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INDICE GENERAL AGRADECIMIENTO... 1 INTRODUCCIÓN... 2 pp CAPITULO I LA CATEQUESIS EN LA MISIÓN EVANGELIZADORA DE LA IGLESIA 1.1 El mandato misionero de Jesús.... 6 a) El llamado de Jesús a sus discípulos. 8 b) Formación de Jesús a sus discípulos..10 c) La Misión: el envío de Jesús a sus discípulos... 13 14 16 17 1.2 Naturaleza y finalidad de la catequesis en la misión evangelizadora de la Iglesia.. a) Qué es la catequesis? b) Para qué la catequesis?...... CAPITULO II 2
SUSTENTOS TEOLÓGICOS DE LA CATEQUESIS EUCARÍSTICA EN LA VIDA DE LA IGLESIA 2.1 La Eucaristía en la Economía de la Salvación... 21 2.2 De la Iglesia primitiva hasta el Concilio Vaticano II...... 25 2.3 Principios del Vaticano II... 28 2.3.1 Principio Trinitario...... 30 2.3.2 Principio Cristocéntrico... 31 2.4 Principio teológico Reino de Dios. 33 CAPITULO III MÉTODO Y ESPIRITUALIDAD DE LA CATEQUESIS EUCARÍSTICA EN AMERICA LATINA 40 42 44 46 48 3.1.1 Principios de la constitución Sacrosanctum Concilium....... 37 3.1.2 Medellín.. 3.1.3 Puebla... 3.1.4 Santo Domingo......... 3.1.5 Aparecida. 3.1.6 Sacramentúm caritatis, del Santo Padre Benedicto XV. 3.2 La Eucaristía vida de Jesucristo para nuestros pueblos. 51 3.2.1 La tradición catequética de los Santos Padres y La catequesis eucarística.. 53 3.2.2 La Catequesis Eucarística y la Iniciación Cristiana. 56 3.2.3 La Catequesis Eucarística y Sacramento. 57 3.2.4 Tareas fundamentales de la Catequesis Eucarística hoy: Ayudar a conocer, celebrar, vivir y contempla el misterio de la 3
Eucaristía... 60 a) Propiciar el conocimiento de la Fe. 61 b) La formación litúrgica 62 c) Formación moral 64 d) Enseñar a orar. 65 CAPITULO IV CATEQUESIS EUCARÍSTICA Y EL CARISMA DE LA CONGREGACIÓN SIERVAS DE JESÚS 4.1 Antecedentes Históricos Fundacionales.. 68 4.2 Carisma Misión..... 71 4.3 Fuentes de la Identidad Eucarística en la Congregación Siervas de Jesús..... 75 a) Consagración de la propia vida al servicio de la Eucaristía... 75 b) Servicio a Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote en el Sacerdocio católico de la Iglesia. 76 c) Continuar el sacerdocio de Jesucristo en la Iglesia desde nuestra misión... 79 4.4 La Eucaristía y Madre Carmen Rendiles 79 4.5 Experiencias personales de la vida eucarística en las Siervas de Jesús. 83 86 a) La visita al Santísimo Sacramento.. 85 b) La Sierva de Jesús tiene un día por semana de Adoración interior... 4
la 4.6 Textos iluminadores de la Congregación Siervas de Jesús, referentes a 87 Catequesis Eucarística. CAPITULO V PROPUESTA DE NUEVAS ESTRATEGIAS QUE AYUDEN A DESCUBRIR LA IMPORTANCIA QUE TIENE LA CATEQUESIS EUCARÍSTICA EN LA VIVENCIA DE LA FE 5.1 Escuchar al Señor a través de la formación bíblica en las familias de las Comunidades de la parroquia. 91 5.2 Educar a los niños y padres de familia de la catequesis, para la participación Activa en las celebraciones litúrgicas, mediante ejercicios prácticos de la Celebración dominical con ellos 92 5.3 Domingo día del Señor: acción de gracias por la obra de Dios. 93 5. 3.1 La Eucaristía acción de gracias por la Creación. 94 5.3.2 La Eucaristía memorial de Jesucristo. 94 5.3.3 La santificación... 95 5.4 Incentivar a las comunidades de la parroquia María Estrella de la Evangelización, se realice la celebración dominical de la Palabra con la presencia de un laico comprometido... 96 Síntesis de la propuesta de Tesis. 97 CONCLUSIONES. 102 5
RECOMENDACIONES 103 BIBLIOGRAFÍA... 104 6
AGRADECIMIENTO Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia! (Sal. 107) Doy gracias a Dios Todopoderoso, en Jesús Eucaristía y el Espíritu de amor que por su infinita misericordia me hizo partícipe del don de la vida en el seno de mi querida familia. Quiero manifestar mi gratitud después de Dios y mi familia de manera muy especial: A mis superiores que con solicitud maternal siempre me animaron para que alcance esta meta académica de todo corazón gracias por su incondicional apoyo. A mi comunidad de Hermanas Siervas de Jesús quienes continuamente me ayudaron de manera incondicional. Su Cariño fraternal y comprensión, es en mi vida de Seguimiento al Señor y en mi