Del querer ser al creer que ya se es, va la distancia de lo trágico a lo cómico, Ortega y Gasset De Rendering Un sueño está compuesto de una mezcla de deseos y miedos. Y en ocasiones para sustentar un sueño y convertir este en realidad no hace falta esperar a que este ocurra, sólo es necesario provocarlo. Relacionado con los negocios, muchas veces los deseos conquistan límites insospechados, guían por el duro camino de lo real y dan respuesta a los escollos. Un día el jeque tuvo un sueño construir una ciudad en el desierto, y proclamaba al mundo ante las expectativas de crecimiento frases como tu construye que ellos vendrán en referencia a la afluencia de inversores y turistas. Y como en la actualidad no existe estructura arquitectónica imposible, sino restricciones económicas para las mismas, la aventura comenzó utilizando el efecto llamada que producían las megaconstrucciones. Dubai, where the vision gets built es el slogan publicitario que alberga toda esas materializaciones de los sueños, la atracción de los inversores, la afluencia de los turistas Este proceso de gentrificación, lleva además asociado una campaña de
marketing global en continua evolución ya que es necesario superar los límites impuestos por ellos mismos. Como materialización de esos sueños arquitectónicos utilizan las herramientas digitales actuales y sobre todo, el Render. Un render es una visión virtual de una imagen generada por ordenador. Este concepto de render se asocia a programas informáticos de video, pero también softwares 3D utilizados para animaciones y arquitectura. Programas como por ejemplo 3d Studio Max consiguen visualizar las construcciones y llevar la idea desde el papel hasta ver el edificio en su resultado final. Estos renders reproducen además del edificio, las diferentes condiciones de iluminación posible, los múltiples puntos de vista, las condiciones del lugar elegido, y unido a programas de edición gráfica como PhotoShop le añaden realidad con los habitantes paseando. Es una anticipación del resultado sin necesidad de la creación del mismo, por lo que se convierte en lo más cercano a una visión idealizada del arquitecto y del cliente. Estos renders se convierten a su vez en objeto indispensable para vender la obra, por lo que la maquinaria del marketing previa, en previsión de las imágenes finales, se basa plenamente en ellas. En el caso de Dubai, es evidente la sobredimensión de información virtual presente en Internet, frente a las información real de la ciudad. Al introducir en el buscador de imágenes de Google la palabra Dubai, la mayor parte de las imágenes que aparecen son renders de proyectos futuros, de proyectos inacabados, o incluso de proyectos acabados que son más atrayentes en sus imágenes virtuales que en sus imágenes reales. Existe un confusión de lo real y de lo virtual, pero la imagen global generada es la que prevalece en el imaginario global.
Las recreaciones virtuales aluden directamente a los deseos y estos muchas veces están atados a sensaciones. Para ello estos renders, unidos a herramientas como PhotoShop, generan la apariencia de normalidad y con ella de realidad, pero en las situaciones más idílicas posibles según los intereses del cliente de la agencia de marketing. Si este quiere vender un complejo de apartamentos de lujo, además de las imágenes de estos apartamentos, acompañarán el render un buen coche aparcado en la puerta, un matrimonio idílico llegando a su casa repleto de bolsas de compras de las mejores tiendas, una vegetación frondosa y arreglada y todo bañado con la luz del atardecer más maravillosa. La sensación no puede ser más placentera. En esa imagen encuadrada no huele, no hace frío ni calor, el matrimonio no tiene problemas, no hay que llevar el coche al taller y ni siquiera hay que recortar los árboles ni regarlos. No existe problema de agua en el desierto, preocupaciones laborales de los obreros que han construido el apartamento, ni mosquitos merodeando el lago artificial que rodea la casa. Lo único que probablemente exista tras esa imagen son horas de trabajo en un software de un técnico basado en Londres, el cual se ha basado en el proyecto de un arquitecto, los deseos de un empresario y los recursos captados de bancos de imágenes comunes. O sea, cero contacto con el territorio.
