Introducción a la Contabilidad Nacional: La producción, la renta y su utilización en España



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Transcripción:

Introducción a la Contabilidad Nacional: La producción, la renta y su utilización en España Emilio Díaz Calleja Departamento de Economía Aplicada II Universidad de Sevilla AVD Ramón y Cajal s/n, Sevilla 41018 Octubre de 1996

Presentación El presente ensayo trata de recoger los aspectos básicos de los flujos macroeconómicos que atañen a la producción, la renta y a su utilización en el contexto de la economía nacional. Este objetivo se apoya en una presentación simultánea de los agregados contables y de las cuentas nacionales más significativos, así como en la elaboración de los indicadores básicos con los que iniciar el estudio sistemático de la economía española. Las definiciones dadas en el texto de las operaciones de bienes y servicios (código P) y de las operaciones de distribución (código R) proceden, en la medida de lo posible respetando la literalidad, del Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas (SEC), que ha sido traducido al español y publicado en Madrid por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 1988. En algún caso, hemos seguido también al SEC en las definiciones de algunas cuentas y saldos contables. No obstante, este ensayo parte de la necesidad de acercar a los estudiantes de la Escuela de Relaciones Laborales de Sevilla (a los que va especialmente dirigido) al manejo de las nociones elementales del Sistema de Contabilidad Nacional de España, razón por la cual se ha simplificado substancialmente la presentación de los operaciones, cuentas y procedimientos de valoración, aunque sin eludir los problemas conceptuales y metodológico involucrados en todo sistema de registro de la actividad económica. Por otra parte, aunque se ha buscado completar el conjunto de las operaciones sobre bienes y servicios y las operaciones de distribución en el marco de la economía nacional (renunciando sin embargo a tratar las cuentas de los sectores institucionales), no se han incluido las cuentas del resto del mundo ni la cuenta financiera. En el primer caso, porque el análisis de los flujos de la economía española con el resto del mundo puede ser cubiertos con otro instrumento contable de enorme interés para el alumno, la Balanza de Pagos de España, cuya inclusión en la programación de la asignatura de Economía Española, en que se inscribe este ensayo, nos ahorra profundizar en la problemática de los flujos con el exterior desde la óptica del sistema de contabilidad nacional; no obstante, se ofrecen las definiciones de exportación e importación de bienes y servicios, lo que permite cerrar el cuadro con la cuenta de bienes y servicios. Tampoco se ha tratado la cuenta financiera, debido a las dificultades intrínsecas que tiene su estudio en el contexto académico al que se dirige el texto. La presentación de los agregados y cuentas del sistema de contabilidad nacional se acompaña simultáneamente, como se ha dicho, de la elaboración de los indicadores económicos más habituales para el estudio de la economía nacional, tanto desde la óptica de las comparaciones en el espacio (intra-nacional e inter-nacional) como en el tiempo (utilizando series temporales homogéneas). El objetivo en este caso, más allá de la transmisión de información acerca de la economía española, es suministrar al lector las herramientas necesarias para afrontar por sí mismo el tratamiento de la información de base, de manera que pueda llegar por su cuenta a elaborar los rasgos generales de una descripción rigurosa de la estructura básica y de la dinámica de nuestra economía. De ahí que, en muchos casos, se haya renunciado a abordar el análisis algunos aspectos básicos de la economía nacional (como el consumo, el ahorro o la capacidadnecesidad de financiación de la nación). Los cuadros estadísticos utilizados para ilustrar el uso de los instrumentos contables y para apoyar los comentarios realizados sobre la economía española proceden de publicaciones recientes del INE, fundamentalmente de la Contabilidad Nacional de España, pero también de la Contabilidad Regional de España. En los casos en que se han utilizado otras fuentes, se ha indicado su procedencia. 2

I. La producción: estructura y dinámica 1. Producción de bienes y servicios (P10): se entiende por producción el resultado de la 1 actividad económica de las unidades residentes, que consiste en producir bienes y servicios en un período dado (el año natural). Dentro de la producción se distingue: ) la producción de bienes (P11) ) la producción de servicios destinados a la venta (P12, P13) ) la producción de servicios no destinados a la venta (P14) 1.1. Producción de bienes (P11): comprende los bienes producidos por las unidades residentes en el año, ya que todos estos bienes se consideran, por convenio, destinados a la venta, aunque algunos de ellos no hayan sido vendidos en realidad. Dentro de la producción de bienes se distinguen: (1) la producción de bienes nuevos vendidos efectivamente en el mercado; (2) la 2 producción de bienes nuevos autoconsumidos por las unidades residentes. 1.2. Producción de servicios destinados a la venta (P12 y P13): los servicios destinados a la venta son todos los servicios que pueden ser objeto de compra y venta en el mercado, y que son producidos por unidades de producción residentes. Además de los servicios realmente vendidos en el mercado, se incluyen también los servicios autoconsumidos por las unidades residentes que los producen y los "servicios de alojamiento" autoconsumidos por los hogares como propietarios 3 de sus viviendas. Dentro de la producción de servicios destinados a la venta se distingue entre: 1 Las unidades económicas que constituyen la economía de un país son aquellas que tienen un centro de interés en el territorio económico de ese país; estas unidades, llamadas unidades residentes, pueden o no tener la nacionalidad de ese país y pueden o no tener personalidad jurídica. Por "territorio económico" debe entenderse no sólo el territorio geográfico del país dentro del cual los bienes circulan libremente, sino también el espacio aéreo nacional, las aguas territoriales y otros recintos, como las embajadas o las bases militares situadas en el resto del mundo. Por "centro de interés" se entiende el hecho de realizar operaciones económicas durante un año o más en el territorio económico de un país. Se distinguen dos tipos básicos de unidades residentes: (1) las unidades cuya función principal consiste en producir, financiar, asegurar y redistribuir, o unidades de producción; (2) las unidades cuya función principal consiste en consumir, o unidades de consumo. Las unidades residentes se agrupan en sectores; estos sectores se caracterizan porque las unidades residentes que los forman tienen un comportamiento económico similar, es decir, porque todas ellas realizan la misma función. La contabilidad nacional de España (CNE en adelante) distingue los siguientes sectores: (i) el sector de sociedades no financieras (empresas públicas y privadas), cuya función principal consiste en producir bienes y servicios destinados a la venta; (ii) sector de instituciones de crédito, cuya función principal consiste en financiar; (iii) el sector de empresas de seguro, cuya función principal consiste en asegurar (es decir, transformar riesgos individuales en colectivos); (iv) el sector administraciones públicas, cuya función principal consiste en producir servicios no destinados a la venta para la colectividad y efectuar operaciones de redistribución de la renta y la riqueza nacionales; (v) el sector de instituciones privadas sin fines de lucro, cuya función principal consiste en producir servicios no destinados a la venta para determinados grupos de hogares; (vi) el sector de hogares, cuyas funciones principales son dos; con carácter general su función principal es consumir, pero además, cuando los hogares son también empresas (familiares), producir bienes y servicios. La CNE incluye además otro sector, (vii) el sector resto del mundo, en el que se recogen los flujos económicos del país con otros países, e incluye no solo operaciones realizadas por unidades residentes, sino también operaciones realizadas por unidades no residentes en el territorio económico. 2 El "autoconsumo" comprende aquella parte de la producción que las unidades productoras residentes, en lugar de vender en el mercado, utilizan para consumo propio. Por ejemplo, este es el caso de los productos agrícolas y alimenticios que las empresas que los producen distribuyen entre sus propietarios o entre sus asalariados. Hay, sin embargo, un tipo especial de "autoconsumo" que no se tiene en cuenta en el cálculo de la producción de bienes (P11); se trata de la producción doméstica de bienes que no es retribuida, cuyo valor global es difícil de evaluar y, de acuerdo con el Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas (SEC), no es significativo en los países miembros de la Unión Europea, de manera que se ha decidido no contabilizar dicha producción. 3 Téngase en cuenta que cuando las unidades residentes que forman el sector de hogares tienen en propiedad una vivienda existen contablemente dos operaciones básicas alternativas: (i) alquilar la vivienda, que es lo mismo que decir que venden el "servicio de alojamiento" prestado por la cesión de la vivienda (servicios por el que los propietarios obtienen una renta de alquiler, que equivale al precio de mercado del mismo), razón por la cual esta operación se 3

