La literatura española: Siglos 16, 17 y 18

Transcripción

1 P a p e r -10 M ó d u l o An M HR D Pr oj ec t under the National Mission on Education through ICT La literatura española: Siglos 16, 17 y 18 Principal Investigator Prof. Rajiv Saxena Content Writer Dr. Alka B. Jaspal & Shrenya Mallik Content Reviewer María Miramón Teresa

2 CONTENIDOS 1. Introducción 2. Vida 3. Obra 4. Conclusiones

3 1. INTRODUCCIÓN Trataremos, en este capítulo, de entender los conceptos que subrayan la poesía de esta gran mujer, también de la edad barroca, después de dar un vistazo sobre sus datos biográficos. Sor Juana Inés de la Cruz ( g/220px-sor_juana_in%c3%a9s_de_la_cruz_(1772).jpg) 2. Vida Sor Juana Inés de la Cruz ( ) nació Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, el 12 de noviembre de 1651, en San Miguel de Nepantla, Amecameca, México. Su padre era vasco y su madre mexicana. Fue su suerte vivir en una época en la que el rico producto literario del barroco influjo también las tendencias literarias de su país natal. Se crio ella en la casa de su

4 abuelo materno, Pedro Ramírez, en la hacienda de Panoayan. Ella asombró a todo con su precocidad intelectual. Cuando era niña quería ir a la universidad una cosa inaudita e insolente en la época. Ya sabía leer y escribir a los tres años. Empezó a escribir poemas a los ocho años y compuso una loa a Santísimo Sacramento. Por su propio esfuerzo, ganó en conocimiento de la cultura. Se dice que solo le bastaron veinte lecciones por el bachiller Martín de Olivas, en la casa de la hermana de su madre, María Ramírez, donde empezó a vivir en 1656 después de la muerte de su abuelo, para aprender el latín. Cuando tenía quince años se hizo dama e íntima amiga de la virreina, la esposa del virrey Mancera. Debido a su inteligencia su ingenio brillaba en la Corte. Leía tanto a los autores antiguos como los españoles clásicos y modernos. Ya cumplido los diecisiete años, ella tenía gran maestría en la métrica y la técnica culteranas. Su interés en la religión se hizo más profundo a los dieciséis años cuando se integró en el Convento de Santa Teresa la Antigua y luego en el de San Gerónimo. Rechazó totalmente el matrimonio a favor de la vida retirada y en el claustro se cristalizó la mayor parte de su obra, aunque ella tenía sus propios motivos profanos para escribir. En el Convento, fue responsable de la Tesorería y rechazó la oferta de ser la Abadesa muchas veces por toda su vida. Su negación total del matrimonio le permitió a mantener sus relaciones cortesanas e intelectuales y le posibilitó continuar sus estudios y seguir su gran pasión del estudio, el saber y la poesía. Pero en su época estas decisiones no se admitían fácilmente por una mujer. Como consecuencia, ella sufrió la censura que le impusieron sus superiores. Pero ella siguió en su empresa que le llevó contra corriente. Reunió una biblioteca pero, a los cuarenta años, vendió sus libros y repartió el dinero entre los pobres. En una muestra de abnegación cuidó por los enfermos pero se murió debido a la epidemia en el año Lo que es asombroso en la personalidad de Sor Juana es la fuerza con la que oponía el patriarcado y establecía la importancia de la feminidad. Seguía un principio de no-conformidad con las limitaciones literarias de una herencia masculina de las letras. Por ejemplo, en su plena madurez literaria, criticó al jesuita portugués, P. Vieyra, un sermón suyo basándose sobre las limitaciones y las relaciones que impuso el jesuita entre lo divino y lo humano y el amor de Dios y el amor de los seres humanos. Fue tan crítica que el Obispo de Puebla, D. Manuel Fernández, le pidió dejar su actitud profana para darse enteramente a la religión. Ella respondió con una larga misiva autobiográfica, Carta respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en que defendió los derechos culturales de la mujer

