Sin tiempo para ser madre

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Francisca Valenzuela Castilla
hace 7 años
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Sin tiempo para ser madre Aumentan los tratamientos de reproducción asistida como consecuencia de un retraso en la edad de la primera maternidad La española Carmen Bousada se convirtió en madre de

1 Sin tiempo para ser madre Aumentan los tratamientos de reproducción asistida como consecuencia de un retraso en la edad de la primera maternidad La española Carmen Bousada se convirtió en madre de gemelos a los 67 años en 2006 tras recibir un tratamiento de reproducción asistida en EEUU. En 2005, en Rumanía, Adriana Iliescu de 66 años dio a luz a su hija por cesárea tras un complicado embarazo que la convirtió en estrella mediática en su país. Estos, siguen siendo casos excepcionales, pero abren un debate manido sobre la edad hasta la que el cuerpo de una mujer está preparado para engendrar un hijo. Los tratamientos de reproducción asistida como la Fecundación In Vitro y la Inseminación Artificial, además de las nuevas técnicas que se desarrollan, aumentan cada año en países como España. Y es que las mujeres esperan cada vez más para empezar a pensar en la maternidad. Según datos del censo de 2011 del Instituto Nacional de Estadística, la edad del primer embarazo en España se sitúa en 31,5 años, mientras que 30 años antes (1981) apenas sobrepasaba los 28 años. Los datos de la Comunidad Valenciana encajan en esta media, 31,33 años, y en 1981 era de 28,22. El estudio del Instituto 1

2 Nacional de Estadística también permite observar la caída del conocido como Indicador Coyuntural de Fecundidad, o el número medio de hijos que tendría cada mujer a lo largo de su vida si se mantuviera en la población la misma intensidad en la fecundidad que la observada en ese año. En 1981 era de 2,03 hijos y en 2011 se situaba en 1,36 niños, con clara tendencia descendente. En términos de Ginecología, se considera que una mujer está en edad avanzada a partir de los 35 años. Y es entonces cuando se empieza a denominar embarazo de riesgo, teniendo en cuenta la edad de la mujer, aunque el embarazo sea natural o por tratamiento. A partir de ese límite los problemas serán mayores por cada año mayor que sea la madre. El Dr. Sellers, jefe del departamento de Obstetricia del Instituto Bernabeu de Elche aclara que es desde los 35 años cuando se reduce tanto la fertilidad natural de la mujer como la probabilidad de éxito de una reproducción asistida. A partir de los 40 años se debe hacer un estudio para comprobar la reserva ovárica, que disminuye con los años. Si el ovario es competente los médicos podrán saber previamente si el tratamiento de reproducción asistida tendrá éxito. Si la calidad del ovario es muy baja entonces pensaríamos en técnicas como la donación de ovocitos, antes que en técnicas como la Fecundación In Vitro o la Inseminación Artificial, en las que se utilizan los óvulos propios, explica el Dr. Sellers. Existe una gran diversidad de factores que influyen en este retraso de la edad de maternidad. Algunos son factores sociales, como el desarrollo profesional de la mujer o la búsqueda de la estabilidad financiera. Pero también los hay demográficos, por ejemplo la mayor esperanza de vida, que según datos del mismo censo, en mujeres llega hasta los 85 años de edad. La comparación de datos puramente estadísticos no tienen sentido si no se contextualizan previamente. Porque la sociedad y el papel que la mujer desempeña en ella ahora distan mucho de la labor que tenía hace 30 años. El factor más determinante y que más ha influido en estos años a este fenómeno es la incorporación de la mujer al mercado laboral. Por ejemplo, su presencia en áreas políticas, docentes y directivas que necesitan tanto una preparación como una dedicación posterior, además de una inversión económica. Se 2