) La producción imputada de servicios bancarios (P13): es la realizada por las instituciones de crédito en su actividad como intermediarios financieros, que consiste en reunir, 4 transformar y distribuir disponibilidades financieras. ) La producción de servicios destinados a la venta excepto la producción imputada de servicios bancarios (P12): comprende todos los servicios destinados a la venta que son 5 distintos de la producción imputada de servicios bancarios. 1.3. La producción de servicios no destinados a la venta (P14): los servicios no destinados a la venta son los siguientes: (i) los servicios domésticos que producen los hogares para ellos mismos como empleadores de personal doméstico asalariado, y (ii) los servicios colectivos, es decir, aquellos que se prestan a la colectividad o grupos particulares de hogares a título gratuito o cuasigratuito Ṡervicios colectivos: (i) por convenio, una serie de servicios se consideran siempre servicios colectivos, como es el caso de la administración general, defensa nacional y seguridad social obligatoria, o los servicios prestados por sindicatos; (ii) además, se incluyen también entre los servicios colectivos la prestación de ciertos servicios distintos de los del punto anterior (como por ejemplo los de enseñanza general y enseñanza superior, o los servicios prestados por las asociaciones profesionales), siempre que los recursos de la unidad productora procedan en su mayor parte (más del 50%) de fuentes distintas de los ingresos por ventas. Todos estos servicios son prestados por unidades productoras pertenecientes bien al sector de administraciones públicas o bien al sector de instituciones privadas sin fines de lucro. 1.4. Valoración de la producción de bienes y servicios: los bienes y servicios destinados a la venta excepto la producción imputada de servicios bancarios (es decir, P11 y P12), se valoran a precios de salida de fábrica. El precio de salida de fábrica incluye, en primer lugar: (i) la suma de los costes de los bienes y servicios utilizados para producir los bienes y servicios de que se trata; (ii) en su caso, la remuneración de los trabajadores asalariados, y (iii) los beneficios obtenidos por el productor. La suma de estos tres elementos constituye el precio de producción. Para obtener el precio de salida de fábrica ha de sumarse al precio de producción (iv) una parte de los "impuestos ligados a la producción y a la importación" (también denominados "impuestos 6 indirectos"), y ha de restarse del precio de producción (v) una parte de las subvenciones. El valor considera como "producción de servicios destinados a la venta"; (ii) utilizar la vivienda para uso propio, que es lo mismo que decir (desde el punto de vista de la CNE) que, en lugar de vender el "servicio de alojamiento" prestado por la vivienda, los hogares "autoconsumen" dicho servicio, razón por la cual se conviene considerarlos también "producción de servicios destinados a la venta". Este último tipo de operación se conoce como alquileres imputados, por oposición a los "alquileres reales". 4 Los servicios que se incluyen en la producción imputada de servicios bancarios (P13) no son los servicios suministrados por las instituciones de crédito a sus clientes contra el pago de un precio de mercado (como por ejemplo el servicio de apertura o mantenimiento de una cuenta corriente, servicios por los que se cobra una comisión), sino los denominados "servicios bancarios", es decir, aquellos servicios que las instituciones de crédito prestan al actuar como intermediarios entre los que desean prestar dinero (acreedores) y los que desean que les sea prestado dinero (deudores). Obsérvese que las instituciones de crédito no cobran un precio de mercado individualizado por realizar este servicio de intermediación, sino que los ingresos que obtienen se deben a la diferencia o excedente entre el interés que cobran que al prestar dinero (disponibilidades financieras) a los deudores y el interés (inferior) que han de pagar a los acreedores que prestan ese dinero. 5 Dentro de P12 existen: (i) ciertos servicios que, por convenio, se consideran siempre destinados a la venta, y (ii) otros servicios que sólo se consideran destinados a la venta cuando la unidad residente que los produce obtiene la mayor parte de sus recursos (más del 50%) de la venta de su producción. En este último caso, si la unidad productora residente obtiene menos del 50% de sus recursos de la venta de estos servicios )lo que quiere decir la mayor parte de sus recursos proceden de transferencias públicas, contribuciones voluntarias de los hogares y rentas de la propiedad), los servicios producidos se consideran no destinados a la venta (P14). 6 Téngase en cuenta que los "impuestos indirectos" hacen aumentar el precio de producción de los bienes y servicios, ya que constituyen normalmente un "recargo" sobre dicho precio, mientras que las subvenciones hacen disminuir el precio de producción (porque son como impuestos indirectos "negativos"). Aunque más adelante se estudian detalladamente los impuestos indirectos y las subvenciones, señalaremos ahora cuales son los impuestos indirectos y las 4

de la producción imputada de servicios bancarios (P13) se mide por el excedente de las rentas obtenidas por las instituciones de crédito de la colación de fondos ajenos y los intereses que pagan por la disposición de dichos fondos a sus acreedores. El valor de la producción de los servicios colectivos (una parte de P14) se mide por los costes de producción (los costes de los bienes y servicios empleados en la producción más los costes laborales). El valor de la producción de servicios domésticos (el resto de P14) se mide por el importe de la remuneración 7 de los asalariados pagada al personal doméstico empleado por los hogares. 2. Consumo intermedio (P20): el consumo intermedio de las unidades de producción residentes representa el valor de todos los bienes (excepto los de capital fijo) y servicios destinados a la venta consumidos, en el período considerado (el año natural), para producir otros bienes y servicios. Adviértase que el consumo intermedio constituye un uso o empleo determinado de los bienes y servicios producidos, es decir, una manera de utilizar los recursos disponibles de bienes y servicios que han sido producidos por unidades residentes. 2.1. El consumo intermedio incluye: (1) los bienes comprados en el mercado y consumidos realmente en el proceso de producción por la unidad productora residente que los compra en el transcurso del período considerado; (2) los servicios destinados a la venta comprados por las unidades de producción residentes para producir otros bienes y servicios; (3) los bienes y servicios destinados a la venta autoconsumidos (para producir otros bienes y servicios) por las unidades productoras, y (4) la producción imputada de servicios bancarios. 2.2. El sistema de contabilidad nacional ofrece una lista completa de gastos en bienes y servicios 8 que deben contabilizarse como consumo intermedio, y otra lista completa de gastos en bienes 9 y servicios que no deben incluirse en el consumo intermedio. 3. Consumo de capital fijo (A1): representa la depreciación experimentada en el período considerado (el año natural) por el capital fijo, como consecuencia del desgaste normal y de la obsolescencia previsible, incluyendo una provisión para pérdidas de bienes de capital fijo como consecuencia de daños por accidente asegurables. El consumo de capital fijo debe calcularse para todos los bienes de capital fijo reproducibles (bienes que son objeto de la formación bruta de capital fijo), excepto para los bienes de capital de utilización colectiva y de vida útil indeterminada (carreteras, puentes, etc.). El consumo de capital fijo no se calcula en base a las amortizacio- subvenciones que se tienen en cuenta en la valoración de la producción de bienes y servicios a precios de salida de fábrica y cuales no se tienen en cuenta. En concreto, a la valoración de P11 y P12 a precios de producción: (i) se suman los impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22), y (ii) se restan las subvenciones de explotación (R31). Por otra parte: (i) no se suma el IVA que grava los productos (R21); (ii) ni se suman los impuestos ligados a la importación excluido el IVA (R29); finalmente, (iii) no se restan las subvenciones ligadas a la importación (R39). Todas estas categorías se definirán con precisión posteriormente. 7 El problema que surge en la valoración de los servicios colectivos consiste en que dichos servicios no pasan por el mercado (en lugar de venderse, se ofrecen a los hogares a título gratuito o semi-gratuito), de manera que no existe un precio de mercado para estos servicios (piénsese en el servicio prestado por la administración de justicia o en el servicio prestado por las universidades públicas). Por eso se valoran, por convenio, por lo que cuesta producirlos. 8 Por ejemplo, las compras por las unidades de producción de pequeño utillaje, ropa de trabajo, piezas de recambio y bienes duraderos de pequeño valor (menos de 100 ECUs) o con una vida útil normalmente inferior al año. Y también las compras de bienes y servicios necesarios para la conservación y reparaciones destinadas a mantener los bienes de capital fijo en buen estado de funcionamiento. 9 Por ejemplo, las compras de bienes de equipo cuyo período normal de utilización supera el año, o los gastos de grandes reparaciones de inmuebles de capital fijo y los gastos para mejoras y reparación de bienes muebles de capital fijo destinadas a prolongar su vida útil, a aumentar su capacidad de producción o su rendimiento. 5

