UN CASO DE SUSTENTABILIDAD EN JUJUY Ledesma,entre yungas y cañaverales En el planeta Tierra, los bosques ocupan una de cada tres hectáreas de tierra firme, pero en Ledesma ocupan casi dos de cada tres. En 2007, la empresa se comprometió a preservar 100 mil hectáreas de sus propiedades en Jujuy para las futuras generaciones.
Por cada hectárea cultivada con caña de azúcar o cítricos, Ledesma destina dos hectáreas de bosques nativos y sistemas naturales a su conservación. A esto se suman las 76 mil has que ocupa el Parque Nacional Calilegua, que Ledesma donó 40 años atrás, con el fin de preservar un área representativa de la selva de yungas. Ledesma dedica grandes esfuerzos a armonizar la producción de caña de azúcar y de cítricos con la protección de importantes superficies de yungas. Esto empezó con la creación del Parque Nacional Calilegua (76.320 ha) en 1979, en base a tierras de la empresa donadas al Estado y, luego, en 2007 con la protección privada de casi 100.000 hectáreas adicionales en los límites de dicho parque y otras áreas silvestres, a través de un Plan de Ordenamiento Territorial de sus tierras en Jujuy. En la actualidad, Ledesma protege el núcleo más importante y mejor conservado de la selva pedemontana de yungas en el noroeste argentino. La conservación de la diversidad biológica en Ledesma se traduce en un programa estratégico clave para su desarrollo sostenible, y que forma parte de su gestión ambiental: el Programa Paisaje Productivo Protegido, que a su vez contempla el desarrollo de un plan de ordenamiento territorial y de un programa de monitoreo ambiental de la fauna autóctona. Agricultura sustentable Hace siete años, Ledesma introdujo la modalidad de cultivo a secano o sin riego, que permite crecer productivamente con la misma cantidad de agua disponible. En la actualidad, el 4% de sus cultivos se realizan bajo esta modalidad. El 96% de los cultivos de Ledesma están bajo riego. En el 84% de ellos emplean el sistema de riego superficial. El otro 12% se riega a través de tres métodos de riego presurizado: riego mecanizado pivot y de avance frontal, riego por aspersión y riego por goteo. Junto con la Fundación ProYungas, la empresa lleva adelante un estudio de las cuencas hídricas de Ledesma en los sectores de yungas para mejorar la eficiencia en el uso del agua y contribuir a la preservación del hábitat del que son parte. Programa Paisaje Productivo Protegido De acuerdo con la Fundación ProYungas, las selvas de yungas, las poblaciones urbanas y las fincas de Ledesma conforman un Paisaje Productivo Protegido, integrado en la Reserva de Biósfera de las Yungas, cuya superficie total es de 1,3 millones de hectáreas protegidas. La visión que sustenta este concepto es que las actividades productivas son las generadoras de recursos económicos que permiten mejorar la calidad de vida de las poblaciones donde son desarrolladas, lo que permite a su vez destinar recursos para la protección de la biodiversidad de los sistemas naturales. Las selvas de montaña o yungas están consideradas como uno de los sistemas naturales más frágiles a nivel mundial. Sin embargo, en esta región de yungas se lleva a cabo un programa entre Fundación Proyungas y la empresa Ledesma que consiste en conciliar producción con conservación de la biodiversidad en este ambiente de alta complejidad, conformando un Paisaje Productivo Protegido. Este programa genera acciones que permiten evaluar la magnitud de la bio-
diversidad asociada a las prácticas productivas y su entorno natural, e identificar las acciones prioritarias para asegurar y/o mejorar su persistencia en el sistema a escala de paisaje. Las prácticas productivas de Ledesma están inmersas en una de las ecorregiones más biodiversas de Argentina. En general existe una sensación pública de que las actividades productivas son contrarias a la persistencia de la biodiversidad. Para analizar y eventualmente cambiar esos paradigmas, y lograr acciones de mejora de la biodiversidad, es necesario analizar las actividades productivas a escala de paisaje, de tal manera de lograr que las actividades productivas y la preservación de la biodiversidad sean dos caras de una misma moneda. La visión que sustenta este concepto es que las actividades productivas son las generadoras de recursos económicos que permiten mejorar la calidad de vida y alcanzar la estabilidad social de las poblaciones donde son desarrolladas. Por otra parte son las que posibilitan invertir recursos en preservar efectivamente la naturaleza, como en este caso donar territorio para crear un parque nacional (76.000 hectáreas) en 1979 y mantener áreas silvestres de conservación colindantes (100.000 hectáreas).
