Guía para la Implantación de un Sistema de Gestión de Residuos para los Centros Educativos de la Mancomunidad de Municipios de Sierra de Cádiz. Premisas básicas a seguir a la hora de implantar y mantener un sistema de gestión de residuos (SGR) Modelo organizativo para la gestión de los desechos de distintos tipos generados por la comunidad educativa de la Mancomunidad Sierra de Cádiz. Este modelo está orientado a optimizar el uso de los recursos disponibles y la reutilización y reciclaje de los residuos producidos por los usuarios del mismo. Índice 1. Síntesis 2. Conceptos clave 3. Objetivos del SGR 4. Fases de la implantación 4.1 Fase 1 Diagnóstico 4.2 Fase 2 Plan de acción 4.3 Fase 3 Evaluación (auditoria interna del SGR) 5. Conclusiones
Guía para la Implantación de un Sistema de Gestión de Residuos para los Centros Educativos de La Mancomunidad de Municipios de Sierra de Cádiz. 1. Síntesis. Este documento muestra las premisas básicas a seguir a la hora de implantar y mantener un sistema de gestión de residuos (SGR) para que el mismo sea lo más eficaz y eficiente posible. Todo lo expuesto en este documento está orientado a sistemas de gestión generales, pudiendo posteriormente adaptarse a las características de cada centro mediante las aportaciones de los miembros de su comunidad educativa, ya que estos son los que mejor conocen la situación concreta de su centro de trabajo o estudio en lo relativo a los residuos y su gestión. 2. Conceptos clave. Sistema de Gestión de Residuos: Un sistema de gestión de residuos es un modelo organizativo para la gestión de los desechos de distintos tipos generados por una comunidad. Está orientado a optimizar el uso de los recursos disponibles y la reutilización y reciclaje de los residuos producidos por los usuarios del mismo. El Sistema se divide en varios frentes de actividad definidos y dependientes entre sí (a su vez, el sistema que se propone en este documento es dependiente de otros sistemas de gestión externos al centro educativo). Sostenibilidad: Desde una visión ecológica es un término que describe la posibilidad de una especie de mantenerse en el tiempo en función del nivel de explotación de los recursos necesarios para su vida y desarrollo. Puede definirse, pues, como el equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Esto, trasladado a los modelos productivos, implica la explotación de los recursos por debajo de los límites de renovación de cada uno de ellos. Así quedaba reflejado el término según el Informe Brundtland de 1987, el cual también definía el desarrollo sostenible como el tipo de desarrollo que nos permite satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer o dificultar la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.
Residuo: Según la tercera acepción de la Real Academia Española de la Lengua, un residuo es el material que queda como inservible después de haber realizado un trabajo u operación. En esta definición ya se entiende una división por materiales, lo cual puede ser indicativo de hasta qué punto es importante gestionarlos en base a su composición. Mejora continua: Es uno de los objetivos principales de un sistema de gestión, bien sea un sistema ambiental, un sistema de calidad, un sistema de producción, etc. Está basada en el ciclo de Deming o círculo PDCA, el cual se resume en los siguientes pasos: planificar-hacer-verificar-actuar (el nombre proviene de los pasos en inglés). El objetivo de este modo de actuar es conseguir ganar en eficiencia de forma continuada mientras el sistema esté en aplicación. 3. Objetivos del SGR. Reducir los residuos generados en el centro educativo. Gestionar adecuadamente los residuos generados para su posterior reciclado. Implicar a todos los niveles de la comunidad educativa.
