ADOPCIÓN: UNA AMOROSA ALTERNATIVA AL ABORTO Cada año, en los Estados Unidos, abortan más de un millón de mujeres. Sin embargo, pocas mujeres sorprendidas por un embarazo inesperado eligen dejar a su hijo en una casa de adopción. Muchas rechazan la adopción, diciendo, no podría dar a mi hijo a otros, y deciden entonces abortar. La adopción ha sido tan estigmatizada que muchas mujeres que hablan abiertamente de la adopción son desanimadas e incluso menospreciadas por amigos y familiares. El Mes del Respeto a la Vida ofrece una ocasión oportuna para que los católicos comprendan mejor la mentalidad aborto-no-adopción y para compartir experiencias personales del valor afirmativo de la vida de la adopción. Es especialmente importante que los jóvenes escuchen historias de la vida real, porque muy pocos de ellos conocen a alguien que haya sido adoptado de niño. Aunque los relatos convincentes de niños adoptados y padres adoptivos son vitalmente importantes, hay una necesidad aún más grande de reconocer y agradecer el coraje de las madres que dan a luz (y de los padres) dispuestas a considerar dejar a su hijo con una familia adoptiva. Con una guía adecuada y mucho discernimiento, eligen la adopción como un acto de amor desinteresado por las necesidades a largo plazo del niño. La Iglesia debe reconocer y ayudar a sobrellevar la pena profunda, el dolor y la pérdida que experimentan estas madres. Bajo circunstancias muy difíciles y gracias a su notable fortaleza personal, estas madres son las mejores que el niño pudiera haber tenido. Eligen tanto la vida como el amor para sus hijos, sin importar el costo personal. Toda mujer que considere la adopción como una alternativa amorosa al aborto puede encontrar información en el portal de Ayuda al Embarazo. (http://pregnancyhelpboston.org/ downloads/adoption.pdf) Preparado por la Oficina Pro-vida
POR QUÉ DEBERÍA TENER UN APODERADO DE SALUD? Lo mismo que nadie piensa en el divorcio según avanza hacia el altar, muy pocos de nosotros pensamos en enfermedades serias cuando aún estamos sanos. Cada día, como dice la Escritura, tiene bastante con lo suyo. Pero mientras tenemos salud, tenemos la posibilidad de pensar en cómo afrontaríamos una enfermedad seria. Y parte de nuestras reflexiones debería ser qué ocurriría si somos incapaces de tomar decisiones médicas en nuestro propio beneficio. Derrame cerebral, demencia, quedar inconsciente, o ser declarado incompetente, son sólo algunas de las posibilidades de perder la capacidad de tomar decisiones sobre nuestro tratamiento. Según la ley de Massachusetts, cualquier residente adulto de este estado puede nombrar un agente de salud que tome decisiones médicas en caso de perder la capacidad de tomarlas por sí mismo. Para nombrar a un agente, hay que rellenar un formulario de Apoderado de Salud (Health Care Proxy). El agente puede ser el cónyuge, o un familiar o un amigo que conozca a la persona y goce de su confianza. El agente tiene el poder de tomar cualquier decisión médica en nombre de esa persona cuando ella haya perdido la capacidad, excepto las decisiones que el paciente haya excluido específicamente. Tener a alguien legalmente capacitado para tomar estas decisiones disminuye la posibilidad de discusiones en la familia respecto al tratamiento para un ser querido, o a las decisiones de los tribunales. La Conferencia Católica de Massachusetts provee un formulario de Apoderado de Salud (Health Care Proxy) en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia, que se puede obtener en su portal de Internet. La página con enlace a dicho formulario es: http://macatholic.org/proxy. Vaya, por favor, a esa página, revise el formulario, y considere en oración nombrar a un agente de salud. Henry C. Luthin, Esq. Miembro del Consejo de Dirección de la Asociación de Juristas Católicos
LO QUE DEBERÍA SABER SOBRE EL CUIDADO ASISTENCIAL Para muchos pacientes seriamente enfermos, el cuidado asistencial ofrece una alternativa digna y cómoda a pasar los últimos meses de la vida en el ambiente impersonal de un hospital. El cuidado asistencial presta atención a todos los aspectos de la vida y el bienestar del paciente: físico, social, emocional y espiritual. No hay restricciones por edad; cualquiera que se encuentre en los momentos finales de su vida puede recibir los servicios de cuidado asistencial. Aunque los servicios específicos del cuidado asistencial difieren en distintas partes del mundo en cuanto a las amenidades que ofrecen, la mayoría cuentan con un equipo interdisciplinar de cuidado asistencial, en el que están el médico del paciente, un médico