Unidad 2. Condiciones biopsicosociales que intervienen en los procesos de saludenfermedad

Transcripción

1 Unidad 2 Condiciones biopsicosociales que intervienen en los procesos de saludenfermedad El concepto de salud física es entendido popularmente como el bienestar físico, psicológico y social, y exime de su definición la ausencia de alteraciones y de enfermedad. Por el contrario, acoge la percepción de diferentes grados de vitalidad y funcionamiento adaptativo en función de un contexto particular (Oblitas, 2009). Uno de los modelos explicativos más tradicional del comportamiento, es el modelo médico. La anterior propuesta refiere una explicación psicológica interna de los trastornos mentales (psicológicos o psiquiátricos), sea en términos psicodinámicos o más frecuentemente hoy día en términos cognitivos (de procesamiento de información y demás) el centro de la intervención aquí estaría dirigido especialmente a la farmacoterapia, centrándose en factores biológicos y restando importancia a factores ambientales o contextuales como factor explicativo o de cambio para el individuo (Perez, 2008). Dado que la anterior postura puede resultar reduccionista, se propone otro modelo que sigue un enfoque mucho más cercano a la realidad del individuo, y que busca la conceptualización del comportamiento físico y psicológico desde un punto de vista biopsicosocial, el cual propone que la conducta se explique a partir de múltiples variables y enfoca su atención en aspectos preventivos (de carácter

2 primario y secundario). Dentro de las variables que incluye en su explicación propone aspectos personales (como la emoción-motivación y estilos de vida), la historia de aprendizaje, variables biológicas que envolviendo aspectos genéticos y neuropsicológicos, y por supuesto incluye al ambiente o contexto como factor explicativo. Dentro del contexto incluye aspectos sociales más próximos al individuo (contextos familiares o de pares) y culturales, tales como el sistema de asistencia sanitaria (Oblitas, 2009). El modelo contextual supone que la conducta problema tiene que ver con interacción que hay entre la persona, su contexto social y consigo misma, con sus propias experiencias, sentimientos, pensamientos y demás eventos privados, como lo son los pensamientos. Rechaza posturas relacionadas con defectos, déficits o disfunciones psicológicas, propone entonces que los trastornos mentales (psicológicos o psiquiátricos) son posibilidades del ser humano, debidas más a la condición vital que a la condición bio-neuro-psicológica (Pérez, 2008). Autores como Barlow y Durand (2007) apoyan la anterior postura y destacan en sus variables explicativas la contribución genética, biológica y factores culturales, sociales e interpersonales, así mismo destacan factores de la historia del individuo. Para describir las primeras variables, los autores afirman que para explicar fenómenos conductuales o psicológicos, los genes casi nunca determinan el desarrollo de manera absoluta, sino que proporcionan algunos límites al desarrollo teniendo en cuenta la interacción con un ambiente o contexto particular. Resaltan que para los trastornos psicológicos, las pruebas señalan que hay

3 factores genéticos que contribuyen al rango completo pero dan cuenta de menos de la mitad de la explicación. A partir de lo anterior se proponen tres modelos explicativos en los que el ambiente y la genética interactúan para explicar el comportamiento, algunos de ellos son el modelo diátesis-estrés y el de genes-ambiente recíprocos (Barlow y Durand, 2007). Siguiendo la explicación biopsicosocial, las neurociencias también aportan una contribución a la explicación del comportamiento, resaltando que el funcionamiento del sistema nervioso guarda una estrecha relación con el comportamiento observable y no observable (Soriano, Guillazo, Redolar, Torras y Vale, 2007). Por ultimo algunas autoras como Muñoz y Novoa (2011) plantean que los factores sociales y culturales también contribuyen a la explicación de la conducta, involucran aspectos actuales e históricos relacionados con contextos de funcionamiento más cercanos, tales como el contexto familiar, laboral, académico, de pareja, social y espiritual, así mismo destacan factores culturales. A partir de lo anterior, se puede afirmar que el modelo biopsicosocial o contextual es de carácter idiográfico, es decir que pone el acento en las causas ambientales o contextuales y en el caso individual (Pérez, 2008). Otros autores incluso refieren variables ambientales relacionadas con el nivel de desarrollo de una sociedad, por ejemplo condiciones de higiene, condiciones laborales, índices de accidentes, tasas de violencia, daños causados por agentes

