El Conde del Valle de San Juan fue el mayor propietario, cediendo la totalidad de sus tierras a 38 aparceros. Según se desprende de las cifras del cuadro 4.7, se observan dos tendencias que afectan por igual a toda la superficie. Por un lado, aquel grupo de terrajeros que tenían cedidas superficies iguales o inferior a 10 ha y que estarían entre el 1 y 2% del total y, por otro lado, aquellos que ]levaban en aparcería más de 10 ha, acumulando alguno de ellos el 8.30% de las tierras. Así, si se observan las superficies de las parcelas de todos los cuadros, se comprueba la correlación con los tramos de superficie que analizaba en la estructura general de la explotación. Se constata la figura del mediano y gran explotador indirecto, es decir, aquel que supera las 10 ha, como grupo más numeroso y con mayor peso específico. Prueba de ello es que el 50% de los aparceros del Conde del Valle se ajustan a esta clasificación. Es un hecho común en los tres ejemplos la tendencia a adjudicar las aparcerías a miembros de un mismo tronco familiar que asegurase l,a continuidad de la explotación. Por ejemplo, en la relación de aparceros del cuadro 4.7 predomina el grupo los Pedreño (8.29%), los Narejos (2.41%), los Henarejos (10.94 %) y Albaladejo (10.35%). En los del cuadro 4.8, los Sáez (41.62%) y los Pardo (18.86%), llegando a cultivar entre estas dos familias el 82.70% de las tierras del Conde de Alcudia. Por último, en el cuadro 4.9 son los Meroños y los Zapata quienes controlaban respectivamente el 60.38% y el 34.76% de las tierras del Marqués de Torre Octavio 6. 4.2. Explotación directa: el acceso definitivo a la propiedad territorial (1900-1982). Delimitar con precisión los períodos donde se produjo el acceso de jornaleros y aparceros a la propiedad de la tierra comporta gran dificultad debido a la escasez de fuentes. Por otra 6 No es casual que estas familias se consoliden a mediados del siglo XX como medianos propietarios, resultado de un proceso de acumulación temtorial que se intensificó durante el primer tercio de la centuria. Inclusive la importancia de estos grupos de parentesco se constata en los topónimos de algunos lugazes. Según el Censo de 1910, Los Nazejos era considerado como un caserío de 4,8 kmz de extensión, 35 edificios y 90 habitantes. Los Sáez de Tarquinales, era otro caserío de 5.4 km', 40 habitantes, Los Meroños, etc. 323
parte, afirmar que durante el primer tercio del siglo XX (1900-1930) se produjeron estos hechos, es a priori arriesgado, puesto que fue en las décadas posteriores (1950-1960) cuando se consolida dicho proceso. Pero si en este veintenio las estadísticas utilizadas tanto a nivel regional como a nivel local constatan el predominio de la explotación directa, es porque estos cambios se produjeron con anterioridad, teniendo probablemente su origen durante el primer tercio del siglo. Puesto que tan sólo dispongo de la información procedente del Catastro de los años cuarenta, he recurrido como fuente complementaria a los protocolos notariales. Con ellos he podido conocer cuáles fueron los grupos socioprofesionales que intervienen en el mercado de la tierra. CUADRO 4.10. NÚMERO DE COMPRAVENTAS POR CATEGORÍAS SOCIOPROFESIONALES. AÑOS 1905, 1910, 1920, 1930 Y 1940 (En porcentajes) Operaciones de compra -venta(1) Ventas (A) Compras (B) (B-A) Profesiones % % % Jornaleros 44,7 54,6 9,9 Propietarios 30,2 16,2-14,0 Labradores (2) 10,5 14,0 3,5 Industriales (3) 6,] 5,4-0,7 Comerciantes 5,0 4,5-0,5 Militares 0,7 0,9 0,2 Abogados 0,8 0,7 0,2 Notarios 0,0 0,1 0, ] Ingenieros 0,0 0,4 0,4 Médicos 0,1 0,1 0,0 Otros (4) 2,0 3,2 1,2 Total 100,0 ] 00,0 Notas: (1) Es en el total de operaciones donde se especifica la profesión de los contratantes. (2) Se incluye la categoría de "Agricultor". (3) Están comprendidos todos los profesionales relacionados con la minería y el subsector mínero-metalúrgico. (4) Algunas de las profesiones más habituales: molinero, tratante, carpintero, profesor, albañil, obrero, peluquero, pescador y mecánico. Fuente: Elaboración propia a partir del A.P.N.C, Años 1905,1910, 1920, 1930 y 1940. 324
