El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida)

Transcripción

1 [Otra edición en: Trabajos de Prehistoria 27, 1970, Versión digital por cortesía del primer editor (Departamento de Prehistoria del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y de los herederos del autor, como parte de su Obra Completa y con la paginación original]. El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida) [-169 ] Martín Almagro Basch EL HALLAZGO Y SU SITUACIÓN GEOGRÁFICA El interesante ídolo que vamos a describir fue encontrado casualmente ya hace varios años por el doctor don Manuel Camps Clemente. Apareció sobre la superficie del yacimiento de Puig Pelegrí, aún por excavar, pero que ha proporcionado materiales ibéricos y de otras épocas 1. El Puig Pelegrí es un alargado cerrillo o «puig», a cuyos pies también se hallaron los restos de la necrópolis de campos de urnas de «Torre Filella», con cerámica de formas angulares del período final del Hallstatt B del mismo tipo de otras de aquella comarca y que representan en la región ilerdense la época más antigua de esta etapa cultural de incineradores indoeuropeos 2. El «Puig Pelegrí» se eleva sobre la segunda terraza fluvial del Segre en su margen derecha, aún en el término municipal de Lérida, cerca ya de su límite con el municipio de Alcarrás 3. Su cota es de sólo 189 m. sobre el mar y unos 60 sobre el cauce del río Segre, que corre a no muchos metros. Pasa al pie de este cerrillo la carretera de Lérida a Madrid, situándose el «Puig Pelegrí» frente al kilómetro 459, en el tramo entre Lérida y Alcarrás. De todas formas no creemos que el hallazgo fortuito de este interesante objeto de nuestra prehistoria tenga relación especial con el lugar ni con el yacimiento de la Edad del Hierro que allí se sitúa. Pudo ser llevado hasta aquel poblado como un objeto curioso, conforme en las ruinas de Numancia se hallaron posibles paralelos del mismo, que mencionaremos, y lo mismo que hachas neolíticas pulimentadas se conservan en nuestras casas de campo o en nuestras colecciones. También es frecuente hallarlas entre las ruinas de habitaciones prehistóricas o posteriores, recogidas como objeto de creencias supersticiosas o por simple curiosidad. El doctor Camps valoró el interés de su hallazgo desde el primer momento y ha conservado en su casa este interesante ídolo, que ahora podemos estudiar gracias a su amabilidad y a la mediación del eficaz investigador de la arqueología ilerdense y viejo amigo nuestro, el Juez de Primera Instrucción de Fraga, don Rodrigo Pita Mercé. A ambos deseamos reconocer públicamente su generosidad y la satisfacción que nos produce el habernos [ ] facilitado el estudio de esta interesante creación artística, de tipo religioso seguramente, que viene a enriquecer el horizonte de nuestros conocimientos 1 Manuel Camps Clemente y Rodrigo Pita Mercé : Piezas de cerámica del poblado ibérico de Puig Pelegrí, en Lérida. "IX Congreso Nacional de Arqueología. Mahón", Zaragoza, 1969, págs. 287 a Rodrigo Pita y Luis Díez Coronel: La necrópolis de Incineración de Torre Filella, en Lérida. "Ampurias", XXVI-XXVII, Barcelona, 1965, págs. 231 a En el mapa 1:50000 del Instituto Geográfico Catastral Puig Pelegrí queda situado en la hoja número 388 Lérida y sus coordenadas, con longitud 4 15'20" y latitud 41 35'15".

2 2 Martín Almagro Basch: El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida) sobre los tipos de ídolos de la Edad del Bronce peninsular, sobre todo de Cataluña, donde nunca se había hallado nada semejante. DESCRIPCIÓN DEL ÍDOLO DE PUIG PELEGRÍ El que llamaremos «ídolo de Puig Pelegrí» es una pieza granítica de color gris oscuro redondeada intencionadamente por erosión hasta darle una forma ovalada y algo aplanada por su cara posterior. Fig. 1. Vista frontal y lateral izquierda del ídolo de Puig Pelegrí. Parecería un canto rodado de río, pero creemos poder deducir, tras un minucioso análisis, que su forma se logró por una fina talla por percusión del bloque original hasta lograr la forma ovoide buscada, sobre la que se grabaron los motivos o representaciones que vamos a describir a continuación, hechas con un profundo trazo de algo más de dos milímetros de profundidad, redondeado y pulimentado, dándole al trazo una clara sección en U. Su decoración se ofrece sólo en la cara más redondeada y no muestra ornamentación alguna en [ ] la que consideraremos reverso o cara posterior, aplanada como para servir de apoyo a esta creación de nuestra plástica de época prehistórica (figs. 1 y 2, y láms. I y II). La forma elíptica u ovoide ha sido, en primer lugar, dividida por la mitad con una ancha zona de unos tres centímetros, que parte en dos toda la estructura. Es evidentemente un cinturón o banda que cubría el cuerpo de la supuesta figura antropomórfica, que debemos ver representada en toda la cara anterior del cuerpo ovoide de granito. La mitad superior nos ofrece la cara de esta figura con sus dos grandes ojos circulares, debajo de los cuales un ángulo agudo largo y bien marcado indicaría la nariz. A sus lados se ven dos cuadrados abiertos por su parte superior interna y luego prolongados por el exterior de su lado inferior con una línea que asciende y bordea, formando como un tra-