carrera de estudios una motivación interior constante. GRACIAS! a cada una de Ustedes. A Mstr. Carmita Coronado, mi tutora. Mujer de sabiduría, quien junto a mi recorrió los difíciles momentos para llegar a la meta que hoy veo cristalizada, brindándome siempre su palabra alentadora que me enseñó a percibir los obstáculos como simples barreras por vencer. Gracias Carmita! Al Padre Juan Arias Director de Carrera, por su ayuda y colaboración en las distintas oportunidades, que me fueron de gran motivación para el alcance de esta meta. Gracias Padre! A Luis Torres, mi asesor en metodología, buen amigo, pues caminó siempre conmigo en los momentos en que más lo necesité facilitándome sus conocimientos en la elaboración de esta investigación. A la Universidad Salesiana, por haberme acogido en sus aulas y ofrecerme la oportunidad de amar y servir mejor a Dios, a la Iglesia y a la Congregación de Siervas de Jesús a través de la meta alcanzada. Gracias! 7
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INTRODUCCION El objetivo de esta tesis es hacer conocer el pensamiento y el carisma de nuestra Congregación de Siervas de Jesús. Al presentarlo de manera clara y sencilla queremos revelar la grandeza de la Eucaristía como fuente de inspiración para nuestro Carisma y fuente de fidelidad a Jesucristo Sumo y Eterno sacerdote. Al consagrar nuestra vida a Jesús Hostia hemos encontrado el Camino de fidelidad a la Iglesia. Así como el poder ayudar a los hermanos a que tengan un encuentro personal con Jesucristo vivo y glorioso en el Santísimo Sacramento del altar, como fuente de Vida, de amor y de paz. Queremos construir en la Iglesia local: María Estrella de la Evangelización un sagrario en cada uno de los corazones de los fieles dado que Jesús es el dulce huésped del alma, el Amigo incondicional. El que permanece en mí y yo en el, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada (Jn 15, 5). Confiando en que el Espíritu Santo nos impulse y nos dirija en esta noble misión para que se cumpla la voluntad de Dios que es: Que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm. 2,4) Queremos ser formadoras de almas que adoren a Jesús Eucaristía y proclamen al mundo que Jesús es el Señor. Jesús vino a inmolarse por nosotros, inmolémonos con El y por El 1 1 Ideario Madre Carmen Rendiles. 1ra Edición Caracas- Venezuela 2003, p 87 Nº 388. 9
El trabajo está organizado de la siguiente manera: en el primer capítulo se da una visión general de la catequesis en la misión evangelizadora de la Iglesia. El segundo capitulo describe los sustentos teológicos de la catequesis eucarística como elemento fundante en la Iglesia. El tercer capitulo nos describe el método y espiritualidad de la catequesis eucarística en América Latina. El cuarto capitulo trata de la catequesis eucarística y el carisma de la congregación Siervas de Jesús como don del Espíritu Santo a la Iglesia. El quinto capitulo nos ofrece la propuesta de nuevas estrategias que ayuden a descubrir la vital importancia que tiene la catequesis eucarística para la vivencia de la fe. 10
CAPITULO I LA CATEQUESIS EN LA MISIÓN EVANGELIZADORA DE LA IGLESIA Desde los inicios de la Iglesia, la catequesis se ha distinguido por ser el proceso de educación de la Fe en los bautizados, acrecentando así la gracia divina en la vida de los fieles y la comunidad. La catequesis en su definición genuina es formación sistemática y completa de la fe en el bautizado, según el nivel de las personas; es el período intensivo, por así decirlo, en el que se capacita a los bautizados para entender, celebrar, y servir el evangelio del reino 2 al que ellos han dado su adhesión. La misión evangelizadora de la Iglesia tiene como meta: la formación cristiana, integral y fundamental de la confesión de Fe. Gracias a la asimilación del Magisterio de la Iglesia y a una mejor formación de catequistas, la renovación de la catequesis ha producido fecundos resultados en todo el continente, llegando incluso a países de Norteamérica, Europa y Asia, donde muchos latinoamericanos y caribeños han emigrado 3. La catequesis en nuestra madre la Iglesia, ha sido y sigue siendo una tarea de prioridad vital, asumida en el gozo y entusiasmo que genera el espíritu; ocupa el primer puesto entre los deberes de los obispos, sacerdotes y consagrados, por su importancia en la misión evangelizadora de la Iglesia. La acción permanente del Espíritu Santo en la Iglesia y la formación catequética, los fieles participan activamente en la realización de la comunidad eclesial y el anuncio del Evangelio. 