1.1 El proceso de hominización en la Península Ibérica: Nuevos hallazgos. Es difícil fijar, y menos con exactitud, la existencia de los primeros homínidos en la Península. También es difícil saber el origen de los primeros pobladores, aunque la tesis más aceptada es que procedían de África oriental. Por los restos humanos encontrados en los yacimientos de Atapuerca (Burgos), el primer homínido que habitó la Península Ibérica fue el Homo Antecesor. Son los restos fosilizados de la Sima del Elefante, pertenecientes a una mandíbula de un adulto joven (20 años), a los que se atribuye una antigüedad de 1.200.000 años. Es la misma especie que la de los restos humanos encontrados en la Gran Dolina (también en Atapuerca) que vivieron hace 800.000 años. El Homo Antecesor coincidió cronológicamente con el Homo Erectus y, es considerado el último antepasado común del Homo Neanderthalensis y del Homo Sapiens. Los Homínidos inmediatamente más modernos que el Antecesor, que encontramos en la Península son los Homo Heidelbergensis (250.000 años), todavía en el Paleolítico Inferior. En el Paleolítico Medio la Península Ibérica estuvo habitada por el Homo neandertalensis a los que se adjudica una antigüedad de unos 90.000 años. Los restos más representativos se han encontrado en Gibraltar y Banyoles. Era depredador y tenía un desarrollo cerebral próximo al del hombre actual. Finalmente, aparece el Homo sapiens, antepasado directo del hombre actual, al que se sitúa hace unos 35.000 años. Después de un breve tiempo de coincidencia entre estas dos últimas especies, el Homo neandertalensis se extinguió, imponiéndose definitivamente el Homo sapiens, cuyos restos se han encontrado en muchos lugares: Cantabria (Cuevas de Altamira), Valencia, País Vasco o Asturias (Cueva de Tito Bustillo). Su desarrollo cultural se manifiesta en la variedad y perfección de los instrumentos de piedra y de hueso que elaboró, así como en el progreso artístico. IES JUAN CARLOS I 1 Departamento de Geografía e Historia
1.2 Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios, griegos, cartagineses. Hacia el siglo III a. C. existían diferencias entre los distintos pueblos que habitaban la península, tanto en organización política, social y económica. Dichas diferencias eran consecuencia de la mayor o menor influencia que recibieron delos pueblos colonizadores. Se pueden distinguir tres grupos: 1) Pueblos del este y del sur. Están representados por los iberos, (conjunto de pueblos con cultura similar) que fueron los más colonizados y los primeros conquistados por los romanos. Desarrollaron una vida urbana y eran los más avanzados económicamente. 2) Pueblos del centro y del oeste. En su mayor parte eran de origen celta. Eran pueblos agricultores y ganaderos, con una organización tribal. Destacan los celtiberos y los lusitanos. 3) Pueblos del norte. (Galaicos, astures, cántabros, vascones), los menos influidos por las colonizaciones. Tenían un nivel de vida menos desarrollado. Apenas conocían la agricultura, siendo la base de su economía la recolección de alimentos y un pastoreo muy primitivo Los primeros colonizadores en llegar fueron los indoeuropeos, a comienzos del primer milenio antes de Cristo. Se asentaron en el valle del Ebro, el centro y el oeste peninsular Luego, empiezan a llegar los colonizadores fenicios y griegos. Estas colonizaciones obedecieron a motivos puramente económicos, centrándose la influencia de estos pueblos en la parte meridional y oriental del litoral mediterráneo de la Península. La colonización fenicia, la primera en producirse (mediados del siglo IX a. C.), tuvo un carácter comercial, especialmente atraída por la riqueza de Tartessos. Muchos de sus asentamientos se convirtieron en ciudades que vivían del comercio y de la industria. Este es el caso de lugares como Málaga, Almuñecar, Adra y sobre todo Cádiz. La colonización griega, algo posterior a la fenicia (600 a. C.), respondía también a motivaciones comerciales. Desde el enclave de Massalia (Marsella), se extendieron principalmente por el litoral desde el Golfo de Rosas (Emporion Ampurias-) hasta Levante (Akra Leuke Alicante-). Tras la derrota griega a manos cartaginesas en la batalla de Alalia (535 a.c.), comienza la decadencia de las colonias griegas en la Península. Los cartagineses, que eran un pueblo más guerrero que comerciante, llevaron a cabo una conquista más que una colonización y dominaron una buena parte de la Península hasta su derrota frente a los romanos en las llamadas guerras púnicas. IES JUAN CARLOS I 2 Departamento de Geografía e Historia
