Yo escribo peor que ellos, pero puntúo mejor Miguel Ángel de la Fuente González En el futuro, por deseo de Schoenberg E. V.-M. A [Thomas] Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio y desorientador el epílogo con las referencias a Shoenberg, desorientador porque entendía que el epílogo no sólo abría una pequeña brecha en la esférica cohesión de su mundo novelístico, sino que, además, le parecía que la idea de la técnica dodecafónica que se exponía en las esferas del libro, de ese mundo del pacto con el demonio y de la magia negra, adquiría un matiz, un carácter que no es verdad? no posee en su valor intrínseco, y que realmente en cierta medida, la hace mi propiedad, es decir: la del libro. El País-Babelia, 04.02.12, p. 24 Puntuar de otra forma
SOLUCIÓN. Nuestra propuesta incluye siete modificaciones: A Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio[,] y desorientador[,] el epílogo con las referencias a Shoenberg[;] desorientador[,] porque entendía que el epílogo no sólo abría una sino que, además, le parecía que la idea de la técnica dodecafónica que se exponía en las esferas del libro, de ese mundo del pacto con el Demonio y de la magia negra, adquiría un matiz, un carácter que no es verdad? no posee en su valor intrínseco_y que[,] realmente[,] en cierta medida, la hace mi propiedad, es decir: la del libro. 1) Según la normativa, se escribe coma para separar el sujeto de los complemento verbales cuando el verbo está elidido por haber sido mencionado con anterioridad o estar sobrentendido. Además, se escribe
coma delante de la conjunción y, porque la secuencia que aparece detrás [ ] enlaza con todo el predicado anterior, no con su último elemento. Por ejemplo: En 1615, Cervantes publicó la segunda parte del Quijote, y Tirso de Molina, Don Gil de las calzas verdes (Ortografía de la lengua española 2010: 347). Esto justifica nuestras dos primeras comas: A Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio[,] y desorientador[,] el epílogo con las referencias a Shoenberg 2) Con el punto y coma, en lugar de la coma, dividimos todo el párrafo en dos bloques: A Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio, y desorientador, el epílogo con las referencias a Shoenberg[;] desorientador, porque entendía que el epílogo no sólo abría una sino que, además, le parecía que la idea de la técnica dodecafónica que se exponía en las esferas del libro, de ese mundo del pacto con el Demonio y de la magia negra, adquiría un matiz, un carácter que
Facilitamos la comprensión y lectura del párrafo, al emplear, en vez de una simple coma, el punto y coma, de mayor fuerza jerarquizadora. Así, el texto queda dividido en dos grandes apartados, aunque el segundo, mucho mayor comparativamente, y dedicado a justificar el empleo del adjetivo desorientador (Ortografía 2010: 351-353). 3) La regla sobre casos de elipsis no parece muy rotunda en la actual normativa: No puede decirse que siempre sea obligatorio escribirla [la coma] (Ortografía 2010: 347); sin embargo, nos basamos en la elisión de pareció para introducir una coma delante de la subordinada causal: A Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio, y desorientador, el epílogo con las referencias a Shoenberg; desorientador[,] porque entendía que el epílogo no sólo abría una sino que, además, le parecía
4) Sobre la puntuación delante de y se suelen plantear bastantes dudas; sin embargo, en este caso, creemos justificado suprimir la coma del texto original, aunque se podría justificar al considerarla coordinación como un inciso (Ortografía 2010: 325). La suprimimos, por tanto: adquiría un matiz, un carácter que no es verdad? no posee en su valor intrínseco_y que, realmente, en cierta medida, la hace de mi propiedad 5) Según la norma, se puntúan los adverbios que afectan o modifican a toda la oración, y no sólo a uno de sus elementos, e indican, por ejemplo, evidencia, como efectivamente, evidentemente, incuestionablemente, etc. (Ortografía 2010: 318). Introducimos, pues, dos comas. no posee en su valor intrínseco y que[,] realmente[,] en cierta medida, la hace mi propiedad
Y, por si a algún lector aún le quedan fuerzas, reproducimos nuevamente todo el texto con nuestras modificaciones, aunque sin los corchetes: A Mann le pareció siempre ridícula la acusación de plagio, y desorientador, el epílogo con las referencias a Shoenberg; desorientador, porque entendía que el epílogo no sólo abría una sino que, además, le parecía que la idea de la técnica dodecafónica que se exponía en las esferas del libro, de ese mundo del pacto con el Demonio y de la magia negra, adquiría un matiz, un carácter que no es verdad? no posee en su valor intrínseco y que, realmente, en cierta medida, la hace mi propiedad, es decir: la del libro.