Ledesma construyó 27 rampas de salida de animales en tres canales de riego de sus fincas de Libertador General San Martín y Calilegua para mejorar la movilidad y la libre circulación de los animales autóctonos de las yungas. Mediante un monitoreo realizado con cámaras fotosensibles se arribó a un muestreo de fotos que dio muy buenos resultados, y que muestra a los animales con buena movilidad dentro y fuera de los canales de riego de Ledesma. Papel sin árboles El papel de Ledesma se fabrica a partir de la fibra de caña de azúcar y con procesos industriales de bajo impacto ambiental. Esta fibra es alternativa, no maderera y renovable anualmente. El proceso de fabricación nace de la tierra, de la caña de azúcar. Luego de ser molida en la fábrica de azúcar, la fibra de la caña es procesada en nuestra planta de celulosa y la pulpa producida es transformada en una hoja en la máquina de papel. Luego, este papel es convertido en diversos formatos como el papel para impresión o para las revistas y también en cuadernos y repuestos escolares. En su último ejercicio, Ledesma fabricó 125 mil toneladas de papel de impresión y escritura, 14 mil toneladas de cuadernos y repuestos escolares y 22 mil toneladas de papeles encapados, elaborados para folletos, etiquetas y revistas. En la Argentina, casi la mitad del papel para impresión y escritura está hecho con fibra de caña de azúcar, un dato aún desconocido para quienes envían mails pidiendo no imprimirlos para evitar la tala de árboles.
para la producción de papel que establece un compromiso de mejora continua en términos ambientales y sociales. El hecho de que 12 millones y medio de estudiantes estudien con los cuadernos y repuestos de Ledesma es un incentivo adicional en nuestro esfuerzo, porque nos hacemos presentes en la educación argentina de una forma especial y cotidiana. A ello le sumamos la provisión de papel para impresión de libros y revistas, lo que también nos permite ser el primer eslabón en la cadena productiva de cultura, en paralelo con quienes complementan el papel con sus artes y saberes en forma de letras, imágenes y colores. Certificación PRODUCTOYUNGAS El papel de Ledesma obtuvo la certificación PRODUC- TOYUNGAS. Este sello certifica que en esa región de muy alto valor ambiental Ledesma produce protegiendo el medio ambiente. La Fundación ProYungas le otorgó la certificación con una validez de tres años, con auditorías anuales. Sumado a esto, la Fundación ProYungas les otorgó además la certificación FCA (Fibras Celulósicas Alternativas), que certifica que el papel de Ledesma es fabricado a partir de fibras alternativas no madereras. El IRAM auditó el cumplimiento de los principios de la marca PRODUCTOYUNGAS y el protocolo específico Biomasa: una energía nueva Cerca de la mitad de la energía que utiliza Ledesma en sus procesos productivos proviene de fuentes alternativas y renovables: la hoja, la fibra y el residuo agrícola de la caña, madera de plantaciones sostenibles e hidroelectricidad generada por sus propios canales de riego. La biomasa es una fuente de energía renovable que se genera a partir de una materia de origen biológico, como la caña de azúcar, el maíz y otros cultivos. La energía renovable de Ledesma nace de la caña de azúcar, la misma materia prima con la que produce azúcar, papel y etanol. La caña de azúcar tarda un año en crecer, por lo que es una fuente de energía de fácil renovación. Tiene mejor rendimiento de biomasa por unidad de área que el maíz o el trigo. Permite reemplazar el consumo de gas natural. A partir de 2010 Ledesma empezó a generar energía a partir de la hoja de la caña de azúcar que queda en el campo tras la cosecha (malhoja). La malhoja es aprovechable gracias a la cosecha en verde, que minimiza el uso de agua y herbicidas y reduce el impacto sobre el aire. Para su uso, la acordonan en el campo y la trasladan al complejo industrial, o la cosechan con máquinas especiales para generar biomasa.
