1 11 Qué es el Camino del Cid?
el loco destierro del Campeador 12
Decía un poeta o un concursante de Gran Hermano o alguien importante de esos, que se hace camino al andar. Y debe ser cierto, porque el Cid, a lo tonto a lo tonto, mira la que montó por darse un paseíto de nada. Resulta que el Cid debía ser un tío muy popular allá por el año mil y poco, que no y pico. Para todo el mundo era un héroe, como el Íker Casillas de la época, de la época en la que Íker Casillas era un héroe. Y tanto, porque su relación con Doña Jimena supuso más cotilleos que las vacaciones de Íker y Sara Carbonero tras el mundial aquel de fútbol. Ese en el que España gano la copa, sonaban las bubucelas y Shakira cantaba una cosa llamada Waka Waka. Claro, a la gente en Castilla siempre le ha gustado eso de hablar de los demás y como el Cid mató al padre de Jimena, pues para qué quieres más? No faltaban los comentarios en tascas y peluquerías de la época. Que si qué buena pareja hacen; que si qué habrá visto él en ella; que si cuánto habrá 13
el loco destierro del Campeador cobrado Doña Jimena por la exclusiva del embarazo. Vaya, lo típico en esos casos. A día de hoy todo el mundo se escandaliza por el tema de los paparazzi, pero esa es una costumbre que viene de muy atrás. Ahora todos conocemos qué hace determinado famoso un sábado por la noche o con quien se acuesta cualquier pseudo personaje, pero hace unos cuantos años, mil, más concretamente, la cosa no era mucho mejor. Por ejemplo, como no existían revistas de cotilleos y aunque existiesen la gente no sabía leer, se inventaron eso de los cantares de gesta, que era la manera que tenían de contarse las cosas con un poquito de gracia. En lugar de contarlas tal cual, lo hacían cantando en las plazas de los pueblos. Oye y era para verlo. Ahí se reunían unos cuantos juglares y empezaban: - El Cid se ha marchado de casa dejando a Doña Jimena con las niñas en el monasterio de San Pedro de Cardeña. - Qué fuerte! Qué fuerte! Que fuerte! Eso es que le ha echado de casa. - Qué te calles Karmele! Bueno, más o menos era así. El caso es que la gente lo seguía muy de cerca y aprendían lo que iba pasando por la península Ibérica en materia de, lo que luego se ha venido a denominar, crónica social. Claro, antes todo era más complicado que ahora porque el Cid tenía a un tío que le seguía a todas partes para saber de su vida y no podía mandar las crónicas de última hora, porque por lo visto la velocidad de Internet de allá por 14
aquel entonces era un poquito limitadita. Los paparazzi de la época tenían que memorizarlo todo. Así que si lo piensas bien, llevamos mil años repitiendo una y otra vez una historia que depende de lo que consiguió recordar un tío. Y ojo! Que al igual que a algunos cronistas sociales de ahora, antes el caballo no sólo se usaba para moverse de un sitio a otro. En el caso del Cantar de Mío Cid hay muchas teorías al respecto. Se dice, se habla, se comenta que podría haberlo escrito un tal Per Abbat, que era un monje que vivía en el Monasterio de San Pedro de Cardeña. Pero claro, eso es una suposición que casi se ha descartado porque en Cardeña no llegaba bien la TMT, que era la Televisión Medieval Terreste, y por lo tanto este señor no pudo seguir bien las hazañas del popular caballero medieval. Por ahí se sospecha que el Cantar pudieron escribirlo dos personas, uno que sabía de lo que hablaba y otro que escribía sólo de oídas. Esto ya cuadra más porque además de dar una explicación coherente a lo que sabemos del Cid, deja documento evidente del inicio de la figura del tertuliano de crónica social moderno, aquel que habla de oídas. Por lo visto uno de los autores era coetáneo al Cid, que esto quiere decir que vivió a la vez que él, mientras que el otro pues se subió al carro unos años después. El caso es que no sé muy bien a qué viene ese interés por conocer quién fue el autor del citado texto, porque el amigo en cuestión firmó como Anónimo. Pues si quiere vivir en el anonimato ya son ganas de fastidiar. Al fin y al cabo quienes se dedican a contar cosas, los periodistas digo, no 15
