Ponencia presentada en el Foro Internacional INCLUSION SOCIAL EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y SUS FAMILIAS, desarrollado el 1 de agosto del 2014 en el Auditorio de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador-Sede Santo Domingo. DISCAPACIDAD INTELECTUAL O RETRASO MENTAL Virginia Narcisa de J. Ortega Sandoval Msc. Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación Universidad Central del Ecuador virortsan@hotmail.com CÁMARA ECUATORIANA DEL LIBRO 1
DISCAPACIDAD INTELECTUAL O RETRASO MENTAL Introducción En la actualidad el término retraso mental está en desuso por considerarlo un término peyorativo, por tal razón, el Manual de Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales DSM-5 dentro de su grupo trastornos del neurodesarrollo se encuentra la nueva denominación que es discapacidad intelectual. Definiéndola como un trastorno que comienza durante el periodo de desarrollo y que incluye limitaciones del funcionamiento intelectual como también del comportamiento adaptativo en los dominios conceptual, social y práctico. Dentro de los cuales se deben cumplir con tres criterios principales como: deficiencias de las funciones intelectuales, deficiencias en el comportamiento adaptativo y, que el inicio de las deficiencias intelectuales y adaptativas sean durante su periodo del desarrollo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera a este grupo, como sujetos que tienen una capacidad inferior a la norma, manifestándose una clara alteración en los comportamientos adaptativos para sus procesos de aprendizaje y adaptación social. La definición que permanece vigente con la pequeña variación en el término retraso mental por deficiente intelectual es la aportada por la Asociación Americana de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD), y la define como: (Luckasson y Cols, 2002) La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento cognitivo como en conducta adaptativa tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años (Luckasson y Cols, 2011) citado por (AAIDD, p.35) En el Ecuador, según las estadísticas realizadas por el CONADIS (Consejo Nacional de Discapacidades), ha registrado hasta julio 2016, 92.567 individuos que presentan discapacidad intelectual, lo que debe preocupar a la sociedad ecuatoriana en el orden de atenuar el número de personas con este tipo de discapacidad, formulando programas que tiendan a superar esta situación. Etiología Hablar de discapacidad intelectual o más conocido como retraso mental es prácticamente hablar de malformaciones cerebrales ya que per se, no está considerada la discapacidad intelectual como una enfermedad, sino como una consecuencia de un trastorno 2
neuropsicológico secundario a malformaciones o alteraciones cerebrales. Las secuelas que provocan estas enfermedades son de tipo neuropsicológicas, neurológicas y psiquiátricas. Son numerosos los factores intrínsecos y ambientales, que en condiciones normales van a modular el desarrollo anatómico y funcional del sistema nervioso. Interfiriendo estos factores pueden provocar determinados procesos patológicos, produciendo alteraciones estructurales o funcionales, tanto más relevantes cuanto más inmaduro sea el cerebro, en el momento en el que sufre. Existen factores de riesgo en el desarrollo del sistema nervioso central, debidas a alteraciones de la información contenida en material genético, factores ambientales, y en situaciones intermedias entre los dos extremos, del espectro conocidas como multifactoriales. Las alteraciones genéticas se dividen en dos grandes categorías: 1.- Alteraciones monogénicas El defecto se debe a un error en un gen único específico, es decir, genes mutados. Dicha mutación puede estar presente en un solo cromosoma del par o en ambos cromosomas. Un ejemplo: Síndrome de Turner, Esclerosis tuberosa. 2.- Alteraciones cromosómicas No se derivan como en el caso previo de un error único en la información genética sino de un exceso o una deficiencia de los genes contenidos en el segmento o cromosoma involucrado. Por lo tanto, existen anormalidades en el número o en la estructura de los cromosomas. Suelen ir asociadas a retraso psíquico y a malformaciones. La mayoría de las anormalidades cromosómicas (95%) surgen de un accidente genético ocurrido al azar y de forma muy ocasional son hereditarias, al ser adquiridas de uno de los progenitores portador de la misma. Pueden tratarse de anomalías numéricas o estructurales. Las más frecuentes son las numéricas. Entre las más conocidas tenemos al Síndrome de Down, Síndrome de Edwards, entre otros. Factores ambientales Se considera factores ambientales a todas las influencias externas al organismo en desarrollo. Para el feto humano, el ambiente es todo aquello que queda fuera de su piel, del líquido amniótico, de la placenta, el útero, es decir, las membranas que lo rodean. El feto, durante las primeras etapas de su desarrollo, es más sensible que en cualquier momento de vida a las 3