4. Fases de la Implantación. Diagnóstico. Plan de acción (planificación, comunicación y puesta en marcha). Evaluación. 4.1 - Fase 1: Diagnóstico. En esta fase debe analizarse de qué manera se están gestionando los residuos en el centro educativo. Para obtener una visual fidedigna de la gestión, han de reunirse y poner en común sus conocimientos la dirección del centro y la entidad o personas responsables de la recogida de los residuos en el centro educativo. Es muy importante recordar que no se pretende con la implantación de este sistema hacer una caza de brujas sino conseguir aumentar el nivel de sostenibilidad de la comunidad. Por este motivo es esencial que exista plena confianza y cooperatividad entre las partes implicadas en todo el proceso de implantación y actividad del SGR. Para que esta comunicación sea lo más fluida y fácil posible, se plantea la creación de una base de datos a través de la cual, todos los miembros implicados en el SGR tengan acceso a datos de contacto y nivel de responsabilidad del resto de implicados (nombre y apellidos, cargo o función y responsabilidad, dirección e-mail, teléfono). Por último, si se pretende hacer del sistema una herramienta eficaz, es imprescindible realizar documentos escritos, claros y simples de cualquier actividad dentro del sistema. Esto permitirá a todas las partes saber cómo se ha llevado a cabo cada paso u operación dentro del sistema. En muchas ocasiones, podrán utilizarse modelos estandarizados de documentos según el tipo de actividad que se desee comunicar (observación, no conformidad, control de turnos de limpieza, etc)
Preguntas Clave. Mancomunidad 1. Quién tiene la responsabilidad de la gestión de los residuos en el centro? Esta responsabilidad, por lo general, puede recaer en la administración (ayuntamientos o mancomunidades) o en un servicio externalizado por el centro educativo. Es importante averiguar si la entidad responsable de la limpieza en el centro o sus contratantes poseen algún tipo de sistema de calidad o gestión ambiental normalizado (ISO 9001 o ISO 14001). En caso afirmativo, podrán realizarse quejas o cuestiones mediante un formulario que abre un procedimiento para subsanar una deficiencia o una no conformidad del sistema. 2. Se están gestionando correctamente los residuos? Si la respuesta es sí, ha de analizarse cómo se está llevando a cabo a nivel práctico. En el caso de una respuesta negativa, o de la creencia de los responsables del SGR de la posibilidad de implantar mejoras al mismo, deben buscarse las causas concretas de la situación de posible mejora actual. A continuación se muestra una lista de los ejemplos más frecuentes, así como propuestas de actuación al respecto de cada uno de los mismos. Deficiencia en las infraestructuras internas: Normalmente ligado a la escasez de medios económicos o a los modelos de priorización de éstos. Si se quiere llevar a cabo una mejora en la dotación de infraestructuras para la gestión de los residuos pero no se dispone de medios económicos o dotaciones o partidas suficientemente voluminosas para ello, se pueden potenciar factores igualmente importantes e influyentes a la hora de conseguir nuestro objetivo, tales como: Creatividad del alumnado y equipo docente, cooperación, reutilización, generación de compromiso y espíritu de equipo, etc.
Deficiencia en las infraestructuras externas a nuestro SGR: Solicitud, por las vías destinadas a tal efecto, a los responsables de gestión y posible mejora de dichas infraestructuras. Ausencia de planteamiento y/o de conocimiento de una gestión de residuos de manera sostenible por parte de los empleados: Formación en los campos de sostenibilidad y gestión de residuos para las partes implicadas en el SGR que lo necesiten. Esta acción conlleva una mejora basada en el conocimiento técnico del campo a gestionar y en la valorización de los sistemas naturales, fuentes de suministro de todos nuestros bienes y, en consecuencia, de todos nuestros servicios. Falta de medios económicos: -En lo relativo a infraestructuras puede optarse por la reutilización, la manufactura interna de las mismas, la potenciación y explotación de la capacidad creativa de toda la comunidad educativa. -En lo relativo a formación: Realización de cursos on-line, cuyo coste suele ser menor que los cursos presenciales, reparto de circulares informativas, realización de tutorías y puestas en común de temáticas concretas con el fin de aunar conocimientos y solventar posibles dudas, etc. Falta de tiempo: Reorganización del planing de trabajo de las partes implicadas, adaptando éste a las necesidades requeridas en cada fase de la implantación y desarrollo del SGR. Es importante no dejar en un segundo plano el desarrollo del SGR, ya que de él depende la sostenibilidad de cada centro. Una vez se haya diagnosticado la situación en la que se encuentra el centro educativo, tendremos la base de conocimiento que nos servirá como punto de partida para la presentación de propuestas de mejora. Éstas, pueden entregarse mediante un modelo estandarizado a la persona responsable del SGR para su análisis y planteamiento en el plan de acción.
