"El retiro es un paraíso, una partícula de eternidad durante el cual hacemos lo que hacen los bienaventurados en el cielo, esto es, amar, glorificar y contemplar extasiados a nuestro Dios y Señor" (San Juan Eudes)
I. UN TIEMPO PARA ABRIRME Y ACOGER LA GRACIA DEL RETIRO o Tomo el tiempo de estar presente por entero; enumero lo que llevo dentro, lo que me inquieta, lo que obstaculiza la interiorización o Me pregunto: cómo estoy? Qué espero del retiro? Qué me pide el retiro? Me pongo en actitud orante, disponible al Espíritu; busco el espacio, el gesto corporal que facilita mi oración; llamo y escucho al Espíritu que me enseña a orar con gemidos inenarrables (Rom.8,23) Oro: Espíritu Santo, eres viento: llévame donde quieras. Eres brisa: déjame respirar lo nuevo. Eres fuerza: levántame del suelo. Eres vida: dame pasión por la vida. Eres alimento: nútreme de tu savia. Eres luz: ilumíname con tus rayos. Eres calor: calienta mi existencia. Eres libertad: hazme libre. Eres fecundidad: cúbreme con tu sombra. Eres agua viva: dame de beber. Eres respuesta: dame fuerza para decir sí al Padre, al Hijo y a ti, Espíritu Santo. AMEN II. UN TIEMPO PARA CONTEMPLAR Y DAR GRACIAS POR ESTE ESPACIO DE INTIMIDAD CON EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO La Palabra de Dios está llena de invitaciones a buscar a Dios en la intimidad, El está siempre esperándonos. Tomo el Evangelio en actitud orante y hago un inventario de lo que me enseña Jesús en su relación e intimidad con el Padre: Mt. 6, 7 a 18; Lc. 11, 1-14. Dedico tiempo para interiorizar y anoto lo que descubro Miro, contemplo a Jesús que ora. Qué actitudes de El me impactan?
Leo con atención los consejos de la santa madre VENGAN Y RETIRENSE Cuando los apóstoles, de regreso de su misión, rodeaban al Señor, El les dijo: "Vengan a retirarse conmigo a un lugar solitario y reposarán un poquito". Estas palabras del Divino Maestro se pueden también dirigir a ustedes, porque como ellos, han trabajado mucho. Con el mismo ardor con que el ciervo sediento suspira por las aguas (Sal 41,1) deseen ustedes empezar el retiro para fortalecerse, amadas hijas. Espero que saquen mucho fruto. A REPOSAR UN POCO Podríamos afirmar sin duda que entre las Congregaciones religiosas de mujeres, difícil es encontrar otra que trabaje más que la nuestra en obras de celo por la gloria de Dios y la salvación de las personas. Pues bien, vengan a descansar un poquito. Ya sé que para ustedes el descanso es la súplica, la oración, la Sagrada Comunión, pero hay otro descanso, deseado y saludable, el del santo retiro. El retiro les ayuda a adquirir nuevas fuerzas para emprender luego el trabajo con renovado vigor. Esta era la intención del Divino Maestro cuando decía a los Apóstoles: "Vengan a retirarse conmigo en un lugar solitario para descansar un poquito". Ustedes también, amadas hijas, a quienes aplico estas palabras, van a descansar un poquito para cobrar nuevas fuerzas espirituales, porque el trabajo las espera. Vayan como los venturosos discípulos, a rodear al Salvador. Vayan a darle cuenta de lo que han hecho hasta el presente, y de sus proyectos para el porvenir. Si han tenido la dicha de alcanzar alguna victoria, depositen a sus pies las banderas arrebatadas al enemigo; y luego, sepulten en el abismo de su misericordia sus defectos, infidelidades, miserias, sumergiéndose en su adorable Corazón. EL CAMPO PARA CULTIVAR a) Preparar el terreno Los retiros son un descanso al que nos llama el Divino Maestro para que estemos en su compañía. En tan amada soledad hemos de ocupamos en preparar el terreno de nuestro ser y echar en él la simiente de las santas acciones. Los retiros son también un laborioso trabajo espiritual que debemos hacer para nuestro cultivo. Comprendan bien el significado del ejemplo que les he puesto al decirles que en los retiros hemos de preparar el terreno y arrojar en ellos la semilla de las buenas obras, para que entiendan lo que están llamadas a hacer durante, después de ellos y siempre. g) Trabajen para lograr abundante cosecha Con esta comparación pretendo, amadas hijas, exhortarlas a vivir bien los retiros. En estos días, siembren en su corazón y dejen que los demás siembren en él buenas semillas; más no basta eso, pues deben cultivar el jardín de su persona, no sólo durante el retiro sino después de terminado éste, y durante todo el año. Tendrán así la seguridad de recoger abundante cosecha al fin de su vida que es el tiempo de la recolección, e irán a descansar para siempre de sus trabajos en el seno del Padre Celestial. LA ALEGRIA DE LA HIJA DE DIOS a) Estén siempre alegres Quiero que estén siempre contentas y sean amables en toda ocasión. No me ven nunca triste en los descansos y, en ciertas ocasiones, quizás me encuentran un poco niña con las novicias. Pero no me da escrúpulo, ni hablo de ello en mis confesiones. El apóstol san Pablo dice: "Alégrense siempre en el Señor, repito: Alégrense!" (Fil 4,4). La alegría es uno de los frutos del Espíritu Santo. Empiecen los retiros con recogimiento y más alegría, continúenlos con recogimiento y bastante alegría y vuelvan luego a sus ocupaciones ordinarias con recogimiento y alegría. Las virtudes melancólicas, taciturnas, las virtudes ásperas y duras (que no son virtudes), no provienen del Espíritu Santo, no son propias de una persona cristiana y mucho menos de una religiosa del Buen Pastor.