4 físicos, tales como el ruido ambiental. Afirman los autores que las alteraciones en el medio indicen muchas veces en la salud humana, afectando su calidad de vida y resultando ser un riesgo para la biología y psicología del mismo (Oblitas, 2009). El modelo entonces considera que la experiencia vivida, la interpretación y la reacción que se dé a los factores biológicos es determinante. El problema psicopatológico en la emoción o acción en sí misma, sino en la relación que el individuo tiene con tales eventos y experiencias (Pérez-Álvarez, 2008 citado por Pérez y Fernández, 2008). Es importante resaltar que el modelo explicativo desde el cual se parta determinará el modelo de intervención a proponer al consultante, el equilibrio entre el enfoque epistemológico o modelo explicativo y el plan de intervención permitirá predecir la efectividad o alcance del éxito en el cumplimiento de las metas clínicas u objetivos de intervención (Echeburúa, De Corral y Salaberría, 2010). Es aquí donde el modelo bio-psico-social está en la base de la separación entre tratamiento y rehabilitación y entre psicofármacos y psicoterapia (Pérez y Fernández, 2008). La incorporación de un modelo conductual biopsicosocial permite también la acción interdisciplinar de diferentes profesionales incrementando así la minuciosidad en la explicación de la conducta a partir de una contribución biológica, psicológica, conductual y socio ambiental (Oblitas, 2009).

5 REFERENCIAS Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos. (2003). Psicología clínica y psiquiatría. Papeles del Psicólogo, 85, Recuperado de Bernstein, D. y Nietzel, M. (1982). Introducción a la Psicología clínica. México D.F.:Mc Graw Hill. Recuperado de: Thomas, J. y Hersen, M. (2010). Handbook of Clinical Psychology Competencies. Nueva York: Springer Reference. Nuñez, M., García, C. y Scortegagna, S. (2006). Evaluación psicológica en la salud: contextos actuales. Estudios Sociales, 15 (28), Satantacreu, J. y Fronján, M. (s.f). El proceso de intervención clínica en modificación de conducta. Técnicas de intervención psicológica Recuperado de: eso-intervencion-clinica.pdf Barker, C., Pistrang, N. y Elliot, R. (2002). Resarch Methods in Clinical Psychology. Londres: Jhon Wiley & sons, ltd. Oblitas, L. (2009). Psicología de la salud y calidad de vida. México D.F: Thomson. Barlow, D. y Durand, V. (2007). Psicopatología. Un enfoque integral de la psicología anormal. México D.F.: Thompson Learning.

6 Perez, M. (2008). Las terapias de conducta de tercera generación como modelo contextual de psicoterapia. FOCAD: Formación continuada a distancia Soriano, C., Guillazo, G., Redolar, D., Torras, M. y Vale, A. (2007). Fundamentos de la Neurociencia. México D.F: UOC. Muñoz, A. y Novoa, M. (2011). Confiabilidad y validación de un modelo de formulación clínica conductual. Universitas Psychological, 10 (2), Echeburúa, E., De Corral, P. y Salaberría, K. (2010). Efectividad de las terapias psicológicas: un análisis de la realidad actual. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 15 (2), Pérez, M. y Fernández, J. (2008). Más allá de la salud mental: la psicología en atención primaria. Papeles del Psicólogo, 29 (3), Trull, T. y Phares, J. (2003). Psicología clínica. México D.F: Thomson. Gonzalez, L. (2009). Formulaciones Clínicas en Psicoterapia. Terapia psicológica, 27 (1), Marinho, M. y Caballo, V. (2003). Cuestiones olvidadas en la terapia conductual: las habilidades del terapeuta. Psicología Conductual, 11 (1), Bados, A. y García, E. (2009). El proceso de evaluación y tratamiento. Universitat de Barcelona.