IMPACTO ECONÓMICO DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN LA VERTIENTE OCCIDENTAL DEL PARQUE NACIONAL IZTA-POPO ZOQUIAPAN Nombre: María Isabel Ayala Nicanor INTRODUCCIÓN Los bosques de coníferas en México son abundantes y presentan una amplia diversidad florística y ecológica, ocupando alrededor del 15% del territorio del país, del cual, los bosques de pino y encino ocupan una fracción de 9/10 de este territorio (Rzendowski, 1994). Cabe mencionar que nuestro país se encuentra dentro de los primeros cinco países considerados como megadiversos, con 60 a 70% de la diversidad conocida en el planeta (CONABIO, 2006); siendo los bosques de pino y encino una de las comunidades vegetales más representativas del paisaje forestal, representados por 47 especies (con 20 taxas intraespecíficas) del género Pinus (Frajón y Styles, 1997) y 170 especies de Quercus (Zavala, 2007). Ambos ecosistemas se encuentran en áreas de clima templado y húmedo, penetrando en regiones de clima tropical, y aun existiendo en las zonas semiáridas. Entre ambos géneros, se presume que existe una estrecha relación, que por sus requerimientos ecológicos paralelos, guardan una correspondencia en ciertas etapas sucesionales, siendo en ocasiones los pinares los que predominan sobre los encinares y de igual modo a la inversa, llegando a formar inclusive bosques mixtos (Rzedowski, 1978). Además de ser las comunidades vegetales más representativas para el país, es importante mencionar la gran importancia que representa este tipo de bosques, ya que contribuyen a la conservación de especies, representa el hábitat para una fauna diversa de mamíferos, aves, reptiles, anfibios e insectos, y de recursos no maderables útiles como hierbas y micorrizas; así como la gran producción de madera (comercialización), cubriendo el aspecto biológico y económico.
A pesar de la gran importancia que representan los bosques de coníferas para nuestro país, en la actualidad los bosques han sido modificados directa o indirectamente por fenómenos naturales y con mayor importancia por procesos antrópicos, ambos considerados como prejuiciosos y desastrosos (Spurr y Barnes, 1980). Entre los diferentes fenómenos naturales que se pueden presentar en un bosque, se pueden mencionar a los incendios, como una de las principales causas de deterioro de los ecosistemas forestales, considerado como uno de los mayores impactos que, con una ocurrencia y propagación no controlada, afecta selvas, bosques y vegetación de zonas áridas y semiáridas (Cedeño, 1999). Las estadísticas oficiales indicaron que en el período de 1984-2004, se registraron en promedio anual 7,809 incendios, afectando 260,138 (ha) forestales, afectaciones que tan solo en el 2004 el 85.52% de áreas afectadas correspondió a pastos, arbustos y matorrales, y el 14.48% a áreas arboladas (Cedeño y Martínez, 2006). De acuerdo a lo antes mencionado, a la gran relevancia que representan los bosques de coníferas para nuestro país, es importante mencionar que en México existen 174 Áreas Naturales Protegidas, de las cuales 67 pertenecen a Parque Nacionales, correspondiente a un 0.73% del territorio del país, estas áreas son consideradas como áreas protegidas debido a que en ellas se encuentran representados diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado, por lo que el objetivo principal de estas áreas es conservar su biodiversidad original, sin que está pueda llegar a su deterioro total. Entre las distintas Áreas Naturales Protegidas que existen en el país, se encuentran el Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, Área Natural Protegida (ANP) por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), éste parque es de gran importancia, ya que presenta una diversidad de tipos de vegetación como bosques de pinos, encinos y oyameles, de los cuales Pinus montezumae, Pinus pseudostrobus, Pinus hartwegii pertenecen al género Pinus, dentro de los oyameles se encuentra Abies religiosa y para el tipo de vegetación de encinos tenemos a Quercus laurina, Quercus crassifolia y Quercus rugosa siendo las especies más representativas del lugar. Además de la gran diversidad vegetal que presenta éste parque, también se encuentran especies faunísticas
