TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO

Transcripción

1 TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO Mancilla, J. M., Ocampo, M. T., López, V., Alvarez, G., Vázquez, R., López, X., Escartín, E., Rito, M. & Amaya, A. Facultad de Estudios Superiores Iztacala UNAM Iztacala cuenta con un grupo de investigación interesado en la alimentación. Este objeto de estudio cobra gran relevancia, ya que representa no solamente una respuesta biológica inherente a todo ser vivo, si se toma en cuenta que la alimentación en el ser humano ha dejado de ser totalmente instintiva para convertirse en una respuesta altamente condicionada por factores de otro orden; esto es, psicológicos, sociales y culturales. Así, intervienen aspectos emocionales y de placer, entre otros, que la hacen más compleja y la convierten en fuente de conflicto generadora de trastornos del comer. Desde este punto de vista, la investigación sobre la conducta alimentaria tiene que ir más allá de su base biológica aspectos neuroendócrinos y neuroquímicos, entre otros, lo que exige una aproximación multifactorial que al mismo tiempo vea al individuo como una entidad funcional. Basados en lo anterior, el grupo de Nutrición del campus Iztacala viene trabajando sistemáticamente en dos líneas de investigación a saber: 1) Neurobiología de la alimentación y 2) Trastornos alimentarios

2 1) Neurobiología de la alimentación Diversos estudios se han dado a la tarea de conocer el rol de las estructuras cerebrales involucradas en el control de la conducta alimentaria, entre estos estudios destacan los mecanismos neuroquímicos, los cuales han sido estudiados a través de la administración de fármacos midiendo los efectos inducidos en la cantidad de alimento ingerido. Entre los sistemas de neurotrasmisores más representativos en el control de la ingesta de alimento, se encuentran: la dopamina, los endocanabinoides, el ácido γ-aminobutírico, noradrenalina, neuropéptido Y, colecistoquinina, dopamina y serotonina, mismos que han sido de interés de estudio para este equipo de trabajo. Actualmente, este grupo de investigación dirige su interés a la comprensión del funcionamiento de la serotonina, la dopamina y los canabinoides. Con relación a la actividad serotoninérgica cerebral se sabe que está involucrado en la regulación de la conducta alimentaria, siendo las familias de los receptores 5-HT1 y 5-HT2 las encargadas de esta función. Una aproximación del rol que desempeñan los subtipos de los receptores 5-HT1 y 5-HT2 es que los receptores subtipo 5-HT1B, 5-HT2A y 5-HT2C inducen hipofagia en tanto que la estimulación del subtipo 5-HT1A produce hiperfagia, este último subtipo es uno de los más estudiados en este grupo de investigación. De la misma manera la dopamina tiene efectos importantes en la conducta alimentaria, siendo los receptores de la familia D1 los encargados de reducir el consumo de alimento, en tanto que los receptores D2 pueden producir hipofagia, mismos receptores que este grupo de investigación estudia en un modelo de trastorno por atracón. Finalmente, los canabinoides han destacado por el efecto estimulador de la ingestión de alimento y por aumentar la preferencia por el alimento palatable, misma hipótesis que es estudiada en ratas con obesidad en este proyecto.

