Venezuela necesita más, no menos, Apertura José Luis Cordeiro Es muy difícil referirse a Venezuela y no pensar inmediatamente en su increíble potencial energético. Venezuela actualmente cuenta con alrededor de 25 millones de habitantes en un área menor al millón de kilómetros cuadrados, en cuyo territorio se encuentran las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo fuera del conflictivo Medio Oriente. Venezuela está detrás de Arabia Saudita, Irak, Emiratos Árabes Unidos (Abu Dhabi, Dubai, etc.), Kuwait e Irán en su potencial petrolero convencional. Sin embargo, las reservas de crudos bituminosos pesados y extra-pesados de la Faja del Orinoco se calculan en cerca de 1,2 billones (millones de millones) de barriles (MMMMb) de petróleo equivalente, es decir, más que el total de las reservas mundiales de crudo convencional. De esas reservas probadas, es posible producir actualmente cerca de 270 mil millones de barriles (MMMb) con viabilidad económica bajo la tecnología actual. En pocas palabras, Venezuela tiene mucho más petróleo que la propia Arabia Saudita (ver la figura 1) Figura 1: Reservas probadas de Venezuela: crudo (MMMb) y gas (MMMMpc) Arabia Saudita Irak Emiratos A.U. Kuwait Iran Venezuela Rusia Mexico E.U.A. Libia China Nigeria Qatar Noruega Argelia Brasil Rusia Iran Qatar Arabia Saudita Emiratos A.U. E.U.A. Argelia Venezuela Nigeria Irak Turmequistán Indonesia Australia Malasia Uzbequistán Kasakastán 0 100 200 300 400 0 500 1000 1500 2000 Fuente: Basado en el BP Statistical Review of World Energy
En América del Sur, el país con mayores reservas probadas de crudo después de Venezuela es Brasil, con cerca de 8,5 MMMb, y luego Argentina, con algo más de 3 MMMb. A nivel de gas natural, Venezuela también tiene unas reservas enormes, cerca de 148 MMMM de pies cúbicos. En América del Sur, Argentina sigue con 28 MMMMpc, luego Bolivia con 24 MMMMpc y después Brasil con cerca de 8 MMMMpc. Además de los hidrocarburos fósiles (que también incluyen las terceras reservas de carbón en América del Sur, después de Brasil y Colombia), Venezuela cuenta con la represa gigante del Guri en el río Caroní, afluente del río Orinoco. La represa del Guri, con 270 metros de altura y cerca de 10 GW, fue la más grande del mundo hasta la construcción de la represa de Itaipú entre Brasil y Paraguay. Venezuela es evidentemente un país rico en recursos energéticos. Cada año, prácticamente, han ido aumentando las reservas posibles y probables de petróleo y gas. Gracias a la Apertura petrolera se estima que el potencial adicional de reservas puede llegar a cerca de 50 MMMb en petróleo y más de 300 MMMMpc en gas natural. Adicionalmente, se calcula que el potencial técnico de recursos hídricos asciende a casi 85 GW. La principal barrera para el desarrollo del enorme potencial energético, en particular, y económico, en general, son las decisiones políticas equivocadas. Con medidas populistas y subsidios generalizados es imposible realizar el máximo potencial del país. El gobierno de Hugo Chávez hizo retroceder la Apertura petrolera y volvió a enfatizar el sistema de cuotas de la OPEP. De hecho, Venezuela ha reducido, en vez de aumentar, su producción petrolera en los últimos seis años. Mientras Venezuela produce menos, otros países como Rusia producen más y toman la participación de mercado de Venezuela. En 1998 Venezuela era el principal suplidor de petróleo a EUA, hoy es el cuarto (después de Arabia Saudita, Canadá y México). La OPEP no ha sido realmente beneficiosa para Venezuela desde su creación en 1960. En ese entonces, Venezuela era el principal exportador de petróleo del mundo y producía casi tres veces más crudo que Arabia Saudita, hoy es exactamente al revés, a pesar de que las reservas totales de Venezuela son mayores. También es importante analizar la posición de EUA que, para una economía mucho mayor y unas reservas mucho menores, produce bastante más petróleo que Venezuela y no está desesperada por su futuro energético a largo plazo. La razón es que no sólo ya están apareciendo los primeros carros eléctricos, o con hidrógeno, sino que como dijo el conocido Jeque Yamani: la edad de piedra se acabó y ni por falta de piedras, y la edad del petróleo se acabará y no por falta de petróleo. Vale la pena recordar aquí que la política petrolera es un punto fundamental en la discusión pública en Venezuela. De hecho, la huelga general que produjo la salida presidencial de Hugo Chávez entre el 12 y 14 de abril se inició en apoyo de los empleados PDVSA para evitar su politización. El gobierno de transición de esos dos días anunció la salida de Venezuela de la OPEP y la suspensión de los envíos de petróleo a Cuba. Es muy probable que un próximo gobierno, cuando sea, vuelva a considerar estas medidas. En
