La participación de los inmigrantes en el ámbito local

Transcripción

1 La participación de los inmigrantes en el ámbito local Carles Simó y Francisco Torre (editores). Valencia, Tirant lo Blanch, 2006, 451 páginas. CONTENIDO Los días 16 y 17 de junio del 2005, la Universidad de Valencia acogió unas jornadas tituladas "La participación social de los inmigrantes en el ámbito local. Obstáculos y buenas prácticas". Estaban organizadas por el Grupo de Estudios sobre Ciudadanía, Inmigración, Multiculturalismo y Minorías (GECIMM) y se inscribían dentro del proyecto de investigación "Los derechos de participación como elementos de integración de los inmigrantes", subvencionado por la Fundación BBVA en el marco de la II Convocatoria de Ayudas a la Investigación. Este volumen recoge las ponencias presentadas en aquellas jornadas. Se estructura en 4 grandes bloques. Un primer bloque que analiza a grandes rasgos el impacto de la inmigración en las ciudades y tres bloques más que presentan diferentes datos, prácticas, políticas y experiencias relacionados con la participación política y social de los inmigrantes en función de las dimensiones de la población de acogida. Inmigración y ámbito urbano En este primer bloque se establece un marco de referencia y análisis general de la cuestión. Para empezar, Carles Simó habla del impacto que la inmigración ha ejercido en el cambio demográfico de las ciudades españolas de habitantes o más. En concreto analiza cuestiones como la concentración urbana de extranjeros en función de sus países de origen, la incidencia de los recién llegados en el crecimiento de la población total, la importancia de la población escolar y también el papel que desempeñan tanto los inmigrantes en edad de trabajar como los mayores de 65 años. Acto seguido, Teresa Llorens hace una exposición de las políticas de ciudadanía que se pueden desarrollar en las ciudades. De acuerdo con Llorens, estas políticas se tienen que centrar en tres grandes ejes: la recepción y acogida, el fomento de la buena convivencia entre autóctonos y recién llegados y, finalmente, el trabajo para conseguir 1

2 una ciudadanía de calidad. Su intervención sirve, al mismo tiempo, para presentar los servicios que lleva a cabo la Diputación de Barcelona en este sentido, que se articulan a través del Servicio de Políticas de Diversidad y Ciudadanía de este organismo. El sociólogo Francisco Torres analiza cuatro dimensiones del proceso de inserción urbana de los inmigrantes: la inserción residencial, el impacto de los recién llegados en tanto que usuarios de los servicios públicos, la sociabilidad y convivencia entre inmigrantes y autóctonos, y la participación real de los extranjeros en las instituciones y asociaciones de nuestras ciudades. Finalmente, Ángeles Solanas y María Belén Cardona se centran en aspectos jurídicos explicando los cambios que se han producido en la Ley de Extranjería después de su última reforma. Para estas dos expertas en derecho, la inscripción patronal de los inmigrantes y su regulación legal son aspectos clave tanto en la integración como en la participación sociopolítica de las personas que deciden establecer su residencia en el Estado Español. La experiencia de las grandes ciudades En este apartado se exponen y analizan los planes y las políticas en materia de inmigración que se llevan a cabo en tres grandes ciudades españolas: Madrid, Barcelona y Valencia. Hay dos ponencias que hablan de las experiencias en la capital del Estado. Ambas se articulan en torno al Plan Madrid: Convivencia social e intercultural, aprobado en el año Mientras que Sakina Souleimaini expone los programas y dispositivos que integran el Plan, Nuria Lores comenta el proceso de creación y desarrollo de las mesas de diálogo y convivencia que contempla. El apartado dedicado a Barcelona sigue una estructura bastante similar. En él, Ramon Sanahuja presenta el Pla d Immigració de Barcelona, aprobado el año 2003, prestando especial atención a fenómenos como el derecho de voto, el empadronamiento activo o el apoyo al tejido asociativo. También dedica buena parte de su intervención a comentar el funcionamiento de varios servicios y organismos incluidos en el plan barcelonés como son el Consejo Municipal de Inmigración, el servicio de mediación intercultural, el programa Barcelona Activa o el Servicio de Atención a Inmigrantes y Extranjeros Refugiados (SAIER). 2