3 Por otra parte es necesario que las observaciones y el análisis de la estructura de la conducta alimentaria no sólo sea una técnica para detectar ligeros efectos de las drogas sobre la cantidad consumida, sino que también es preciso evidenciar procesos motivacionales fundamentales (hambre, saciedad y satisfacción, entre otros), los cuales controlan la alimentación y son afectados por los fármacos. De acuerdo a esto se han creado nuevos procedimientos para el estudio de la farmacología conductual de la alimentación, como el denominado análisis microestructural de la conducta alimentaria y la secuencia de saciedad conductual, el primero de estos permite caracterizar de manera precisa lo que constituye un período de alimentación. De esta forma, se han clasificado y medido categorías de la conducta alimentaria, identificando parámetros como: total de alimento ingerido (g), latencia para iniciar el primer episodio de alimentación (seg.), frecuencia, tamaño de los episodios alimenticios y duración (seg.) de estos, tasa local de alimentación (g/seg.) y tiempo total empleado en comer (seg.). Mientras que la secuencia de saciedad conductual puede utilizarse para identificar, si la hipofagia producida por un fármaco se debe a mecanismos naturales ligados a la saciedad o a mecanismos no relacionados que alteran el patrón de la secuencia de saciedad conductual. La interrupción de la secuencia de saciedad da cuenta de que la reducción de la ingesta de alimento se debe a mecanismos diferentes a la saciedad, como por ejemplo la inducción de nausea, dolor, sedación o hiperactividad. 2) Trastornos alimentarios El término trastornos alimentarios se refiere en general a trastornos psicológicos que reportan graves anormalidades en las actitudes y comportamientos respecto a la ingestión de alimentos; es decir, la base y fundamento de dichos trastornos se halla en la alteración psicológica caracterizada por distorsión en la percepción corporal y miedo intenso a la

4 obesidad; no obstante, factores biológicos, sociales y culturales deben considerarse al hacer una aproximación de estos fenómenos comportamentales. En la versión más reciente del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM-V), dentro de los Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA) se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, mismos que han sido de interés de estudio para este equipo de trabajo. La importancia de investigar los TCA radica en que estos afectan a mujeres y a hombres de diferentes edades, siendo las mujeres adolescentes y las jóvenes quienes más lo presentan. Estos trastornos suelen presentarse en sociedades desarrolladas y en aquellas culturas que enfatizan la delgadez como un sinónimo de éxito. Estos trastornos suelen asociarse con psicopatologías graves e interfieren en el funcionamiento normal de la vida social, de trabajo y de estudio. Entre las diversas tareas que este equipo de trabajo realiza al estudiar los TCA, ha destacado la adaptación y evaluación de propiedades psicométricas de aquellos instrumentos que han sido desarrollados para una primera detección de estos trastornos, de sus síntomas o factores asociados en poblaciones comunitarias o de alto riesgo, entre ellos se encuentran el Test de actitudes alimentarias (EAT, por sus sigla en inglés), el Test de bulimia (BULIT, por sus siglas en inglés), el Cuestionario de tres factores de la alimentación (TFEQ, por sus siglas en inglés), el Cuestionario de alimentación y patrones de peso (QEWP-R, por sus siglas en inglés) y la Escala de motivación por la musculatura (DMS, por sus siglas en inglés), los cuales se han empleado para tamizaje. En tanto que, para valorar algunos síntomas del trastorno alimentario y en especial factores cognitivos y conductuales, se han valorado las propiedades psicométricas de los siguientes instrumentos: Inventario de trastornos alimentarios (EDI, por sus siglas en inglés), Cuestionario de imagen corporal (BSQ, por sus siglas en inglés), Cuestionario de influencias sobre el modelo estético corporal (CIMEC) y Cuestionario multidimensional de

5 perfeccionismo (MPS, por sus siglas en inglés). El trabajo que se ha realizado con estos instrumentos ha permitido desarrollar una serie de investigaciones, mismas que han concedido un panorama de estos trastornos en población mexicana. Hoy en día, este grupo de investigación realiza estudios sobre: a) prevalencia de conductas clínicamente relevantes asociadas a los TCA, b) imagen corporal en niños menores de 9 años y c) imagen corporal en pacientes con cirugía bariátrica. Teniendo en cuenta que en población masculina también se observan conductas y actitudes alimentarias anómalas, pero con un matiz diferente al que se observa en mujeres búsqueda de delgadez, ya que en los hombres es mayor el deseo por incrementar la masa muscular, lo cual se ha denominado Trastorno Dismórfico Muscular (TDM), este equipo de trabajo actualmente realiza estudios acerca de: a) síntomas de TDM, b) promoción de actitudes saludables en varones, c) propiedades psicométricas de instrumentos que evalúan insatisfacción corporal y síntomas del TDM y d) la relación entre síntomas de TDM y TCA.