Hansel & Gretel emprenden

Cuentinn by europainnova es una reedición de cuentos clásicos en formato digital, adaptados al siglo XXI y donde se introducen innovaciones tecnológicas en las historias. Cada cuento reinventa los personajes en escenarios actuales, con un lenguaje fácil y divertido e imágenes coloridas pensadas para niños entre 2 y 11 años. Te imaginas que: Hansel y Gretel ponen en marcha una empresa de comida saludable. Los tres cerditos inventan su propia tecnología para construir sus casas. Cenicienta es una apasionada de la química. Los 7 Enanitos son todos inventores. Qué pasaría si Caperucita tuviese GPS? Las historias tienen un doble objetivo: Por una parte, favorecer el desarrollo de los más pequeños y aumentar el vínculo afectivo con quienes les leen los cuentos, ya que estos ayudan a los niños a fomentar su imaginación, a ampliar su vocabulario y a comprender los valores de la vida. Y por otra parte, Cuentinn es una clara iniciativa de difusión en edades muy tempranas de la importancia de la innovación y la creación de empresas. En europainnova, creemos que es imprescindible promover la cultura de la innovación y emprendeduría entre los niños desde muy pequeños y de forma continuada en el tiempo, como confirman otros muchos expertos. Entra y descúbrelo en Cuentinn by europainnova

Hansel y Gretel vivían con su padre a las afueras de una gran ciudad. Su padre había perdido el trabajo de informático en una gran empresa y no tenían dinero para comer todos los días. Mientras el padre buscaba trabajo por internet, enviaba a sus hijos al centro de la ciudad para que entregaran su currículum en su nombre.

Llegó el día que ya no tenían dinero ni comida. El padre desesperado decidió enviar a sus hijos a un barrio al otro lado de la ciudad. Hansel y Gretel, como eran muy obedientes, se pasaron todo el día por ese barrio buscando un trabajo para su padre, pero al llegar la noche, se habían perdido y no sabían volver a casa. Por suerte Hansel, que era un chico muy precavido, había llevado consigo un GPS con el que pudieron encontrar de nuevo el camino a casa.

Al día siguiente, el padre envió a Hansel y Gretel aún más lejos. Pasaron todo el día entregando currículums. Al caer la noche, y tras un día agotador, los niños decidieron volver a casa. Hansel enciende su GPS, pero se da cuenta que olvidó cargar la batería. Estaban totalmente perdidos, así que se pusieron a dar vueltas por el barrio en busca de una parada de metro o de autobús.

Mientras buscaban, encontraron una vieja fábrica de dulces, aparentemente vacía pero con un montón de dulces y gominolas en su interior de aspecto delicioso. Hansel y Gretel estaban muertos de hambre, así que deciden entrar y comer solo un poquito para poder pasar la noche.

De repente, una señora, muy muy mayor, sale de entre las sombras y les sorprende comiéndose sus dulces. Hansel y Gretel se asustan mucho y piden perdón, pero ella, lejos de enfadarse les dice que no se preocupen, que si tienen tanta hambre les preparará algo de cena. Hansel y Gretel cenaron como hacía mucho tiempo que no lo hacían, con sopa, carnes, patatas y unos deliciosos postres de chocolate. Cuando acabaron de cenar, los niños apenas podían moverse de la silla de todo lo que habían comido, y se quedaron dormidos.

La vieja se aprovechó del profundo sueño de los niños, y se apresuró a meterlos en unas pequeñas jaulas, donde apenas tenían espacio para estirar las piernas. Cuando Hansel y Gretel se despertaron, vieron que estaban rodeados de montones de pasteles y de gominolas. Al principio se pusieron muy contentos hasta que vieron que estaban encerrados en una jaula. La vieja, les dijo que ella había perdido el gusto hacía muchos años, y que ahora serían ellos los encargados de probar todos los pasteles. Con cada pastel que comían, se apresuraba a ver cuánto engordaban, pues creía que toda buena comida debía engordar mucho para que alimentase.

Al cabo de dos semanas, se habían puesto tan gordos, que apenas cabían en la jaula. Tenían una barriga enorme, y unos mofletes como raquetas de ping-pong. A pesar de que los niños le decían que la comida estaba muy rica, la vieja seguía sin vender un pastel en la ciudad, eran tan y tan dulces que a los abuelos y a los niños se les caían los dientes.

Pasó una semana más. Hansel y Gretel apenas podían respirar de todo lo que habían engordado. Así que le pidieron a la vieja que les permitiera estar en un espacio más grande. La vieja accedió cambiarles a una habitación más grande. En ese momento, Gretel, aprovechando que pasaban al lado de un gran barreño de chocolate, le pegó un barrigazo a la vieja y la tiró dentro. La vieja se estaba ahogando en su propio barreño de chocolate. A Hansel y a Gretel les dio pena, y le dijeron que la sacarían si prometía ser buena y no volver a capturar a ningún niño nunca más. La vieja, a punto de ahogarse, accedió a los deseos de los niños.

Una vez salvada, la vieja se puso a llorar, les pidió perdón por haberlos encerrado y les explicó que lo había hecho porque casi estaba en la ruina, porque ya nadie compraba ninguno de sus pasteles. Hansel y Gretel llamaron a su padre, le dijeron que estaban bien, y le pidieron que viniera a buscarlos.

Cuando llegó su padre, Hansel y Gretel le contaron la historia. Al ver la cara de arrepentimiento de la vieja, no pudo sino compadecerla y perdonarla. La vieja para celebrarlo, decidió cocinar para todos sus mejores platos. Una vez que todos estaban cenando, Hansel, Gretel y su padre se dieron cuenta de que toda la comida era muy, muy dulce. En ese mismo momento tuvo una idea brillante:!venderían PRODUCTOS SALUDABLES A DOMICILIO!

Gretel ayudó a su padre a buscar recetas por internet de platos con verduras y poco azúcar. Hansel se fue a la cocina con la vieja y le ayudó a preparar las nuevas recetas. Una vez acabadas, comprobaron que eran mucho más ricas y saludables, pero todavía no habían conseguido que nadie viniera comprarles los nuevos dulces no tan dulces! Gretel se pasó toda la noche pensando que podían hacer para que la gente fuese a la tienda a comprar los pasteles, y en medio de la noche se le ocurrió la gran idea. VENDERÍAN POR INTERNET! Se levantó corriendo hacia donde su padre dormía y le contó la idea. Su padre se mostró encantado: él podía diseñar la página web y los niños hacer publicidad y entregar los pedidos.

Al cabo de un mes, la venta por internet había ido tan bien, que la vieja contrató a más gente para ayudarla a cocinar. El padre de Hansel y Gretel se encargaba de la página web y los chicos del barrio realizaban las entregas por toda la ciudad. Gracias a las buenas ideas de Hansel y Gretel, habían conseguido sacar de la pobreza a su familia y a muchas más de todo el barrio. Desde entonces, la vieja ya no fue más la vieja, sino que se convirtió en la abuelita, y junto con Hansel, Gretel, y su padre vivieron felices y comieron perdices bajas en colesterol.

Son las ideas llevadas a la práctica las que cambian el mundo. No son las locomotoras, sino las ideas las que llevan y arrastran el mundo Victor Hugo, escritor