de cuidado asistencial, un gestor del caso, enfermeras/os diplomados y otros licenciados en las distintas prácticas, un asesor, un experto en dietética, un experto en terapia, un farmacólogo, asistentes sociales, un ministro religioso y varios voluntarios capacitados. El equipo de cuidado asistencial desarrolla un plan de salud a medida de las necesidades personales del paciente en cuanto a manejo del dolor y alivio de síntomas, y provee todos los medicamentos paliativos y terapias necesarias, los suministros de todo tipo y el equipo necesario. Normalmente, el cuidado asistencial se provee en casa y un miembro de la familia es el encargado principal, supervisado por personal médico profesional. Miembros del equipo de cuidado asistencial visitan con regularidad al paciente para estimar sus necesidades y proveer atención y servicios adicionales, como terapia del habla y física, masages terapéuticos o ayuda con la dieta. También se puede disponer de ayudantes licenciados de salud en la casa, para ayudar con cosas como el baño y otras necesidades personales. El personal de cuidado asistencial admite llamadas las 24 horas del día, siete días a la semana. Malentendidos El cuidado asistencial acelera la muerte. El cuidado asistencial supone abandonar la esperanza; es mejor luchar por la vida. Un paciente de cuidado asistencial que muestre signos de recuperación no puede volver a un tratamiento médico normal. Un paciente de cuidado asistencial no puede cambiar de idea y volver a un tratamiento curativo si la prognosis no ha cambiado. El cuidado asistencial tiene un límite máximo de seis meses. La realidad El cuidado asistencial ni acelera ni pospone la muerte. La meta es aumentar la calidad de la vida que le queda, para que los pacientes puedan disfrutar de tiempo con su familia y amigos y tener la experiencia de una muerte natural y sin dolor. En algunos casos, el cuidado asistencial puede prolongar la vida. La mayoría de los pacientes terminales experimentan menos ansiedad redirigiendo su esperanza hacia lo que se puede conseguir realísticamente durante el tiempo que les queda. Si seguir con tratamientos curativos incómodos y dolorosos para la enfermedad es infructuoso, los pacientes de cuidado asistencial se benefician más al recibir en cambio tratamiento para sus síntomas. Si el estado del paciente mejora, puede dejar el cuidado asistencial y volver a un tratamiento curativo, o a sus actividades diarias. Si es necesario, el paciente puede volver más tarde al cuidado asistencial. Un paciente puede tomar o dejar el cuidado asistencial según lo necesite o decidir volver al tratamiento curativo. También puede ir a un hospital para cierto tipo de tratamientos si eso supone mejor calidad de vida. En los Estados Unidos, muchas compañías de seguros, así como el Beneficio de Cuidado de Salud de Medicare, requieren que un enfermo terminal tenga una prognosis de seis meses o menos para comenzar con el cuidado de salud; sin embargo, un paciente terminal puede recibir cuidado de salud por tanto tiempo como sea necesario.
GUÍA DE SERVICIOS DEL CUIDADO DE SALUD Los servicios del cuidado de salud están normalmente estructurados según las necesidades y deseos de cada paciente y su familia. Estos últimos pueden cambiar con el tiempo y durante las tres diferentes etapas del cuidado: Las últimas fases de una enfermedad La agonía El duelo Dependiendo de las circunstancias del paciente y de la etapa de su cuidado, un equipo interdisciplinar de cuidado de salud puede proveer cualquier combinación de los siguientes servicios: Atención de enfermería. Enfermeras/os licenciados supervisan los síntomas y la medicación del paciente, y ayudan a informar tanto al paciente como a la familia sobre lo que está ocurriendo. La/el enfermera/o es también el enlace entre el paciente, la familia y el médico. Servicios sociales. Un asistente social aconseja al paciente y a los miembros de la familia, y actúa como el abogado comunitario del paciente, asegurándose de que el paciente tiene acceso a todos los recursos necesarios Servicios médicos. El médico del paciente aprueba el plan de cuidado y colabora con el equipo de cuidado de salud. En un programa completo de cuidado de salud, un director médico del cuidado de salud está a disposición del médico del paciente, del paciente y del equipo de cuidado de salud, como consultor y recurso. Apoyo y consejería espiritual. Miembros del clero y otros consejeros espirituales estarán disponibles para visitar al paciente y proveer apoyo espiritual en la casa. El cuidado espiritual es un proceso personal, y puede