2 DE PEDRO Aquilino, Diccionario de términos religiosos y afines. 5 Edición, Editorial San Pablo, Madrid- España 2000, p. 43. 3 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Aparecida.. 2da Edición, Editorial San Pablo, Bogota Colombia - 2007, p. 78 N 99a 11
La misión de la Iglesia renueva el Pentecostés que hace de las personas nuevas criaturas. Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos, Hasta los confines de la tierra.(hch. 1, 8). Transforma desde dentro, la humanidad, haciéndola nueva, aunque vale la pena recordar que no hay humanidad nueva sino contamos antes con hombres y mujeres nuevos: He aquí que hago nuevas todas las cosas. (Ap. 21,5). Evangelizar es así, llevar la Buena Noticia a todos los lugares y ambientes de nuestro planeta, al mismo tiempo que permite convertir la relación interpersonal y colectiva en ambientes auténticamente cristianos. A propósito de la evangelización en la Iglesia, un medio que no se puede descuidar es la enseñanza catequética, la cual debe ser bíblica, litúrgica y una respuesta a los problemas existenciales del hombre de hoy; debe ser conforme a la verdad del Evangelio. La inteligencia, sobre todo tratándose de niños y adolescentes, necesita aprender mediante una enseñanza religiosa sistemática los datos fundamentales, el contenido vivo de la verdad que Dios ha querido transmitirnos y que la Iglesia ha procurado expresar a lo largo de la historia cada vez más perfecta. A nadie se le ocurrirá poner en duda que la catequesis, en la misión evangelizadora de la Iglesia se ha de impartir con el objeto de educar las costumbres, y enriquecer la cultura, no de estacionarse en un nivel meramente intelectual. Así la misión evangelizadora con toda seguridad, será grandemente provechosa, a nivel de la enseñanza catequética dada en las Iglesias parroquiales, o en las escuelas donde sea posible, Contando siempre con la bendición de la autoridad eclesiástica competente. A este propósito el Directorio General de Catequesis nos dice: La catequesis no se reduce a la preparación para la celebración de los sacramentos, aunque ciertamente, una forma eminente de catequesis es la que prepara a los sacramentos. El Directorio General para la catequesis conjugar dos exigencias principales: 12
a) El encuadramiento de la catequesis en la evangelización. b) La asunción de los contenidos de la fe propuestos por el Catecismo de la Iglesia Católica. 4 El Directorio General de Catequesis ha orientado a las Iglesias particulares en el largo camino de renovación de la catequesis, ha sido un punto de referencia tanto en cuanto a los contenidos como en la pedagogía y los métodos a emplear. 1.1. El mandato misionero de Jesús. La Iglesia, enviada por Dios a la humanidad, obedece al mandato de Jesús, su fundador. Y les dijo... Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea, se condenará.(mc. 16, 15-16). La Iglesia se constituye así en Sacramento universal de salvación 5. Aunque entre evangelización y catequesis no existe separación alguna, sino más bien complementariedad, sin embargo no podemos identificarlas como servicios eclesiales iguales. Jesús, es el primero y el más grande evangelizador, Él envió de parte del Padre al Espíritu Santo para que lleve en la Iglesia la obra de salvación que Jesús inauguró con sus discípulos/as; Él continúa la misión, y el anuncio del Reino, como la definitiva intervención de Dios en la historia de cada hombre. Nuestro Señor, fue el primero en dar a conocer el gozo profundo y total que siente el ser humano de pertenecer al Reino. Jesús también nos dio a conocer las exigencias que conllevan la aceptación de su reino. (Mt. 5,3-12). En las Bienaventuranzas Jesús coloca las máximas de todo discípulo y misionero. El mandato misionero de nuestro Señor no ha concluido, la Iglesia su esposa, sabe que la labor misionera es apremiante, toda vez que existen millones de 4 Directorio General para la Catequesis, 9na. Edición, Editorial EDICE, España 1997, p. 17 Nro. 7. 5 Const. Dogm. Sobre la Iglesia Lumen gentium, N 48 AAS 57 (1965) 53 13