nes fiscales o contables, sino en base al valor de las existencias de capital fijo y a la duración económica probable de los bienes que las conforman, según el método de amortización lineal (amortizando su valor uniformemente durante la vida útil del bien de capital). 4. Impuestos ligados a la producción y a la importación (R20): son pagos obligatorios de las unidades de producción recaudados por las administraciones públicas o por las instituciones comunitarias europeas, y gravan la producción y la importación de bienes y servicios o la utilización de factores de producción; estos impuestos se pagan independientemente de la realización de beneficios de explotación. Los impuestos ligados a la producción y a la importación (R20) se dividen en: (1) IVA que grava los productos (R21); (2) impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22), y finalmente (3) impuestos ligados a la importación excluido el IVA (R29). 4.1. IVA sobre los productos (R21): la rúbrica R21 comprende el impuesto sobre el valor añadido percibido por el Estado que grava los productos nacionales o importados y, en su caso, otros impuestos deducibles según modalidades análogas a las vigentes para el IVA. Para la economía nacional, el IVA sobre productos equivale al saldo entre el total del IVA facturado y el total del IVA deducible. Téngase en cuenta que se distinguen tres operaciones distintas en relación al régimen del IVA: (a) el "IVA facturado" por el productor, que es el IVA que éste calcula al tipo aplicable al producto vendido y que factura a todo comprador; (b) el "IVA deducible", que es el IVA calculado al tipo aplicable sobre los productos comprados por el productor, y que éste ha pagado 10 como consecuencia de la adquisición de inputs intermedios y otros bienes cuya adquisición da derecho al productor a deducir el IVA que le han facturado; (c) el "IVA que grava los productos", que es el saldo entre el IVA facturado por el productor sobre cada producto y el IVA deducible por los otros productores sobre la compra de este mismo producto. 4.2. Impuestos ligados a la producción excluido el IVA (R22): se incluyen en R22 todos los impuestos y tasas que gravan la actividad productiva distintos del IVA. Esta rúbrica se desglosa en: (a) impuestos sobre los productos (R221), que se recaudan proporcionalmente al valor o cuantía de los bienes y servicios producidos )por ejemplo, los impuestos sobre consumos específicos, como los impuestos sobre el consumo de tabaco o gasolina); (b) otros impuestos ligados a la producción (R222), que gravan la utilización de factores de producción así como ciertos requisitos necesarios para la actividad productiva )como, por ejemplo, el impuesto municipal sobre bienes inmuebles). 4.3 Impuestos ligados a la importación excluido el IVA (R29): la rúbrica R29 comprende los pagos obligatorios recaudados por las administraciones públicas o por las instituciones comunitarias europeas sobre bienes importados, excluido el IVA, a fin de admitirlos en libre circulación en el territorio económico del país. Este es el caso de los derechos de aduana y los 11 gravámenes sobre productos agrícolas importados, entre otros. 5. Subvenciones (R30): son transferencias corrientes que las administraciones públicas o las instituciones comunitarias europeas )en el marco de su política económica y social) efectúan a las unidades residentes que producen e importan bienes y servicios destinados a la venta con el fin de influir en los precios y/o permitir una remuneración adecuada de los factores de 10 Se suele denominar "inputs intermedios" a los bienes y servicios que el productor adquiere en concepto de consumo intermedio. El derecho que tiene el productor a deducir el IVA que le facturan en la compra de estos inputs se debe al propio régimen del IVA, que grava únicamente el "valor añadido" por los productores. 11 La Contabilidad Nacional de España, siguiendo las reglas del Sistema Europeo de Cuentas Económicas integradas (SEC), establece la ubicación específica de todos los impuestos ligados a la producción y a la importación en las rúbricas correspondientes. 6

producción. La subvenciones (R30) son de dos tipos: (a) subvenciones de explotación (R31), y (b) subvenciones a la importación (R39). Las subvenciones de explotación (R31) se subdividen, a su vez, en "subvenciones a los productos" (R311) )que son todas la subvenciones concedidas proporcionalmente a la cantidad o al valor de los bienes y servicios producidos) y "otras subvenciones de explotación" (R312) )que son las no ligadas a la cantidad o valor de los bienes y servicios producidos o vendidos por la unidades de producción residentes). Las subvenciones a la importación (R39), por su parte, son las subvenciones concedidas a productos importados antes de que estos productos sean puestos en circulación en el territorio económico del país. La diferencia entre los "impuestos ligados a la importación excluido el IVA" (R29) y las "subvenciones a la importación" (R39) es lo que el sistema de contabilidad nacional denomina impuestos netos ligados a la importación excluido el IVA (R29-R39). 6. El producto interior bruto a precios de mercado (N1): representa el resultado final de la actividad de producción de las unidades de producción residentes, y corresponde a la producción total de bienes y servicios de la economía (P10), menos el total de consumos intermedios (P20), más el IVA que grava los productos (R21) y más los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39). Es decir: N1=P10-P20+R21+(R29-R39) [1] El producto interior bruto a precios de mercado (N1) es un agregado económico, es decir, una magnitud de síntesis que mide el resultado de la actividad (en este caso, de la actividad de producir) del conjunto de una economía. Deduciendo del producto interior bruto a precios de mercado (N1) el consumo de capital fijo (A1) se obtiene el producto interior neto a precios de mercado (N11). Es decir: N11=N1-A1 [2] El producto interior bruto a precios de mercado (N1) también es igual a la suma de los valores añadidos brutos a precios de mercado (que notaremos por VABpm) de las diferentes ramas (supondremos "n" ramas), más el IVA que grava los productos, y más los impuestos netos ligados a la importación. Es decir: N1 = VABpm + R21 + (R29-R39) [3] i i 7. Correspondencia entre categorías teóricas y magnitudes contables. Ahora podemos establecer una equivalencia directa entre las magnitudes contables definidas anteriormente y las categorías teóricas correspondientes que hemos estudiado. En efecto, el producto interior neto a precios de mercado (N11), que representa la producción final neta de bienes y servicios en la economía nacional durante el año, es el equivalente contable de la categoría teórica definida como producto neto (QN). En segundo lugar, la categoría teórica producto total (QT) podría asimilarse contablemente, en principio, con la producción de bienes y servicios (P10); sin embargo, como hemos visto, surgen algunos problemas contables al valorar P10, debido a los impuestos indirectos [de hecho, podría haber soluciones distintas a estos problemas, y el sistema de contabilidad nacional adopta una de estas posibles soluciones]; por esta razón, es más correcto decir que el producto total en términos teóricos, QT, equivale a la suma siguiente: [P10+R21+(R29-R39)]. Finalmente, la "reposición del capital (circulante y fijo) utilizado en la producción del producto total", categoría teórica que denominábamos simplemente producto de reposición (QR), se corresponde contablemente: (i) en lo que se refiere a la reposición de las materias primas y otros medios de producción consumidos por completo en la producción total anual (que equivale al capital circulante empleado), con el consumo intermedio (P20); (ii) en lo que respecta a la 7

reposición del desgaste sufrido por la maquinaria y otros bienes de capital fijo, con el consumo de capital fijo (A1). De esta manera, puede decirse que el producto de reposición, QR, se mide contablemente por la suma [P20+A1]. Nótese que las relaciones teóricas entre las magnitudes estudiadas pueden medirse realmente ahora para la economía española. Así, substituyendo N1 en la ecuación [1] por su valor en la ecuación [2], reagrupando los sumandos y cambiando términos, tenemos que: [P10+R21+(R29-R39)] = [P20+A1] + N11 [4].))))))))0))))))))-.))0)))-.0- Q T = QR + QN [5] La correspondencia anterior es importante, en primer lugar, porque nos permite medir empíricamente el producto neto de un país cada año, de tal suerte que podremos comparar fácilmente el valor de QN de un año a otro y, de esta forma, averiguar si ha aumentado, ha permanecido constante o ha disminuido (es decir, realizar "comparaciones en el tiempo"). En segundo lugar, también es importante porque nos permitirá comparar el producto neto de unos países con otros (con mayor generalidad, nos permitirá realizar "comparaciones en el espacio"). En ambos casos, podremos llegar conclusiones significativas, es decir, estaremos en disposición 12 de conocer varios aspectos reales de la economía española. 8. La Cuenta de Producción de la Economía Española: la forma más sencilla de presentar las categorías contables que hemos estudiado, cuyas relaciones básicas se representan en la ecuación [4], es elaborar la Cuenta de Producción de la Economía Nacional. Esta cuenta muestra las operaciones que constituyen el proceso de producción propiamente dicho, y puede elaborarse no sólo para toda la economía del país (economía nacional), sino también para las diferentes ramas de actividad. Para el caso de una rama, esta cuenta tiene en recursos la producción, y en empleos el consumo intermedio, y tiene como saldo el "valor añadido bruto a precios de mercado"; deduciendo de este último el consumo de capital fijo, se obtiene el "valor añadido neto a precios 13 de mercado". La cuenta de producción de la economía nacional incluye en recursos, además de la producción de bienes y servicios, el IVA que grava los productos y los impuestos netos ligados a la importación. Ello permite deducir como saldo el producto interior bruto a precios de mercado y, restando de este último el consumo de capital fijo, el producto interior neto a precios de mercado. A modo de ilustración, en el Cuadro 1 se ofrece la Cuenta de Producción de la Economía Española (C1) para 1986. 12 Debe advertirse, sin embargo, que a menudo es habitual utilizar en este tipo de comparaciones N1, es decir, el producto interior bruto a precios de mercado, en lugar de N11, el producto interior neto a precios de mercado. En todo caso, debe afirmarse que las conclusiones a que se llega utilizando N1 o N11 en relación al conocimiento de la economía nacional son similares. 13 Los recursos de la cuenta de producción representan el valor total de la producción de bienes y servicios )de la economía nacional o de una rama de producción determinada); es decir, el resultado global (en términos monetarios) del proceso de producción de la economía o de la rama. Los empleos de la cuenta de producción representan el valor de los bienes y servicios que ha sido necesario consumir en el proceso de producción para elaborar la producción total. El saldo de la cuenta representa el valor del resultado final del proceso de producción. Por otra parte, el "valor añadido (bruto o neto) a precios de mercado" es a la rama de producción lo que el "producto interior (bruto o neto) a precios de mercado" es a la economía nacional. En realidad, como ya sabemos, el primero no es sino una parte del segundo. 8