4.2 - Fase 2: Plan de acción. El plan de acción, a su vez, se encuentra dividido en tres sub-fases que procedemos a enumerar y, posteriormente, a definir: Planificación. Comunicación. Puesta en marcha. -Planificación. Ha de realizarse una reunión de trabajo entre la dirección del centro y la persona responsable de la limpieza en el mismo. La mejor baza a la hora de gestionar y controlar la eficiencia de un sistema es la estandarización de procesos. Se marca, en esta reunión inicial (o si fuera necesario, en reuniones sucesivas), un procedimiento o rutina estandarizado y se realiza un inventario de los recursos materiales necesarios para poder llevar a cabo el procedimiento en base a las propuestas de mejora comunicadas en la fase de diagnóstico. En esta fase se hace esencial definir las responsabilidades de cada persona partícipe en el sistema. -Comunicación. Se realiza un listado con los agentes implicados a los que hay que comunicar los nuevos procedimientos en conjunto y sobre quien recae la responsabilidad de cada uno de ellos. De igual modo, se realiza un calendario de reuniones de coordinación periódicas durante el curso escolar en el que los responsables de cada área del SGR comunicarán los avances del sistema en el último periodo entre reuniones. Esto proporcionará una visión de la evolución temporal del mismo, lo que facilitará en gran medida la previsión de incidencias y el planteamiento de actuación futuro. -Puesta en marcha. Se realiza un calendario de actuación que se envía a todos los agentes implicados en el SGR en el que se indica la fecha de comienzo de cada fase y de cada actividad concreta.
Todo lo acordado y planificado debe quedar por escrito de forma clara y sencilla. Del mismo modo, cada persona implicada debe conservar en su lugar de trabajo una copia del calendario de actuación, así como del documento que describa sus responsabilidades y funciones dentro del SGR. Nota en referencia a los documentos escritos: Siempre que se produzca una modificación en el calendario de actuación, en el reparto de responsabilidades, o en el modo de realizar los procesos de gestión, han de actualizarse los documentos y manuales afectados por estas variaciones. Así como hacerlos llegar a las partes implicadas. En los puestos de trabajo, SIEMPRE han de estar disponibles las últimas versiones de éstos. El sistema que se propone desde la experiencia de ECOMIMESIS como asesor técnico del proyecto es un sistema de responsabilidad compartida con el alumnado. Esto genera compromiso, más allá de la mera participación. Para incentivar la profunda implicación del alumnado en las tareas de gestión de los residuos en el centro, se propone que la colaboración pudiera ser premiada académicamente en las asignaturas relacionadas con la actividad. Este reparto de responsabilidades responde a la frecuencia de recogida de cada contenedor. Los contenedores gris y amarillo requieren una frecuencia de recogida alta para evitar la creación de olores. Por el contrario, el contenedor azul no presenta problema de olores. Es imprescindible realizar un organigrama de recogida del contenedor azul en horas de coordinación, tutoría o conocimiento del medio. Se proponen seguidamente algunas medidas a tener en cuenta en el organigrama: Realización de la tarea por parejas. Rotación de la tarea cada semana o dos semanas. Bonificación académica tras la correcta realización de la tarea. Llevar el contenido del contenedor azul hasta un contenedor municipal destinado al mismo efecto durante el tiempo de recreo siempre acompañados por un miembro del equipo docente del centro) o tras la finalización de la jornada escolar sin compañía de un miembro del equipo docente.