3 prioriza el puesto de trabajo y el instinto maternal se relega a un segundo plano durante los años más fértiles. La crisis económica que afecta a nuestro país desde hace ya 5 años también ha provocado cambios demográficos que tendrán consecuencias a largo plazo. La escasa natalidad que ya se viene apreciando en las tasas de los últimos años irá en aumento y derivará en el tan temido envejecimiento de la población. Se ha producido una ruptura con el modelo tradicional de familia basado en la división del trabajo entre el hombre y la mujer. El primero se encargaba de aportar el sustento económico, mientras ella cuidaba de los hijos y el hogar, los roles estaban perfectamente definidos. Pero la nueva tendencia hace que dichos roles se intercambien en determinadas ocasiones. La evolución del ser humano y, por ende, de sus estructuras, va de la mano de la evolución cultural que se desarrolla mucho más rápido y determina nuestra conducta de manera más evidente que la propia evolución biológica. Así, las relaciones sexuales, matrimoniales y familiares se han modificado más en los últimos 50 años que en los tres siglos anteriores, debido en parte a que los cambios sociales en general y su difusión casi instantánea provocan rápidas modificaciones en los modos de convivencia de las parejas, así lo explican los sociólogos de la Universidad de Alicante en su blog (ssociologos.com). En la actualidad, la ruptura con el modelo basado en la tradición ha obligado al individuo y, por tanto, a la pareja y a la familia, a explorar nuevos fundamentos en un proceso, quizá muchas veces de ensayo y error, en esa búsqueda permanente de lo que se adapta mejor a la realidad. La conciliación de la vida familiar y laboral es la única solución que encuentran las mujeres que no desean renunciar a ninguno de estos aspectos de su vida. Los datos que recoge el Instituto de la Mujer demuestran que la decisión sobre a qué renunciar en un momento dado, la toma casi en exclusividad la mujer. El Instituto de la Mujer dice que, en España, de todos los permisos de excedencia que se pidieron en el trabajo, en 2012, el 94,98% lo pidieron madres. Es decir, madres frente a padres. En cifras de la Comunidad Valenciana, y 182. En cuanto a los permisos de paternidad que percibe alguno de los progenitores, el Instituto de la Mujer también recoge datos. En 2012 en España, el 98,32% de un total permisos fueron percibidos por la madre. La 3

4 Comunidad Valenciana se sitúa como la segunda comunidad que más permisos concede, por detrás de Andalucía. En este caso, madres se beneficiaron de dicha prestación, y en cambio sólo 831 padres lo hicieron. Es por una combinación de todos estos factores, que en la actualidad, casi mujeres entre 40 y 44 años (INE) desean ser madres en España. Ellas quedarán excluidas de las listas de espera de la Seguridad Social para tratamientos de reproducción asistida. Si ya han cumplido los 40 años, estas mujeres deberán asistir a centros privados, donde los tratamientos superan los euros. Según el doctor José Manuel Gómez, ginecólogo especialista en técnicas de reproducción asistida, estos son criterios puramente económicos y administrativos para establecer un límite coherente pero no tendrán en cuenta las circunstancias de cada mujer, no son criterios médicos. Y por otra parte, las clínicas privadas españolas mantienen un acuerdo desde hace años por lo que no atenderán a mujeres que sobrepasen los 50 años de edad. El futuro de la reproducción asistida está en la Vitrificación de ovocitos, que consiste en la congelación de estas células, con la intención de utilizarlos después, ya sea en un periodo corto de tiempo o años después, como explica el Dr. Gómez. Aunque niega que vaya a ser una solución para las mujeres que quieran retrasar su edad de maternidad, sería un arma más para intentar conseguir un embarazo cuando con el ovocito propio en la edad que la mujer se plantea la maternidad tenemos dificultades, pero no estamos garantizando un embarazo posterior por haber congelado ovocitos en un momento previo. La sociedad ha cambiado en los últimos años y también el rol que la mujer ejerce en ella. Ha aparecido así un nuevo modelo de familia que se adapta a las circunstancias actuales. La edad de la primera maternidad aumenta cada año en España y ya supera los 31 años. A partir de los 35 años, los profesionales de la Ginecología, consideran cualquier embarazo de riesgo, porque surgen más complicaciones. También a partir de esta edad, los embarazos naturales son más difíciles, por lo que cobra protagonismo la reproducción asistida, que nuestra Seguridad Social sólo financia hasta que la mujer cumple los 40 años. La crisis económica también afecta en cierta medida a este fenómeno, porque muchas mujeres se ven en la obligación de dar 4

5 prioridad al puesto de trabajo que tanto les ha costado obtener, antes que a su deseo de ser madre. 5

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