incluir ayudar al paciente a explorar el significado de la muerte para él o ella, resolver asuntos pendientes, decir adiós a seres queridos, y planear o celebrar rituales religiosos. Ayudantes de salud y servicios en la casa. Los ayudantes de salud en la casa proveen cuidado personal, como baño, afeitado y cuidado de las uñas. Los servicos en la casa pueden ayudar con la limpieza y la preparación de la comida. Ayuda de voluntarios capacitados. Los voluntarios son desde hace mucho la base del cuidado de salud. Están disponibles para escuchar, ofrecer al paciente y a la familia apoyo compasivo, y ayudar con tareas de cada día, como la compra, cuidar de los niños y conducir. Terapias físicas, ocupacionales y de habla. Estos especialistas del cuidado de salud ayudan al paciente y a la familia a desarrollar nuevas formas de realizar las tareas que se hayan hecho difíciles por la enfermedad, como caminar, vestirse o alimentar al paciente. Respiro en el cuidado. Esto da a la familia del paciente un respiro en la intensidad del cuidado que se provee. Una breve estancia del paciente en una instalación del cuidado de salud da un respiro a los familiares quen normalmente lo proveen. Ingreso del paciente. Del mismo modo, un paciente del que se cuida en la casa puede requerir que se le admita en un hospital, una unidad de cuidados intensivos o una instalación de cuidados de salud. A veces estará recomendada una intervención médica para suavizar el proceso de defunción (por ejemplo, un catéter para suministrar la medicación), lo que exigiría continua supervisión de enfermería. En casos así, unas instalaciones hospitalarias pueden ser la mejor opción. El equipo de cuidado de salud se ocupará del ingreso del paciente, y seguirá implicado en el tratamiento del paciente y con la familia Apoyo durante el duelo. El duelo es el tiempo de luto que todos experimentamos tras perder a alguien. El equipo de cuidado de salud ayudará a los sobrevivientes de la familia a atravesar este perido de luto. La ayuda puede incluir a algún voluntario capacitado o consejero que visite a la familia cada cierto tiempo durante el primer año, así como llamadas telefónicas, cartas y grupos de apoyo. El cuidado de salud referirá a los superivientes a médicos u otros profesionales de la salud si fuera necesario. http://www.helpguide.org/elder/hospice_care.htm Diácono James F. Greer, MAPT, CT Director de Programas de Capellanía
LOS CUIDADOS PALIATIVOS Y LA FE CATÓLICA Mucha gente tiene temores y preguntas sobre sus obligaciones éticas en cuanto al cuidado médico al final de la vida. En este contexto, es importante para los católicos saber lo que es el cuidado paliativo y cómo está relacionado con la fe católica. El cuidado paliativo es una parte especializada de la medicina que provee una ayuda extra para que los pacientes reciban alivio efectivo del dolor y otros síntomas causados por enfermedades graves. Se puede administrar al mismo tiempo que un tratamiento curativo, o puede ser el foco principal del cuidado cuando no es posible la curación para personas con enfermedades crónicas o para los que están en los estadios finales de una enfermedad terminal. El cuidado paliativo toma una aproximación holística para cuidar de la persona e implica a un equipo de profesionales de la salud, que incluye médicos y enfermeras/os licenciados en cuidado paliativo, capellanes, asistentes sociales y otros, que se ocupan de las dimensiones física, espiritual, emocional y social de la enfermedad del paciente. Contrariamente a lo que se suele asumir, más que acelerar la muerte, el cuidado paliativo se ha demostrado que prolonga la vida. Históricamente, la Iglesia siempre se ha ocupado del cuidado paliativo. El carácter multidimensional del cuidado paliativo es totalmente compatible con la visión holística que tiene la Iglesia de la dignidad humana y de la unidad cuerpo/alma de la persona. San Juan Pablo II dio un claro mandato del uso del cuidado paliativo cuando dijo: Especialmente en los estadios de la enfermedad en que ya no es posible un tratamiento proporcionado y efectivo, aún si es necesario evitar toda clase de tratamiento persistente o agresivo, se requieren métodos de cuidado paliativo. 1 Lo que necesitan los pacientes que tengan enfermedades crónicas, serias enfermedades degenerativas, o que están ya muriendo, es el mejor cuidado posible. Esto es el cuidado paliativo, que está totalmente en consonancia con nuestra fe católica. Peter J. Cataldo, Ph.D. Eticista en Jefe de Sanidad 1 Alocución al Consejo Pontificio de Cuidado de Salud Pastoral, 12 de Noviembre, 2004.