enclave arqueológico MUNIGUA
Vista general del Santuario de Terrazas desde el camino de acceso HISTORIA En Munigua hay vestigios de poblamiento humano desde mediados del s. IV a.c. hasta el s. VIII d.c. En este espacio de tiempo destaca la implantación de la ciudad romana de Munigua a finales del s. I a.c. y, aunque se desconoce el nombre del asentamiento prerromano existente con anterioridad, es posible que también tuviera esa denominación ya que esta es de origen ibérico. En la historia de la ciudad se distinguen las siguientes fases: Fase prerromana: s. IV a.c. hasta s. II/I a.c. En la cima de la colina, estuvo el llamado Poblado Ibérico. Su función se explica con la minería y la metalurgia propias de Sierra Morena, rica en filones cupríferos y ferríticos. Primera fase romana: s. I a.c. hasta la mitad del s. I d.c. Se lleva a cabo la destrucción del Poblado Ibérico con el fin de construir el Santuario de Terrazas. En esta fase se edificarán el foro, las termas y las casas. Segunda fase romana: mediados del s. I hasta finales del s. II. Es aquí cuando se realizan casi todas las construcciones: Santuario de Terrazas, Foro y Casas (1, 5 y 6). Ello se debe a la concesión a la ciudad del derecho latino otorgado por el emperador Vespasiano hacia el año 73-74 con el consecuente ascenso al rango municipal, y a que en ese momento constituye el núcleo central de un área de grandes dimensiones. Portada:Templo de Mercurio Tercera fase romana: ss. III y IV. Esta fase se caracteriza por las destrucciones atribuidas a un terremoto que sacudiría la ciudad en el s. III. Fase post-romana: ss. V-VI hasta s. VIII. Otro terremoto puso fin a la época tardía en Munigua, aunque actualmente se puede demostrar una continuidad de ocupación hasta al menos la época almohade.
RECORRIDO La mejor forma de visitar la ciudad es partiendo de la cima de la colina, donde se halla el Santuario de Terrazas, y continuar hacia abajo. El Santuario de Terrazas Esta construcción se caracteriza por estar sobre varias terrazas construidas escalonadamente y por su simetría arquitectónica, acentuada por sus accesos, formados por rampas y escaleras dispuestas con respecto al eje del edificio. Para su construcción se demolió el Poblado Ibérico, del que aún se pueden observar algunos restos, aprovechándose los escombros como material de relleno para las terrazas. Rodeado de pendientes, los muros exteriores de contención están reforzados con 13 contrafuertes. Las paredes del santuario estuvieron revestidas originalmente de mármol de varias tonalidades. Este edificio fue objeto de amplias intervenciones para su conservación y restauración en la década de los ochenta. El Templo de Podio Tiene forma de bloque cúbico, reforzado con cuatro contrafuertes que lo sostienen en su lado este. Fue intervenido a principios de los años 60. Los muros del edificio religioso se asientan en un podio sobre el que reposa otro de menor tamaño, que es la base de la aedes o templo. Estaba decorado con placas de mármol y su acceso se efectuaba a través de unas escaleras que se conservan in situ. Se construyó a principios del s. II. El Foro Se encuentra sobre una terraza artificial y su identificación como tal se debe al hallazgo de dos inscripciones y basas de magistrados municipales, de L. Quintius Rufinus, padre e hijo. Estaba formado por: 1) El Templo del Foro, cuya advocación se Cella del Santuario de Terrazas
Vista general, de izquierda a derecha, del Templo del Podio, el Foro y las Casas 2, 3 y 7 desconoce, 2) la Curia, lugar de reunión del senado municipal, aunque se carece de hallazgos materiales para esta asignación, 3) el Santuario de Dis Pater, divinidad de los mineros del que no se ha conservado la estatua que le representaba (un caballo de bronce), 4) el Tabularium, el archivo de la ciudad y 5) la Basílica, edificio multifuncional añadido al Foro con posterioridad. El Templo de Mercurio Este pequeño templo forma parte del Pórtico de Dos Pisos aunque su datación es más reciente y ha sido reconstruido. Está formado por dos partes: el zócalo como podio y la aedicula o cella, con dos columnas antepuestas que soportan los arquitrabes y el frontón. Esta acogía una estatua, no conservada, colocada encima del pedestal existente. La adscripción del templo a esta divinidad se conoce por dos inscripciones: una de un liberto llamado Ferronius hallada en un ara votiva que aún se conserva in situ, y otra de un tal Lucius Fulvius Genialis, sacerdote (flamen) augustal. Todo el edificio estuvo recubierto de estuco y probablemente pintado. Vista general del Templo de Mercurio