1.3 Conquista y romanización La conquista de Roma se inició en el siglo III a.c. (218 a.c.) y concluyó, tras un proceso largo y complejo, en el siglo I a.c. (19 a.c.) Podemos distinguir tres etapas principales: 1ª etapa: Conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C) El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la Segunda Guerra Púnica (218 a. C 206 a.c.). Fueron, en total tres guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el mediterráneo occidental). Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde allí atacaron Roma a través del sur de Francia y los Alpes. Roma contraatacó invadiendo las posesiones cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La victoria romana de Ilipa (206 a.c.) puso fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de Roma sobre el este y el sur peninsular, con el sometimiento de los pueblos iberos. 2ª etapa: Conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a. C.) Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son las guerras lusitanas (155-136 a.c) en las que destacó Viriato, líder lusitano, y la férrea resistencia celtíbera en Numancia (guerras celtibéricas), hasta su rendición en el 133 a.c. Después, la República romana vivió diversas guerras civiles que llegaron a la península. Las luchas internas de Roma dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la península. Un buen ejemplo es el enfrentamiento entre Pompeyo y César (49-45 a.c.). Estos conflictos aceleraron el dominio romano sobre la península. 3ª etapa: Conquista del norte peninsular (29-19 a.c) El fin de la conquista llegó en tiempos de Augusto, primer emperador romano, con la dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras). IES JUAN CARLOS I 3 Departamento de Geografía e Historia
1.3 La pervivencia del legado cultural romano en la cultura hispánica Como consecuencia de la conquista y mediante el proceso de romanización Roma transmitirá a Hispania un legado cultural en el que se pueden destacar aspectos como la lengua, el derecho, la religión o el arte. En el período de la conquista el latín era ya la lengua oficial, pero se seguían utilizando las lenguas indígenas. Más adelante la latinización se fue extendiendo y el latín se impuso como lengua tanto oficialmente como en el uso privado. El latín está en el origen de las principales lenguas de la España actual. También hay que destacar la llegada del derecho romano cuya influencia sigue persistiendo en la época actual. En el aspecto religioso los romanos respetaron los cultos locales, pero fueron introduciendo sus dioses, y el culto al emperador. En el S. I d. de Cristo llegaron a Hispania los cultos mistéricos procedentes del Mediterráneo oriental. Por último, antes de acabar el imperio, llegará el cristianismo. En el proceso de romanización los romanos realizaron en Hispania numerosas obras públicas que se caracterizan no solo por su utilidad, sino también por su valor artístico y decorativo. Los puentes ( Alcántara), los acueductos (Segovia, Tarragona, Mérida), los teatros (Mérida y Sagunto) y los arcos de triunfo que delimitaban entradas, encrucijadas y vías de acceso (Bará y Medinaceli), son todos buen ejemplo del legado cultural romano También se produjo la fundación de nuevos emplazamientos de población, que con el tiempo llegarían a ser núcleos urbanos (Caesar Augusta, Emérita Augusta o Hispalis) intercomunicadas a través de numerosas calzadas. IES JUAN CARLOS I 4 Departamento de Geografía e Historia
1.4 Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y cultura A principios del siglo V d. C. (406) un grupo de pueblos, denominados bárbaros por los romanos, aprovecharon la debilidad del imperio romano para cruzar los Pirineos y asentarse en Hispania: los suevos lo hicieron en la Gallaecia, los alanos en la Lusitania y la Cartaginensis y los vándalos en la Bética. Otro pueblo, los visigodos, tras la derrota sufrida a manos de los francos en la batalla de Vouillé en el año 507, y su expulsión de la Galia, comenzaron su asentamiento definitivo en la Península, principalmente en la Meseta, e impusieron como forma de gobierno la monarquía, con sede en Toledo. Según su tradición el rey era electo, pero existían intereses contrapuestos que variaban la legalidad de la tradición. Por una parte la nobleza aspiraba a la pervivencia del sistema electivo, acorde con sus intereses. Por otra la realeza persigue un sistema hereditario y para conseguirlo se sirvió de la asociación al trono. (cogobierno). Por último la Iglesia adoptará una posición vacilante. La monarquía visigoda se apoyará en diversas instituciones entre las que destacaba el OFFICIUM PALATINUN, auténtica corte palaciega, organismo que auxiliaba en las tareas de gobierno al rey, integrado por personajes de alto rango que, con el título de Comes, estaban al frente de diferentes servicios de la administración del reino. También existía el AULA REGIA, asamblea de nobles, de la que formaban parte también los miembros del Officium, y que colabora con el Rey en la elaboración de leyes, le ofrecía consejo en asuntos políticos y militares y actuaba como tribunal regio. Tras la conversión de Recaredo al catolicismo (589), los CONCILIOS, reunidos en Toledo, y que en principio fueron asambleas religiosas, acabaron desempeñando un decisivo papel político-institucional en el Estado visigodo. La cultura se reducía al ámbito religioso. Destacó San Isidoro de Sevilla, uno de los primeros que formuló la teoría política que anteponía el poder espiritual al temporal. Los continuos enfrentamientos entre nobles y rey acabaron provocando la desaparición del reino en 711, cuando el rey Rodrigo fue derrotado por los musulmanes, venidos del norte de África. IES JUAN CARLOS I 5 Departamento de Geografía e Historia