Es posible deconstruir un render? Técnicamente no es posible. En arquitectura, un render es: un punto de vista, más una iluminación, más una integración en un entorno de un elemento volumétrico, por lo que si queremos cambiar algunos de estos 3 elementos debemos acudir al archivo de origen. Es un viaje sólo de ida entre lo recreado y la imagen final por lo que no es posible desandar los pasos. Con esta afirmación, no sería posible volver atrás, deconstruir, o desrenderizar una imagen en sí misma, sin acudir a la fuente. El proyecto De-rendering nace con la idea de destramar esa idea, de contrastar esa realidad con su ficción y a partir de la ciudad infinitamente fotografiada Dubai, generar un camino de retorno. La ciudad de Dubai ha sido construida sobre el desierto y estos deseos megalómanos del jeque de construir en el desierto, conlleva evidentes problemas de sostenibilidad: escasez de agua, sobreexplotación de trabajadores de países subdesarrollados, cambios de corrientes marinas, tormentas de arena y un continuo mantenimiento de las infraestructuras urbanas. La crisis global y especialmente la acaecida en Diciembre de 2009 en Dubai cuando la principal empresa del emirato, Nakheel admitió su imposibilidad de pagar las deudas adquiridas, evidenció un fallo en el sistema basado en la especulación y en la burbuja inmobiliaria. El proyecto desarrollado De-rendering no sólo está formado por fotografías de la ciudad, de sus edificios, de las infraestructuras urbanas, sino también de historias de fracasos y sueños. Los fracasos inmobiliarios especulativos, la desertificación, el abandono de los bienes de los expatriados, contrasta con los sueños generados por el negocio a través de esas imágenes publicitarias y a su vez también de los sueños de los trabajadores que acuden al emirato en busca de trabajo. Esta mezcla de ficción y realidad, se materializa además con imágenes idealizadas en vallas publicitarias, tomadas en las calles de Dubai, junto a imágenes virtuales distribuidas a través de Internet. Un ejemplo además de esta mezcla de realidades ocurre en una serie de fotografías captadas en el mirador de la torre Burj Khalifa a más de 500 metros de altura. En este mirador existen unos dispositivos que permiten observar la imagen en tiempo real, y a través de una pantalla podemos ver la ciudad, los iconos propios de la realidad aumentada, y los reflejos de lo que nos rodea debido al brillo del cristal, por lo que hasta 3 realidades se confunden en una única imagen.
La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación de los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante será el mapa el que preceda al territorio PRECESIÓN DE LOS SIMULACROS- y el que lo engendre, y si fuera preciso retomar la fábula, hoy serían los girones del territorio los que se pudrirían lentamente sobre la superficie del mapa. Son los vestigios de lo real, no los del mapa, los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del Imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto de lo real. Jean Braudillard Esta cultura del simulacro que manifiesta Braudillard se materializa con imágenes de la ciudad alejadas de los tópicos. Imágenes que se desvanecen en sí mismas, como la realidad a la que aluden, en una clave alta donde se intuyen edificios, autopistas, y construcciones varias, y donde una continua atmósfera creada por el desierto lo contamina todo. La propia concepción de imagen latente de la fotografía química conecta aquí con una ciudad simulada. Simulada en el sentido de que no es en sí mismo una ciudad como lo solemos entender, es una acumulación de edificios donde los únicos espacios públicos son los Malls, o centros comerciales, o los espacios de movilidad, como son las gasolineras. Esta ciudad simulada pasa a ser una ciudad disimulada en la representación de este proyecto, donde por ocasiones aparece o desaparece, donde se intuyen o no iconos arquitectónicos y donde sobre todo no se habita. Los espacios aparecen desiertos, como una extensión del desierto que lo rodea y lo contamina, porque este desierto tiene memoria e intenta recuperar esos espacios que fueron suyos. En el mismo sentido y para concluir: este proyecto fotográfico no deja de ser a su vez otro simulacro más de la realidad o de la irrealidad de la ciudad Dubai.