GESTIÓN DE COMPORTAMIENTOS Y PERSONAS INTEGRADA EN LA GESTIÓN DE CRISIS Y EMERGENCIAS Introducción Prevensis es una organización dedicada al desarrollo de valores seguros y de bienestar en las organizaciones. Trabajamos por toda la península, si bien estamos en Madrid, Barcelona y Lisboa. Estamos especializados en el desarrollo de programas de comportamientos seguros en organizaciones de todos los sectores, y una de las áreas más innovadoras y con más éxito es la gestión del comportamiento en las emergencias. Objetivo Nuestro objetivo es lograr una cultura de seguridad en las organizaciones y en las personas que permita una actuación eficaz tanto en la actividad cotidiana como en una situación de emergencia. Para ello proporcionamos las claves para garantizar una resolución eficaz de situaciones de crisis y emergencias, desde la integración de la gestión de personas y comportamientos en la gestión de situaciones que pueden presentarse en el entorno hospitalario. La seguridad en el ámbito hospitalario Cuando hablamos de seguridad, y más en el ámbito hospitalario, es evidente que estamos hablando de personas, pues son ellas las que tienen la capacidad para resolver cualquier situación de riesgo que pudiera presentarse. Sin embargo, el personal que trabaja en un hospital convive y tiene a su cargo otros seres humanos vulnerables, que pueden ser enfermos, convalecientes o sus familiares. Esto hace que sea especialmente importante llevar a cabo comportamientos seguros en la actividad cotidiana del hospital y aún más en caso de declararse una situación de emergencia. Pero, sabemos cómo actuamos las personas ante una emergencia? Ante una emergencia las reacciones de las personas se podrían describir en un continuo desde la calma al pánico total:
Alrededor del 15% de las personas reaccionan con calma, permaneciendo unidas, estudiando un plan de acción y búsqueda de soluciones. Un porcentaje similar muestran ansiedad, se quedan bloqueadas o manifiestan conductas histéricas, gritos y pánico: se descontrolan, aumentando el peligro para ellas y para los demás. El 75% manifiesta una conducta desordenada, desconcierto. Sin embargo, resulta evidente que la gestión de emergencias en el ámbito hospitalario es de vital importancia por el elevado coste humano y económico que se puede ocasionar en caso de que se produzca un siniestro. Podemos dejar en manos del azar, en manos del pánico o de un comportamiento inadecuado, fortuito o improvisado la vida de las personas que tenemos bajo nuestra responsabilidad? Indudablemente la respuesta que todos tenemos en mente es que no podemos correr ese riesgo. Qué soluciones hemos desarrollado en Prevensis para lograr un comportamiento seguro ante una emergencia? Las claves para el comportamiento seguro en las emergencias El Método Prevensis de Gestión del comportamiento en emergencias desarrolla una cultura de actuación segura en situaciones de emergencias, mediante una gestión integrada que consta de: 1. Herramientas adecuadas de gestión de las emergencias. 2. Formación continuada, práctica y adecuada a la realidad de cada trabajador. 3. Planes de comunicación que integren en la actividad cotidiana la seguridad. La gestión de las emergencias De qué herramientas hablamos? En primer lugar deben definirse las acciones a desarrollar para el control inicial de las emergencias, de modo que pueda garantizarse la alarma, la evacuación y el socorro. Para ello se cuenta con un Plan de Autoprotección que engloba así mismo el Plan de Actuación ante emergencias, en el que se establecen: 1. La identificación y clasificación de las emergencias. 2. Los procedimientos de actuación ante las emergencias.