A la luz de los datos del cuadro, son los grupos más estrechamente ligados a la agricultura los que detentan los porcentajes más altos, tanto en el número de ventas como en el de compras. Podría ocurrir que otros elementos ajenos al sector monopolizaran un mayor número de transacciones y controlaran el mercado de la tierra. Pero esto parece ser que no fue así, jornaleros, propietarios y labradores concentraron la mayoría de las operaciones, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda. El 85.4% de las ventas y el 84.8% de las compras fueron realizadas por estos colectivos, seguidos a mucha distancia de los industriales y representantes del sector mercantil. Puesto que se conoce quiénes van a movilizar el suelo agrario, veamos a continuación en qué grado participaron las distintas categorías. Salta a la vista que los jornaleros son los más dinámicos, puesto que realizaron el 44.7% de las ventas y el 54.6% de las compras. Debo precisar que en este grupo están incluidos pequeños propietarios, arrendatarios y aparceros así como categorías mixtas. Si parto de la hipótesis que en la Comarca del Campo de Cartagena el sector agrario tuvo un comportamiento retardatario y de inflexión en el conjunto de la economía de la comarca y, como consecuencia de ello se llevó a cabo una expulsión de activos agrarios hacia otras zonas, esto debía reflejarse en una masiva oferta de tierras por parte de jornaleros y pequeños propietarios como respuesta a una situación permanente de crisis. Según esto, habría más oferta que démanda en esta categoría, cuestión que queda refutada. Son precisamente los jornaleros quienes tienen imputados el mayor porcentaje de variación de las ventas con un 9.9%. Otro grupo que gana peso relativo es el de los labradores. Éstos, que pueden considerarse como medianos propietarios, son el colectivo donde las compras superaron a las ventas en un 3.5%. Ahora bien, el incremento en la adquisición de tierras para estas dos categorías se ha llevado a cabo a costa de pérdidas por parte de otros. De los tres que hasta el momento no he comentado -propietarios, industriales y comerciantes-, son los propietarios los que experimentaron el mayor descenso, un 14%. Si se suman los porcentajes de variación de los jornaleros y los labradores resulta un 13.5%, lo cual podría explicar hacia dónde se ha dirigido la mayor parte de las tierras ofertadas por los 325
propietarios. Dejando a un lado las diferentes categorías agrarias, llama la atención la pérdida de 0.7 lo de los industriales, lo cual podría estar en consonancia con la pérdida real de poder adquisitivo propiciado por la crisis de la minería. Pérdidas que son recuperadas por el grupo de "otros", lo que parece indicar en términos generales que sí ha habido un incremento de la mercantilización territorial. Por último, debo decir que el mayor peso específico de militares, ganando un 0.2%, se debe fundamentalmente a 1940, año que se registra una gran afluencia de activos castreeses con motivo de la finalización de la guerra civil. He utilizado estos datos con el ánimo de clarificar aún más el proceso mediante el cual jornaleros y arrendatarios accedieron a la explotación directa de la tierra. No he explicitado las causas, ya que éstas pudieron ser múltiples (nuevos cultivos, incremento de los salarios, incremento de los precios, etc.), pero creo que sí he demostrado la tendencia secular que refuerza mi hipótesis de partida. Parece evidente que fue durante el primer tercio del siglo XX cuando se produjeron una serie de cambios que afectaron no sólo a la titularidad de las tierras, sino también a las formas de tenencia. Un informe del Ministerio de Agricultura de 1948, dedicado a San Javier, decía textualmente: "Es corriente el obrero permanente, es decir, el que está todo el año en la explotación, y que por lo general como en el caso de los labradores, se van transmitiendo de padres a hijos en las explotaciones que se llevan directamente"'. Se identifica al obrero agrícola con el jornalero, lo que al parecer confirma