RELATO DEL PRIMER TENIENTE LUIS BIOSCA ADAM

Transcripción

1 Luis Biosca Adam

2 RELATO DEL PRIMER TENIENTE LUIS BIOSCA ADAM DE MORTERISTA A DENTISTA Y VICEVERSA Empezamos a incorporarnos, fundamentalmente, en la Universidad; en las manifestaciones uno iba de número e iba adquiriendo conciencia de lo que estaba pasando. Periodista. Usted era estudiante de estomatología? Dr. Biosca. Estudiante de estomatología. Eso fue en el año 1955 aproximadamente. Después de cerrada la Universidad, a principios de 1958 nos ofrecieron ir a la Sierra como morterista, de lo cual sabíamos muy poco, aunque habíamos aprendido algo aquí con un oficial que habían expulsado de las fuerzas de Batista; estaba un compañero que se mató con Cepero Bonilla, en el accidente de Lima, Armando Valdés de Quesada; otro compañero, Orlando Gómez, que se graduó de economía en Checoslovaquia, y ahora está aquí. Entonces fuimos a Santiago de Cuba y, estuvimos en varias casas escondidos. Allí fraccionaron el grupo. A Armando Valdés de Quesada lo mandaron al Segundo Frente, y Orlando Gómez y yo fuimos para la Sierra Maestra. Antes de continuar yo quería hacer una referencia un poco más amplia a Santiago, porque realmente nos impresionó la actitud del pueblo de Santiago. Allí todo el mundo era revolucionario, y uno se sentía rodeado de revolucionarios por dondequiera. Ya dije en las casas en que había estado. El cuidado que las mujeres de Santiago tenían con uno, porque las mujeres eran las que trabajaban más directamente con uno, y cada hombre de Santiago revolucionario siempre tenía la cooperación de las mujeres de Santiago. Como anécdota de eso puedo contar que tanto era el ambiente y el espíritu revolucionario en Santiago, que yo recuerdo, como

3 378 CUADERNOS DE HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA ya dije, que cada vez que uno salía, iba acompañado por alguna mujer, y un día, ya con la fecha de partida para la Sierra fijada, me llevaron a comprarme botas con que iba a subir, y una compañera me lleva a la tienda, busca un dependiente y le dice: "mira, hazme el favor, búscale un par de buenas botas a acá, a este compañero que él va a subir a la Sierra y le hace falta un par de buenas botas. Periodista. Se había hecho casi públicamente no? Dr. Biosca Adam. Sí, públicamente, en el medio de la tienda, con una tranquilidad pasmosa, y el que no estaba tranquilo era yo. Así eran las cosas en Santiago, y realmente uno veía que la Revolución dominaba en el pueblo ese; Santiago era fidelista, así era la cosa. Toda la población estaba realmente integrada a la Revolución de una manera amplia y desconocida para uno. De Santiago nos enviaron a Manzanillo con una compañera. En Manzanillo lo que pasamos fue una noche; en casa de una gente muy humilde. Pasamos esa noche ahí y al otro día nos fueron a buscar en un carro, nos llevaron a unas colonias cañeras. Por allí pasaban los carros tirando caña para la zafra eso era en marzo de 1958, y el último compartimiento de los carros de caña esos estaban llenos de sacos de arena, con 8, 10 soldados, ametralladoras, y el copón divino. Esa era la única manera que ellos tenían de poder hacer la zafra allí. De ahí, nos llevaron ya en un jeep". Por cierto que el jeep" ese, si mal no recuerdo, el que lo manejaba era Aguilerita, el Capitán Arturo Aguilera. Nos dejaron en una casa al pie de la Sierra, cerca de Barrancas, que recuerdo tenía unos corrales de ganado negro, muy grandes, y ahí estaba "el Vaquerito" y Abelardo el zapatero, el Vaquerito" acababa de llegar de Manzanillo, y llevaban unos sacos de zapatos para allá. En ese grupa no sé si lo dije anteriormente iba "Chago'', el caricaturista de aquí... Periodista. El caricaturista nuestro. Santiago Armada. Subieron juntos? Dr. Biosca Adam. Sí. V Otto Suárez, que se graduó de medicina hará un año o dos, que era un muchacho estudiante de bachillerato, y el padre de él. Periodista. Se da el hecho interesante de que el compañero Chago, Santiago Armada, es precisamente uno de los colaboradores de esta empresa de los médicos guerrilleros, porque él es el que está haciendo el emplane de los médicos guerrilleros.