únicas del planeta consideradas como endémicas y protegidas por la NOM-059- SEMARNAT-2010 (CONANP, 2010). Otra de las características relevantes y de lo cual lo hace un parque de gran importancia, es la captación y filtración de agua que se genera, abasteciendo a dos importantes cuencas hidrológicas: la del Valle de México y la del Alto Balsas. Debido a esto, estas montañas fueron consideradas como verdaderas fabricas de agua y fueron incluidas dentro del Programa Nacional de las 60 montañas prioritarias de México de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), (CONANP, 2010). A pesar de ser una de las Áreas Naturales Protegidas no deja de ser un área que se encuentre libre de presentar perturbaciones, como en el caso de los incendios forestales, los cuales han sido una de las principales causas del deterioro de estos ecosistemas, un ejemplo de ello son los incendios que ocurrieron en el Estado de México (Hernández, 2009), las estadísticas registraron tan solo en el período (2005-2009), 949 siniestros y 4651 ha de superficie afectada, del cual el 50% de la superficie afectada durante los 5 años perteneció al estrato arbustivo, afectando los municipios de Ixtapaluca, Amecameca, Chalco, Tlalmanalco y Texcoco, municipios pertenecientes a la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan. De acuerdo a lo antes mencionado, estableciendo la gran importancia que representa el parque en el aspecto biológico y económico, tomando en cuenta sus características climáticas de bosque templado, con una diversidad vegetal, animal y grado de endemicidad de organismos presentes, retomando como antecedente los incendios que se presentaron en algunos municipios que abarca el parque y considerando que el fuego es uno de los procesos más críticos que ha estado ligado a la ecología de áreas protegidas, el objetivo principal de este trabajo es determinar el impacto económico en el que sea visto afectada la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan con relación a los diferentes tipos de vegetación que han sido afectados por los incendios forestales.
OBJETIVOS Objetivo general Determinar el impacto económico en el que sea visto afectada la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan con relación a los diferentes tipos de vegetación que han sido afectados por los incendios forestales en un período de 10 años. Objetivos particulares Analizar la superficie afectada y tipo de vegetación afectado en cada uno de los municipios pertenecientes a la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan. Determinar el impacto económico en cada uno de los municipios de la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, a partir de la vegetación afectada y de las actividades más comunes que realizan (tala, sobrepastoreo, agrícola, entre otros). Realizar un plan de estrategias para cada uno de los municipios pertenecientes a la vertiente Occidental del Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan para la sustentabilidad de los recursos forestales, así como el buen aprovechamiento y funcionamiento de los mismos. HIPÓTESIS Si se realizan estrategias para el buen manejo y aprovechamientos de los recursos forestales con la intervención de los pobladores se lograra la preservación y concientización de la sustentabilidad de los recursos disponibles evitando la degradación de los mismos.
ANTECEDENTES Incendios Forestales en México En México los incendios forestales han causado grandes pérdidas de bosque, esto debido a que en el país cada año se han presentado incendios de diversas magnitudes, una de las peores temporadas en que se registraron incendios forestales en el país, fue en el año de 1998, en el que se registraron 14,445 incendios, afectando 849,632 (ha). Esto debido a las variaciones climáticas que se presentaron durante ese mismo año, ya que en los primeros cinco meses de 1998 se registraron temperaturas muy elevadas, siendo los meses abril y mayo los que registraron datos máximos de sequia, en comparación con las cifras históricas disponibles. Esto junto con los marcados decretos en los intervalos de precipitación que influyeron de manera decisiva, tanto en el incremento de los incendios generados, como en comportamiento extremo de los mismos (Diez de Bonilla, 2007). La magnitud de los incendios en la temporada de sequia de 1998 fue de tal dimensión, que puso en la agenda nacional el tema de la destrucción de áreas forestales, pérdidas económicas y daños a la salud por efecto de los incendios, ya que para el 15 de julio de ese mismo año se habían reportado 14,136 incendios que habían quemado 540,859 (ha), por lo que la incidencia duplicaba el promedio anual del período 90-97 que había sido de 6,792 incendios anuales con una superficie afectada de 181.2 (ha), (Paré, 1999). En datos más actuales sobre el número de incendios forestales en el país la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), reportó en el año 2008, 9,735 incendios, afectando una superficie de 231,645.48 (ha), de las cuales 43.5% correspondió a pastizales, 44.9% a arbustos y matorrales, y para arbolado un 11.4%; siendo el Estado de México, quien registró el mayor número