el análisis anterior. Pero, además, la expresión "como en el caso de los labradores" constata que para estos años el sistema de explotación más usual era el de cultivo directo, puesto que puede identificarse al obrero agrícola como un pequeño propietario. Sin embargo, las cifras oficiales disponibles a nivel regional apuntan todo lo contrario. Según el informe del Consejo Económico Sindical de la Provincia de Murcia 8 y, tomando los datos de 1952, de las 629.150 ha puestas en cultivo, el 69.3% se explotaban en aparcería, el 2.7% en arrendamiento y el 27.9% ' Mapa Agronómico Nacional (1948), p. 65. $ Consejo Económico Sindical Nacional de la Provincia de Murcia (1960), p.66. 326
en cultivo directo 9. El informe justifica el elevado porcentaje de las tierras dadas en aparcería por "..más que nada, al predominio del regadío en su economía agrícola, factor determinante de las cifras aquí recogidas..". Soy de la opinión de que el comentario no fue muy acertado, ya que la tendencia sería precisamente la contraria. Las tierras de regadío, por su alta rentabilidad, podían explotarse en arrendamiento, ya que aseguraban la obtención de una renta neta anual en metálico, mientras que las de secano predominaban las aparcerías o"medianerías" donde propietarios y medieros se repartían costes, beneficios y riesgos según las proporciones que hubiesen pactado. Aunque las cifras regionales apuntaban hacia un abrumador predominio de la aparcería, es a nivel comarcal y también municipal donde se deben establecer las matizaciones. Para el mismo año, 1952, dispongo de las cifras de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Cartagena, cuyos datos pueden hacerse extensibles al resto de la comarca al ser la localidad de mayor extensión superficial. CUADRO 4.11. ESTRUCTURA DE LOS SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN DE LA TIERRA EN CARTAGENA, 1952. (Número de Sncas) Directa Arrendamiento Aparcería Total Categorías (ha) Núm % Núm % Núm % Fincas <= a 1 ha 213 12,2 8 2,2 140 19,1 268 1 a 5 715 40,7 85 23,6 270 36,8 976 5 a 10 421 23,9 92 25,5 128 17,5 416 10 a 25 196 11,2 61 16,9 148 20>3 300 25 a 50 95 5,4 88 24,4 24 3,4 192 50 a 100 102 5,8 22 6,3 15 2,0 113 >=a 100 14 0,8 4 1,1 7 0>9 25 Total 1756 ] 00>0 360 100,0 734 100,0 2290 Fuente: Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos 1952. Elaboración própia. ' La Región de Murcia ocupaba en 1952 el primer lugar en la clasificación nacional en lo que respecta al número de aparceros en activo con 27.964, seguida de Badajoz con 26.911. Para más información véase el artículo de Pérez Rubio, J.A (1994), p. 204. 327
Gráfico 4.2 Sistemas de explotación agraria en el término municipal de Cartagena. Año 1952 (porcentajes). 50 % FINCAS 40 30 20 10 0 < 1 ha 1-5 5-10 10-25 25-50 50-100 >100 INTERVALOS ^ DIRECTA ARRENDAMIENTO APARCERIA Fuente: Cuadro 4.1 1 La explotación directa fue el régimen de tenencia más extendido en el área agrícola de Cartagena a mediados de la actual centuria. Suponía el 76.6% de las explotaciones en cultivo, con lo cual estamos ante un uso del suelo agrario que parece, en principio, contradecir las cifras oficiales que anteriormente se comentaron para el resto de la región. En segundo lugar, la aparcería con el 32%, y en última posición los arrendamientos con el 15.7%. Pero, además, el cuadro 4.11 nos informa de cuáles eran los tramos de superficie predominantes en los tres regímenes de tenencia. Según esto, el cultivo directo se concentraba en fincas cuyas dimensiones no superaban las 5 ha. Fue en este intervalo donde se encontraban el 52.9% de las parcelas, lo cual indica una fuerte fragmentación del terrazgo en la zona, cuestión que ya he constatado anteriormente. Sin embargo, en el arrendamiento los tramos inferiores pierden importancia, suponiendo tan sólo el 25.8% del total, de lo que se deduce que es 328
