Instituto de Educación Superior Tecnológico Privado El Buen Pastor Dpto. de Bienestar Estudiantil Reflexionando Hoy para Vivir Mejor Mañana El Enamoramiento en los Jóvenes de Hoy: La Sexualidad no sólo es mi cuerpo sino mucho más
El Enamoramiento en los Jóvenes de Hoy: Para iniciar este tema tan importante e interesante les mostrare lo que dijo un gran dramaturgo, poeta y actor inglés. William Shakespeare: "El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos." Actualmente la palabra amor en los jóvenes se ha ido extinguiendo rápidamente porque no saben llevar una relación seria, no saben tolerar a sus parejas, no saben respetar, ahora los jóvenes prefieren llevar relaciones simples, divertidas, rápidas y superficiales donde no se utilicen los sentimientos para evitar herirse mutuamente. En estos largos años la juventud ha tenido la capacidad de generar cambios muy bruscos con respecto a los valores que les daban nuestros abuelos o padres a la sexualidad, ya que, ahora los jóvenes están más revolucionados por las hormonas y les da lo mismo ser fiel hacia sus parejas o algo peor, perder su virginidad a una corta edad y mantener relaciones sexuales con cualquier joven que ni siquiera conocen realmente, donde pueden terminar con embarazos, abortos o enfermedades de transmisión sexual como el VIH-SIDA. El verdadero significado de la palabra amor es un vínculo que formas con otra persona con la cual decides invertir tiempo de tu vida porque cuando está contigo, está en las buenas y en las malas, el verdadero amor se construye con un lazo bien importante de comunicación, cariño, acompañado de todos los sentimientos.. Erich Fromm en su libro El arte de amar nos da mucha luz para entender el Amor : El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. Cuando falta tal preocupación activa, no hay amor. La esencia del amor es trabajar por algo y hacer crecer El amor y el trabajo son inseparables. Se ama aquello por lo que se trabaja, y se trabaja por lo que se ama. El cuidado y la preocupación implican otro aspecto del amor: el de la responsabilidad. Hoy en día suele usarse ese término para denotar un deber, algo impuesto desde el exterior. Pero la responsabilidad, en su verdadero sentido, es un acto enteramente voluntario, constituye mi respuesta a las necesidades, expresadas o no, de otro ser humano. Ser responsable significa estar listo y dispuesto a responder. El amor es como una planta que se tiene que regar todos los días
La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, si no fuera por un tercer componente del amor, el respeto. Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere = mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es... Es obvio que el respeto sólo es posible si yo he alcanzado independencia; si puedo caminar sin muletas, sin tener que dominar o explotar a nadie. El respeto sólo existe sobre la base de la libertad: l amour est l enfant de la liberté, dice una vieja canción francesa; el amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación El Amor entonces tiene cuatro componentes fundamentales: Cuidado, Responsabilidad, Respeto y Conocimiento y estos son mutuamente interdependientes. Erick Fromm distingue varios tipos de amor según las características de personalidad de los miembros de la pareja: El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque te necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo. La Sexualidad es importante para todos pero muchas veces es difícil hablar abiertamente sobre el tema, a pesar de la actual liberalidad de la conducta social. Incluso se puede hablar de sexualidad y no obstante se puede no estar preparado para vivirla apropiadamente. Peligrosamente, el tema sexual puede reducirse a lo biológico y aceptar que tanto hombre como mujer sólo tienen que dar rienda suelta a su instinto sexual para lograr la satisfacción.
Por lo general, se habla de sexualidad como si sólo existiera y estuviera presente en el momento en que aparecen deseos o ganas de tener relaciones sexuales, cuando en realidad ésta comienza con la vida misma. Otras veces, las personas abordan la sexualidad considerándola algo sucio, pecaminoso o prohibido, distorsionando o limitando, exagerando o discriminando lo que resulta más difícil de abordar. En parte, esto se debe a prejuicios, falsas creencias y escasa información sobre el tema. Pero más allá de esto, hay que considerar que el conocimiento sobre sexualidad no sólo involucra lo biológico sino lo psicológico y lo espiritual. La sexualidad es parte de la historia personal y no se puede dejar de lado; implica privacidad e intimidad, deseo y atracción, exploración y contacto; sin embargo, también se presenta el encuentro con el otro: una relación de dos (pareja), una comunicación parental (padres)o la confrontación con los pares (amigos). Lo físico y lo psicológico al parecer van en caminos paralelos: Como todo lo humano, la sexualidad también es contradictoria ya que en ocasiones es fuente de placer y de dolor, de realización y de frustración, de aceptación y rechazo. En realidad, genera en el ser humano las más variadas sensaciones y sentimientos. Hay momentos en la vida que se producen transformaciones, a veces muy lentamente, otras veces muy rápida y aceleradamente a tal punto que siendo inicialmente desapercibido, luego se convierte en una especie de marca o sello personal. Uno de los momentos más vertiginosos se encuentra en la pubertad, donde indiscutiblemente se anuncia y se plasma un acontecimiento biológico y que marca la transición a otra etapa: la adolescencia. Este acontecimiento biológico va acompañado de un cambio en el nivel psicológico pero con seguridad ambos no van aparejados ni se encuentran armónicamente en un mismo sentido. Más aún, estos cambios no se presentan de la misma manera en hombres y mujeres. Este desencuentro entre lo biológico y lo psicológico, en el aspecto sexual, exige un esfuerzo por tratar de madurar y hacer que confluyan ambas dimensiones: en lo sexual, un adolescente puede estar biológicamente listo pero psicológicamente (pensamientos y afectos) poco preparado para enfrentar situaciones que demandan mayor madurez. Siendo el deseo sexual algo natural en la vida de todo ser humano, es uno de los aspectos más complicados de manejar y se convierte con frecuencia en fuente de mucha ansiedad y preocupación. El comportamiento sexual responsable no se encuentra aislado de la responsabilidad ante la propia vida; se muestra en quien: No actúa considerando sólo el impulso del momento No se deja presionar por otros