4 MÉDICOS GUERRILLEROS 379 Dr. Biosca Adam. Pues ahí estaba Chago", subiendo la Sierra y pasando apuros con las lomas aquellas los primeros días. Eso era terrible. Sobre todo viendo uno a "el Vaquerito" y a Abelardo subir con los sacos de zapatos aquellos, las mochilas de ellos y las nuestras, y nosotros no podíamos ni con nuestros huesos subir las lomas y ellos subían y se ponían a conversar allá arriba esperando hasta una hora hasta que nosotros pudiéramos llegar a la próxima loma. La primera parada fue en Santo Domingo, donde estaba el Comandante Luis Crespo, que tenía un taller allí. De Santo Domingo fuimos a Las Vegas, de Las Vegas a Las Mercedes, y por El Jíbaro fue donde nos tropezamos con la tropa donde estaba la Comandancia. Allí estaban Fidel, Celia, una serie de compañeros; estaban los hermanos Acevedo, Rogelio y Enrique Acevedo. Un poco más arriba estuvimos por el Berraco, siempre con la comandancia, y a los pocos días llegaron "Piti" Fajardo y Vallejo, que venían de Manzanillo. Después fuimos a recibir el avión donde llegó Pedrito Miret. En ese tiempo yo empecé a ser morterista. Ya del regreso de recibir el avión ese con las armas, por La Habanita, fue donde nosotros le dijimos a Celia de que éramos estudiante de estomatología, de cirugía dental. Lo que no le aclaramos bien a ella fue que estábamos en el primer año de la carrera. Ella sí nos preguntó que si podíamos hacerle extracciones a la tropa y nosotros le dijimos que sí, porque durante 1957, que había estado cerrada la Universidad, nosotros habíamos do a practicar a consultas de dentistas y habíamos visto más o menos cómo se hacían las extracciones. Ya, por conocimiento de los planos anatómicos, sabíamos cómo poner la anestesia, que es una parte fundamental, de esta cuestión. Con ello por lo menos le evitábamos el dolor al paciente, independientemente de la otra labor que pudiéramos hacer. Periodista. Biosca, para situarnos en el tiempo, en qué momento era eso? Cuándo usted llegó a la Sierra Maestra y en qué momento se desarrollaron esos acontecimientos? Dr. Biosca Adam. Yo llegué en marzo; eso debe haber sido en abril o mayo, me imagino que a principios de mayo, porque más tarde comenzaría el movimiento de los batallones del ejército de Batista, para la ofensiva. Periodista. En ese momento antes de la ofensiva, y con posterioridad a la conversación con la compañera Celia Sánchez, usted ejerció la profesión de dentista allí en la Sierra Maestra?

5 380 CUADERNOS DE HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA Dr. Biosca. Sí. Después de aquella conversación que habíamos tenido con Celia, ella nos había conseguido algún instrumental, el que se pudo, y alguna anestesia, para hacer extracciones allí, y como el instrumental era poco, pues era relativamente fácil someterlos a una buena esterilización en algún jarro con agua, poniéndole a la candela. Hacíamos algunas extracciones bastante bien, por lo menos en opinión nuestra, y realmente estábamos asombrados de la cantidad de soldados del Ejército Rebelde que venían a atenderse con nosotros, y más que eso nos impresionaban los campesinos, porque el dentista más próximo que tenían los campesinos, lo tenían a días de camino y se les dificultaba mucho la cosa; inclusive, por el nivel de vida de ellos les era difícil el poder ir allá y pagar los dos o tres pesos que les cobraba por una extracción cualquier dentista cerca de la zona. Al comienzo de la ofensiva, cuando llegó el compañero Luis Borges, nos encontró en Las Vegas de Jibacoa y en ese momento estábamos haciendo una extracción. Le dijimos a Luis Borges que nos permitiera terminarla, la terminamos y le dimos el instrumental y la anestesia que teníamos y no hicimos más labor de dentista en la Sierra. Periodista. Pero en una conversación informal que habíamos tenido antes, creo que usted me dijo que allí tuvo también alguna tarea de dentista con el "Che". Dr. Biosca. Ah, sí. Poco antes de eso, un día pasó el "Che" por Las Vegas. Las Vegas en ese momento era casi la capital de la Sierra Maestra, y entonces me dijo que fuera a Las Minas de Frío a hacer extracciones en la escuela de reclutas que él había comenzado a formar allá. Nosotros en el primer momento no estábamos muy embullados, porque no creíamos que nuestra labor era esa, sino la de combatir como morterista, hasta que el "Che" nos convenció ampliamente de que nosotros éramos útiles haciendo extracciones, y fuimos a las Minas de Frío con él; estuvimos dos o tres días allá, atendiendo a los reclutas, y después regresamos otra vez a Las Vegas. Yo creo que la extracción más importante que yo hice fue ya cuando se estaba llevando a cabo la ofensiva contra Las Vegas de Jibacoa, que venían subiendo los soldados por Las Mercedes, y un compañero Capitán, creo que de apellido Olivera, que posteriormente era uno de los capitanes de la tropa de Lalo Sardiñas, había estado combatiendo con un gran dolor de muelas y fue a ver- nos a Las Vegas de Jibacoa.