RECURSOS Cuadro 1 Cuenta de producción (C.1) de la economía española. Año 1986. Unidad: Millones de pesetas EMPLEOS P10 Producción de bienes y servicios 56.998.825 26.471.782 Consumo intermedio P20 R29-R39 Impuestos netos ligados a la importación 329.154 32.323.992 Producto interior bruto a precios de mercado N1 R21 IVA que grava los productos 1.467.795 3.857.866 Consumo de capital fijo A1 28.466.126 Producto interior neto a precios de mercado N11 TOTAL 58.795.774 58.795.774 TOTAL Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1991). A continuación se presentan en el Cuadro 2 las cuentas de producción de seis grandes ramas de actividad )cada una de estas grandes ramas se divide, a su vez, en distintas ramas de actividad, cuyo proceso de producción también es susceptible de presentarse mediante cuentas de producción propias) en que se puede desagregar la economía nacional desde el punto de vista del proceso de producción. Estas ramas de actividad son las siguientes: (1) productos de la agricultura, silvicultura y pesca; (2) productos energéticos; (3) productos industriales; (4) construcción e ingeniería civil; (5) servicios destinados a la venta, y finalmente (6) servicios no destinados a la venta. Ahora puede comprobarse la veracidad de la segunda definición de producto interior bruto a precios de mercado (N1) que viene dado por la ecuación [3] del apartado 6. En efecto, sumando los "valores añadidos brutos a precios de mercado" (que abreviaremos por VABpm) de estos seis grandes grupos de ramas de actividad, y sumando el IVA que grava los productos (R21) y los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39), se obtiene el producto interior bruto a precios de mercado (N1): Obsérvese que, para calcular el producto interior bruto a precios de mercado (N1) por este procedimiento, se ha considerado una desagregación de la economía nacional de sólo seis ramas (es decir, de acuerdo con la formulación expresada en la ecuación [3], se trata aquí simplemente de que n=6); no obstante, como ya se ha señalado, dado que estas seis grandes ramas pueden subdividirse, a su vez, en varias ramas de actividad, el resultado final no hubiera variado si el número de ramas de actividad considerado fuera superior. 9. El producto interior bruto por habitante en España: el producto interior bruto a precios de mercado por habitante, o producto per cápita (que designaremos por Q H), es un indicador simple y muy habitual para medir el "nivel de vida medio" de la población de un país 14 14 Aunque sería más correcto utilizar como el producto interior neto a precios de mercado por habitante, o producto neto per cápita, la costumbre ha consagrado al producto bruto per cápita como el indicador más utilizado y conocido. No obstante, como indicadores agregados del nivel de vida medio ambos arrojan resultados similares. 9

Cuadro 2 Ramas de Actividad. Cuenta de Producción (C1). Año 1986 Unidad: Millones de pesetas ====================================================================================================================== RAMAS DE ACTIVIDAD CD RECURSOS CD EMPLEOS ====================================================================================================================== 1. Productos de la agricultura, silvicultura y pesca P10 3.623.519 P20 1.808.468 N1 1.815.051 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 2. Productos energéticos P10 3.489.838 P20 1.565.635 N1 1.924.203 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 3. Productos industriales P10 18.950.497 P20 11.447.652 N1 7.502.845 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 4. Construcción y obras de ingeniería civil P10 4.021.158 P20 1.918.516 N1 2.102.642 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 5. Servicios destinados a la venta P10 21.521.426 P20 8.280.339 N1 13.241.087 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 6. Servicios no destinados a la venta P10 5.392.387 P20 1.451.172 N1 3.941.215 ====================================================================================================================== Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1991). 10

La razón de utilizar este indicador, en lugar de utilizar directamente el producto interior bruto a precios de mercado, es la siguiente: la misma cantidad de producto interior bruto )es decir, de bienes y servicios producidos en el año que está a disposición de la población para satisfacer sus necesidades) puede dar lugar a distintos "niveles de vida medio", según sea el 15 tamaño de la población. El producto per cápita se calcula sencillamente dividiendo el producto interior bruto a precios de mercado (N1) entre el número de habitantes del país (H), ambos en el año considerado; es decir Q H = (N1/H). Así, para el año 1986, en que la población de derecho en España era de 38.604.500 personas, el producto per cápita correspondiente a ese año, Q H(86), era 16 de aproximadamente 837.311 pesetas por habitante. Debe advertirse, sin embargo, que Q H presenta serios problemas como indicador del nivel de vida de la población nacional (y aún más problemas como indicador del grado de "desarrollo económico" de un país). La razón fundamental estriba en que este indicador refleja simplemente la situación promedio, no la situación real. El producto interior bruto a precios de mercado no se distribuye proporcionalmente (o, por emplear otra palabra, no se distribuye "por partes iguales") entre las personas que forman la población del país. En realidad, no es cierto que corresponda a cada habitante la misma "porción" del producto; por el contrario, mientras algunos individuos acaparan grandes cantidades de bienes y servicios, otros individuos apenas si alcanzan, a lo sumo, a obtener los bienes y servicios necesarios para garantizar la subsistencia. Además, téngase en cuenta que el nivel de vida se mide exclusivamente en función de los bienes y servicios producidos en el año de que dispone la población, sin tener en cuenta que algunos individuos (los que obtienen la "porción" mayor del producto) acumulan bienes año tras año, amasando así grandes fortunas, mientras que otros (la gran mayoría de los trabajadores 17 asalariados) "viven al día", es decir, no tienen posibilidad de acumular bienes. No obstante, este indicador puede ser útil en dos sentidos. En primer lugar, puede servir para medir los cambios en el nivel de vida medio de la población a lo largo del tiempo (es decir, para realizar comparaciones en el tiempo del nivel de vida medio de la población), y así comprobar si éste mejora (aumenta), se mantiene igual (permanece constante) o empeora (se reduce). Así, considerando que el producto interior bruto a precios de mercado equivalía en 15 Piénsese en dos países distintos, A y B, en los que, en el mismo año, se hubiera producido exactamente la misma cantidad de bienes y servicios que forman el producto interior bruto a precios de mercado, pero que la población en el país A fuera el doble de la población en el país B. Qué país tiene un nivel de vida más alto? Aunque responder a esta pregunta es más complicado de lo que parece, salta a la vista que, en principio, es posible que cada habitante del país B tenga un nivel de vida dos veces superior al correspondiente a cada habitante del país A, porque, por término medio, tiene a su disposición el doble de bienes y servicios, y ello aunque el producto interior bruto a precio de mercado sea exactamente el mismo. Esto no quiere decir, sin embargo, que comparar directamente el producto interior bruto a precios de mercado de dos países no sea útil. Así, si se compara a este respecto, por ejemplo, España con Estados Unidos, resulta que el producto interior bruto norteamericano, en el año 1986, era más de dieciocho veces el español, lo que es indicativo del tamaño de la economía española en relación a la del gigante norteamericano. Dentro de Europa, el producto interior bruto alemán (antigua RFA) representaba, en ese mismo año, casi cuatro veces el español, que a su vez era casi ocho veces el producto interior bruto portugués. Comparando la magnitud absoluta del producto interior bruto entre países podemos extraer conclusiones sobre el tamaño relativo de las economías nacionales, pero no nos aproximamos al nivel de vida de la población en esos mismos países. Así, por ejemplo, aunque el producto interior bruto de Suecia era algo más de la mitad del español en el año 1986, como se acaba de indicar, el producto per cápita sueco era mas de dos veces y media el correspondiente a España. Véase OCDE (1994), pp. 124-125 (Cuadro 13) y pp. 128-129 (Cuadro 21). 16 Siguiendo el mismo procedimiento, puede calcularse también el producto neto per cápita, que sería igual al resultado de dividir el producto interior neto a precios de mercado (N11) entre el número de habitantes del país (H), ambos en el años considerado. En este caso, el producto neto per cápita español del año 1986 sería de unas 737.378 pesetas por habitante. 17 Puede decirse, adicionalmente, que lo que hemos venido denominando "nivel de vida" no está exclusivamente dado por la cantidad de bienes y servicios de que se dispone, sino que hay muchos otros factores que influyen de forma importante en el mismo, y que naturalmente no se reflejan en este tipo de indicadores. 11