Es capaz de tomar decisiones en forma autónoma y responsabilizarse por las consecuencia de sus propios actos. Considera los riesgos y/o beneficios y el posible daño que puede ocasionarse u ocasionar a otra persona. Para llegar a la madurez no sólo es un camino que toma su tiempo, sino que es un proceso en el cual se presentan desconciertos, indecisiones hasta lograr que lo biológico (impulso) se integre con lo psicológico (afectos y pensamientos) y lo ético (valores interiorizados). Tener o no tener relaciones sexuales, leamos un testimonio: Camila lo había conocido en una fiesta, estaban saliendo hace algunos meses y si bien se iban conociendo más y se encontraba a gusto con él, ella sentía que las cosas avanzaban muy rápido. La atracción era muy fuerte, tanto como la presión de sus amigas porque probara de una vez, y sin pensarlo mucho empezó a tener relaciones sexuales con él. Cómo crees que terminará la historia? Tal vez en una relación duradera, o en una muy difícil relación de la cual no podrá salir por sentirse demasiado comprometida con él o en un embarazo no planificado. La expresión de un mayor compromiso en el aspecto sexual, la decisión de con quién se quiere compartirla requiere de una opción netamente personal pero que involucra madurez para afrontarla. Es necesario tomar conciencia de la gran presión por parte de los medios de comunicación ( televisión, revistas, internet) que incentiva las relaciones sexuales como una fuente de gratificación personal pero sin mayor conciencia sobre lo que implica, ni siquiera tomando en cuenta las posibles consecuencias. No se trata de ser moralista sino realista y en ese sentido, la opción de tener relaciones sexuales involucra: Pensar en el respeto por uno mismo (bienestar personal y no solo satisfacción física) Respetar a la otra persona (sentimientos) Considerar los propios valores y del otro. Actuar en forma libre y sin presiones.
Mitos sobre las Relaciones Sexuales: Todos lo hacen. El primer mito tiene que ver con la idea extendida de que todos o casi todos los jóvenes tienen relaciones sexuales. Es una idea común pero falsa, en la medida que no refleja lo que ocurre en la realidad. Más bien esta idea empuja peligrosamente a muchas personas hacia la decisión de tener relaciones sexuales sin evaluar las consecuencias apropiadamente. Más aún, puede llevar a la falacia de concluir que como todo el mundo lo hace puede ser bueno para todos ò soy un quedado porque no lo hago. Tener relaciones sexuales ayuda a la pareja a saber si son compatibles. Este segundo mito intenta mostrar que las relaciones sexuales pueden ayudar a tomar una mejor decisión matrimonial y mantener la relación. Lo cierto es que la experiencia sexual prematrimonial no asegura ni la elección ni la compatibilidad. En todo caso, dicho mito hace que una relación de pareja descanse inadecuadamente en un sólo factor: el sexual. En muchos casos los jóvenes terminan confundiendo el amar por el desear y terminan pensando que aman a quien en realidad sólo desean. Las relaciones sexuales son gratificantes. Es indudable que el bombardeo de los medios de comunicación lleva a plantear la fantasía de una relación sexual gratificante de modo indiscriminado y no revelan la experiencia de muchos jóvenes que se sienten decepcionados en sus primeras relaciones sexuales. Más aún, este mito lleva a las personas a sentirse raras o extrañas por no experimentar la satisfacción que deberían. Las relaciones sexuales hacen que aumente la comunicación, haya una mayor intimidad y se enriquezca la relación. Por el contrario, el encuentro sexual muchas veces lleva a la pareja a centrarse en los preparativos de donde y cuando, descuidando otros aspectos de la relación. La comunicación y sobretodo la intimidad afectiva se da sin un condicionamiento de lo sexual. Para una relación saludable, es inclusive más importante, la compatibilidad afectiva y la comunicación personal sobre los diversos puntos de vista. Una vez que se ha tenido relaciones sexuales no se puede dar marcha atrás, se tiene que seguir teniendo encuentros sexuales. Esta idea, aparte de ser determinista, impide que una persona valore y busque el manejo de su propio manejo sexual. La realidad es que la opción la tiene la propia persona y es ella la que decide que es lo que hará. Si ha tenido relaciones sexuales, la persona puede buscar los medios para evitar que esto ocurra si lo quiere conseguir. El riesgo para aquellos que creen en este mito es que sexualizan su relación y al suceder esto pierden objetividad para lograr el conocimiento real de su pareja, la confusión impide que evalúen adecuadamente la compatibilidad y que la pareja crezca, se pueden cumplir meses, años como pareja pero siguen siendo dos perfectos desconocidos que terminan conociéndose realmente cuando tienen que
asumir la responsabilidad de sus actos (embarazo no deseado ) y alguno de ellos demuestra su inmadurez y desamor. Dpto. de Bienestar Estudiantil Agradeceremos mucho el hacernos llegar sus preguntas y sugerencias de temas a través del E-Mail: cbontempo@bpastor.edu.pe.