6 MÉDICOS GUERRILLEROS 381 Periodista. Un dolor de muelas en medio del combate? Dr. Biosca. En medio del combate. Periodista. Y tan fuerte que no pudo seguir combatiendo? Dr. Biosca. No pudo seguir combatiendo, tuvo que dejar el combate y hacer un paréntesis ahí; él es un capitán sumamente bravo, se distinguió ampliamente en la ofensiva después; manejaba una treinta, una trípode calibre 30. Y fue a verme. Yo recuerdo que llegó arrebatado, tenía una melena larga y una barba grandísima también, y le hicimos una extracción que nos costó bastante trabajo. Sin embargo, al momento de haberle hecho la extracción, regresó otra vez para la línea de fuego y siguió combatiendo. Así que fue una extracción casi entre las balas, sumado esto a que la aviación siempre estaba constantemente allá arriba, y la aviación era algo que lo hacía sentir a uno sumamente incómodo por no tener nada con qué responder a sus ataques. Ya casi abandonando nosotros Las Vegas, fue cuando se hirió a Larita", el Capitán Orlando Lara. En el primer contacto que tuvimos con él, estaba todavía en la hamaca en que lo traían, con la pierna en muy mal estado, fracturada, unas heridas grandes en la espalda, otras creo que en un brazo. Entonces nosotros le dijimos a él que realmente nuestros conocimientos de medicina eran reducidos, y le hicimos algún tratamiento, como era: administrarle antibióticos tetraciclina, suero antitetánico y algún sedante que le pusimos, que después hemos visto, con los estudios posteriores de preparación combativa y demás, que eso más o menos sería el tratamiento que se haría en un puesto médico de batallón, para remitirlo a un hospital divisionario. Y esa función más o menos fue la que hicimos hasta que llegó el Comandante Vicente de la O, que lo remitió al hospital que había en La Plata. Estuvimos un tiempo por la Sierra, en diferentes puntos, estuvimos en algunos combates, en San Ramón, que fue el primer combate donde estuvimos. Y del regreso de la playa de El Jigüe; poco antes del combate de El Jigüe, pasamos por el hospital de Martínez Páez. A Martínez Páez ya lo habíamos visto en alguna otra ocasión. El sabía que nosotros éramos estudiantes y que por lo menos teníamos algunos conocimientos de anatomía y de medicina, y nos pidió que lo ayudáramos a hacerle la amputación a un soldado del ejército rebelde, que había recibido un tiro, creo que por la rodilla y la cuestión es que tenía gangrena en la pierna Nosotros, de lo más embullados, le dijimos que sí a Martínez Páez.

7 382 CUADERNOS DE HISTORIA DE LA SALUD PÚBLICA Cuando comenzó la intervención que se hacía con anestesia local como que indiscutiblemente es desagradable la amputación de una pierna, con fetidez, con aquél mal olor y como que de todas maneras el paciente sentía algo, fuimos nosotros los que tuvimos que ser atendidos por Martínez Páez, porque por poco nos desmayamos allí. Pero bueno, de todas maneras fue una experiencia muy interesante; nosotros creíamos que íbamos a ser una gran ayuda y no fue así la cosa. Después, ya al final de la ofensiva, yo estaba con la tropa del Comandante Lalo Sardíñas, y con "Píti" Fajardo, y Marta Cartón, que ahí es donde "Píti" comienza a hacer el hospitalito del Frío, que salió publicado no hace mucho en Granma. Periodista. Sí, en la conmemoración de la muerte de él. Dr. Biosca. El hospitalito no es en las Minas, es una zona que que le llaman El Frío, que queda un poco lejos de ahí. Entonces nos incorporamos a una tropa que iba para Camagüey, la columna 11, "Cándido González, hasta que un poco antes, cerca del Cauto dejamos la tropa y nos dirigimos por carretera a Camagüey, y posteriormente a Miami, en cumplimiento de una misión y a someterme a un tratamiento médico, donde nos cogió el triunfo de la Revolución estando nosotros en Miami. Una cosa que se me ocurre ahora es que hablando con muchachos estudiantes en la Universidad ellos han estado muy interesados en todos estos relatos los otros días, hablando con ellos en una clase, yo les decía que es importante tratar uno de aprender lo que uno tiene oportunidad de aprender en estos momentos lo mejor posible, porque uno no sabe en qué momento lo va a tener que utilizar y no va a tener a quién recurrir para consultarle; ni un libro, ni alguien que sepa más que uno, y que en ese momento uno siente realmente el valor que tienen los conocimientos que uno tiene. (Granma, enero 5 de 1968, a. 4 n. 4 p. 2).