puesto el foco en la generación de energías alternativas y renovables. Esto es también una respuesta a los consumidores de hoy, que son cada vez más exigentes y demandan productos limpios y amigables con el medio ambiente. Este sistema aporta 14 toneladas de residuos vegetales con alto valor energético por hectárea. Desde 2012, la empresa también está incorporando como fuente de biomasa la madera producida a partir de la plantación intensiva de eucaliptus. El objetivo de la primera etapa del proyecto es abarcar una superficie de 1.500 hectáreas para generar biomasa. Las ventajas comparativas de América latina como productor eficiente de etanol son asombrosas. En Brasil, el área dedicada actualmente a la caña de azúcar es casi 45 veces más pequeña que la disponibilidad total de tierras agrícolas y de pastoreo. Incluso si el 100% de la gasolina para el transporte fuera sustituida con etanol (por encima del 50% de la actualidad), la tierra requerida para producirla sería cerca de la mitad de lo que actualmente Brasil destina al maíz. En Argentina, se encuentra en desarrollo y expansión el Programa Nacional de Biocombustibles, y el régimen de promoción del bioetanol, que establece que las empresas petroleras deben mezclar con las naftas Común, Súper y Premium- un porcentaje del 5 % de bioetanol. DATOS CURIOSOS Cada 3 toneladas de biomasa se reemplazarían 1000 m3 de gas (1.000 m3 = 1 Decametro) 40.000 toneladas de biomasa se procesaron en el último año en Ledesma 10% de reducción efectiva en el consumo de energías fósiles durante 2012 en Ledesma La caña de azúcar es la gramínea de mayor rendimiento en biomasa por unidad de área (397 ton/ha de materia seca) y de tiempo, superando a otros cultivos de alto rendimiento como el maíz y el trigo. Caña de azúcar en la nafta Para lograr un crecimiento ambientalmente sostenible, las empresas agroindustriales de todo el mundo han El Régimen de Biocombustibles entró en vigencia en Argentina el 1 de enero de 2010, con el objetivo de reemplazar el uso de un recurso no renovable, como el petróleo, por un combustible renovable, el alcohol de caña o cereales. De esta forma, las producciones regionales de caña de azúcar de Argentina están participando de la tendencia mundial hacia mayor generación de energías renovables a partir de su ingreso en 2010 al Programa Nacional de Biocombustibles, produciendo bioetanol de caña de azúcar. La caña de azúcar produce hasta 8 unidades de energía por cada unidad de energía usada en el cultivo y producción de etanol, en comparación con las 1,3 unidades que genera el maíz.
El uso del bioetanol permite reducir el impacto en el medio ambiente que producen los combustibles fósiles, y según el World Energy Outlook, se estima que, junto a otros biocombustibles, movilizará el 20% del transporte mundial para el año 2040 (frente al 3% actual). Gestión de residuos En Ledesma procuran minimizar y gestionar de manera eficiente los residuos sólidos, líquidos y gaseosos de sus actividades para tener un mejor desempeño ambiental. En su complejo agroindustrial de Jujuy, transforman los residuos y los incorporan al ciclo natural de transformación de las sustancias orgánicas e inorgánicas. Ningún residuo sólido de Ledesma es derivado a puntos de disposición municipal. La empresa tiene un predio al que llegan los residuos sólidos provenientes de la recolección diferenciada en origen. La gestión de residuos se implementa bajo tres alternativas posibles: reutilización, reciclado o disposición final. Con el producido de la venta de sus residuos, Ledesma mantiene toda su área de medio ambiente.