Venezuela existen tanto partidarios fanáticos de las cuotas de la OPEP como otros que desean subir rápidamente la producción a 10 MMb/d, lo que corresponde a las importaciones diarias de EUA. Ante la enorme incertidumbre, y frente a la gran inestabilidad gubernamental y volatilidad política, es difícil pronosticar los futuros escenarios en materia petrolera para Venezuela. Lo mejor es tomar un escenario conservador basado en datos recientes de la propia PDVSA y estimar una producción total menor a 5 MMb/d en el año 2010, como escenario base dependiendo de las decisiones políticas (ver la Figura 2). Es posible y deseable, en cualquier caso, incrementar la producción de la Faja del Orinoco y de los upgrades de las asociaciones estratégicas pues están fuera de las cuotas de la OPEP. Además, las reservas totales de la Faja del Orinoco corresponden a varios siglos de producción aún con la limitada tecnología actual. Respecto al gas natural, por otro lado, la puesta en marcha del proyecto Plataforma Deltana o del proyecto Norte de Paria (Mariscal Sucre) representa un incremento mucho mayor para el sector gasífero en el año 2010. Adicionalmente, el gas también está fuera de las cuotas OPEP para Venezuela, al igual que la Orimulsión (que PDVSA y BITOR trataron de posicionar en años anteriores como el combustible del futuro). Figura 2: Proyecciones petroleras para el año 2010 5 4,5 4 3,5 3 2,5 2 1,5 1 Faja del Orinoco Exploración adicional Exploración PDVSA Contratos con terceros Liviano y mediano Pesado y extra-pesado 0,5 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Fuente: Estimaciones del autor en base a datos de PDVSA Dentro de la política de internacionalización de PDVSA es fundamental llevar sus productos no sólo a EUA sino también a toda Latinoamérica. En ese sentido, es importante conservar CITGO en EUA y continuar con CITGO International Latin America (CILA), que ya comenzó operaciones en Costa Rica y Ecuador para seguir su expansión al resto del continente. No hay que vender a CITGO sino más bien expandirla a otros países, incluyendo hasta Argentina. Los antiguos lubricantes Maraven, y ahora también otros
productos de marca PDV, se están comenzando a comercializar en varios países de la región. La prospectiva para la generación eléctrica es menos conflictiva, aunque también depende de las decisiones políticas, especialmente en relación a la política de subsidios. Un crecimiento agregado del 4,5% por año para la generación de energía eléctrica serviría para cubrir la demanda esperada durante los próximos años (ver la Figura 3). Una Apertura eléctrica podría hacer crecer el sector rápidamente y posicionarlo como exportador neto no sólo para Colombia, sino también para Ecuador y Perú en el sur, para toda Centroamérica en el norte, además de Brasil y el Caribe. GW 250.000 Figura 3: Proyecciones eléctricas para el año 2020 Balance de energía en Venezuela (2001-2020) 200.000 150.000 Requerimientos en caso de hidrología seca Curva de Demanda (4,5% de Requerimientos adicionales 100.000 Térmico Actual Rehabilitado Térmico Actual Hidro Firme Futuro 50.000 Caruachi Vueltosa Tocoma y culminación de Hidroandes Hidro Firme Actual 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 Requerimient 1.000 MW 2.900 MW 9.500 MW Corto Plazo Mediano Plazo Largo Plazo Fuente: Estimaciones del autor en base a datos de EDELCA La Apertura energética de Venezuela podría transformar al país radicalmente, como ya lo comenzó a hacer la Apertura petrolera con toda una gama de oportunidades que comenzaron con las primeras licitaciones internacionales después de la estatización petrolera de 1976. Entre los proyectos fundamentales del proceso de Apertura petrolera están:
Licitaciones internacionales para exploración y producción: como convenios operativos para la reactivación de campos marginales y el esquema de ganancias compartidas para nuevas áreas exploratorias. Consolidación del sector gasífero: con las primeras licitaciones para el desarrollo específico del gas natural; posibilidades no sólo de producción sino de procesamiento y comercialización a nivel nacional e internacional. Asociaciones estratégicas para producir crudos en la Faja del Orinoco: con el objetivo de comenzar la producción y comercialización de las impresionantes reservas recuperables de por lo menos 270 MMM de barriles de bitúmenes. Empresas mixtas en el área de Orimulsión: para acelerar el proceso de conversión de bitúmenes en combustibles menos contaminantes y sustitutivos del carbón o residuales. Apertura del mercado nacional: después de la creación de la filial Deltaven para la distribución nacional de gasolinas y lubricantes que compiten por primera vez con los productos de otras compañías nacionales e internacionales. Industrialización de los hidrocarburos: con el objetivo de expandir la capacidad de refinación y el continuo desarrollo del sector petroquímico primario y secundario nacional, bajo esquemas de inversión privada. Empresas mixtas en carbón: para garantizar el crecimiento de un sector carbonífero competitivo a nivel internacional y antes de su eventual privatización. Prestación de servicios industriales: con el fin de garantizar la participación privada en nuevas áreas, pasando por el outsourcing y por esquemas BOO y BOT. Cuantitativamente, las