hombres y mujeres que no han oído todavía o han oído muy poco el mensaje evangélico 6. Frente a esta realidad urgente del mandato misionero La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias mundiales 7. A inicios del Tercer Milenio en una mirada de Fe, objetiva y universal vemos que la misión del mandato del Señor, se encuentra todavía en sus inicios, que es responsabilidad de todo bautizado el entregar todas nuestras energías y nuestra propia vida a la obra evangelizadora de la Iglesia, repitiendo con el Apóstol de los gentiles Predicar el Evangelio no es para mí ninguna gloria; es más bien un deber que me incumbe: y hay de mí si no evangelizara! (1Cor. 9,16) La Iglesia nos recuerda que la eficacia del mandato divino no depende tanto de los grandes y eficientes programas, planificaciones o estructuras, sino de hombres y mujeres bautizados que encarnen en su ser y hagan novedad del Evangelio, testimoniando así en su vida el ser discípulos de Jesucristo vivo, anunciándolo en primera persona. El mandato misionero hoy sufre una mayor amenaza: Es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la Fe se va desgastando y degenerando en mezquindad 8 El pueblo de Dios, es decir, todos los bautizados afrontamos, frente al mandato misionero un gran reto: El mostrar la capacidad de despertar, promover y formar discípulos y evangelizadores, que respondiendo a la vocación recibida en el bautismo comuniquen con alegría y creatividad el Don del encuentro personal con Cristo: Camino, Verdad y Vida (Jn. 14,6). 6 Decreto sobre la Obra Misionera Ad gentes divitus N 10. 7 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Op. Cit. p. 37. 8 RATZINGER, J. Situación actual de la Fe y la teología. Conferencia pronunciada en el Encuentro de Presidentes de Comisiones Episcopales de América para la doctrina de la fe, celebrada en Guadalajara, México, 1996. Publicada en L Osservatore Romano, 1de Nov. /96. 14
Porque: conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia y trasmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado 9 La Iglesia impulsada por el Espíritu del resucitado, cumple con el mandato misionero, siguiendo los pasos de su Señor y adoptando sus actitudes en la vida cotidiana de sus hijos. El, siendo el Señor se hizo servidor de todos y obediente llegó a entregar su vida hasta la muerte de cruz. (Fil. 2,8). Él siendo rico eligió ser pobre por cada uno de nosotros es decir por su Iglesia (2 Cor.8, 9). El mandato evangelizador del Señor y la presencia plena del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia nos impulsa a todos los cristianos a ser discípulos del Único maestro y misioneros del Reino con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. En mi trabajo de tesis tengo presente el Concilio Vaticano II que ha querido renovar la vida y el quehacer de la Iglesia según las exigencias propias del mundo actual, insistiendo en la vocación misionera de la Iglesia. Teniendo como fundamento teológico la misma misión trinitaria. La dinámica misionera de la Iglesia pertenece, pues, a la naturaleza intima de la vida cristiana. La misión renueva a la Iglesia, refuerza la fe y la identidad del bautizado, enriqueciéndola con nuevas motivaciones. La Fe se fortalece dándola! a) El llamado de Jesús a sus discípulos: a vivir en comunión. Jesús llamó a sus discípulos a vivir en comunión con el Padre. San Juan en su primera carta nos lo recuerda. Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estemos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. (1Jn. 1,3) 9 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Op. Cit. p 41 15