3 Martín Almagro Basch: El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida) 3 pecio, los dos círculos de los ojos, representándonos el enmarque de la cara y seguramente una túnica, que tal vez cubría la cabeza simbólica de esta figura antropomórfica. Fig. 2. Vista de la parte inferior y lateral derecha del ídolo de Puig Pelegrí. Debajo se extiende la franja ya citada, de cuyos extremos laterales sale de su borde superior una línea recta y profunda, que acaba en un cuadrado abierto por su lado inferior y en la esquina interior del mismo que se pone allí en contacto con la ancha banda o supuesto cinturón. Este trazo se repite igual en los dos lados. Tal vez puede representar las orejas de la cabeza o [ ] grandes y simbólicas arracadas del tocado. También cabría interpretar estos signos como los brazos retorcidos del personaje representado. De la línea inferior de la citada franja salen a ambos lados dos trazos igualmente profundos, que forman en su trazado un ángulo recto y luego terminan en un trazo vertical, de cuyos extremos salen dos trazos horizontales, como si fuera un gancho doble o una laya de dos dientes. El significado de todos estos trazos se nos escapa. Tal vez eran simples aditamentos rituales y simbólicos de la divinidad o de la figura sacerdotal, que de tan simbólica manera se ve aquí concebida por el lejano artista abstracto de la Edad del Bronce, a la que, como veremos, pertenece este ídolo tan esquemático. Debajo de la franja citada se ven tres líneas paralelas, que forman en la parte inferior un cuadrado, mientras la central termina en ambos extremos en líneas que vuelven por ambos lados hacia el interior en ángulo recto. Esta especie de trazos rectos, como formando una «parrilla», pueden interpretarse como la túnica que cubría cuerpo y piernas, y por debajo de la cual aún se ve salir un trazo recto, que sería la representación de los pies. Ciertamente sería totalmente hipotético y nada científico el que nos extendiéramos más largamente en la descripción e interpretación de los trazos con los cuales se concibió esta figura y se realizó por el artista que la ejecutó. La plasmación de sus abstracciones hizo nacer esos trazos de las partes diversas que en su mente la componían y que no estamos en condiciones de poder interpretar y menos ahondar sobre su significación.

4 4 Martín Almagro Basch: El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida) Medidas de la pieza: alto, 19,5 cm.; ancho, 15,5 cm.; grosor de la misma, 14,5 cm. Preferiremos intentar establecer los paralelos posibles que nos encuadren históricamente esta original y auténtica creación artística de aquella época. ATRIBUCIÓN CULTURAL, PARALELOS Y CRONOLOGÍA DEL «ÍDOLO DE PUIG PELEGRÍ» Debemos reconocer, en primer lugar, que es original y desconcertante la forma que nos ofrece este supuesto «ídolo», como también nos ocurre ante otras concepciones antropomórficas que debemos situar a partir del Bronce Antiguo y que se siguen creando durante el Bronce Medio hasta las invasiones indoeuropeas del Bronce Final. No hace más que unos años, dábamos a conocer el «ídolo de Chillaron», como un tipo nuevo, que surgía en tierras de Cuenca. Su forma quedaba al margen de nuestros «ídolos» de la Edad del Bronce y sólo podíamos reconocer su originalidad y su extraña estructura. Lo mismo hemos de confesar ante la aparición en el valle del Segre, cerca de Lérida, de esta interesantísima creación plástica de nuestra Prehistoria, que poco se parece a cuantos paralelos deseemos buscarle. Es ciertamente el «ídolo de Chillarón» el que formalmente está más cerca del de «Puig Pelegrí» por su forma ovoide 4. El «ídolo de Chillarón» está labrado sobre mármol bien pulimentado hasta obtener su forma de canto rodado elíptico, aunque luego nos ofrece, sin embargo, unas representaciones antropomórficas mucho más simples que el que ahora estudiamos. Si admitimos son ciertas algunas formas de representar la indumentaria, este «ídolo de Puig Pelegrí» deberíamos relacionarlo con creaciones más tardías, como el «ídolo de Ciudad Rodrigo» 5, o la representación antropomórfica que vemos en la estela grabada de [ ] «Granja de Tomiñuelo» 6, o la del «ídolo de Peña Tú» 7, pintado sobre una roca en tierra de Llanes (Asturias).. De lugar cercano a este último es el ídolo de los ojos de Corao, en Cangas de Onís (Asturias), con trazos que nos ofrecen una representación tan esquematizada, aunque diferente, a la del «ídolo de Puig Pelegrí» 8. También hacia el sur de Francia hallamos estas representaciones de la divinidad en forma de estatuas menhires, que ofrecen, con el «ídolo de Puig Pelegrí», una estructura decorativa dividida en dos partes por una ancha franja a modo de cinturón y cierta tendencia a motivos rectilíneos, como los ídolos de Orgón y de Saint Theodorit 9. Esta creación plástica ilerdense, como todos los más cercanos o lejanos paralelos que podamos establecer, parece evidente representaban una divinidad de la muerte y de la resurrección, que se ha venido llamando «diosa de los ojos», por el valor que a esta 4 Martín Almagro: El ídolo de Chillarón y la tipología de los ídolos del Bronce I Hispano. "Trabajos de Prehistoria", XXII, Madrid, Martín Almagro: El ídolo de Ciudad Rodrigo y el ídolo de Rodicol. "Trabajos de Prehistoria", XXVI. Madrid, 1969, págs. 321 y ss. 6 Véase éste y otros "ídolos" de esta serie de creaciones artísticas en Martín Almagro: Las estelas grabadas del Suroeste Peninsular. "B. P. H.", vol. VIII, Madrid, 1966, págs. 133 a 143, y láms. XXXIX a XLIV. 7 E. Hernández Pacheco, J. Cabré Aguiló y Conde de la Vega de Sella: Las pinturas prehistóricas de Peña Tu. "Com. de Inv. Prehistóricas y Paleontológicas", Memoria núm. 2, Madrid, Martín Almagro: Las estelas decoradas del Sudoeste Peninsular. "B. P. H.", vol. VIII, Madrid, 1966, lámina XLI. 9 Pueden verse muchas de ellas reunidas en L. Siret; Questions de Chronologie et Etnographie ibériques, página 286, y M. almagro: Las estelas decoradas..., figs. 48 y 49.