3 Finalmente se explica la experiencia de Valencia, una ciudad que cuenta desde el 2002 con un plan específico para la inmigración: el Pla Municipal per a la Integració de la immigració. Desde el centro de apoyo al inmigrante, Pere Climent expone los puntos más destacados del funcionamiento de este plan, con énfasis en aquéllos que están relacionados con la participación y el asociacionismo. Líneas de trabajo en ciudades medias El tercer bloque es una aproximación a las líneas de trabajo de ciudades de dimensión media. Aquí se exponen los casos de Elche, Alzira y Manresa, ejemplos que permite ver diferentes formas de abordar, gestionar y trabajar en la integración de los inmigrantes. Mientras que en unas ciudades se apuesta claramente por la creación de departamentos e incluso de cargos municipales específicos, en otras se fomenta más bien la existencia de una red de asociaciones fuerte y la relación de ésta con las instituciones de la ciudad de acogida. Así, podemos conocer, por ejemplo, que en el ayuntamiento de Elche existe una concejalía de inmigración que se ocupa de todo el relacionado con la inmigración y, al mismo tiempo, de la cooperación al desarrollo. Este departamento complementa su trabajo con un consejo municipal de integración social del inmigrante que incluye todas las asociaciones de extranjeros de la ciudad. Lo interesante del caso es que esta concejalía es independiente de la de servicios sociales, que atiende las necesidades de la población autóctona. Así, podemos conocer de primera mano, la experiencia de un municipio que ha apostado por la creación de servicios específicos para atender las necesidades de los recién llegados y promover su participación en la ciudad. En contraposición al caso de Elche, encontramos el de Alzira, expuesto por Joan Rovira. En este municipio, en vez de separar los departamentos de bienestar social e inmigración, una única área asume todas las competencias. De modo que, son los servicios sociales los que trabajan directamente para conseguir la buena convivencia entre autóctonos y recién llegados y diseñan los planes y canales para fomentar la participación social de éstos últimos. En el caso de la ciudad de Manresa, el ponente se centró en la religión y los centros de culto de los inmigrantes, entendiendo que éstos se pueden convertir en los principales vehiculadores de la buena convivencia entre ambos colectivos. Asimismo 3

4 aborda las líneas de trabajo institucional, exponiendo el Plan Municipal de la ciudad en esta materia y hablando, también, de la existencia de un Consejo Intercultural y de Migraciones que colabora activamente en la gestión de la diversidad cultural de la ciudad. Las organizaciones de inmigrantes que existen en Manresa desempeñan también un papel importante que el ejecutivo municipal tiene muy en cuenta. Al margen de estas tres experiencias concretas, en este capítulo destaca la intervención de Francisco Micó que expone y comenta algunas medidas posibles para fomentar la participación e integración de los inmigrantes en la vida pública local. Los datos que presenta corroboran la tesis de que la existencia de cargos políticos específicamente dedicados a la inmigración e integración de los recién llegados es un factor clave para alcanzar de forma más efectiva la participación de los extranjeros. También considera vital la participación de las asociaciones de inmigrantes en los organismos municipales. Sería pues una relación de doble flujo: de la institución municipal hacia a los inmigrantes y a la inversa la que, según los datos de Micó, favorecería la participación efectiva y real de los extranjeros. Actuaciones en municipios de zonas agrícolas El último apartado del libro se centra en los núcleos de población más pequeños: los municipios de zonas agrícolas. Presenta las experiencias de Lepe, Roquetas de Mar y de una mancomunidad de municipios en Murcia. Cada uno aplica sus propios planes y políticas migratorias pero todos tienen al menos una cosa en común: la investigación de fondo y el uso de subvenciones europeas para hacer frente a las nuevas necesidades que generan los flujos migratorios, en continuo crecimiento. Este último capítulo nos confronta directamente con las necesidades más básicas que plantea la gestión de la inmigración cuando prácticamente no se cuenta con ningún recurso. Descubrimos, a medida que vamos avanzando en su lectura, la gran relevancia del trabajo en red entre municipios, de la colaboración entre administraciones y también la planificación esmerada de servicios y recursos, por escasos que sean. A pesar de tratarse de zonas pequeñas, en los tres casos existen oficinas, servicios o áreas dedicadas a la atención a los recién llegados y a la gestión de la buena convivencia. Aun así, se encuentran con que los inmigrantes, en estas áreas, también sufren algunos de los problemas que se dan en ciudades mayores: vulnerabilidad, 4

5 exclusión social, carencia de viviendas, dificultades educativas, precarización laboral y etnificación. El técnico en inmigración de Lepe, Huelva, se llama Mustapha El Kaddouri. De su mano conocemos las principales actuaciones y programas que funcionan en el pueblo para atender a los recién llegados que ya representan un 12% de la población: cursos de español, proyectos de formación mixtos, talleres prelaborales, alojamiento temporal y permanente, etc. A pesar de los esfuerzos, asegura que la participación social de los recién llegados se limita al disfrute de los servicios sociales que les aseguran unas condiciones de vida aceptables, pero se lamenta de que no exista tejido asociativo y que los inmigrantes vivan "al margen" de lo que acontece en el pueblo. En Murcia se detectan problemas similares. La falta de recursos económicos, pero también de competencias de la administración local se convierte en un obstáculo insalvable a la hora de gestionar las esferas públicas donde participan autóctonos e inmigrantes. La falta de vivienda a precios asequibles, la etnificación y precariedad de sectores laborales como el agrícola y los altos índice de fracaso y absentismo escolar son constantes entre los inmigrantes que viven en esta zona. Tampoco participan ni socialmente ni políticamente hecho que, según los autores de este capítulo, resta legitimidad democrática a las políticas dirigidas a este colectivo. Juan Francisco Iborra, ponente del último capítulo de este libro, se muestra pesimista en su análisis sobre la cuestión aplicada a la población de Roquetas de Mar. Para él, la intervención social tiene pocas posibilidades de incidir en la integración de los recién llegados. Por una parte, dice, la mayoría de las actuaciones no puede aplicarse a los inmigrantes en situación irregular que, al mismo tiempo, son los que colapsan los servicios de atención primaria, y por otra parte, muchos entes locales no son conscientes de todo lo que implica la gestión de la inmigración. Por ello reclama una mayor concienciación, más recursos y un incremento de las competencias para la administración local. 5