el loco destierro del Campeador deben formar parte de la noticia sino que deben pasar desapercibidos. Hay muchas teorías sobre quien escribió el Cantar y esto al Cid no le hacía gracia. Porque claro, las batallas las luchaba él, él era el prota y no el tío que contaba sus desventuras. Es como si, por volver al ejemplo de antes, España gana un mundial de fútbol y la noticia es la reportera que lo cubre Bueno, este no es un buen ejemplo, porque en España somos así, la Selección ganó el mundial y aquí solo sabíamos hablar del beso de la reportera con el portero. Pero al Cid esto no le gustaba. El siempre decía que si hubiera querido sentirse perseguido no habría dejado a su mujer en San Pedro de Cardeña no? Hoy en España hay mucha gente que sigue buscando al autor de marras. Pero no hablo de sabios y eruditos que investigan en bibliotecas donde pasan largas horas analizando el castellano antiguo, intentando descifrar dejes del idioma para identificar el paisaje desde el que se escribió. No, hablo de gente de la calle como cualquiera de nosotros que jugamos a hacer el camino y fantaseamos con nuestra propia teoría sobre el autor del Cantar. Quién sabe? Lo mismo más de uno de los que hemos hecho el camino hemos estado sentados en una piedra donde uno de aquellos juglares recogió un dato o hecho importante en la vida de Suyo Cid (digo suyo porque como ellos le llamaban mío, pues eso). 16
De todas formas hay mucha gente a la que le da mucha pereza andar el Camino del Cid. Vagos! Y Si el Cid hubiera hecho lo mismo? La historia de España habría cambiado mucho. Lo que pasa es que la sociedad de hoy ha perdido los valores. Si tú pones la tele y ves a diez tíos despeinados y eructando y de pronto se oye una voz y dice Debe abandonar la casa: Fulgencio todos los telespectadores inician una especie de peregrinación para seguir sus pasos. Ahora, si un rey medieval se acerca a un caballero noble y le dice Debe abandonar el reino: el Cid la cosa ya cambia no? Y sin embargo entre los dos casos hay muchas cosas en común. Porque en el primero de los supuestos la ruta a seguir pasa por un sinfín de discotecas donde te sellan la muñeca para que puedas volver a entrar gratis y en el Camino del Cid visitas bares y ayuntamientos (que a veces son lo mismo) donde te sellan un salvoconducto. Y lo que se aprende en el Camino? Podemos aprender cómo hace mil años, a pesar de que nos pensemos que ahora somos una sociedad evolucionada, ya nos daban mil vueltas a la hora de hacer algunas cosas. Por ejemplo, el Cid decidió irse a vivir a Valencia y lo hizo por el camino fácil, por la línea recta. Ahora si te quieres ir a Valencia desde Burgos te marchas hasta Madrid y de allí giras un jaleo. Porqué lo hizo así? Pues porque sabía perfectamente que a la altura de Madrid el tráfico es un caos y prefirió irse por otros caminos. Otra cosa que se aprende haciendo el Camino del Cid es la polivalencia que existen en los pequeños municipios. Tu 17
el loco destierro del Campeador vas a una gran ciudad y ves que el ayuntamiento es el ayuntamiento, el polideportivo es el polideportivo y la oficina de turismo es la oficina de turismo. Qué derroche de recursos! Así nos va. En los pequeños municipios se aprovecha mucho más el espacio y puedes encontrarte con cafeterías que son, a la vez, salón de actos; hospederías que cumplen la función de oficinas de turismo o, vaya usted a saber, panaderías donde los lunes, miércoles y viernes se abren a público como casas consistoriales. Bueno, en cualquier caso el Camino del Cid es una ruta en la que uno se lo puede pasar tan bien como se lo pasó el propio Cid, si bien es cierto que él viajaba en compañía de un centenar de personas, que eso siempre ayuda a la fiesta, claro. Yo lo he disfrutado y he logrado entender cómo fue, de verdad de la buena, el destierro del Cid. Pero como estas cosas ya no se pueden decir así a la ligera, diré que voy a contaros, a continuación, como fue PRESUNTAMENTE el destierro que vivió Rodrigo en lo que hoy se llama el Camino del Cid. 18
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