18 España en el año 1980 a unos 29.027.187 millones de pesetas constantes, y que la población española en ese año era de 37.579.800 personas, el producto per cápita de ese año, Q H(80), se cifra en unas 772.415 pesetas por habitante. Es evidente que, si se compara Q H(80) con Q H(86), se concluye que la cantidad de bienes y servicios que corresponde a cada habitante ha aumentado en promedio, a lo largo de esos cinco años, en algo menos de 65.000 pesetas. Pero esto no quiere decir necesariamente que la gran mayoría de la población haya mejorado su nivel de vida, ya que puede suceder perfectamente que sólo haya mejorado el nivel de vida de una pequeña minoría. Por esta razón, es difícil inferir resultados concluyentes sobre el nivel de vida de la población que es capaz de suministrar la economía española, a partir de este indicador, para el período 1980-1986. En segundo lugar, este indicador pueden también ser de utilidad para comparar los niveles de vida medio de dos o más países (y también de dos o más regiones dentro de un mismo país), es decir, para realizar comparaciones en el espacio. En primer lugar, abordaremos las comparaciones internacionales. Surge inmediatamente el problema de que las monedas de los países son distintas, y es necesario expresar el producto interior bruto a precios de mercado en una moneda común. La OCDE ofrece datos del producto interior bruto a precios de mercado por 19 habitante en moneda común (dólares). Por ejemplo, de acuerdo con estos datos, y para el año 1986, mientras Q H era en Estados Unidos de 17.510 dólares, Q H era en España de 5.969 dólares. Es decir, de acuerdo con este indicador, el nivel de vida de cada habitante de España era, por término medio, la tercera parte del nivel de vida correspondiente a cada habitante de Estados Unidos. Por otra parte, dentro de la Unión Europea, el producto per cápita español era el más bajo, con la sola excepción de Portugal y Grecia. También en este caso los datos deben tomarse con precaución, pues si la distribución del producto interior bruto a precios de mercado en EE.UU. era más desigual que en España en ese año, es posible que la diferencia en el nivel de vida de la mayoría de los habitantes de ambos países no fuera tan grande como la que mide el indicador Q H. Pese a todo, es posible afirmar que el nivel de vida en EE.UU. era, sin duda, significativamente superior al de España en el año 1986. Una conclusión similar se obtiene si se compara, en términos de Q H, el nivel de vida medio español con el correspondiente al conjunto de países que forman la Unión Europea. El segundo tipo de comparaciones en el espacio que vamos a estudiar es el de las comparaciones inter-regionales. Se trata en ese caso de estudiar el valor añadido bruto por habitante de las distintas regiones españolas (comunidades autónomas). En este caso, debemos tener presente que, al igual que para las ramas de actividad, la suma del "valor añadido bruto a precios de mercado" (VABpm) de los ("j") entes territoriales en que se divide el territorio nacional, más el IVA que grava los productos (R21), más los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39) es igual al producto interior bruto a precios de mercado (N1): [6] El Cuadro 3 sintetiza el cálculo del "valor añadido bruto por persona" (en tanto que indicador del producto per cápita) para las diecisiete regiones (lo que significa sencillamente que 18 Surge aquí un problema, que tendremos ocasión de analizar con más detalle en el tema siguiente del Programa de la Asignatura, que se deriva de la depreciación de la moneda (el problema de la inflación). Si podemos decir que una peseta del año 1980 "vale más" (es decir, permite comprar más productos) que una peseta del año 1986, entonces no sería correcto comparar el producto interior bruto a precios de mercado de esos dos años valorándolos con pesetas que no "valen" lo mismo. Para resolver este problema es necesario "deflactar" el producto interior bruto a precios de mercado, es decir, expresar esta magnitud en pesetas que "valgan lo mismo" (es decir, en "pesetas constantes"). En este caso, el producto interior bruto a precios de mercado del año 1980 se mide "en pesetas de 1986" (al que se denomina "año base"), esto es, por la cantidad de pesetas que en 1986 serían necesarias para comprar la cantidad de bienes y servicios producidos en 1980. 19 Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE): National Accounts (Main Agreggates). Volume I. 1960-1992. París, OCDE, 1994; pp. 129, Cuadro 21. 12

j= 17) españolas en 1986, año que venimos tomando como punto de referencia para en las comparaciones. Cuadro 3 Producto regional por habitante. Año 1986 Unidad (Q ): pesetas por personas H COMUNIDADES AUTÓNOMAS VABpm Habitantes QH Andalucía 4.063.544 6,7732 599.944 Aragón 1.031.796 1,2210 845.042 Asturias (Principado de) 861.515 1,1359 758.443 Baleares (Islas) 690.624 0,6760 1.021.633 Canarias 1.146.702 1,4475 792.195 Cantabria 396.965 0,5257 755.117 Castilla y León 1.903.944 2,6349 722.587 Castilla- La Mancha 1.086.279 1,7052 637.039 Cataluña 5.535.511 5,9736 926.662 Comunidad Valenciana 3.017.757 3,7531 804.071 Extremadura 554.141 1,1190 495.211 Galicia 1.788.106 2,8170 634.755 Madrid (Comunidad de) 4.609.632 4,7992 960.500 Murcia (Región de) 775.743 1,0025 773.808 Navarra (Comunidad Foral de) 489.548 0,5192 942.889 País Vasco 2.171.900 2,1192 1.024.868 Rioja (La) 284.993 0,2611 1.091.509 Ceuta y Melilla 83.813 0,1212 691.526 Extra-Regio 34.530 - - España 30.527.043 38,6045 790.764 Fuente: Contabilidad Regional de España. INE (1993). Adviértase que, de acuerdo con los datos presentados en el Cuadro 3, es posible concluir que existe una importante asimetría en la distribución regional del producto per cápita español en el año de referencia, lo cual es indicativo de la existencia de fuertes desequilibrios regionales en la economía española. Así, por una parte, nos encontramos con regiones con un nivel de vida medio muy inferior al del conjunto del país: Extremadura, Andalucía, Galicia, 20 Castilla-La Mancha y Ceuta y Melilla. Por contra, nos encontramos también con regiones con un nivel de vida medio muy superior al del conjunto nacional: La Rioja, País Vasco, Baleares, 21 Madrid, Navarra y Cataluña. Es habitual referirse a estas diferencias del nivel de vida medio 20 Estas cinco Comunidades autónomas agrupan aproximadamente 12,5 millones de habitantes, el 32,4% de la población española correspondiente al año 1986. 21 Estas cinco comunidades autónomas agrupan aproximadamente 13,7 millones de habitantes, que supone un 35,4% de la población española en el año de referencia. 13