de incendios con 1,671, teniendo el mayor impacto de superficie afectada sobre arbustos y matorral con 3,114.9 (ha), seguido de pastizales con 1,863.7 (ha), renuevo con 731 y arbolado con 40 (ha) (SEMARNAT, 2008). En el 2010 se registraron 1,108 incendios en el Estado de México, contabilizando desde quemas de pastizales y pequeños conatos, hasta grandes conflagraciones, ubicando al Estado como una de las entidades de mayor incidencia de incendios, declarando así, algunas zonas de alto riesgo, entre las que se encuentra, la zona Izta-Popo, zona en la que se localizan los municipios como Ixtapaluca, Amecameca, Chalco y Tlalmanalco (PROBOSQUE, 2011). MARCO CONTEXTUAL Los ecosistemas, a través de sus diversos componentes y procesos, proveen una amplia variedad de valores culturales, intelectuales, estéticos, bienes y servicios ambientales que son indispensables para la humanidad ya que benefician directamente a la sociedad (Constanza et al., 1997). Sin embargo a pesar de su importancia no se ha reconocido el valor que estos servicios representan, al ser considerados como gratuitos, lo que ha llevado a una explotación insostenible de los recursos naturales. La composición de las comunidades biológicas y la diversidad biológica han sido alteradas y nidificadas como resultado de una gran variedad de actividades antropocéntricas. Estos cambios en la composición de la biodiversidad causan preocupación por razones éticas y estéticas, pero también tienen un fuerte potencial para alterar los ecosistemas y los servicios que estos proveen (Hooter et al., 2005). Las características funcionales de las especies tienen una fuerte influencia en las propiedades de los ecosistemas ya que operan en una gran variedad de contextos, incluyendo los efectos de especies dominantes, especies claves, y en las interacciones entre especies (ibid). Si la capacidad de los ecosistemas para brindar los servicios ambientales disminuye, se reduce también
su capacidad para sostener las actividades económicas de la población (Constanza et al., 1997). Los costos totales de la pérdida y de la degradación de los servicios de los ecosistemas son difíciles de estimar, sin embargo, los datos disponibles muestran que son considerables. Los costos de la degradación se trasladan de una región a otra, de un grupo de personas a otro o aun de una generación a otra (Millenium Ecosystem Assessment, 2005). La diversidad biológica es básica para mantener los servicios de los ecosistemas y para lograr la sustentabilidad de las actividades de sus pobladores (Constanza et al., 1997). La degradación de los servicios aumenta las desigualdades entre sectores de población, entre países y regiones, acarrea pobreza y marginación social, y es el origen de grandes conflictos (ibid). CONCLUSIÓN Los servicios ambientales que proveen los ecosistemas son determinantes para la existencia de la población humana, y sin embargo cada día es mayor la pérdida de los ecosistemas y de la diversidad biológica que mantienen estos servicios. Es necesario diversificar las actividades de conservación y desarrollo para lograr una conservación eficiente a corto y a largo plazo; la conservación tanto de la diversidad biológica, como de la diversidad cultural requiere considerar a las poblaciones locales como una parte integral del ambiente. La conservación en los ambientes urbanos es uno de los principales retos de la conservación; que no puede ser dejada solo en manos de ecólogos; es una tarea que requiere de ayuda de todos los habitantes para que sea posible tener éxito. La sustentabilidad de los recursos en la actualidad sea convertido un reto más, sin embargo es importante tener presente que si esto no se intenta por llevar a cabo el rápido deterioro de los bosques, tendrá importantes consecuencias económicas y ambientales.
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