3. La identificación y las funciones de las personas y equipos que llevarán a cabo los procedimientos de actuación en emergencias. 4. La identificación del responsable de la puesta en marcha del Plan de Actuación ante Emergencias. Todos sabemos que no basta con planificar y establecer procedimientos escritos y disponer de unos medios físicos para garantizar la seguridad. Es necesario que las personas conozcamos de qué procedimientos, de qué medios estamos hablando y por qué son importantes, para que sepamos de su existencia y de su utilidad. Es necesario por tanto formarse en seguridad. La formación sobre seguridad Para lograr el éxito, es imprescindible que esa formación implique a todas las estructuras de la organización dirigidas a desarrollar una cultura de seguridad ante las emergencias: gerencia, jefes de servicio y de unidad, sanitarios, administrativos, etc. La mejor forma de implicar a todos en la cultura de seguridad es la formación adaptada a las circunstancias de cada trabajador: si el Plan de Autoprotección distribuye las funciones entre diferentes responsables, cada uno debe conocer su papel y el alcance de sus responsabilidades. Además de la formación con contenido más técnico, como puede ser aquella que nos muestra cómo emplear los medios de extinción, cómo aplicar unas maniobras de primeros auxilios básicos, cómo elaborar e implantar el Plan de Autoprotección, dirigida a: - Jefe de emergencias. - Jefe de intervención. - Equipo de Primera Intervención. - Equipo de Alarma y Evacuación. - Equipo de Primeros Auxilios. - Equipo de Segunda Intervención. Existe la necesidad de otra formación sobre nuestro propio comportamiento, que nos permite conocer cómo reaccionamos ante una situación de emergencia y entender las claves del comportamiento humano, la psicología de las emergencias, algo básico para quienes tiene que liderar la actuación en caso de emergencia y controlar las reacciones de otras muchas personas. A quiénes hay que formar en seguridad?
A todo el personal, pero con diferentes niveles de profundidad según su actividad y las funciones a desarrollar en caso de emergencia. En qué momento se debe empezar a formar una persona en seguridad? Desde el principio: 1. Al niño: inculcar los valores morales de ayuda. Educar en conductas preventivas e informar sobre los efectos de las emergencias. Prepararles para su autoprotección con simulacros, según el peligro. 2. Al joven: formar sobre riesgos, realizar prácticas simuladas. 3. Al universitario: aumentar los conocimientos técnicos sobre seguridad y emergencias. 4. Al trabajador: especializarles en las medidas preventivas y de protección del riesgo asociado a su actividad y en las conductas preestablecidas en el plan de emergencia de su centro de trabajo. Tengamos en cuenta que aunque nuestro personal de emergencias tenga una formación técnica extraordinaria, las personas a su cargo es muy probable que no, y puede que se dejen llevar por el pánico o por otros comportamientos inadecuados. Es ahí donde entra en juego la capacidad para liderar y para orientar de los trabajadores bajo nuestra responsabilidad. Mientras la formación no sea como debe ser en todas las etapas de la vida, hay que recurrir a la formación en el puesto de trabajo y a la comunicación para difundir los mensajes e interesar a las personas. La comunicación sobre seguridad Una característica común de los hospitales es que coinciden en el mismo espacio trabajadores, enfermos, visitantes, cada uno con unos conocimientos sobre seguridad y una percepción del riesgo muy diferente. Hagamos que todos aprendan lo básico sobre seguridad. Divulguemos mensajes claros y concisos que integren consignas sobre seguridad. Podemos conseguir que la seguridad forme parte de manera natural de nuestro día a día. De este modo, resultará cada vez más habitual acudir a un establecimiento público y familiarizarse, por ejemplo, con las salidas de emergencia. Si esa preocupación por la seguridad se traslada al personal del hospital pero también a los
enfermos y a los visitantes, éstos tendrán la confianza en que los profesionales del hospital no sólo velan por su salud, sino también por su seguridad. Nuestros valores sobre la seguridad y el liderazgo Si bien la formación puede adquirirse en un momento puntual, es cierto que las actitudes y los valores se forjan en el día a día. Si entre nuestros valores no se encuentra la preocupación por la seguridad, toleraremos situaciones y comportamientos inseguros, no les daremos importancia, y las repetiremos en el futuro. Podemos establecer un sistema de gestión excepcional, adquirir una excelente formación, ser capaces de comunicar a otros esos conocimientos, pero si no tenemos valores, no contaremos con el compromiso ético y moral que mueve a las personas a actuar con convicción, no por imposición. Para lograrlo es clave el liderazgo de los responsables del centro, con capacidad para motivar y para orientar hacia al éxito a los trabajadores. Tener valores significa creer en lo que hacemos, y en hacerlo por voluntad propia, pensando en la salud y la seguridad de las personas, es decir en su bienestar. Acaso puede ser otro el objetivo de la actividad de un hospital? Conclusión Para concluir, hemos querido mostrar cómo es esencial la gestión de los comportamientos en la gestión de las emergencias, y cómo estos dependen de herramientas de gestión, de formación, de comunicación y de liderazgo para impulsar una actuación exitosa, antes, durante y después de una emergencia. Si desean embarcarse en esa aventura, cuenten con nosotros. Muchas gracias.