entre los distintos territorios dentro de la economía nacional como diferencias en el grado de desarrollo económico. La estudio del desarrollo económico, y por tanto el análisis de la dialéctica entre zonas desarrolladas y zonas subdesarrolladas, tanto a escala nacional como a escala mundial, va sin embargo más allá de la simple constatación empírica de la presencia de desigualdades radicales en la distribución del producto, pues se trata de un fenómeno de 22 carácter estructural. En el caso específico de Andalucía, la comunidad autónoma con el producto per cápita más bajo del país a excepción de Extremadura, el valor añadido bruto por habitante en 1986 era inferior a las 600.000 pesetas, unas 190.000 pesetas menos que el correspondiente al conjunto 23 nacional. Esto significa que el valor añadido bruto que, en promedio, corresponde a cada habitante de Andalucía era, para el año de referencia, menos de 65% del correspondiente a cada habitante de las cinco regiones más desarrolladas del país, citadas anteriormente. 10. La productividad aparente del trabajo en España: una primera aproximación al problema de medir la capacidad productiva del trabajo de la economía nacional (o de una rama de actividad en particular), esto es, al problema de medir la "producción por unidad de trabajo" en esa economía o rama de actividad, consiste en utilizar como medida de la "producción" el producto 24 interior bruto a precios de mercado (N1), y como medida de la "unidad de trabajo" el número de personas ocupadas en la elaboración de dicha "producción" (que notaremos por O). Este indicador se conoce como productividad aparente del trabajo, que designaremos por Q O. Es decir, Q O = (N1/O). La CNE ofrece, como sabemos, estimaciones de N1, y también ofrece estimaciones del número de personas ocupadas o empleadas (distinguiendo entre empleados asalariados y empleados totales), tanto para la economía nacional como para las distintas ramas de actividad. El SEC define la población ocupada o empleada como aquella que comprende todas las personas que realizan una actividad considerada como productora en el sentido de la contabilidad nacional (lo cual implica no solo producir en sentido propio, sino también financiar, asegurar y redistribuir), ya sean estas personas civiles o militares, nacionales o extranjeras, siempre que estén establecidas en el país de manera permanente (es decir, por un período superior al año). Se incluyen en la población ocupada: asalariados, trabajadores por cuenta propia (empleadores y trabajadores independientes), ayudas familiares no remunerados (que colaboran de forma habitual en la empresa) y militares. Se trata de un concepto de población ocupada interior, de manera que comprende a todas las personas empleadas, residentes y no residentes, que trabajan en las unidades de producción residentes. La población ocupada asalariada es la parte de la población ocupada que trabaja para un empleador, público o privado, que recibe una remuneración en forma de sueldo, salario, comisión, propina, pago a destajo o pago en especie, en incluye no solo las personas vinculadas 22 Aunque el estudio de esta compleja problemática está fuera de los objetivos de este ensayo, pueden citarse dos textos de gran utilidad. El primero de ellos, todo un clásico del estructuralismo español, es el manual Estructura Económica: Teoría básica y estructura mundial, de los profesores José Luis Sampedro y Rafael Martínez Cortiña, publicado por Ariel, cuya tercera edición data de 1973. El segundo texto es un ensayo más reciente de Pablo Bustelo, en el que se realiza una síntesis bastante completa de los grandes temas y orientaciones teóricas en el estudio de esta problemática, que se titula Economía del Desarrollo: Un análisis histórico, publicado por Editorial Complutense, cuya segunda edición apareció en noviembre de 1992. 23 La cifra nacional, 790.764 pesetas, es inferior al producto per cápita español que para ese mismo año calculamos anteriormente (837.311 pesetas). La razón estriba en el hecho de que en el Cuadro 3 se ha considerado el VABpm para medir el producto, mientras que en el cálculo precedente consideramos N1, que como sabemos incluye, además del VABpm nacional, el IVA que grava los productos (R21) y los impuestos netos ligados a la importación (R29-R39). 24 Para las ramas de actividad y para los entes territoriales en que se desagrega la economía nacional se utiliza, lógicamente, el valor añadido bruto a precios de mercado (VABpm). Asimismo, para facilitar las comparaciones se utiliza a veces como medida de la producción final nacional el valor añadido bruto a precios de mercado de la nación, que es igual, de un lado, a la suma de los VABpm de las ramas de actividad, y de otro lado, también es igual a la suma de los VABpm del los entes territoriales. 14

a un empleador mediante contrato de trabajo, sino también los funcionarios civiles y otros empleados de las administraciones públicas cuyas condiciones de trabajo están reguladas por el derecho público, así como los militares de carrera, profesionales y de contingente obligatorio. Para medir la población asalariada el SEC utiliza las categorías de empleo medio y número de horas trabajadas. Por empleo medio se entiende el número de asalariados que han trabajado durante todo el año, teniendo en cuenta, en su caso, que algunas personas no trabajan como 25 asalariados durante todo el año. El número de horas trabajadas representa la cantidad de trabajo 26 realmente llevado a cabo en el curso de un año para obtener una determinada producción. Naturalmente, deduciendo de la población ocupada la población ocupada asalariada se obtiene la población ocupada no asalariada. 10.1. Productividad aparente del trabajo por ramas de actividad. En el Cuadro 4 se presenta el cálculo de la productividad aparente de trabajo tanto para la economía nacional de España como para las seis grandes ramas de actividad consideradas en el apartado anterior. Cuadro 4 Productividad aparente por ramas de actividad. Año 1986 Unidad (Q ): millones de pesetas por ocupado o RAMAS DE ACTIVIDAD VABpm Ocupados QO 1. Productos de la agricultura, silvicultura y pesca 1,82 1,65 1,10 2. Productos energéticos 1,92 0,16 12,00 3. Productos industriales 7,50 2,50 3,00 4. Construcción y obras de ingeniería civil 2,10 0,83 2,53 5. Servicios destinados a la venta 13,24 4,23 3,13 6. Servicios no destinados a la venta 3,94 1,94 2,03 Economía Nacional 30,53 11,30 2,70 Fuente: Contabilidad Nacional de España. INE (1993). O Como en el caso del producto per cápita, la productividad aparente del trabajo, Q, puede también utilizarse para realizar comparaciones en el tiempo y comparaciones en el espacio, lo que permite extraer conclusiones significativas para la economía española. Téngase en cuenta que la productividad aumenta en virtud del progreso técnico, de manera que los aumentos de Q O en el tiempo indicarán, en general, la presencia de progreso técnico en la economía nacional o en las distintas empresas y ramas de actividad. Por otra parte, el nivel de la productividad, cuando se hacen comparaciones en el espacio, es indicativo (como primera aproximación) de la capacidad de competir o "competitividad" de esos espacios o territorios (nacionales o regionales). En cualquier caso, puede hacerse un breve comentario sobre la información contenida en el Cuadro 3. En este sentido, es de destacar que las ramas de actividad contempladas presentan 25 Caso de los trabajadores ocasionales (con contratos de trabajo temporales) o temporeros. Así, si un asalariado solo ha trabajado seis meses en el año, se considera como ½ de persona ocupada (los asalariados a tiempo parcial que trabajen durante todo el año se consideran, sin embargo, una persona ocupada). No obstante, si existe información estadística para distintas a lo largo del año (como la Encuesta de Población Activa en España, que tiene un carácter cuatrimestral), se utiliza el promedio anual, y no se tiene en cuenta lo dicho anteriormente sobre trabajadores ocasionales y temporeros. 26 Adviértase que la productividad aparente del trabajo puede definirse también utilizando el número de horas trabajadas como "unidad de trabajo", en lugar del número de personas ocupadas (población ocupada, O). La CNE no calcula, sin embargo, el número de horas trabajadas, razón por la cual se utiliza en este contexto O para realizar las mediciones. 15