5 que incluyó su criticismo del sermón. Sin embargo, vendió sus cuatro mil libros (de su biblioteca, como mencionamos antes), sus utensilios científicos y instrumentos musicales para fines de la caridad y se entregó completamente a la religión poco antes de su muerte. Mediante su sed de cultura Sor Juana se llevó a buscar el máximo desarrollo de su propia persona y dignidad. Junto con Juan Ruiz de Alarcón está considerada como uno de los pilares de la literatura castellana en México. 3. Obra La producción literaria de ella es abundante; incluye la obra poética, la obra en prosa y la obra teatral. Sus textos son aparentes indicadores de que ella leía mucho. Podemos ver las influencias de Góngora, Quevedo y Calderón en su obra poética, de la que hablaremos primero. Aunque su poesía es muy diversa es su poesía lírica que le ayudó en ganar la fama internacional. Ella utilizó la sátira en sus redondillas y villancicos pero es más famosa para su poesía amorosa, encarnada en su primer libro, Inundación castálida. Como aludimos antes, que su estilo tenía influencias de los rasgos estilísticos de los poetas españoles del siglo XVII y aún del siglo XVI. Desde otra perspectiva, estas influencias le aprisionaban a ella porque nunca podía, a pesar de su intelecto, desarrollar su propio estilo como mujer. Destrozar las raíces de la literatura mexicana de la época, que traía la mayoría de sus ideas desde España, hubiera sido imposible porque hubiera implicado la destrucción de las bases del Nuevo Mundo. No obstante, su poesía queda elegante dentro del estilo barroco. Su obra poética tiende hacia la búsqueda del balance entre la tradición y la originalidad. Como Quevedo, ella también vacila entre las ideas establecidas de la época y las respuestas que encuentra en la hondura de su propio espíritu: estos dos lados jamás se mezclan. Las palabras que utiliza ella son extraordinariamente originales y sencillas y, muchas veces, está cautivada con el concepto de la Realidad de su tiempo. En cuanto al tema del amor en su poesía, el tratamiento que da Sor Juana a él no es distinto de la tradición barroca de tratar este tema. Hemos estudiado en detalle en el capítulo anterior cómo se llega a considera el amor como un sentimiento paradójico, trazando una conexión entre la tradición renacentista del amor hasta los tópicos comunes barrocos. Nuestra escritora se ha movido dentro de los mismos temas.

6 Sor Juana sabía muy bien el concepto de la Realidad que prevalecía durante ese tiempo. Como toda filosofía barroca, la Realidad también está llena de parejas contrariaras (recuérdense lo contrario en el amor como <<dulce pena>>, etc.). Si por un lado hay la vida, seguro que por el otro lado será la muerte. Para los autores y poetas barrocos resulta difícil aceptar esta contradicción. Ella utiliza la Naturaleza como tropo literario para objetivos varios en el siguiente soneto: <<Rosa divina que en gentil cultura eres con tu fragante sutileza magisterio purpúreo en la belleza, enseñanza nevada a la hermosura; amago de la humana arquitectura, ejemplo de la vana gentileza en cuyo ser unió naturaleza la cuna alegre y triste sepultura: cuán altiva en tu pompa, presumida, soberbia, el riesgo de morir desdeñas; y luego, desmayada y encogida, de tu caduco ser das mustias señas! Con qué, con docta muerte y necia vida, viviendo engañas y muriendo enseñas!>> (ciudadseva.com) Este soneto fue editado bajo el epígrafe de <<En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes>>. Es estilo es muy reminiscente de Góngora y el tema predominante es la fugacidad del tiempo (carpe diem). La rosa se utiliza para servir de comparación para sí misma y, a lo mejor, para las otras mujeres. También podría ser que utiliza la rosa para una figura simbólica del traslado a las tierras americanas. El último verso tiene un fin didáctico-moral con todos los ingredientes del barroco. En un plano largo, quiere decir el poema que todo arte es también transitorio y si se vale algo es sólo para servirse de instrumento para

7 decir verdades anteriores y posteriores. Sor Juana también dice en Sor Filotea que el poema es nada más que la aptitud bendecida de algunas personas para entender la rima y el metro. Sin embargo, es esta aptitud que les permite denunciar lo vacío de todo arte y toda vida mediante el uso del metro y la rima en los poemas de la época barroca. Por eso ella criticó a los que querían denunciarle a ella su afecto a las palabras y al verso. Ella muestra cómo las palabras pueden ayudar a un poeta en desenmascarar la vaciedad de la Realidad: << En perseguirme, mundo, qué interesas? En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Yo no estimo tesoros ni riquezas, y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento que no mi entendimiento en las riquezas. Yo no estimo hermosura que vencida es despojo civil de las edades ni riqueza me agrada fementida, teniendo por mejor en mis verdades consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades.>> (ciudadseva.com) Hay cierto orgullo en estas líneas también, un orgullo de ser una mujer que escribe bien pero que está rodeado por hombres intelectuales. Además el sarcasmo y la ironía nos saltan desde los versos. Queda claro que ella utiliza los estilos de Góngora y Quevedo pero su inteligencia se ve cuando nos dice que la belleza y la inteligencia es una dote divina que puede bendecir tanto a las mujeres como a los hombres. Es una línea de pensamiento que nadie en el barroco había trazado antes por razones claras. Pero esto no hace de su poesía una aventura mística sino una dotada de Realismo.