El encuentro de Jesús con sus discípulos en la intimidad, es fuente indispensable para alimentar la vida comunitaria y la actividad misionera: Instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. (Mc. 3,14-15). Jesús multiplica los llamamientos a seguirle; la vocación es el medio de que se sirve para agrupar en torno suyo a los doce. El evangelista Marcos nos detalla el llamamiento de Jesús a sus discípulos: Subió al monte y llamó a los que el quiso; vinieron junto a él (Mc. 3,13). Toda su predicación comporta un llamamiento a seguirle en una vida nueva cuyo secreto él posee: Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame (Mt. 16, 24). Hay muchos llamados pero pocos elegidos. Esta realidad se debe a que la invitación al Reino por parte de Dios es un llamamiento personal al que algunos permanecen sordos: El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. (Mt. 22, 2-3). Si hacemos un resumen de las características de un discípulo de Jesús, podemos muy bien decir que, el perfil que lo define es el siguiente: - El discípulo no está por encima del Maestro. No está el discípulo por encima del Maestro, ni el ciervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su Maestro (Mt. 10,24). - El discípulo es instruido por el Maestro: Cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. (Mt. 11, 1). - El discípulo es parte de la familia de Jesús, y se sienta a la mesa con su maestro: Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce (Mt. 26,20). - El discípulo es manso, puro y humilde de corazón, pobre de espíritu y perseguido. (Mt. 5,1ss). 16
Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de las palabras del Maestro, por la bondad de su trato y por el poder de sus milagros acogieron el don de la Fe, y llegaron a ser discípulos de Jesús, al salir de las tinieblas de sombras de muerte. (Lc. 1, 79). Su vida adquirió una plenitud extraordinaria al llenarla de luz, de fuerza y de Esperanza y su encuentro con Jesús, se convirtió en su roca, su paz y su vida. Para nosotros el encuentro con Cristo debe expresar nuestra alegría de ser discípulos del Señor y de llevar el don del Evangelio. Los obispos de América Latina y del Caribe en su quinta Conferencia nos lo recuerdan: Por ello, los cristianos necesitamos recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana y de su sentido. Necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento, la dignidad y plenitud de la vida. Y necesitamos al mismo tiempo, que nos consuma el celo misionero para llevar al corazón de la cultura de nuestro tiempo, aquel sentido unitario y completo de la vida humana que ni la ciencia, ni la política, ni la economía ni los medios de comunicación podrán proporcionarle. En Cristo Palabra, sabiduría de Dios (1Co. 1,30) la cultura puede volver a encontrar su centro y su profundidad, desde donde se puede mirar la realidad en el conjunto de todos sus factores, discerniéndolos a la luz del evangelio y dando a cada uno su sitio y su dimensión adecuada." 10 b) Formación de Jesús a sus discípulos. Para conseguir que cada uno de los seguidores sea un auténtico discípulo, el Maestro llevó a cabo un programa de formación, que delineaba perfectamente las etapas por las que habrían de pasar sus colaboradores a fin de continuar y extender su obra en el mundo. 10 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Op. Cit. p. 56 17
La Eucaristía, quiso Jesús que sea no sólo el centro de la vida de sus seguidores, sino también el modelo a seguir. Así como Jesús, tomó pan en sus manos (Lc. 22,19), él nos toma bajo su responsabilidad. Nosotros somos el pan en las manos del Maestro; no lo escogimos sino que él nos amó primero. (1 Jn. 4,15-16). El centro de formación de los discípulos de Jesús no es un aula académica sino las manos del Maestro. No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarero? Oráculo de Yahvé-. Lo mismo que el barro en mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel. (Jer. 18,6). El ser humano hecho de barro está compuesto por el agua de sus cualidades y la tierra de sus carencias, en el agua se encuentra su fecundidad y sus enormes posibilidades; en la tierra aparecen sus limitaciones y necesidades. Dios tiene en cuenta estos dos elementos y los trabaja siempre juntos. Ni nuestras cualidades son las que instauran el Reino de Dios, como tampoco nuestras limitaciones pueden impedir que éstas se realicen. El Señor Jesús después de tomar