importantes diferencias en cuanto a la productividad aparente del trabajo. Así, el nivel de Q O en la rama de productos de la agricultura, silvicultura y pesca (1,1 millones de pesetas por ocupado) era inferior no solo al de la economía en su conjunto (2,7 millones de pesetas por ocupado), sino también al del resto de las ramas consideradas. La razón estriba fundamentalmente en el hecho de que esta rama es más difícil de mecanizar que otras ramas (piénsese, por ejemplo, en la producción olivarera), de manera que es lógico que se emplee relativamente más 27 trabajo para producir que en otras ramas. En segundo lugar, la producción industrial, que agruparía a las ramas de productos energéticos y productos industriales es la más productiva, porque es más fácil de mecanizar: si se mide Q O para las estas dos últimas ramas de actividad a la vez, el nivel de la productividad aparente del trabajo en la industria española en ese año sería de 3,54 millones de pesetas por ocupado, muy por encima del correspondiente a la economía nacional en su conjunto y también a la productividad aparente del trabajo de las otras ramas de actividad. En tercer lugar, mientras la rama de construcción e ingeniería civil tenía una productividad aparente del trabajo (2,53 millones de pesetas por ocupado) inferior a la de la economía nacional )esta rama, que a veces se incluye dentro de la producción industrial, emplea relativamente más trabajo que las ramas industriales en sentido estricto, también por razones estructurales), la rama de servicios destinados a la venta presentaba una productividad (3,13 millones de pesetas por ocupado) superior a la de la economía nacional. Finalmente, la rama de servicios no destinados a la venta presentaba una productividad (2,03 millones de pesetas por ocupado) inferior a la de la otra rama de servicios, y también a la de la economía nacional. Esto no significa necesariamente que la producción de servicios colectivos (que constituyen la mayor parte de los servicios que integran esta rama) sea menos productiva que la producción de servicios por las ramas que producen para la venta, porque ha de tenerse en cuenta que la valoración de los servicios públicos no es igual que la de los servicios privados, como hemos visto. 10.2 Productividad aparente del trabajo por regiones. Por otra parte, es posible realizar comparaciones de la productividad aparente del trabajo entre los distintos entes territoriales regionales (comunidades autónomas) en que puede desagregarse la economía nacional. El Cuadro 5 muestra los resultados obtenidos, en el año 1986, para las diecisiete comunidades autónomas en que se divide el territorio económico del país. Las comparaciones inter-territoriales de productividad dentro de una misma economía nacional son más difíciles de interpretar que, por ejemplo, las comparaciones inter-sectoriales (ramas de actividad). En este sentido, puede hablarse de dos causas generales para explicar las diferencias interterritoriales de productividad: (i) en primer lugar, las diferencias inter-territoriales de la productividad aparente de trabajo tienen origen en la distinta especialización económica de los entes territoriales considerados; (ii) en segundo lugar, estas diferencias se explican también por diferencias tecnológicas, debido a que dentro de cada rama de actividad pueden coexistir unidades productivas que utilicen distintas técnicas de producción, y estas unidades productivas 28 pueden estar distribuidas dentro del territorio nacional de manera desigual. Las cinco regiones españolas más productivas en 1986, que presentaban un producto por ocupado superior a tres millones de pesetas de acuerdo con los datos presentados en el Cuadro 5, eran (por este orden): País Vasco, Madrid, Canarias, Baleares y Cataluña. Por contra, las cinco regiones menos productivas eran (también por este orden): Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias y Cantabria. Los datos más destacables son, sin duda, los siguientes: entre las regiones más productivas no aparece la Comunidad Foral de Navarra, que sí se encuentra entre 27 No obstante, la productividad aparente del trabajo también se ve afectada por el carácter de la explotación agrícola. Por ejemplo, la calidad de la tierra que se cultiva y el grado de mecanización de las explotaciones agrarias (que está relacionado con el tipo de explotación (regadío o secano) y con el tamaño de las explotaciones), son también factores importantes a la hora de explicar las diferencias en el nivel de productividad. 28 El caso típico es que las unidades productivas que utilizan las técnicas de producción menos eficientes se concentren en las regiones menos desarrolladas económicamente, y, por el contrario, las unidades productivas que utilizan las técnicas más eficientes se concentren en las regiones económicamente más desarrolladas. 16

las regiones de mayor producto por habitante, pero sí Canarias, cuyo producto per cápita no se diferencia significativamente del correspondiente al conjunto nacional; por otra parte, entre las regiones menos productivas no aparecen Andalucía, aunque su productividad está claramente por debajo de la del conjunto nacional, ni tampoco Ceuta y Melilla, ambas con un reducido producto per cápita, pero sí aparecen Asturias y Cantabria, regiones que, en cualquier caso, presentan un producto per cápita inferior al nacional. Cuadro 5 Productividad aparente del trabajo por regiones. Año 1986. Unidad (Q ): pesetas por ocupado o COMUNIDADES AUTÓNOMAS VABpm Ocupados QO Andalucía 4.063.544 1,5757 2.578.882 Aragón 1.031.796 0,3847 2.682.080 Asturias (Principado de) 861.515 0,3592 2.398.427 Baleares (Islas) 690.624 0,2268 3.045.079 Canarias 1.146.702 0,3738 3.067.689 Cantabria 396.965 0,1618 2.453.430 Castilla y León 1.903.944 0,7930 2.400.938 Castilla- La Mancha 1.086.279 0,4732 2.295.602 Cataluña 5.535.511 1,8357 3.015.477 Comunidad Valenciana 3.017.757 1,1209 2.692.262 Extremadura 554.141 0,2681 2.066.919 Galicia 1.788.106 0,9951 1.796.911 Madrid (Comunidad de) 4.609.632 1,4740 3.127.294 Murcia (Región de) 775.743 0,2782 2.788.436 Navarra (Comunidad Foral de) 489.548 0,1755 2.789.447 País Vasco 2.171.900 0,6739 3.222.882 Rioja (La) 284.993 0,0938 3.038.305 Ceuta y Melilla 83.813 0,0281 2.982.669 Extra-Regio 34.530 0,0066 5.231.818 España 30.527.043 11,2981 2.701.963 Fuente: Contabilidad Regional de España. INE (1993) No obstante, estos datos confirman en general la idea de que las regiones más desarrolladas son las más productivas; y viceversa, las regiones de menor desarrollo económico son las menos productivas (aunque el dato de la región residual Extra-Regio debe considerarse una consecuencia del cómputo, más que un dato directamente interpretable). 17

11. La dinámica de la producción en España. Uno de los elementos más característicos de la economía aplicada se refiere al estudio de la dinámica de la producción. Este tipo de estudio consiste, básicamente, en la realización de comparaciones en el tiempo de una serie de indicadores a los niveles nacional, sectorial y territorial. En los siguientes apartado vamos a estudiar los siguientes aspectos de la economía española: (1) La dinámica de la producción nacional (1964-1994); (2) la dinámica de la estructura sectorial de la producción (1964-1994); (3) la dinámica de la especialización económica regional (1980-1993). En este apartado nos vamos a centrar en el estudio de la dinámica de la producción nacional para el período 1964-1994. Para realizar este estudio es necesario, ante todo, clarificar la forma en que se van a realizar las comparaciones en el tiempo de la magnitud seleccionada. En este sentido, es obligado definir la tasa de crecimiento anual (TCA) de la magnitud contable que vamos a utilizar para medir la producción, en este caso el producto interior bruto a precios de mercado (N1). Podemos, pues, definir la tasa de crecimiento anual de la producción )abreviadamente, TCA(N1)) de la forma siguiente: En esta expresión, los subíndices "t-1" y "t" representan dos años consecutivos. Por ejemplo, si queremos calcular la tasa de crecimiento anual de la producción en España correspondiente al año 1986, tenemos que t= 1986, (t-1)= 1985. Por tanto, N1 t= N1 1986, es decir, el producto interior bruto a precios de mercado del año 1986, que era de 32.323.992 millones de pesetas; por su parte, N1 t-1= N1 1985 es el producto interior bruto a precios de mercado del año 1985, que era de 28.200.885 millones de pesetas. Finalmente, si multiplicamos por 100, para expresar el resultado en tantos por ciento, tenemos que la tasa de crecimiento anual de la producción (medida por N1) en España en el año 1986: Es decir, la tasa de crecimiento anual de la producción en España correspondiente al año 1986 fue de 14,6% Esto significa sencillamente que el producto interior bruto a precios de mercado (N1) creció en 1986 un 14,6 con respecto al producto interior bruto a precios de mercado del año 1985; la razón estriba en que el crecimiento absoluto de N1 en el año 1986 con respecto a 1985, que se cifra en 4.123.107 millones de pesetas, representa el 14,6 de N1 en el año 1985. La tasa de crecimiento anual, TCA, puede calcularse para cualquier agregado contable (no solo para N1) y para todos los años que se deseen (siempre que se disponga de la cifra correspondiente al año anterior), y mide el crecimiento relativo de la magnitud considerada. Normalmente, cuando se habla de crecimiento económico se está haciendo referencia al crecimiento relativo de la producción. No obstante, surge aquí un problema que es necesario afrontar, problema que puede plantearse de la siguiente manera: es cierto que la "producción real", es decir, el "volumen" de N1, creció en España un 14,6 por ciento en el año 1986 con respecto al año 1985? Esto únicamente sería cierto si los precios de cada uno de los productos que forman materialmente N1 no hubieran variado entre 1985 y 1986. Adviértase que si el precio de los mismos productos (por ejemplo, 1 Kg de pollo) aumentan entre esos dos años (cosa que sucedería, por ejemplo, si 1 Kg de pollo tiene un precio de 100 pesetas en 1985 y de 110 pesetas en 1986), entonces la TCA(N1) no reflejará correctamente el crecimiento del "volumen de la producción" o "producción real". Cuando los precios corrientes de los productos aumentan de un año a otro, el crecimiento relativo que mide TCA(N1) no reflejará correctamente el crecimiento material o "real" de la 18