Pórtico de Dos Pisos Junto a la aedicula se eleva, aunque ese no sea su lugar original, una mesa de piedra granítica de grandes proporciones y de aspecto tosco que habría cumplido su función entre finales del s. I y finales del s. III. Las casas En Munigua se han delimitado varias zonas de casas. En la ladera de la colina: La 3 y 7 junto al Templo de Mercurio y la casa 4 tallada en la roca, de modo que en la parte trasera los muros conservan una altura de 2 m. En la casa 2, la única completamente excavada, se delimitan la función habitacional en el piso superior y la de negocio y comercio (tabernae et thermopolium) en la planta baja. Y al pie de la colina: La casa 1, con 22 habitaciones y una superficie de unos 500 m²; adosada a ella está la casa 6, mal conservada aunque mantiene una altura de 2 m en los muros de la planta baja, y la casa 5, que se encuentra enfrente de las Termas y ha sido excavada muy parcialmente. Se ha fechado desde la segunda mitad del s. I hasta principio del s. V, aunque con periodos de abandono. En una de sus habitaciones se descubrió un tesorillo de 122 monedas pertenecientes casi todas a la segunda mitad del s. IV. Las Termas La planta actual de las termas tiene forma de L y consta de siete unidades habitacionales, entre ellas la sala del ábside y el llamado ninfeo. Las otras son: apodyterium, caldarium, tepidarium, frigidarium y, en un patio, el praefurnium. Por su tamaño pequeño, de apenas 280 m 2, y por la falta de una palaestra, se trataría de un balneario y no de unas termas. Se fecha en época temprana, en la segunda mitad del s. I d.c. Posteriormente, a finales de ese siglo, una parte de las Termas se sacrificaría para la construcción
Vista parcial de las Termas del Foro, sufriendo modificaciones a lo largo de los ss. II y III. En el frigidarium se halló la estatua de una ninfa lo que llevó a identificar el edificio con un ninfeo; de confirmarse esta opción, aumentaría el número de monumentos sacros en el municipio. Las Termas son el lugar de Munigua donde ha aparecido el mayor número de fragmentos de estatuas y, en su interior, aun se conservan pinturas murales. A partir del s. IV d.c. esta edificación parece haber sido utilizada únicamente como vivienda. Necrópolis Forma un cinturón continuo alrededor de Munigua en el que se distinguen dos áreas: Necrópolis Este y Necrópolis Sur, diferenciadas entre si porque, mientras la primera se ubica dentro del perímetro que envuelve la muralla, la Sur se encuentra en parte fuera de este. Entre ambas se han hallado unas 170 tumbas, en las que se distinguen dos tipos: de incineración (ss. I y II) y de inhumación (s. II en adelante). Estas se situaban formando recintos funerarios de tipo familiar o profesional (collegia), característicos de las necrópolis romanas. Vista de detalle de las pinturas murales de las Termas
El Mausoleo En este sentido destaca en Munigua el Mausoleo, del que se conserva una altura de hasta 2,7 m. De planta rectangular, en su origen estaría cubierto por una bóveda de medio cañón en el interior y un techo a dos aguas en el exterior. En él se hallaron cinco enterramientos: 2 de inhumación (Tumbas A y B) con sendos sarcófagos, y 3 de incineración tipo bustum (tumbas C, D y E). Todas ellas salvo la A, coetánea a la construcción del edificio, estaban completamente enterradas bajo el suelo. La fecha para la construcción del Mausoleo se sitúa desde principios hasta mediados del s. II. Se han hallado numerosos restos de ajuar, aunque mezclados, debido a que las tumbas fueron saqueadas entre los ss. IV-V. La Muralla La muralla envuelve la ciudad por tres de sus lados; por el este, el sur y el norte. Pasa por encima de la Necrópolis Sur y en ella se observan cuatro estructuras abiertas hacia el interior de la muralla, que pueden ser interpretadas como torres. Es una obra inacabada en la que antes del s. III, sobre el lienzo Norte, se construyó un edificio que debió de ser un taller. Hallazgos Se han obtenido numerosos hallazgos arqueológicos en la ciudad; unas 45 esculturas de piedra de buena calidad y aproximadamente 160 piezas de terracota del siglo II que constituyen, junto con las de Sexi (Almuñécar) y Córdoba, un conjunto único en la Bética. También es reseñable la aparición de objetos de vidrio hallados en contextos funerarios; de metal, de los que se conservan unas 1.500 piezas y de joyas, procedentes en su mayoría de las necrópolis. Por último, se han hallado más de 80 inscripciones, destacando 2 de bronce; una tessera de hospitalidad y una carta del emperador Tito.
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