína trágica. Cumple tres tareas, pero en la última, cede a la tentación de tomar un poco de la belleza eterna para Afrodita que había ido a buscar al Hades. La invade un profundo letargo, pero Eros la salva y Zeus los une en himeneo. Las escenas míticas recuerdan los tiempos del matriarcado; la unión con el monstruo corresponde al ritual de las nupcias de la muerte en el que las jóvenes, con atavíos fúnebres eran conducidas al sacrificio. El monstruo es la diosa, la madre devoradora y también la representación mítica del terror al hombre, primero el violento y terrible padre de la horda y luego el padre que separa la hija de la madre, separación que necesariamente es traumática. El mito modeliza la función del tercero, Eros, que despierta a Psique del letargo, símbolo del deseo de la madre arcaica y de la muerte, y la adquisición de un orden transpersonal, representado por el himeneo que otorga a Psique y a Eros un lugar social. La dimensión heroica de Psique a lo largo de sus trabajos, expresa la integración de las identificaciones masculinas de la joven mujer que lucha contra la adversidad por su derecho al amor y a la vida psíquica. El mito plantea que el devenir mujer es un proceso activo y difícil. El accidente de Psique diagrama el conflicto de la joven unida a su madre y sometida al mandato matrilineal de castrar al hombre, y el nuevo amor. El accidente, central en al mito, determina el inicio de la lucha de Psique por su identidad femenina y es la expresión de la dificultad del proceso, que sigue un camino particular para cada niña que devine mujer. El accidente se produce precisamente por esta dificultad, debida además del complejo cambio de objeto, a la modernidad histórica del logro y a la relativa carencia de modelos. El psiquismo no alcanza a contener los cambios y ligar las cargas afectivas que resultan intensamente traumáticas. Son, además transformaciones que suman las huellas de la violencia de la prehistoria femenina y humana y por eso el accidente de Psique parece inevitable como es inevitable, doloroso y accidentado para la niña devenir mujer. En la clínica las determinaciones provenientes del pasado arcaico y de la historia individual se confunden y entrelazan. Cuando a la herencia del trauma en el ello se agrega la escena traumática en realidad la vida infantil, el logro del disfrute de la condición femenina y el acceso a la maternidad se complica aún más y la neurosis adquiere característica; de especial fijeza, intensidad y máxima culpa que incrementan las resistencias a la curar. La culpa, en su significación 238 Revista Latino-Americana de Psicanálise - FEPAL, v. 3, n. 1, julho 1999

5 Femineidad y trauma: mito y accidente edípica, se debe al sentimiento de omnipotencia y triunfo por haber cumplido en la realidad el acto prohibido, por el placer pesar del abuso y la violencia, y por que el sentimiento de omnipotencia y el placer vivenciado en el cuerpo de la niña e confirman la creencia instilada por el padre abusador haber sido inducido por ella. Angélica, es joven atractiva, y está en análisis desde hace cuatro años. Un jueves, último día de la semana analítica, viene a sesión con su mano derecha vendada y cuenta un sueño y un accidente. El sueño: "Soñé que íbamos, con él, (su novio), de un colectivo a otro, de un lugar a otro. Yo me tenía que justificar con mis amigas por que no podía hacer programa con ninguna de ellas. Llamaba a Betty por el movicom y le decía que me perdone por que tenía que disolver el programa. Tenía la sensación de que tenía que pedir perdón por estar con él. Después subíamos a un colectivo y veía (en el colectivo), una biblioteca. Una señora me decía; la encontré ahí, en esa calle. Nos bajábamos y la calle estaba llena de bibliotecas. Eran baratas, pero había que pagarlas. Él me decía que no me regalaban nada." Y asocia que encontraron en la calle marcos de cuadros antiguos. Luego comenta la dificultad en la relación sexual con su novio que no la estimula oralmente y que las bibliotecas del sueño le recuerdan su dolor ante los huecos que quedaron en la pared cuando el padre se fue y se llevó las bibliotecas. Relato del accidente: El martes, a la salida de sesión, fue a su casa. En la cocina tenía cenicero de vidrio para apoyar el "magiclick". Como estaba al lado del pico de gas estaba caliente. Al lavarlo con agua fría se partió en dos. Se salió la base y quedó con un borde filoso; sin embargo lo dejó en la pileta. Más tarde intentó lavar una olla, y se cortó el meñique izquierdo con "un tajo profundo que sangraba mucho". Dice: "Metí la mano en el vidrio". Angélica vivió con su padre, alcohólico, separado de su madre, desde los diez hasta los quince años. Dormían en la misma cama. Si bien Angélica no tiene recuerdos conscientes, tres meses antes de este sueño su media hermana le confesó su propia seducción por el padre de ambas. En el sueño su pareja representa su padre. Su novio tiene rasgos sádicos que reeditan las características del padre de Angélica. El sueño muestra la culpa edípica y el sentimiento de vergüenza social. Angélica tiene la creencia de pertenecer a otro espacio social, a un submundo. Por eso la referencia a los marcos. La biblioteca es el vacío del padre que a los quince años la dejó para casarse con su segunda mujer, y más profundamente la ausencia dolorosa de la madre que cuando Angélica tenía diez años la abandonó para siempre. La alusión a la estimulación oral sugiere la proyección del rechazo y la Revista Latino-Americana de Psicanálise- FEPAL, v. 3, n. 1, julho