el pan lo bendijo (Lc. 22, 19).Bendecir es decir bien las cosas. Así Jesús lo primero que hace con sus discípulos es hablarnos bien, con la verdad. Pues, viva es la palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. (Heb. 4,12). La Palabra modela nuestra manera de pensar y determina nuestra forma de ser y de actuar. Al escuchar la Palabra nuestra mente se irá identificando con la voluntad divina y los criterios del Señor; la actitud del discípulo es escuchar al Maestro para aprender. Otro aspecto de la formación del discípulo consiste en ser partido. Por ser partido entendemos la etapa de purificación a través de la cual el Señor nos consagra totalmente para él, sin esta condición no serán capaces de ser ofrendas de culto espiritual. Eliminad la levadura vieja, para sed masa nueva, pues sois ácimo, porque nuestro Cordero Pascual, Cristo, ha sido inmolado. (1Cor.5, 7). 18
Así como el pan ha sido tomado en las manos de Jesús, bendecido, partido y repartido; así el discípulo no se queda en las manos de Jesús, sino que se dá a los demás. El signo que nos garantiza que hemos encontrado a Jesús es que vamos a buscar a otros para que también lo conozcan y lo sigan: Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste encuentra primeramente a su propio hermano, Simón y le dice: Hemos encontrado al Mesías.- que quiere decir Cristo-. Y le llevó a Jesús (Jn. 1,40-42). El fin de la purificación, en la vida del discípulo es la multiplicación, es decir, el Señor quiere multiplicarnos para que sirvamos a muchos. Nuestra fecundidad, como discípulos del Señor, no depende de nosotros, quien da el crecimiento. es Dios Así como el pan, se transforma en el Cuerpo de Cristo el discípulo se transforma en otro Cristo. La meta de la formación es la transformación. La meta del discípulo es llegar a ser como su maestro: No vivo yo, es Cristo quien vive en mi. (Gal. 2,20). Jesús no forma discípulos aislados sino que instituyó una comunidad de Fe y Amor, como semillero donde se produjeran otros discípulos. El verdadero discípulo es trigo que muere para dar fruto; su felicidad no la cimienta en mandar u organizar, sino en desaparecer en el tiempo oportuno. Esto nos exige actitudes concretas; - Dejar de pensar que un discípulo es el que manda, por el contrario, es el que muere para que otros vivan. - Dejar de considerar los beneficios, que debemos recibir y renunciar a todo excepto a entregarnos a favor de otros. - Dejar de centrarnos en los privilegios que merecemos y servir a los demás. Así el programa de vida de todo discípulo del Señor, lo encontramos en la Eucaristía, lo que debemos enseñar a otros es: hacer Eucaristía para que se repita el memorial de la Cena que Jesús donó a su Iglesia. 19
La Eucaristía no es sólo una celebración sino una vida que se plasma en cada discípulo del maestro; cada discípulo debe ser Eucaristía unido a la Única Víctima Cristo que se ha ofrecido por la salvación de todos los hombres. La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas, afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella nos da una familia, la familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo porque nos lleva a la comunión. Eso significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el papa 11. c) La Misión: el envío de Jesús a sus discípulos. La misión que el Padre encarga a Jesús es: salvar a todo hombre y a todos los hombres, no solo el alma, sino también el cuerpo y el Espíritu, es decir la persona íntegra y todas sus relaciones. El Espíritu del Señor sobre mi, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor (Lc. 4,18-19). Jesús prolonga su misión a través de sus discípulos, ellos no son otra cosa que los canales por los cuales fluye la salvación. Él llenó del Espíritu Santo a los suyos habilitándolos así para continuar su misión. Como el Padre me envió, también yo os envío. Dicho esto, soplo y les dijo: recibid el Espíritu Santo. (Jn. 20, 21). Todo el trabajo evangelizador será una experiencia de salvación a través de un encuentro personal de Cristo resucitado. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. (Mc. 16,16). Los carismas son acompañantes necesarios en nuestra evangelización, para un discípulo, evangelizar sin usar los carismas es mutilar el Evangelio. Yendo proclamad que el Reino de Dios está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. (Mt. 10,7-8). 11 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Op. Cit. p. 108 20