Con toda la efusión de mi corazón, pido para ustedes la paz, que es señal de los elegidos. Que la paz reine en ustedes por toda la eternidad! "Ve, pueblo mío, entra en tu casa y cierra las puertas detrás de ti, escóndete un poco hasta que pase la ira del Señor" (ls.26,20). Anoto mis sentimientos, los que han aflorado con el texto de santa María Eufrasia, adoro con ellos, alabo a Dios por la gracia del retiro como oportunidad de cambio Señor, que alegría siento al estar a solas contigo, en un tú a tú, para decirte tantas cosas y escucharte a solas; anhelarte, buscarte, descubrirte y descubrirme. Desde ya, mi ser entero te alaba y te da gracias porque me permites entrar en tu intimidad. III. UN TIEMPO PARA VIVIR EL PERDÓN Cuáles son las principales dificultades que encuentro para vivir a concho mis retiros mensuales? (P.e.: falta de motivación, descentrada de Dios, desgano, aburrimiento, ausencia de sentimientos, temores, etc.) Nombro las dificultades prácticas (vida agitada, falta de organización personal, preocupaciones apostólicas, poca fidelidad a los retiros mensuales, postergación de la vida espiritual, etc.) Me pongo delante de Dios, tomo conciencia de mis resistencias y excusas por no darle tiempo a la acción de Dios en mi vida. Pido perdón por ello
IV. UN TIEMPO PARA ENTREGARME, PONERME A LA ESCUCHA Y A LA ACCIÓN DEL PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO Leo el mensaje de santa María Eufrasia sobre la importancia de orar asiduamente Dedíquense asiduamente a la vida interior, amadas hijas, al espíritu de oración, lo suplico encarecidamente porque en la vida religiosa y particularmente en nuestra Congregación, es necesario buscar el valor y el celo necesario cerca del Señor, para lograr la conquista de las personas Cuanto más animada está una religiosa del espíritu de su vocación, mayor atractivo siente por la oración y en ella encuentra la fuerza que necesita para trabajar eficazmente en la obra de la salvación Callen y dejen que el Señor les hable. Qué hermosa es la oración de aquella que escucha en silencio lo que Dios le dice! A ellas se dirigen estas palabras: No interrumpan el sueño de mi amor. Déjenlo dormir hasta que quiera despertar (Ct.2,7). La amada de Dios es toda persona que busca a su Señor, a quien El atiende, escucha y habla (SME., Conf. 13) Después de haber terminado mi reflexión sobre el retiro Cuál es mi propia síntesis acerca de la importancia del retiro en mi vida de consagrada? Escribo mi compromiso Aquí estoy, vengo porque me has llamado. Habla Señor, que tu servidora escucha (1Sam. 3, 8-10) Me comprometo a vivir mis retiros mensuales con corazón entero, que anime todo mi mes como un tejido de mi historia personal que vaya cruzando sus tramas con mi retiro anual Al final de este día estaré en condiciones de asumir que mi vida religiosa se centra en mi Encuentro progresivo con Dios, Pastor Bueno, que me llama a darle lo mejor de mí, capacitándome para trasmitir las riquezas de esta sublime Relación.