necesaria una mayor superficie por parcela para optimizar el uso de la explotación. Las iincas llevadas en aparcería tenían un elevado porcentaje en los tramos inferiores, superando inclusive a las Ilevadas en explotación directa, el 55.9% de las parcelas dadas en aparcería poseían menos de 5 ha. Son unidades relativamente pequeñas donde se pueden compartir los riesgos del cultivo sin grandes perjuicios para las partes implicadas. Es más factible soportar las pérdidas de una sementera de 5 ha que no de 50 ha, lo que hubiera supuesto unos costes no asumibles para el propietario, dando como resultado el desahucio y la ruina para el aparcero. En este sentido, se trataba de dividir riesgos cuyos costes de oportunidad podrían ser muy altos. En las categorías intermedias, entre 5 y 25 ha, se dio una situación análoga entre los tres regímenes de tenencia, aunque con cierto predominio del arrendamiento: cultivo directo el 35.1%, arrendamiento 42.4% y aparcería 37.8%. En la misma línea que explicaba anteriormente, conforme se sube en los tramos de superficie la explotación directa y la aparcería pierden posiciones a favor de las tierras llevadas en arrendamiento. Es aquí donde se constata una vez más la importancia de la estructura de la propiedad como variable básica que determina el uso y el aprovechamiento del terrazgo. Secularmente, y sobre todo a partir del primer tercio del siglo XX, la comarca inició un proceso de fragmentación territorial cuyos resultados fueron la atomización de la propiedad y la adecuación de los sistemas de explotación. Así pues, predominio del cultivo directo y de la aparcería como consecuencia de una excesiva fragmentación territorial. Por último, el grupo de parcelas con más de 25 ha no hace sino confirmar una vez más que el arrendamiento se concentró en aquellas fincas de secano de mayor extensión capaces de asegurar una rentabilidad mínima: explotación directa 12%, arrendamiento 31.8% y aparcería el 6.3%. La superioridad de la propiedad directa de la tierra es un hecho constatado ya en 1952. A esta situación se ha llegado, como vengo defendiendo a lo largo de este trabajo, a partir de un proceso de cambios que han afectado sobre todo al primer tercio del siglo. Se sabe que en otras zonas de la región, sobre todo en el regadío, el definitivo paso al cultivo directo se llevó a cabo en torno a la década de los sesenta. Para estos años, el 329
66.2% de la supe^cie agraria de la comarca era ya explotada directamente por sus propietarios ' CUADRO 4.12. SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN AGRARIA EN LA COMARCA DEL CAMPO DE CARTAGENA, 1962. Propiedad Arrendamiento Aparcería Otros Municipios ha % ha % ha % ha % Cartagena 30.676 61,64 4.411 8,86 3.821 7,68 ] 0.857 21,82 Fuente Alamo 12.652 73,46 905 5,25 3.084 17,90 581 3,37 Torre Pacheco 12.738 68,54 472 2,53 5.237 28,18 136 0,73 San Javier 4.584 71,54 407 6,34 1.384 21,56 32 Q49 San Pedro 1.334 81,24 47 2,91 220 13,64 11 0,68 La Unión 1.588 93,08 86 5,41 32 2,01 - - Totales 63.527 66,29 6.328 6,64 13.778 14,48 11.617 12;19 Fuente: LN.E, Censo Agrario de 1962. Elaboración propia. San Pedro del Pinatar y La Unión son los dos municipios donde predominó el cultivo directo en un 81.2% y un 93% respectivamente, lo cual podría venir justificado para la primera localidad por la correlación de dos variables: minifundio y regadío. En cuanto a la segunda, es la escasa importancia de las modalidades de explotación indirecta, aparcería 2% y arrendamiento 5.4%, lo que podría explicar la presencia del cultivo directo, sumado a un minifundismo endémico como veíamos al estudiar la distribución de la propiedad. El resto de los municipios fluctúa en torno al 70%, con variaciones al alza en San Javier y Fuente Alamo. A nivel comarcal, los valores más bajos se encuentran en las tierras llevadas en arrendamiento con tan sólo un 6.6%. Como era de esperar, uno de estos porcentajes los tiene San Pedro del Pinatar, 2.9%, lo que confirma el predominio casi absoluto de la explotación directa. Es la aparcería la que continúa siendo el modo de explotación más habitual, alcanzando cierta importancia en Torre Pacheco 28.1 % y en San Javier 21.5%. Ésta elimina la rigidez de un canon fijo, comparte 330 ' Grupo de Historia Agraria de Murcia ( 1992), p. 161.
