Un saludo muy especial de bienvenida a la Universidad de Costa Rica y a este pequeño país, bañado por dos mares, que guarda una extraordinaria biodiversidad en bosques, montañas y aguas y una gran calidez en la amistad de su gente. Bienvenidos a nuestro país que, a pesar de sus problemas económicos y sus carencias, a querido proteger su naturaleza, educar a quienes lo habitan y establecer redes solidarias para mejorar la calidad de vida. Como Rectora de la Universidad de Costa Rica me siento muy complacida de recibirlos en nuestro campus universitario, me siento orgullosa de que como parte de la Red Latinoamericana de Voluntarios Universitarios que se constituye para apoyar el Servicio de Tecnologías de la Información de Naciones Unidas, UNITeS, nos hayan escogido para celebrar la III reunión anual, con la colaboración del Programa de Voluntarios de Naciones Unidas y la coordinación de la Universidad de Colima, México. Somos ya doce universidades de siete países, trabajando juntos y queremos ampliarnos para ampliar las oportunidades. Solamente hace tres años, 2004, que la Red existe y ya nos sentimos entusiasmados y comprometidos con el trabajo y los resultados que, a futuro, estoy segura lograrán cambios significativos para este continente tan diverso.
En este continente que lucha por alcanza un desarrollo más homogéneo y que sus poblaciones tengan una mejor calidad de vida. Un continente que joven, se asume con la fuerza del cambio y la necesidad de una renovación permanente. Que sabe que debe fortalecer sus competencias y modernizarse con las nuevas tecnologías de la información y con las propuestas informáticas más avanzadas, que quiere tener lo más sofisticado en tecnología, pero que es consciente de sus limitaciones. América Latina y el ex secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan estaba consciente de eso, no puede darse el lujo de producir una nueva inequidad con una mala estrategia. No puede arriesgarse a aumentar las diferencias entre las poblaciones con una nueva brecha: la brecha digital. Ni entre países, ni entre regiones, ni entre grupos sociales, ni entre edades o géneros... Ciertamente la problemática de los equipos, su costo, la dificultad para adquirirlos en un espacio donde las necesidades básicas aún ocupan un lugar importante, existe. Ciertamente no se puede tapar el sol con un dedo y pensar que una red, o una voluntad política o una ley pueden solucionar la inequidad.
Ciertamente la solución no está en nuestras manos, pero podemos contribuir a disminuir el impacto de la revolución digital, con una buena organización y el amplio compromiso de muchos. En este desafío de disminuir la brecha digital el recurso humano es uno de los ejes y fundamentos del cambio. Se necesita recurso humano capacitado que pueda redistribuir sus conocimientos a lo largo y ancho del continente: en instituciones, en gobiernos, en asociaciones, en grupos organizados, en empresas medianas y pequeñas... Especialmente en el espacio público y de las comunidades, pero también en el sector privado. Se necesitan muchas manos y muchos recursos económicos, por eso parece una excelente idea utilizar los pocos fondos disponibles- dada la magnitud de la empresa- para traslado y estadía y no para salarios. Por eso, parece una idea genial hacer un llamado a los voluntarios y voluntarias que, teniendo el conocimiento, quieran regalar sus horas para trasmitirlo. A los y las voluntarias que haciendo un trabajo útil, se den la oportunidad de conocer nuevos espacios, aprender de los otros, hacer nuevas amistades. Las Tecnologías de la Información y Comunicación, las llamadas TIC"s, resultan hoy indispensables para alcanzar un desarrollo acorde con el mundo. Es importante promoverlas,
ampliarlas e intercambiar aplicaciones y experiencias. Formar una red de conocimiento. En la Universidad de Costa Rica hemos hecho insignes esfuerzos por mejorar las bases de datos, las conexiones, los equipos y a nivel de formación contamos con una fuerte carrera y un posgrado en Computación e Informática, una escuela de Ciencias de la comunicación colectiva, otra de Bibliotecología y Ciencias de la Información y muchos otros espacios, como las ingenierías, donde los estudiante se preparan en estos campos. Además el acceso temprano al mundo de la informática de muchos y muchas jóvenes aumentao su potencial y sus conocimientos y les permiten inclusive, proponer e innovar. En la UCR, nos hemos entusiasmado con las nuevas tecnologías, con el Internet en sus versiones más modernas, con el acceso inalámbrico. Nos hemos comprometido con un acceso de calidad y una propuesta que realmente logre la inclusión y la equidad. Por eso estamos trabajando, como institución, con el programa de bibliotecas accesibles, con la conexión intersedes, recintos, hospitales escuelas, estaciones experimentales y otras instalaciones universitarias fuera del campus...
Nos hemos comprometido con las poblaciones con discapacidad - auditiva, visual, motora...- tratando de que brindarles el mejor acceso y la mayor participación. Hemos contribuido con proyectos de trabajo comunal universitario, con investigaciones, con programas de educación continua, de capacitación para hacer que el sueño de un país conectado en redes sea una realidad. Nos interesa fundamentalmente el trabajo en equipo, con las distintas instancias gubernamentales, instituciones, organizaciones, empresas, para mejorar las condiciones de vida, de acceso y participación sobre todo de las poblaciones con mayor vulnerabilidad, ya sea por su condición de género, edad, etnia, discapacidad o condición socio económica. Por eso nos interpela el espacio virtual y las posibilidades que abre, por eso nos preocupamos por disminuir la brecha digital y las barreras que impidan, como ya señalamos el acceso. Por eso nos interpela y podemos colaborar con una propuesta como al de esta RED. Ya son diez los voluntarios que hemos mandado a otros países con nuestro Programa de Voluntariado que tenemos ubicado en la Vicerrectoría de Vida Estudiantil. Un Programa relativamente nuevo que bajo la dirección de Ligia Delgadillo y el apoyo del Magíster Carlos Villalobos, nuestro Vicerrector, se ha ampliado y fortalecido en coordinación con la Vicerrectoría de Acción Social.
Un dato, tal vez interesante para ustedes, es que nuestros estudiantes tienen el derecho y la obligación, como parte de su desarrollo y formación integral, de hacer un trabajo comunal universitario de 300 horas. Un trabajo en y con la comunidad, que ahora admite también voluntarios. Esta organización del TCU, que tanto impacto ha tenido en instituciones, organizaciones, comunidades, junto con el voluntariado nos ha dado una gran y valiosa experiencia que nos gustaría compartir. Les agradezco de nuevo su decisión de contar con nosotros como Sede y les auguro unos días provechosos y agradables. Gracias y muchos éxitos.