6 Marta Nidia Hojvat desmentida de la vagina. La sangre, la herida, lo abrupto del accidente y sobre todo la vivencia contratransferencial de dolor y angustia despertada por la frase "metí la mano en el vidrio", remiten a la escena traumática que Angélica arma en el accidente para no recordar. La vivencia de dolor en la transferencia-contratransferencia está presente en las difíciles sesiones y en los sueños del análisis de Angélica desde hace tres meses. La mano en el vidrio es también el análisis. Pareciera que los dolorosos sentimientos de desamparo y culpa y aún de ajenidad. En relación a la identidad hallaron expresión psíquica en el sueño y sus asociaciones. En cambio, las vivencias que remiten directamente al cuerpo, a su erogenización y conformación femenina y su imagen mental, que conllevan elementos traumáticos que no pudieron ser contenidos por sueños, fantasías o palabras, siguieron la vía de los antiguos ritos de castración y violación y hallaron representatividad en la realidad del accidente. Es un intento de ligadura y expresión de un antiguo dolor típicamente humano, que además se realizó en la infancia de Angélica. Si el análisis logra desentrañar los contenidos del accidente el trauma podrá ser integrado a la vida psíquica. El elemento más importante, la condición necesaria según Granel, para la producción de un accidente es el dilema del cambio, el conflicto enfrenta el impulso de cambio y los antagonismos al cambio. El análisis despertó y activó el anhelo de Angélica de acceder a la condición femenina. Además del trauma infantil provocado por el padre y su fijación en el cuerpo, y la adherencia al sentimiento de triunfo, lo más negado por Angélica es el trauma creado por el abandono de la madre, a la que no volvió a ver y que se fue a vivir con otro hombre "sólo por el dinero". A la intensa desvalorización de la imagen femenina se unen el odio, la rivalidad, la envidia, la dependencia de figuras femeninas y la profunda añoranza. Vidrio, olla, limpieza aluden lo femenino. El accidente condensa los significados que se oponen al cambio, el paso a la femineidad. El cenicero caliente representa la excitación del deseo por el padre despertado por el relato de la hermana y los sentimientos de celos y despecho; el agua fría es el esfuerzo de represión y sofocación del complejo que se extiende a la relativa inhibición de la sexualidad de Angélica; el cenicero que se parte es ella partida en dos. No puede pasar del padre al novio. La vagina se transforma en borde filoso, por el odio a la madre, a ser mujer y al padre. El dedo meñique, el quinto dedo, representa un falo imaginario que 240 Revista Latino-Americana de Psicanálise - FEPAL, v. 3, n. 1, julho 1999

7 Femineidad y trauma: mito y accidente desmiente la vagina y la posibilidad del abuso del padre y del incesto; el tajo es la fantasía de castración. En la transferencia la analista es la mala madre, con vidrio en su interior, que la obliga a castrarse y ser mujer. Ser mujer representa para Angélica identificarse con la mala madre y aceptar la relación incestuosa con el padre, y a la vez abandonar al padre; y ser hombre, la imposibilidad de sostener la desmentida y ser sometida a la castración del falo imaginario que representa su capacidad para la lucha por la vida y su desarrollo intelectual. Este es el dilema del cambio, para ella imposible de resolver, y que Angélica plasmó en el accidente En la transferencia y en la vida, Angélica es de nuevo Psique llevada al sacrificio. Bibliografía FREUD, S. ( ). Primeras publicaciones psicoanalíticas, Amorrortu Ed., Buenos Aires, Argentina, ( ). Tótem y Tabú, Amorrortu Ed., Buenos Aires, Argentina, GRANEL, J.A. (1984). Consideraciones sobre la capacidad de cambiar, la colisión de las identificaciones y el accidentarse. Rev. de Psicoan., T. XLII, 5, Ed. A.P.A., GRAVES, R. (1958). Los mitos griegos, Losada Ed. Buenos Aires, Argentina, HOJVAT, M.N. (1996). Mito y accidentes, IV Simposio internacional sobre mitos, Buenos Aires, Argentina, RASCOVSKY, A. ( ). El filicidio, Orion Ed. Buenos Aires, Argentina, ROSENTHAL, G., y HOJVAT, M.N. Mito de Psique y Eros; Acerca del desarrollo de la femineidad y el amor en la mitología y en el proceso psicoanalítico, XXI Congreso Latino-americano de Psicoanálisis, Monterrey, México, Marta Nidia Hojvat 33 Orientales Buenos Aires - Argentina Revista Latino-Americana de Psicanálise - FEPAL Revista Latino-Americana de Psicanálise- FEPAL, v. 3, n. 1, julho