influencias adversas de los factores ambientales. Encontramos en este grupo enfermedades y condiciones negativas como consecuencia a la exposición a factores externos sin la participación de la información genética. Dentro de este grupo se encuentra trastornos por tóxicos, traumatismos, carencias alimenticias e infecciones, entre otros. Factores multifactoriales Constituye un grupo de características más heterogéneas en la que se presenta un componente genético predisponente en su etiología aunque para su aparición precisa la concurrencia de factores ambientales. Dentro de este grupo encontramos alteraciones en la fusión del tubo neural. Clasificación y características de cada grupo Según la Organización Mundial de la Salud la clasificación psicopedagógica de la deficiencia mental establece la siguiente categorización: CLASIFICACION Limites 80-90 Ligeros 70-80 Medios 50-70 Severos 25-50 Profundos 0-25 Según la escala que mide el coeficiente intelectual y grados de retraso mental Nivel intelectual Cociente intelectual Nivel intelectual normal 85-115 Nivel intelectual borderline 70-85 Retraso mental leve 55-70 Retraso mental moderado 40-55 Retraso mental grave 25-40 Retraso mental profundo Menos 25 Según esta clasificación existen cuatro niveles de insuficiencia intelectual: leve o ligero, moderado, grave o severo y profundo. 4
Leve.- A este grupo de sujetos se los considera educables, contando con apoyo pueden terminar su enseñanza básica. No presentan problemas para desarrollar sus habilidades sociales y laborales. En situaciones de estrés social o económico puede necesitar asistencia y orientación para la resolución de problemas. En edades tempranas puede presentar problemas en sus áreas sensorio motoras, pero estas deficiencias pasan desapercibidas dentro del grupo de su misma edad cronológica. Con una orientación adecuada, este grupo puede aprender a vivir satisfactoriamente en la sociedad y ser independientes. En este grupo se incluye la mayoría de personas afectadas con este trastorno. Moderado.- Este tipo de discapacidad puede beneficiarse de una formación laboral ya que poseen escasa habilidad para beneficiarse de un programa educativo, con esfuerzo pueden llegar a saber leer y escribir. En edades tempranas pueden adquirir habilidades sociales y adquirir hábitos de aseo personal. Durante su adolescencia pueden presentar dificultades sociales con otros de su misma edad; en su etapa de adulto puede realizar actividades laborales de tipo manual bajo la ayuda de un supervisor. Grave.- En sus años de niñez presentan escaso o casi nulo lenguaje comunicativo y deben ser adiestrados en las habilidades de su aseo personal y adquirir sus conocimientos escolares con un aprendizaje de lectura global. Con un adecuado adiestramiento pueden adquirir habilidades sociales y realizar actividades del hogar. Profundo.- La mayoría de los individuos de este grupo presentan alteraciones en su desarrollo sensorio motor. Requieren de supervisión y ayuda constante. Con un adiestramiento adecuado pueden desarrollar y mejorar su sistema motor y de comunicación. Pueden realizar tareas simples siempre bajo el cuidado y observación de un supervisor. La clínica que presentan los sujetos de estas cuatro categorías pueden mostrar comportamientos impulsivos, pasivos, dependiente, agresivos. Las dificultades en la habilidad de comunicación social pueden predisponer para ese tipo de sujetos a comportamientos negativos. Recuerde: Un niño discapacitado no es mejor ni peor que otros niños. 5
Referencias American Psychiatric Association (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales Quinta edición DSM-V Masson, Barcelona. Cersósimo, R. (2007) Malformaciones del desarrollo cortical Neurología pediátrica Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana Fejerman, N. (2007) Retardo Mental Neurología pediátrica. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana. Ruggieri, V. (2007) Fenómenos mal formativos y destructivos del sistema nervioso central. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana. 6