oportunidades de inversión en la Apertura petrolera fueron estimadas en más de US$ 65 MMM en una década. PDVSA podría invertir US$ 35 MMM y los otros US$ 30 MMM vendrían del sector público y privado, tanto venezolano como extranjero. El retorno de tales inversiones podría superar sustancialmente más de US$ 100 MMM durante la vida de todos los proyectos. Ningún país en el mundo, ni siquiera Arabia Saudita, tendría un crecimiento tan acelerado y seguro de su industria petrolera. Compañías grandes, medianas y pequeñas de países como China, Corea del Sur y Japón en Asia; Holanda e Inglaterra en Europa; Argentina y Brasil en Latinoamérica; Irán y Qatar en el Medio Oriente; Canadá y EUA en Norteamérica han comenzado a capitalizar las enormes oportunidades petroleras que existen en Venezuela. Un proceso total de Apertura energética podría posicionar firmemente a Venezuela como la potencia energética de todo el continente americano en el siglo XXI. El sector energético debería ser el principal motor de crecimiento económico en Venezuela, bajo un ambiente de apertura y libre competencia. Sin embargo, la situación política, económica y social del país ha impedido un mayor crecimiento del sector. La conflictividad política de los últimos años no ha permitido continuar con el plan de privatizaciones ni realizar nuevas inversiones. Mientras no termine el conflicto ideológico interno, no podrá haber un desarrollo sostenido del sector. Desde ese punto de vista, las reformas en el sector eléctrico están paralizadas, y el avance de la Apertura petrolera se ha detenido. El sector gasífero es el único que ha mostrado un cierto avance, aunque todavía muy modesto para su enorme potencial.
La creación de nuevos entes reguladores para el sector eléctrico y gasífero ha sido positiva, pero falta hacer lo mismo con el sector petrolero. Sin embargo, existen grandes disparidades a nivel de marcos regulatorios, incluyendo leyes muy distintas y hasta contradictorias para el petróleo y el gas. Las políticas de impuestos, regalías y dividendos también son muy diferentes, no sólo para el sector privado sino también para el propio sector público (actualmente los impuestos que varían entre 34% y 50% y regalías entre 20% y 30%). Además, los últimos cambios de leyes han hecho que distintos contratos queden bajo diferentes condiciones legales. Las políticas estatales de subsidios han hecho que el gas, el petróleo y la electricidad venezolanas sean las más baratas de toda Latinoamérica, pero el resultado es una severa distorsión de los mecanismos de mercado y falta de incentivos para nuevas inversiones. El sector privado no puede competir eficientemente y se siente agobiado frente a unas políticas que dificultan el financiamiento y el desarrollo de nuevos proyectos. Las compañías extranjeras tampoco tienen más incentivos para invertir en nuevas zonas exploratorias de gas y petróleo. En referencia a la integración regional, Venezuela ya cuenta con tres importantes conexiones eléctricas con Colombia y otra con Brasil. Eventualmente Venezuela podría exportar electricidad a otros países andinos y a Centroamérica a través de Colombia. Lo mismo con los hidrocarburos y sus derivados. Brasil, las Guyanas y el Caribe, aunque geográficamente muy cerca, han estado más rezagados (quizás por razones históricas y lingüísticas) en los planes de integración con Venezuela, pero el potencial es igualmente enorme. El inicio de la integración energética entre Brasil y Venezuela muestra grandes oportunidades. Compañías como PDVSA y PETROBRAS, entre otras, han visto el potencial y han comenzado a invertir en los mercados vecinos. De hecho, el enorme potencial de integración regional a penas ha comenzado a ser aprovechado. La Orimulsión fue una invención de PDVSA que presenta grandes posibilidades de exportación como combustible no tradicional, además de ser más limpio y barato que el carbón y varios derivados del petróleo. Sin embargo, lamentablemente, su producción está siendo paralizada bajo la actual política gubernamental. Por otro lado, técnicas como el secuestro del carbono deben ser promovidas para disminuir el impacto ecológico de los hidrocarburos. Otros desarrollos tecnológicos serán importantes para aumentar la eficiencia en el consumo energético y disminuir desperdicios y pérdidas. Adicionalmente, la completa eliminación de la gasolina con plomo y el cumplimiento de normativas ambientales más estrictas es fundamental para el desarrollo sustentable. El sector energético sigue siendo la palanca fundamental para el crecimiento económico de Venezuela, en particular, y de América del Sur, en general. El sector privado debe intervenir más activamente para que el gobierno se encargue de sus responsabilidades básicas. Con buenas políticas públicas y una activa participación empresarial, el sector energético podría crecer a tasas interanuales superiores al 10%, como en el Sureste Asiático, y servir de base para el aumento del nivel de vida en una forma sostenida y sustentable a largo plazo.