Fisiología del climaterio Cuando nos referimos a la menopausia a menudo nombramos las hormonas porque las responsabilizamos de los cambios que se producen. Parece algo externo a nosotras, pero no es así. Hay una fisiología de la menopausia, del mismo modo que hay una fisiología del ciclo menstrual, de la digestión, del embarazo y de todo lo que constituye la vida. Pero las hormonas que explican la fisiología del ciclo menstrual y el climaterio no nos son ajenas -como podría parecer por el modo en que se utiliza el término (hormona loca..etc)-, sino que las hormonas somos nosotras y nosotras somos ellas. La fisiología y la vida son inextricables. Para entender lo que sucede vamos a recordar como se comportan las hormonas durante el ciclo menstrual. En los ovarios se produce la secreción de dos hormonas: Estrógenos que dominan durante la primera mitad del ciclo, también llamada fase proliferativa, cuya misión consiste en engrosar el endometrio (capa interna del útero) al tiempo que se forma el cuerpo lúteo (maduración del óvulo) También se encuentran en el tejido adiposo, las glándulas suprarrenales, la placenta y en las isoflavonas de algunos vegetales. Progesterona que aumenta a partir de la ovulación, en la segunda mitad del ciclo, también llamada fase secretora. Su misión es seguir formando el cuerpo lúteo y crear las condiciones para que pueda llevarse a cabo una gestación. También se encuentra en la placenta, las glándulas adrenales, la leche y el ñame Estas hormonas a su vez, están reguladas respectivamente por la FSH (hormona folículo estimulante) y la LH (hormona luteinizante), ambas segregadas por la hipófisis.
(Imagen obtenida en internet de autor@ desconocid@) En la perimenopausia la progesterona suele ser la primera hormona que no alcanza el nivel habitual después de la ovulación. Este déficit es detectado por la hipófisis que incrementa extraordinariamente la producción de LH. Esta hormona tiene una cierta acción vasodilatadora que puede tener relación con los sofocos. Estos niveles altos de LH a veces consiguen aumentar la secreción de progesterona, otras no. Lo que sí aumenta en una primera fase es la secreción de estrógenos. La hipófisis segrega menos FSH porque no percibe el descenso de estrógeno que se produce durante la menstruación. A medio plazo, el nivel de estrógenos desciende porque no se produce FSH También puede producirse ovulación aunque muchos ciclos sean anovulatorios. Al no aumentar y descender la progesterona de forma habitual en la 2ª fase del ciclo, el cuerpo no tiene señales para proceder a la descamación del endometrio. De este modo empieza a fallar la menstruación en la fecha esperada. Hay distintas posibilidades: Amenorrea (falta de menstruación) debido a que no se produce la caída habitual del nivel de progesterona y estrógenos. Menstruación escasa debido a la falta de ovulación. Endometrio escaso
Sangrado muy escaso en cualquier momento del ciclo. Se debe al nivel bajo de progesterona y estrógeno. El organismo interpreta la señal para descamar el útero aunque apenas haya endometrio Menstruación muy abundante tras meses de amenorrea. El endometrio ha aumentado mucho por el efecto proliferativo de los estrógenos y no se ha descamado por falta de ovulación. Si la insistencia en la producción de LH consigue un aumento de progesterona, es posible una ovulación. En cualquier caso, aunque no haya ovulación, se produce una hemorragia abundante por el grosor acumulado de endometrio Conviene recordar que menopausia es la última menstruación, pero cuando se produce no sabemos que se trata realmente de la última. Para ello tienen que transcurrir doce meses de amenorrea, doce meses ininterrumpidos sin menstruación. Los estrógenos intervienen en distintas partes de cuerpo:
Por lo tanto el descenso de esta hormona produce cambios en todas estas áreas En el cerebro afecta a la memoria y algunas mujeres tienen la sensación de tener la mente algodonosa. En la hipófisis y el hipotálamo se dispara la secreción de LH y el centro de regulación térmica se vuelve muy lábil. Estas pueden ser algunas causas de los sofocos. La secreción de melatonina puede ser menor. Esto contribuye a la dificultad para conciliar el sueño que experimentan bastantes mujeres. La distribución de la grasa en el cuerpo también cambia con tendencia a ampliar el volumen y la cintura. La glándula mamaria no se prepara para una posible fecundación. Desaparece la tensión en los pechos. En el esqueleto se enlentece la maduración osea por el descenso de osteoblastos. Los osteoclastos, responsables de la resorción, se mantienen. Para mantener un buen estado oseo conviene realizar ejercicio moderado de más de una hora de duración. De este modo se destruyen osteoclastos y se puede mantener el equilibrio entre ambos. El aparato reproductor se atrofia. Entendiendo por ello que reduce su tamaño y adelgaza las paredes de sus órganos. En consecuencia se produce sequedad en la vagina. Los ejercicios de Kegel mitigan estas molestias puesto que al ejercitar el músculo sacropubococcígeo se produce una cierta lubrificación. A veces se producen infecciones de orina por contiguïdad entre la vejiga y la capa córnea de la vagina. Los efectos sistémicos se observan en el metabolismo de las proteínas, los lípidos y los carbohidratos. En general el metabolismo se enlentece y con menos luce más.
Es aconsejable reducir las raciones de estos alimentos. Mientras que la verdura, la fruta y la fibra no precisan cambios. Puede haber cambios en el equilibrio hidroelectrolítico y en la coagualción sanguínea. También el ritmo cardíaco a veces presenta cambios (palpitaciones). Puede haber alteraciones en la glándula tiroidea. Otras alteraciones debidas a hormonas La progesterona está relacionada con el sueño (embarazo!) El Déficit puede producir dificultades en esta área La LH tiene efecto vasodilatador. El aumento es un factor en la aparición de los sofocos El desequilibrio entre progesterona y estrógenos es Responsable del aumento aparente de éstos. Como consecuencia se produce hirsutismo (aumento del vello en la cara) en la perimenopausia y disminución posterior del vello en todo el cuerpo. Durante el climaterio el organismo obtiene estrógenos del tejido adiposo y de las glándulas suprarrenales. En estas últimas también se produce progesterona. De este modo se compensan en parte las hormonas que el ovario ha dejado de producir. El cuerpo y la mente se adaptan a la nueva realidad y desaparecen las turbulencias que a menudo acompañan las primeras manifestaciones. En definitiva, se trata de desciclar. Después de aproximadamente 400 ciclos menstruales, se requiere un aprendizaje, una aclimatación, un reajuste por parte del cuerpo y sus consecuencias en la mente. Eulàlia Pàmies.
Anexo para la formación EL viaje de la Mujer Cíclica La Dra Christiane Northrup plasma el cambio en este dibujo comparativo entre el flujo de LH y FSH y las capacidades intuitivas. Durante la época menstruante y durante el climaterio. Citando a la eminente doctora, se trata de pasar de la corriente alterna a la corriente continua. Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer Dra Christiane Northrup En el gráfico se aprecia la estabilidad de la mujer durante el climaterio en contraste con las variaciones mensuales de la etapa fértil. Por decirlo de otro modo, cada una de nosotras deja de ser cuatro mujeres según en que fase del ciclo se encuentra, para convertirse en una sola que puede conectar con cualquiera de las cuatro según nuestras necesidades. Perdemos la variabilidad y quizás la intensidad con que se manifiestan nuestras capacidades según la fase del ciclo, pero ganamos estabilidad y los recursos de cada arquetipo están a nuestra disposición con mayor facilidad. Buen viaje!