La Iglesia que es peregrina y misionera por naturaleza, porque toma desde su origen la misión del Hijo y del Espíritu Santo impulsa la vocación misionera en sus hijos como fruto del Padre del Hijo y del Espíritu Santo en sus discípulos. La misión de los discípulos: es comunicar y vivir la vida nueva en Cristo a nuestros pueblos, así nos lo recuerda el documento conclusivo de Aparecida. La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural. Para ello, hace falta entrar en un proceso de cambio que transfiguré los variados aspectos de la propia vida. Sólo así, se hará posible percibir que Jesucristo es nuestro Salvador en todos los sentidos de la palabra. Sólo así, manifestaremos que la vida en Cristo sana, fortalece y humaniza. Porque él es el Viviente, que camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los acontecimientos, del dolor y de la muerte, de la alegría y de la fiesta. 12 1.2. Naturaleza y finalidad de la catequesis en la misión evangelizadora de la Iglesia. En la catequesis el sujeto verdadero e inmediato es la misma Iglesia, que continúa la misión de su Señor y por el Espíritu Santo es enviada al mundo como maestra de la Fe. Cada Iglesia dedica para la catequesis recursos humanos, material, esfuerzos, etc. Además periódicamente está preguntando por qué y para qué hacer catequesis? Esto con la finalidad de responder de la mejor manera a la tarea singular de la catequesis en la Iglesia y no caer en el gran error de hacer de la catequesis un simple trámite para que los niños y adolescentes reciban la catequesis. El mandato de Jesús y de su Iglesia no se reduce en la catequesis a una sacramentalización; El nos convoca a evangelizar a ser sus discípulos y misioneros. La Iglesia conserva fielmente el Evangelio, lo anuncia, lo celebra y lo vive en la catequesis como el espacio privilegiado a todos aquellos que deciden seguir y amar a Jesucristo. En el centro de la catequesis encontramos una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, que ha sufrido y ha muerto por nosotros; resucitado vive con nosotros para siempre con nosotros, Catequizar es Descubrir en la Persona Cristo el designio eterno de Dios 13 12 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE. Op. Cit p. 192 13 Catecismo de la Iglesia Católica. 1ra. Edición. Editorial Vaticana - Bogotà - Colombia 1992. p. 10 21
El fin último de la catequesis en la Iglesia, es poner a cada persona en íntima comunión, con la persona de Jesucristo, mediante la preparación y celebración de los sacramentos especialmente el de la Eucaristía. Madre Carmen fundadora de las Siervas de Jesús nos recuerda cómo el hacer evangelizador de la Iglesia es favorecer la comunión con Jesucristo Pan Vivo, única finalidad en la vida de todo bautizado. Nosotros tenemos a Jesús presente, vivo en nuestros altares. El nos da la luz, la fuerza y la gracia. Fortalecidos en este pan podemos caminar como el profeta Elías hasta alcanzar la unión con él, único fin de nuestras vidas 14. La catequesis tiene su origen en la profesión de fe en el Dios único y verdadero Liberándose de todo ídolo que lo esclavice, colocando al niño, adolescente, joven y adulto, en camino, en marcha para que aprenda progresivamente a escudriñar el misterio de Cristo, desde la comunidad parroquial, la cual se siente responsable de la transmisión de la fe. En la naturaleza de la catequesis encontramos la educación y maduración de la fe en los catequizándoos, de forma gradual y progresiva. La catequesis es así una pedagogía formativa integral en la vida de todo bautizado: Un proceso en el que se implica toda la comunidad cristiana, catequistas y catequizándoos, pues la Iglesia es, al mismo tiempo la gran catequista y la gran catequizanda 15 14 Ideario Op. Cit. p 82 15 CONFERENCIA EPISCOPAL ECUATORIANA Directorio Nacional de catequesis, 1ra. Edición, Editorial, Quito Ecuador 2000. Pág 36. 22