8 Su soneto A su retrato se dirige a sí misma y revisita en concepto antiguo del sentido. Ella se ve en un retrato pero no está segura si a la que ve es ella misma. Quiere decir que su concepción de sí misma es distinta de lo que ve en frente. Las palabras son fáciles de entender: <<Este que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido; éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores, y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido, es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada, es un resguardo inútil para el hado: es una necia diligencia errada, es un afán caduco y, bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.>> (ciudadseva.com) Este poema está escrito en un momento de revelación personal angustiosa. La antigua problemática del enfrentarse con la idea de uno mismo se termina en la polvorización de todo en <<nada>>. En este soneto ella siente una doble soledad: primera, de ser una mujer, y la segunda, de ser una mujer quien educa a sí misma. Como dijo ella mismo, fue una niña solitaria, pasando su tiempo entre libros, leyendo poemas y mirando los retratos y mirándose en los espejos. El tema de espejo y la imagen que produce es muy común en el barroco. Muestra el triunfo de los ojos sobre el tacto. La apariencia no es lo mismo que la concepción de la apariencia. Cuando el sentido es engañoso no hay mucho en que uno puede confiarse. Esto resulta en una soledad muy profunda: uno se siente solo en el mundo sin nada y nadie.

9 Aunque algunos dicen que Sor Juana es, en muchas maneras, una poetisa gongorina, vale mencionar que desarrolla su mismo estilo de utilizar las metáforas. Sus romances son ingeniosos y se han alabado mucho por los críticos de cada generación. En la segunda mitad del siglo VIII ya está en plena declina la rica polimetría que utilizaron hasta entonces los poetas en sus obras y en el teatro. Dotada de una tradición muy rica, Sor Juana mantenía la plenitud de sus estrofas y versos. Lo sorprendente es que es en la poesía religiosa en la que ella hace la mejor mezcla de la versificación. Su ejemplo influyó en las obras de otros poetas y autores mexicanos a los fines del siglo VII y a los principios del siglo VIII. El verso preferido de ella fue el octosílabo y sus modalidades métricas utilizó ella en sus romances, décimas, quintillas y redondillas. También experimentó con la métrica de muchas versificaciones como el decasílabo dactílico y utilizó los endecasílabos y heptasílabos en sus sonetos, siguiendo el tono barroco. En todas formas, muestra en sus obras una gran maestría del verso. El tema que domina casi todo los poemas suyos es el amor. Dice que ama y fue amada pero, como afirma en la Carta, todos sus poemas, salvo a Primero sueño, no están basados en acontecimientos verdaderos. Sus poemas amorosos están llenos de autenticidad formal que nos recuerda de Góngora y, a veces, de Shakespeare; su erotismo también parece muy intelectual. <<Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba. Y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía, pues entre el llanto que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba. Baste ya de rigores, mi bien, baste, no te atormenten más celos tiranos, ni el vil recelo tu quietud contraste