los riesgos con el propietario, y sin entrar en el análisis sobre su viabilidad económica, cuestión que veremos más tarde, no cabe duda que fue un sistema de explotación que funcionó con eficiencia en la década de los sesenta, perdiendo su importancia definitivamente durante los años setenta. CUADRO 4.13. SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN AGRARIA EN LA COMARCA DEL CAMPO DE CARTAGENA, AÑO 1982. Propiedad Arrendamiento Aparcería Otros Municipios ha % ha % ha % ha % Cartagena 35.670 92,0 2210 5,7 820 2,1 53 0,1 Fuente Alamo 19.914 90,7 1549 7,0 463 2,1 18 0,0 TorrePacheco 13.052 75,5 3751 21,7 452 2,6 25 0,1 San Javier 4.064 82,7 766 I5,5 83 l,6 - - San Pedro 2.082 81,2 327 12,7 155 6,0 - - La Unión 509 98,4 8 1,5 - - - - Total 82.528 90,3 4294 4,7 4.339 4,8 184 0,2 Fuente: LN.E, Censo Agrario de 1982. Elaboración propia. A nivel nacional la tendencia fue la pérdida relativa de la explotación directa como lo indican los estudios que analizan los períodos intercensales 1962-1972-1982 ". Sin embargo, nuestra área de estudio tiene unos indicadores diferentes. En este sentido, el cultivo directo de la tierra suponía en 1982 el 87.8% del total de la superficie labrada, lo que significa que se ha producido un incremento respecto a 1962 del 21.1%. Pero, ^,cuáles han sido los sistemas que han perdido peso? Si observamos las cifras del cuadro 4.13 es la aparcería y"otros" -incluidos los sistemas comunales- los que retroceden un 12.3% y un 12% respectivamente. Es decir, durante el veintenio que abarca los dos censos, y que además coincide con los años de la crisis de la agricultura tradicional, la explotación directa se consolida " San Juan Mesonada, C y Romo Lagunas, Ma Jesús (1987), p. 162. Los autores señalan cómo se produce un descenso a nivel nacional en la tasa de variación del -1.93% en la superf"icie dedicada al cultivo en régimen de propiedad, pasando de 33.536.449 has en 1972 a 32.888.069 has en 1982. 331
como el régimen de tenencia que caracteriza a la actual centuria, en evidente contraste con las formas de explotación predominantes en el siglo XIX. Debo precisar los siguientes cambios: 1.- Predominio de la explotación directa en toda la comarca. En aquellos municipios que tienen menor participación -Torre Pacheco y San Javier- es debido a una mayor presencia de los arrendamientos y de las aparcerías. 2.- Aumento del arrendamiento, a excepción de Cartagena y San Pedro, que caen con respecto a 1962 un 3.1 % y 1.4% respectivamente. En el resto gana posiciones en Fuente Alamo 1.8%, Torre Pacheco un 19.2% y San Javier 9.2%. Debo destacar los avances de los arrendamientos de tierras en aquellas localidades que empiezan a ensanchar los perímetros de regadío con la llegada de las aguas del trasvase Tajo-Segura. 3.- La aparcería pierde importancia en todos los municipios, siendo muy significativos los descensos en Torre Pacheco 25.5%, San Javier 19.9%, San Pedro del Pinatar 11.2 Io y Fuente Alamo 15.8%. 4.- En cuanto al resto de los regímenes de tenencia su presencia es prácticamente testimonial, quedando algunos en Cartagena, 0.1%, Torre Pacheco 0.1% y Fuente Alamo'^. 4.3. Regímenes de tenencia y relaciones contractuales En el apartado anterior he analizado los cambios y constatado las tendencias en los sistemas de explotac^ón a partir de una documentación de corte estadístico. Es ahora cuando debo profundizar en la forma y, también, en el fondo de estos sistemas. ^Cuáles han sido las variedades más frecuentes?, ^a qué criterios se debe el desarrollo de un régimen de tenencia y no otro?, ^existe algún modo de medir la diversidad y pluralidad de condiciones que determinan un contrato?, ^a qué factores de tipo medioambiental y también de calidad de las tierras determinaron la elección del régimen de tenencia? 12 Según los datos del último Censo de 1989, las tendencias en la distribución de los regímenes de tenencia se mantienen, en términos generales, para todos los municipios. 332