5 Martín Almagro Basch: El ídolo de Puig Pelegrí (Lérida) 5 parte del cuerpo se da en su representación 10. Diosa de origen oriental, diosa de la vida, fue un lejano y aun misterioso ser en el que creyeron los pueblos que elaboraron las culturas del Bronce Antiguo y aun del Bronce Medio de España y del Occidente de Europa. Parece que tal divinidad podría paralelizarse con la Gran Diosa Madre del Asia Menor de épocas históricas, o con otras divinidades de la muerte y la resurrección, entre las cuales los griegos humanizaron y poetizaron a Ceres y Proserpina. De tales creencias funerarias y a la vez explicaciones de tipo proserpinesco sobre la muerte, la resurrección y la vida misma nació esta curiosa creación artística, que viene a enriquecer con su original forma y representaciones la serie de obras plásticas variadas y siempre individuales que creó la concepción plástica de las creencias de nuestros antepasados del Bronce Antiguo y Medio. Ni cómo ni cuándo llegó este «ídolo» a la región catalana nos es fácil avanzar una hipótesis. La estructura que nos ofrece esta creación plástica nos inclina a considerarla de una época avanzada del Bronce Medio, pero derivada del mundo de las creencias megalíticas, que tanto perduraron en el Oeste y Norte Peninsular y que también bajo su influjo hicieron nacer el «ídolo de Puig Pelegrí». En Francia y en España todas las formas de estatuas menhires, de estelas grabadas o de simples ídolos se pueden intercalar analizando sus diversas formas y elementos entre la cultura megalítica típica del Bronce I Hispano y la indoeuropeización del Bronce Final. El «ídolo de Peña Tú» aparece junto a una espada larga del tipo final del Argar, y el ídolo de Ciudad Rodrigo y la estela de la Granja de Tomiñuelo son un precedente que enlaza a cierta distancia cronológica, evidentemente, con la estela de Torrejón del Rubio II, ya de la Edad del Hierro. Nosotros creemos que con su individualidad y por las circunstancias de su hallazgo casual no es posible fijar una cronología segura, pero nos inclinaríamos a colocar este ídolo entre el 1500 y el 1000 a. de C. y a enlazarlo con las corrientes culturales tardías derivadas del mundo megalítico, que creó un fuerte núcleo en las regiones pirenaicas orientales, tanto francesas como españolas, que conocemos con el nombre genérico de cultura megalítica pirenaica. Esta cultura, cuya unidad es muy discutible en su área del Noroeste peninsular, ofrece con la cultura megalítica del sur de Francia estrechas relaciones, y es hacia Francia más que hacia España hacia donde enlaza la estructura de los motivos decorativos de este ídolo, aunque su más directo paralelo, por la forma, es el «ídolo de Chillarón». Más amplias deducciones sobre este curioso monumento arqueológico de nuestra Prehistoria, más que hipótesis científicas, serían mera e inadecuada especulación. [ ] 10 D. G. S. Crawford: The Eye Goddes. Londres, 1959.