producción. El fenómeno económico en virtud del cual crecen los precios de los productos se conoce como inflación (en el ejemplo anterior, podríamos decir que el precio del pollo presenta una inflación anual del 10% en 1986, porque el precio de ese producto en 1986 es un 10 por ciento superior a su precio en 1985). El fenómeno contrario, la disminución de los precios de los productos (que es menos habitual en la actualidad), se conoce como deflación. No debe perderse de vista que estamos interesados en medir, ante todo, el crecimiento la "producción real" (recuérdese que en el Epígrafe 1.1. nos interesamos por el crecimiento de la producción y el excedente siempre en términos reales). La pregunta que debemos hacernos ahora, por tanto, es la siguiente: es posible medir el crecimiento de la "producción real"? Es decir, existe algún procedimiento para resolver el problema de la inflación al medir el crecimiento de la producción? Obsérvese que la inflación anual en el precio de los productos tiene el efecto siguiente: de un año a otro la unidad monetaria (en nuestro caso, la peseta) se deprecia, es decir "pierde valor", porque permite adquirir menos mercancías. Una manera de resolver el problema de la inflación en la medición del crecimiento económico consiste, por tanto, en expresar la producción de cada año en pesetas que "valen lo mismo", es decir, en lo que se suele denominar pesetas constantes. En el caso que se ha puesto como ejemplo, el producto interior bruto a precios de mercado del año 1985 podría expresarse en pesetas de 1986 (al que se denomina "año base"), es decir, por la cantidad de pesetas que serían necesarias en 1986 para adquirir el volumen 29 de producción de 1985. Se dice que una magnitud contable está deflactada cuando su valor está expresado en pesetas constantes (es decir, en pesetas del año base seleccionado). Para deflactar una magnitud contable determinada (como el producto interior bruto a precios de mercado), dicha magnitud debe sencillamente dividirse por un número índice, denominado deflactor, que refleja los 30 cambios en el nivel de los precios de un año a otro. Así, para deflactar el producto interior bruto a precios de mercado del año 1985, N1 1985, bastará dividir esta magnitud entre el número índice que se estime más adecuado; para este caso utilizaremos el deflactor implícito del producto interior bruto )abreviadamente, dn1), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, que toma 1986 como año base. El resultado de dividir N1 1985 a precios de ese año (precios corrientes) por el valor correspondiente a ese año del deflactor dn1 es el "producto interior bruto a precios de mercado de 1985 en pesetas constantes", o simplemente el "producto interior bruto a precios R de mercado de 1985 en términos reales", que designaremos por N1. Es decir: 1985 En este caso, se diría que el producto interior bruto a precios de mercado de 1985 en R términos reales (N1 1985) es de 31.321.697 millones de pesetas constantes (o, como sabemos que 1986 es el año base, podemos también decir "pesetas de 1986" en lugar de "pesetas constantes", o incluso "pesetas constantes de 1986"). Ahora estamos en disposición de comparar los cambios en el "volumen" de N1 entre 1985 y 1986, porque ambas magnitudes pueden expresarse en pesetas que "valen lo mismo", es decir, en "pesetas del mismo año" (en este caso, 1986) o 29 En principio podríamos tomar cualquier otro año (en vez de 1986) como año base. Sin embargo, puesto que el Instituto Nacional de Estadística toma actualmente como año base 1986 para realizar sus estimaciones en el marco de la Contabilidad Nacional de España, en lo que sigue nosotros adoptaremos este mismo año como año base. Los detalles del cómputo de los números índices, y en particular los problemas metodológicos derivados del establecimiento del años base, pueden consultarse en el documento normativo citado (SEC). 30 Hay distintos tipos de deflactores, en función de los productos a los que se refiera. Por ejemplo, uno de los deflactores más conocidos en es denominado índice de precios de consumo (IPC), que refleja los cambios en los precios de una amplia gama de productos que se destinan al consumo. Los deflactores se elaboran por diversos procedimientos; por ejemplo, el IPC se elabora por medio de una encuesta sistemática a una serie determinada de "puntos de venta". Los deflactores que nosotros vamos a utilizar se elaboran, por el contrario, a partir de la información de base con que se estiman las magnitudes de la CNE, y se les suele denominar deflactores implícitos. En este sentido, la tasa de inflación se mide sencillamente por la tasa de crecimiento del deflactor correspondiente; por ejemplo, la tasa de inflación anual de una economía (que expresa el incremento del nivel de precios en un año) suele medirse por la tasa de crecimiento anual del deflactor implícito del producto interior bruto a precios de mercado. 19

31 "pesetas constantes". Por tanto, podemos calcular la tasa de crecimiento anual de la producción "real" para 1986, considerando el valor de N1 correspondiente a los años 1985 y 1986 en pesetas constantes: De acuerdo con el cálculo anterior podemos afirmar que el crecimiento real de la producción en 1986 fue de 3,2% El Instituto Nacional de Estadística ha elaborado recientemente una serie homogénea para el producto interior bruto a precios de mercado (N1) que abarca el período 1964-1994, y ha elaborado también, para todos esos años, el deflactor implícito del producto interior bruto (dn1) con base en el año 1986. Podemos, por tanto, calcular: (i) la tasa de crecimiento anual de N1 en pesetas corrientes, TCA(N1), para el período 1965-1994; (ii) el R producto interior bruto a precios de mercado en términos reales (N1 ) para el período 1964-1994; R (iii) la tasa de crecimiento anual de N1 en pesetas constantes, TCA(N1 ), para el período 1965-1994. El Cuadro 6 muestra los resultados obtenidos de la tasa de crecimiento anual del producto interior bruto a precios de mercado tanto en pesetas corrientes (N1) como en pesetas constantes R (N1 ). Las cifras ofrecidas en el Cuadro 6 permiten obtener una serie de conclusiones significativas sobre la dinámica de la economía española a lo largo de las tres últimas décadas. En primer lugar, es visible que el crecimiento económico en España durante el período 1965- R 1994 no ha sido homogéneo. En efecto, de los datos del Cuadro 6 se desprende que la TCA(N1 ) presenta notables variaciones de un año a otro. Por ejemplo, mientras en 1969 esta tasa refleja un crecimiento de la producción real de 8,91% (el nivel más alto de todo el período), en 1993 la tasa refleja un crecimiento "negativo" (es decir, una disminución) de la producción real de - R 1,16%; entre estos dos extremos, la TCA(N1 ) presenta niveles muy dispares. Una forma útil de analizar la evolución en el tiempo de la producción real es tratar de establecer sub-períodos dentro del período 1965-1994. Por ejemplo, podemos distinguir fácilmente tres sub-períodos: (i) el sub-período 1965-1974, en que el crecimiento económico fue, R en promedio, de aproximadamente 6,38 por ciento (media aritmética de TCA(N1 ) en este subperíodo); (ii) el sub-período 1975-1984, en que el crecimiento real de la producción fue, en promedio, de aproximadamente 1,45 por ciento, y (iii) el sub-período 1985-1994, en que la R TCA(N1 ) presenta un nivel medio del orden de 2,9 por ciento. Nótese que el ritmo, mayor o menor, de crecimiento económico de estos sub-períodos tiene importantes repercusiones para la economía nacional. En efecto, como sabemos por el estudio de los factores que determinan el aumento del producto neto, es evidente que, cuanto mayor sea el crecimiento económico mayor capacidad tendrá la economía nacional para aumentar el nivel de empleo. Así, durante el sub-período expansivo 1965-1974, aunque buena parte del crecimiento de la producción se explica por el aumento de la productividad del trabajo, el elevado ritmo de crecimiento económico permitió, de acuerdo con las estimaciones de la EPA, la creación neta de más de 1,2 millones de empleos; por el contrario, durante el sub-período de crisis 1975-1984 (en el cual el crecimiento medio del producto interior bruto real fue menos de la cuarta parte del crecimiento medio del sub-período anterior), según la fuente citada, se destruyeron en términos netos más de 2 millones de empleos. En este último sub-período el aumento de la productividad del trabajo no sólo explica el crecimiento económico, sino también la espectacular destrucción de empleo; la consecuencia será, naturalmente, la gestación de un volumen masivo desempleo. Estudio aparte merece el sub-período más reciente, 1985-1994, a lo largo del cual es visible una importante recuperación del crecimiento económico entre 1985 y 1990, y una caída 31 Es obvio que para el año base, en este caso 1986, el deflactor toma como valor la unidad (es decir, dn1= 1), de manera que en este año el agregado contable en pesetas corrientes (pesetas del año considerado) que en pesetas R 1986 1986 constantes. Es decir: N1 = N. 20