Para que este sistema funcione, es tan importante la implicación del alumnado, como del equipo docente al completo. Las premisas básicas para la puesta en marcha del SGR son: El desayuno se realizará durante los diez primeros minutos del recreo, en la clase. Objetivo: Disminución de la generación de residuos en los patios así como facilitar el control de los residuos al sectorizarlos por aulas. Disposición de contenedores de recogida selectiva en las aulas con capacidad suficiente para acumular los residuos generados durante el periodo intermedio entre dos recogidas. Esta medida se apoyará con carteles indicativos de los tipos de residuos que pueden verterse a cada contenedor y carteles indicativos para que los alumnos conozcan cómo deben plegar los envases antes de verterlos al contenedor, ganando así espacio en el mismo y posibilitando la disminución de los ratios de recogida. Normas en la envoltura del desayuno: Es muy recomendable usar una fiambrera para traer el desayuno al centro escolar. Esto reduce enormemente la cantidad de residuos. Debe potenciarse también el aspecto económico, ya que el uso de fiambrera, supone un ahorro en compra de envases desechables para las familias. En lo concerniente al porte de agua, se recomendará de forma recurrente el uso de cantimploras o envases reutilizables en lugar de la compra de agua embotellada, y se facilitará la posibilidad de rellenarlas en el centro cuando sea necesario. Este sistema convierte la gestión en una actividad educativa de responsabilidad y sensibilización. 4.3 - Fase 3: Evaluación (auditoria interna del SGR). Dentro de la planificación se ha de establecer un proceso periódico de evaluación para asegurar que se cumplen las pautas desarrolladas en el diseño del SGR. Ha de concretarse un modelo de evaluación que indique, cuanto menos, lo siguiente: Persona o personas responsables de la evaluación (auditor interno): Ha de ser una persona ajena a la actividad a evaluar. En estos casos, suelen ser útiles los sistemas de auditoria cruzada dentro del mismo sistema. Es decir, las personas responsables de cada área del SGR actuarán como auditores del área de responsabilidad de otra persona. Es vital ser consciente del fin único de la auditoria, mejorar y optimizar el SGR, con lo que no tendría sentido y podría tildarse de ineficaz ser laxo a la hora de notificar las incidencias (observaciones o no conformidades) del sistema. Eso sí, han de hacerse siempre en un tono constructivo y cooperativo.
Cuestiones evaluables: ha de hacerse un Check-list con todos los puntos evaluables del sistema. Como gestionar incidencias: El proceso ha de ser el siguiente en lo relativo a incidencias: COMUNICACIÓN SUBSANACIÓN RE-EVALUACIÓN. La creación de una plantilla estándar para la presentación documental de incidencias facilita su recopilación y comprensión por parte de todo el equipo de gestión. Todas las incidencias han de ser comunicadas a los implicados para crear un sentimiento de responsabilidad común. Asignar un plazo de preparación periódico. Esta medida permite la mejora continua del sistema, evitando que el mismo quede obsoleto al ser sometido a constantes propuestas de mejora. Incluso el sistema de evaluación debe ser sometido a evaluación periódicamente. 5. Conclusiones. La implantación de un SGR es una oportunidad de mejora continua en la sostenibilidad y gestión de los residuos producidos por el centro. No debe retirarse la vista nunca del objetivo primordial, que no es otro que reducir la huella ecológica generada por los componentes de la comunidad educativa y promover estas conductas sostenibles entre el común de los habitantes de la mancomunidad. Es fundamental mantener una visión global del sistema, así como mantener siempre la posición más constructiva y cooperativa posible a la hora de hacer aportaciones. De no ser así, estaríamos mermando la capacidad de mejora del sistema implantado. Tenemos ante nosotros la gran responsabilidad de ofrecer a las generaciones presentes y venideras un entorno natural mejor, lo que va a, invariablemente, repercutir de manera positiva en los ámbitos sociales y económicos, en el medio y largo plazo, relacionados con dicha riqueza natural. Este sistema puede combinarse con otros sistemas de gestión enfocados al buen uso de recursos tales como la electricidad o el agua en el centro educativo, movilidad escolar sostenible, etc. creando sinergias entre los mismos que den lugar a un sistema integrado. Así las cosas, se hace sinceramente fundamental el trabajo en profundidad sobre esta propuesta.