10 con sombras necias, con indicios vanos: pues ya en líquido humor viste y tocaste mi corazón deshecho entre tus manos.>> (ciudadseva.com) Tiene todos los ingredientes barrocos: el platonismo, pero con el ardor de la pasión. No obstante, aunque no es una mística, para ella también el amor concreto e ideal es el amor divino. En sus poemas la divinidad es abstracta; porque Dios es un concepto ella, como los místicos, confunde lo celeste y lo terrenal que da lugar al erotismo en sus poemas. Pero este tipo de amor es el amor racional, para ella. Dice ella que la mayoría de sus poemas amorosos habían escritas a pedido de sus amigas. Los escribía solo como un ejercicio del intelecto, nada más. Hallamos un tema muy distinto en su poema Primer sueño. El argumento del poema va alrededor del alma que se despierta y se afirma. Decide explorar nuevos rumbos, pero cuando se despierta el cuerpo quiere reclamar lo suyo. Entonces, el conocimiento que se despierta con el alma fue nada más que un sueño. El acto de conocer es también un engaño. Este tema influyó en las obras posteriores y queda un tema muy importante en toda poesía occidental. En cuanto a la prosa, hemos mencionado que escribió la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en forma de una carta, una de sus más importantes. Empezó con la publicación del jesuita portugués, Antonio Vieyra, en un libro con el título de <<Carta atenagórica>> (alusión a la diosa de la sabiduría de la antigüedad griega). Fue publicado por el obispo de Puebla quien firmó una introducción a este libro bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz. En ella, criticó a Sor Juana para sus estudios profanos y la temática mundana de sus poemas. Le avisó preocuparse más por los temas religiosos. Tres meses después, ella respondió con su Respuesta a Sor Filotea, una carta en la que dando datos autobiográficos ella se defendió como mujer educada. El texto de esta carta parece un manifiesto feminista porque en ella Sor Juana hace referencias a toda clase de problemas que tenía como mujer con su sed de sabiduría en un mundo de hombres. Dice que cuando era niña, desarrolló muy temprano las ganas de leer y escribir. Tenía que hacerlos a escondidas para que nadie le regañara y obligarle a cocinar o tejer, pasatiempos típicos de mujer.

11 También cuenta que era muy solitaria y se educó a sí misma porque no se lo consideraba honroso si una mujer quería estudiar en aquellos tiempos. A ella no le importa, afirma, lo que dice todo el mundo sobre el lugar de las mujeres en la sociedad; para ella, Dios se manifiesta mediante las letras. Ella siempre había luchado contra las normas sociales a llegar a este punto donde podía escribir poemas y obras de una gran maestría. Todo estos argumentos vemos también en sus poemas; es como una lucha de día a día para ella. Ella termina diciendo que Dios le hizo sufrir a su propio hijo porque él no ayudaba a las mujeres para realizar objetivos más importantes en la vida que la cocina. Pide perdón si había ofendido a alguien y firma la carta. Fue una lástima que en la realidad ella dejó de escribir unos años después de vindicarse de tan asertiva manera. Se entregó a la religión por completo. No tenemos datos concretos sobre esta decisión suya. Solo podemos averiguar entre muchas posibilidades. Podría ser que ella fue una víctima de un proceso inquisitorial o que tenía miedo después de la publicación de esta obra y decidió arrepentirse. Lo que queda claro es que, para ella, hubiera sido muy difícil ser una sola mujer vocal en la época contra el patriarcado. 4. Conclusiones Es un hecho establecido que el proceso de leer una obra necesita la participación del lector también. Ninguna obra puede encarnar todos los contextos sociales e históricos y aún culturales que nos pueden ofrecer un periodo histórico. El lector, así, lleva consigo el bagaje cultural y el entendimiento de los textos previos leídos antes. En tal caso, la obra de Sor Juana nos da un sentido de modernidad con sus ideales feministas. Para los estudiantes del siglo XXI, sus obras ofrecen una vista de la lucha larga de una mujer, y de un individuo, contra las reglas establecidas de la sociedad. Pero hay que tener cuidado de que el lector puede atribuir significaciones que no intentó la autora(o el autor) en su obra. Con gran pasión defendió Sor Juana su pasión por las letras y nos dio pruebas de su ingenio. Pero esto no le hace feminista. Y esto no es su único éxito. Ella ha lanzado la poesía barroca como un audaz desafío a sus modelos en sus diversos aspectos formales. Esto ocurrió con los otros artes plásticos también de México en aquel tiempo. Para ella, su obra era un instrumento para expresar su pasión por la sabiduría y su angustia de que, siendo una mujer, no podía irse a la universidad. Pero el ambiente del convento le ayudó en cultivar su gusto completamente. Debido a su contribución a la

12 literatura no solo barroco sino universal se le aludimos como <<la Décima Musa>>. Referencias 1. Cruz, Sor Juana Inés de la. Luis López Nieves. n.d. Web. 28 July

13 Content writer Dr. Alka B. Jaspal Faculty member Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latin American Studies Jawaharlal Nehru University New Delhi Shrenya Mallik Research Scholar Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latin American Studies Jawaharlal Nehru University New Delhi Content reviewer María Miramón Teresa Visiting Faculty Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latin American Studies Jawaharlal Nehru University New Delhi Language reviewer María Miramón Teresa Visiting Faculty Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latin American Studies Jawaharlal Nehru University New Delhi Principal Investigator Professor Rajiv Saxena Centre of Spanish, Portuguese, Italian and Latin American Studies Jawaharlal Nehru University New Delhi