En el imperio romano politeísta, el cristianismo produjo un cambio fundamental en las estructuras socioeconómicas. Algunos patricios se suman al cristianismo ante la falta de credibilidad de sus dioses y la falta de valores espirituales de su religión, pero en mayor número se acogen a la nueva religión esclavos y pobres, que ven al cristianismo como una liberación. Esta liberación de esclavos si se hacía real provocaría una crisis económica, quizá una de las causas por las cuales fueron perseguidos los cristianos, junto con otras como la adoración de un Dios invisible negándose a rendir culto al emperador.
Durante los cuatro primeros siglos, el cristianismo tuvo que hacer frente a numerosas herejías: arrianismo, nestorianismo, etc. Para ello se celebraron numerosos concilios que determinaron la verdadera doctrina. El arte de los primitivos cristianos (Paleocristiano), se mantiene en la clandestinidad hasta el 313, fecha en la que el emperador Constantino promulga el Edicto de Milán por el que el cristianismo queda reconocido oficialmente y pasa a ser religión del estado. Tiene su continuidad en el IMPERIO BIZANTINO.
Eran viviendas de los fieles acomodados en las que se reservaban espacios para reuniones y celebraciones cristianas. En la actualidad se conservan debajo de Iglesias posteriores, como la de San Clemente de Roma. La Arquitectura Antes del EDICTO DE MILÁN Hasta los tiempos del emperador Constantino, el arte se mantiene en la clandestinidad y de aquí su escaso desarrollo, sobre todo en arquitectura. Encontramos los siguientes elementos: Tituli:
Catacumbas: Se componían de estrechas galerías (loculi) llenas de nichos para los enterramientos. Los mártires más conocidos eran enterrados de una manera más especial en sarcófagos (cubiculae) que servían de altar. Los cristianos se asocian para realizar enterramientos y compran unas canteras abandonadas en las afueras de la ciudad. En estas canteras enterrarán a sus muertos (mártires) y celebrarán los sacramentos.
Después del EDICTO DE MILÁN Tras el 313, con el reconocimiento oficial de la religión cristiana las catacumbas se convierten en lugares de peregrinación. La arquitectura paleocristiana sufre un gran cambio, al patrocinarla el estado, se sufragan muchas obras y se regalan edificios paganos. El edificio fundamental de la arquitectura paleocristiana será la BASÍLICA.
Los elementos fundamentales de la BASÍLICA son: Ábside Era el espacio más importante de la Iglesia. Desde aquí se dirigía el culto y era la zona reservada al clero.
Lugar donde se administraba el bautismo, que se hacía por inmersión. Baptisterio En el centro de la nave o en el exterior de la Basílica
Planta basilical de cruz latina Espacio longitudinal dividido en naves separadas por arquerías. El apelativo basilical alude a las basílicas romanas, que eran edificios públicos donde se realizaban actividades civiles.
Naves Lugar donde se situaban los fieles. Es un espacio diáfano y amplio desde el que se podía seguir todos los actos litúrgicos.
Pórtico por donde se accedía a la Iglesia. Entre el nártex y la entrada existía un atrio donde permanecían los catecúmenos, es decir, los que se preparaban para recibir el bautismo; también los penitentes. Una vez que los catecúmenos recibían el bautismo y que los penitentes cumplían la penitencia, ya podían entrar en el templo. Nártex
Atrio Patio cuadrangular rodeado de columnas. Es el lugar intermedio entre el espacio público y el sagrado; a él podían acceder tanto cristianos como paganos.
La Escultura El primer problema con el que se encontró la escultura paleocristiana fue el de la necesidad de crear una iconografía propia, que sirviera para distinguir claramente las manifestaciones cristianas de las paganas.
Al principio fueron frecuentes las persecuciones por motivos simbólicos, así el pez es una clara alusión a Cristo, el delfín a al resurrección y eternidad, el ave al alma humana que se alimenta de la eucaristía, la paloma a la resurrección, el ancla la esperanza, la vasija el agua de la vida, vid eucaristía.
Pero el simbolismo más utilizado fue el anagrama de Cristo que simboliza Dios y hombre, principio y fin. Llamado también Crismón.
En el terreno de la escultura propiamente dicha encontramos a la figura humana como símbolo de representación de la cristiandad, así se hacen pequeñas esculturas como el Orante, figura revestida con traje femenino con las manos levantadas no en oración sino dando la información simbólica de mostrar el alma que ya está en el cielo y alza las manos en actitud de acción de gracias.
Una de las figuras exentas más representativas el la de El Buen Pastor que simboliza a Cristo cubierto con una túnica blanca tomando como modelo el Moscóforo, el rebaño que le rodeas son las almas que él protege. También hubo representaciones del Antiguo Testamento donde destacan imágenes de Adán y Eva, el Sacrificio de Isaac, Daniel en el foso de los leones. Y del Nuevo Testamento, como Los Milagros de Cristo, La Entrega de la ley a los apóstoles...
Pero sin duda en la escultura paleocristiana la parte más interesante fueron los sarcófagos. En un primer momento los cristianos se sirvieron de piezas romanas con temas que podían se interpretados acorde con la religión.
Durante el s. III fueron frecuentes los llamados sarcófagos de estrigilos, de origen romano donde la decoración de los frentes se reducía a unos motivos en forma de S. A principios del s. IV, se fueron intercalando algunas figuras y símbolos cristianos como el Crismón, Alfa, Omega..., para que en plena centuria naciera el relieve continuo con escenas variadas que muestran una iconografía plenamente cristiana, los temas se desarrollan yuxtapuestos, es decir, sin separación alguna, de friso continuo, se le conoce con el nombre de Isocefalia de influencia romana.
Ya en la segunda mitad de este mismo siglo, se tiende a separar las escenas por medio de columnas con arcos de medio punto, cuyo temas van a ser sobre la vida de Cristo y del Antiguo y Nuevo Testamento.